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viernes, 6 de abril de 2007

Las utopías de Heberto Castillo

Jorge Sánchez Cordero

El próximo jueves 5 de abril se cumple el décimo aniversario de la muerte de Heberto Castillo, hombre de izquierda, de lucha social, a quien necesariamente se evoca y se extraña en estos tiempos de confusión política e ideológica. Lo hace en este personal, emocionado texto un amigo y colaborador suyo, Jorge Sánchez Cordero, quien lo asistió en “su disposición de última voluntad” y recuerda...

...si hablas con multitudes sin perder la honradez y paseas con reyes sin perder tu humildad; si no pueden hacerte daño tus enemigos -pero tampoco tus amigos-; y todo el mundo cuenta contigo -más no en exceso- si no desapovechas ni un segundo de cada minuto de tu carrera, la tierra y cuanto en ella existe son para ti; y sólo, sólo entonces serás, finalmente un hombre...

Extracto del poema IF... de rudyard Kipling. Traducción libre del autor

Evocar la figura de Heberto Castillo, uno de los más ilustres personajes de nuestro pasado reciente, continúa provocándome un torbellino de sentimientos que imaginaba totalmente ocultos, muchos de ellos confusos, quizá porque se encuentren ya desdibujados por el paso del tiempo. Imposible que mi ánimo permanezca en un contexto objetivo: no puedo, pero tampoco lo deseo. He sido y seguiré siendo un admirador de las cualidades personales de Heberto Castillo; he profesado y seguiré profesando la fe en sus ideales; he compartido y seguiré compartiendo sus utopías.

Las turbulencias del movimiento estudiantil del 68 me tomaron por sorpresa en la preparatoria del Colegio Alemán, en esa época imbuida fuertemente por la socialdemocracia alemana, encabezada por Willy Brandt. Irremediablemente me involucré en el movimiento estudiantil. Fue mi primer encuentro con el maestro. Eminente profesor de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, el maestro Castillo, profesionista exitoso e independiente, quien jamás vivió del presupuesto, debía su prestigio, entre otras muchas aportaciones, a su gran innovación del sistema estructural tridimensional mixto, de acero y de concreto (Tridilosa), que le valió un gran reconocimiento en el extranjero. Para entonces había publicado diversos libros que formaban parte de la literatura básica en ingeniería. Pero el maestro Heberto Castillo era mucho más que un ingeniero civil, era un ingeniero cívico, siguiendo el símil feliz de Enrique Krauze.

Su prestigio y reconocimiento profesionales no lo inhibieron, empero, para involucrarse en movimientos sociales cuya suerte era, por decir lo menos, incierta. El movimiento estudiantil del 68, de vocación universal, tuvo características peculiares en cada nación donde se desarrolló, y el mexicano no fue la excepción. Las protestas y los disturbios se expandían en forma inquietante para el establishment. Praga, Chicago, París, Tokio, Belgrado, Roma, Santiago de Chile, figuraban en la lista conspicua de ciudades por cuyas calles deambulaba el espectro de “conjuras extranjeras”. Las utopías gobernaban nuestras ilusiones como estudiantes. Heberto Castillo era un utopista y su inserción en el movimiento estudiantil fue una consecuencia natural. Todos sufrimos la represión del 68, unos y otros en forma diversa; todos, sin embargo, experimentamos la fractura de la sociedad mexicana con la misma intensidad. La sociedad mexicana se vio obligada a pregonar dogmas como pocas veces en su historia. La claudicación de las ideas fue entonces la premisa del diálogo; su afirmación tuvo como respuesta las bayonetas; el apotegma del movimiento estudiantil francés del 68: il est interdit, d'interdire (está prohibido prohibir) fue considerado evidencia del propósito de disolución social; la juventud era per se síntoma de sospecha; la falta de veneración hacia la figura presidencial fue considerada prueba concluyente de subversión; la búsqueda de democracia y el ejercicio de la libertad de expresión eran los disolventes de las estructuras del Estado mexicano, y las acciones adoptadas contra los “delitos de opinión” su mejor antídoto. Al libre albedrío se le antepuso el dogma del Estado, como el mejor y único guardián de las conciencias mexicanas. A la demanda estudiantil de democratización, el Estado mexicano, como lo expresara Octavio Paz, contestó con la retórica “revolucionario-institucional”.

El 2 de octubre terminó el movimiento estudiantil. Había que castigar ejemplarmente. La crónica de Elena Poniatowska, contenida en La noche de Tlatelolco –un “collage de testimonios de historia oral”, como la misma autora la caracterizó–, hace innecesarios otro tipo de registros. El presente testimonio, que con gran pasión bosqueja la ruta de utopía en que destacó la figura de Heberto Castillo, no podía ser diferente. La ilusión democrática pregonada por el maestro se debatió constantemente en medio del autoritarismo existente en los dos extremos sociales, y siempre bajo el acecho de la arrogancia teológica y el fanatismo obcecado. Perdí de vista al maestro Castillo. No tardé en saber que se le había instruido proceso penal durante los años 69 a 71. Heberto Castillo había sido un luchador social desde temprana edad, e integró la dirigencia del Movimiento de Liberación Nacional en 1961. Resultaba una persona non grata para el régimen, y su participación en la Conferencia Latinoamericana por la Emancipación Económica, la Soberanía Nacional y la Paz en 1965 evidenciaba su filiación. Más aún, su propuesta junto con Salvador Allende y Cheddi Jaggan, cuyo resultado fue la fundación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (Olas) en 1966, y su militancia en esa organización, lo convirtieron en un ciudadano bajo sospecha. Ante la ausencia de propuestas democráticas “institucionales”, el Estado mexicano recurrió a su lenguaje totalitario usual: la represión como forma de inhibición de toda forma de expresión, y la prisión como lugar idóneo para silenciar las ideas.

La prosa del maestro Castillo se inició en este período. Empezaron entonces a publicarse Libertad bajo protesta. Historia de un proceso; Apuntes para el quehacer político, y Si te agarran, te van a matar…

Las palabras de Castillo Martínez resultaron premonitorias: “... se trata de convencer a una sociedad de que hay caminos y de que, si éstos no existen, se hacen al andar. Que lo más peligroso es el inmovilismo o la intentona de echar para atrás el andar del tiempo, agitado y nervioso, de la república. Que esa es la manera más fácil de provocar la violencia en una sociedad autoritaria en sus costumbres políticas, rígida y, en sus malos momentos, desvertebrada...”.

Me reencontré con el maestro Castillo en la consecución de sus utopías, ahora en su militancia partidista y en mi ejercicio profesional de abogado y notario. El notariado era un santuario en contra de los amagos y acechos del Estado. Notarios de todos los orígenes, credos e ideologías, coadyuvamos en la creación de partidos políticos, especialmente los de la izquierda. En la época estaba en vigor la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE). Los partidos políticos debían fundarse mediante asambleas en las que la función notarial tenía una participación relevante. La secretaría de la antigua Comisión Federal Electoral, por disposición de la ley, le estaba atribuida al notariado.

El maestro Castillo fundó el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), por el que fue diputado en la LIII Legislatura de la Cámara de Diputados. Pero su peregrinar no terminó ahí. En su incesante brega por la democracia, fundó el Partido Mexicano Socialista (PMS), que lo postuló como candidato a la Presidencia de la República, nombramiento que declinó en favor de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. Uno de sus grandes anhelos empezaba a cobrar un principio de realidad: la unificación de la izquierda mexicana. Una vez liberado el voto ciudadano, o para expresarlo mejor, cuando el voto mexicano resultó eficiente, el resultado era por demás previsible. Los primeros comicios presidenciales en este nuevo contexto no dejaron lugar a dudas: fueron las elecciones más controvertidas en la época postmoderna de nuestro país.

La lucha democrática se insertaba en lo sucesivo en un contexto diferente. Surgieron los primeros atisbos de una democracia mexicana. Notables miembros de la izquierda lo visualizaron con claridad: la derrota de 1988 la convirtieron en la fundación del Partido de la Revolución Democrática. El Estado mexicano, en su etapa de modernización, se veía impedido de recurrir a sus viejas prácticas, tan habituales como cómodas. La emergencia de una nueva conciencia en el ámbito interno, pero sobre todo en el externo –al cual ha sido especialmente sensible el gobierno–, lo inhabilitaban.

El maestro Castillo inició su campaña para gobernador en Veracruz en 1992, pero el Estado mexicano aprovechó la ambigüedad y contradicción de la legislación y la política electorales para poner, con generosidad, todos sus recursos al servicio del candidato oficial. Pocas veces en la historia de este país se ha visto una iniquidad de tal magnitud en una contienda política. La fe pública notarial, que cada vez con mayor vitalidad reivindica su independencia contra la proclividad del gobierno a cancelar los espacios independientes, significó nuevamente un santuario al que el maestro Castillo volvió. Lo asistí en su disposición de última voluntad. Estuvo acompañado de dos personajes a quienes este país, y quien esto escribe, debemos tanto: el jurista don Jorge Barrera Graf y don Julio Scherer García. Ambos desde su perspectiva y desde su propia ideología, fueron y han sido personajes de compromiso y entrega. Después de su acto de última voluntad, no volví a ver al maestro.

Ahora, al paso del tiempo, la figura de Heberto Castillo se acrecienta. La vida me dio la oportunidad de convivir con él. Tengo una excelente relación con Laura Itzel, de quien valoro y aprecio toda su amistad. Posiblemente lo que nos ha acercado tanto es que hayamos compartido a un luchador social desde perspectivas diferentes. En este río de aguas tan turbulentas, que ocultan absurdos y sufrimientos, existen remansos de paz en donde los espíritus creativos del pasado, como el del maestro Castillo, por la virtud del milagro de la memoria y la tradición, aún viven y trabajan, esculpen, edifican… y entonan. Muchos son los espíritus que nos acompañan con su legado: el legado cultural insólito a lo largo del camino de la vida, que constituye el hilo dorado del tejido de nuestra historia. Ahí se encuentra el maestro Heberto Castillo…

Proceso No. 01587, 1 de abril 2007, pág 32.

Heberto comprendió que sin libertad la vida no es: Julio Scherer García*

El fuerte abrazo filial en que se fundieron Julio Scherer García y Tere Juárez aquel sábado gris, cuando se fue Heberto, se extendió en una nota escrita a mano:

“Tere: Mantendré viva mi condición de hermano. Julio.”

Una semana después, en el Palacio de Bellas Artes, Julio Scherer García se unió al homenaje nacional que se le rindió a Heberto Castillo. Con un texto que envió para ser leído en público, el amigo de tres décadas despidió al hermano. Porque eso eran:

“A Heberto le di trato de hermano porque así lo quise. Recuerdo de él su ejemplo silencioso. Dominio el miedo que es del cuerpo, y venció la angustia, que es del alma"

"La claridad de su mirada lo hizo sabio. desde joven y hasta el último día comprendió que sin libertad la vida es trunca o no es. Desde ahí su empeño: hacer del lenguaje privado y del lenguaje público, un solo lenguaje, el único que libera. La palabra no engaña; el eco confunde, la mentira traiciona".

"Al igual que pensadores ilustres, sostuvo que la muerte pertenece a la vida y que la vida no es de la muerte. De ahí su fe en los hombres y la fidelidad a su mujer, a sus hijos, a sus compañeros, a sus amigos, a sus ideales, a su esfuerzo, a su buen humor, al ánimo alzado. "

"Fue muchas cosas: pintor, escultor, matemático, escritor y político, pero entre todas ellas sobresale: vivió para los demás"

"Muere el hombre al que se deja morir. No será tu caso amadísimo Heberto"

Proceso No. 01587, 1 de abril 2007, pág 33.

Kikka Roja

Miguel Ángel Granados Chapa

La proyección social de los medios electrónicos
Declaración de Oaxaca

Plaza Pública

La Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) fue creada a partir de la reforma constitucional que en 1977 estableció esa prerrogativa. Formada sobre todo por académicos de las escuelas de comunicación y periodismo, presididos por la doctora Beatriz Solís, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, “encabezó durante los últimos años el empeño ciudadano por dar a conocer las dificultades actuales en este campo y preparar propuestas de transformación”. El 21 de marzo tomó posesión un nuevo consejo directivo encabezado por el ex senador Javier Corral, que durante los nueve años de su servicio en el Congreso dedicó buena parte de su energía a temas vinculados con la comunicación. No era retórico ni postizo su interés, pues desde su adolescencia, además de haberse formado como técnico en comunicación, practicó el periodismo en sus diversas modalidades, lo mismo como profesional que como militante. En el Senado presidió la Comisión de Comunicaciones y Transportes y en ese lapso estudió la licenciatura en derecho de la información en la Universidad de Occidente, a cuyos cursos presenciales asistió puntualmente. Fue promotor de nueva legislación en materia de medios y, por lo tanto, cabeza de la resistencia al albazo con que los intereses creados protegieron sus negocios a cambio de la dignidad del Congreso mediante la súbita y amañada reforma a las leyes de radio y televisión y de telecomunicaciones, a la que sintéticamente se llamó Ley televisa. Cuando la reforma fue aprobada, sin que sus promotores se abrieran a la discusión, Corral impulsó la acción de inconstitucionalidad que está en curso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Entre las iniciativas que la Amedi busca llevar adelante, se produjo el Encuentro nacional sobre comunicación y sociedad, celebrado en Oaxaca con la colaboración de organizaciones civiles y activistas como el pintor Francisco Toledo y Gustavo Esteva, que tanto han promovido el diálogo por la democracia, la justicia y la paz en aquella atribulada entidad. El Encuentro se realizó precisamente allí porque “a lo largo de los últimos doce meses, en uno de los periodos más dramáticos y turbulentos de su historia, Oaxaca sufrió todas las consecuencias negativas del actual sistema de comunicación social”. Acicateados por esa experiencia, los organizadores del Encuentro lo cerraron hace una semana con una “declaración formal, que implica reformas legales, reformas institucionales e iniciativas ciudadanas. Es una propuesta abierta que aspira a incorporarse a un gran movimiento social para la creación de una nueva sociedad basada en la comunicación democrática”. Entre otros objetivos, esta movilización se propone lograr “una auténtica reforma a la legislación sobre medios electrónicos que asegure la utilización social de los bienes concesionados”, y que garantice: “Un marco legal apropiado para las radios comunitarias, que les permita actuar con plena libertad y autonomía, reconozca su condición especial y permita obtener ingresos por publicidad, a condición de que se inviertan en capacitación, producción y equipamiento.

“El uso social de los tiempos del Estado en los medios de comunicación electrónica, dedicados a información cultural, educativa y de orientación cívica. Debe hacerse enteramente explícita la prohibición del uso de esos tiempos para la promoción personal de cualquier gobernante.

“La prohibición de que partidos y candidatos contraten propaganda electoral en medios comerciales.

“La asignación de espacios gratuitos en los medios de comunicación masiva, equitativamente distribuidos entre los partidos políticos, para que ciudadanas y ciudadanos puedan enterarse de sus diversas ofertas políticas, tal como lo establece la ley actual.

“La garantía estatal de que los avances tecnológicos y la convergencia digital sirvan para el mejor aprovechamiento del espectro radioeléctrico. Además de multiplicar los servicios a través de una misma red, se trata fundamentalmente de dar entrada a un mayor número de emisores, que sean reflejo de la pluralidad política y la diversidad cultural de la nación mexicana.

“El compromiso de que la convergencia tecnológica no sea un instrumento que privilegie a quienes ya detentan el poder mediático, sino un mecanismo que permita a todos los ciudadanos y ciudadanas apropiado acceso a la información y el conocimiento y a la capacidad de producir contenidos.

“Los medios públicos, los que están en manos de instituciones educativas, culturales y sociales, y las radios comunitarias, deben participar directamente en la toma de decisiones sobre la adopción de la norma tecnológica para su transición digital, y contar con el apoyo del Estado para financiar su conversión.

“Los medios deben ser una ventana que refleje la multiculturalidad de la nación. La nueva legislación tendrá que incluir, bajo apropiada regulación, la obligación de los concesionarios de la radio y la televisión de contratar producciones independientes, que ocuparán un procentaje de su programación, a fin de que ésta refleje los diversos valores, concepciones y formas de creación del país”.

Desde muy joven, Corral hizo en Chihuahua una carrera política que muy pronto le permitió ser diputado local y líder estatal del PAN, del que fue candidato a la gubernatura. Lejos de haber concluido su trayectoria partidista y parlamentaria, ahora hará política de otra manera, ahincado en “la creación de una nueva sociedad basada en la comunicación democrática”.


Kikka Roja

El Verdadero México : Gente buena

  • Pese a incremento de corridas, la demanda de boletos superó la oferta a destinos turísticos
  • Vía crucis en terminales de autobuses para conseguir boletos y salir de vacaciones
  • De las 6 de la mañana al mediodía de ayer, 118 mil capitalinos habían dejado la ciudad
EMIR OLIVARES , ALEJANDRO CRUZ , GUSTAVO CASTILLO
Salida de vacacionistas en la Central del Norte Foto: Luis Humberto González Pese a la saturación de playas y de hoteles en Acapulco, miles de capitalinos siguen saliendo hacia ese destino Foto: Javier Verdín
Pese a que ya es lugar común el vía crucis que padecen miles de capitalinos que cada año abarrotan las cuatro terminales de autobuses de la ciudad de México, los viajeros no planearon a tiempo sus salidas hacia los puntos turísticos del país en estas vacaciones de Semana Santa. Aunado a lo anterior, la oferta de las empresas camioneras no satisfizo la demanda, aunque se incrementaron las corridas entre 25 y 100 por ciento, como fue el caso de las centrales Norte y Tapo. Quienes lograron conseguir un boleto tuvieron que hacer filas de espera de entre tres y siete horas: "dicen que ya no hay nada para (el puerto de) Veracruz hoy, sólo para Orizaba, pero sale hasta las 7 de la noche; llegamos a las 12 y de ahí a ver cómo le hacemos", dijo un joven a su amigo, explicándole la situación. Escenas como ésta fueron muy comunes ayer en las cuatro terminales de autobuses que desde muy temprano se encontraban repletas de familias y grupos de jóvenes que querían salir de la capital. Con ropa holgada, gorras, sombreros, lentes oscuros, bolsas del mandado -con todo y tortas- y hasta perros, los viajeros deambulaban por los andenes. "Esperamos cinco horas para conseguir un boleto a Pasta de Castrejón, en Guerrero", señaló el jefe de una familia de cinco miembros, en la Central Sur.

En pocas horas se agotaron casi todas las plazas para los principales destinos, como Acapulco, Oaxaca, Veracruz, Cancún, Cuernavaca, Michoacán, Guadalajara y Puebla, por lo que muchos vacacionistas optaron por hacer escala en ciudades intermedias, para de ahí dirigirse a su destino final. "Es un albur, porque también allá (en Puebla) está todo saturado", dijo una vendedora de boletos, quien aseguró que esta situación ocurre porque los viajeros no compran sus pasajes con antelación. Pero eso no fue todo, pues en los trayectos a la ciudad de Puebla, el incremento de corridas, las obras por el distribuidor vial de Zaragoza y el cierre de avenidas con motivo de los festejos de Semana Santa en Iztapalapa, provocaron que los autobuses hicieran el trayecto en cuatro horas, cuando en general se lleva la mitad de este tiempo. Como regularmente sucede, todo se dejó al final. "Vamos a Acapulco, pero no compramos boletos ni tenemos reservación de hotel, porque hace media hora todavía no sabíamos ni a dónde íbamos a ir; además, en nuestros trabajos apenas ayer en la noche nos confirmaron las vacaciones", explicaron Efraín y Diana, una pareja de jóvenes que después de dos horas pudieron conseguir boletos, aunque el más caro, para ese puerto.

Alvaro Peña Torres, jefe de la Central del Sur, indicó que de las 6 de la mañana hasta el mediodía habían salido por esta terminal alrededor de 13 mil personas, aunque la de mayor afluencia hasta esa hora fue la terminal Poniente, con 60 mil viajeros (porque muchos iban a Chalma), seguida de la Tapo, con 20 mil, y la del Norte, con más de 15 mil. Ante la creciente demanda de boletos, las diferentes líneas de autobuses tuvieron que abrir corridas extraordinarias, y conforme se iban ocupando las plazas emprendían el viaje. En la terminal Norte, por ejemplo, al mediodía de ayer ya no quedaban boletos para casi ningún destino de Veracruz; sólo unos cuantos, a las 11 de la noche, hacia Poza Rica. Tampoco para otros destinos, como Tuxtla Gutiérrez, e incluso Pachuca. Para Tulancingo y Puebla los únicos horarios disponibles eran después de las 5 de la tarde. Mientras, en la Central del Sur cada 10 minutos partía un autobús a Cuernavaca, y cada media hora hacia Acapulco, cuando lo común es 30 minutos para el primer destino y una hora para el segundo. Había filas para todo: para salir del Metro, para comprar boletos, para ir al baño, para pasar a la sala de última espera, para documentar el equipaje e incluso para subir al autobús. Por otro lado, la red carretera metropolitana también se vio saturada por la salida de capitalinos. Las autopistas México-Puebla, México-Toluca y México-Cuernavaca fueron las de mayor afluencia.

¿Saben porqué hay una virgen de la Macana? En 1680 y tantos, los misioneros Franciscanos tenían muy esclavizados a los indígenas, con el pretexto de evangelizar, cometían toda clase de abusos. Un día hartos, entraron con palos y piedras a la casa de Maria Luisa Robledo (nieta de Pedro Robledo) una niña de 8 años muy enferma que en su delirio dijo que la virgen le había dicho que no moriría y en pocos días sanó por completo. En la revuelta india partieron en mitades a la imagen de la virgen de un macanazo, la famosa imagen existe en la Iglesia de San Francisco de Asis frente al Sanborns de los azulejos, con un escrito de la historia completa.
¿Qué caso tiene ser mocho, cuando le están chingando la madre al que verdaderamente produce riqueza con carne y sangre? Lo que va a pasar es otra revuelta, el pueblo es noble y cuando se canse de todos los desprecios, acabarán con todas sus pinchurrientas "propiedades". AMLO tiene Razón, la Felicidad del pueblo humilde es primero. Los mochos capitalistas, se pueden quedar en su casa esperando que la virgen les baje a dar consejos, asqueandose por tonterías, cuando se den cuenta de su estupidez, no habrá nadie que les tenga aprecio ni respeto.

Gilberto López y Rivas
Felipe Calderón, darwinista social

Lejos está Felipe Calderón de lograr legitimidad y aceptación de la sociedad mexicana. La causa es no sólo su arribo a la Presidencia mediante un golpe de Estado técnico y las medidas adoptadas contrarias al interés nacional y popular, como las alzas generalizadas a los productos básicos y el latrocinio de las pensiones de los trabajadores como botín de quienes lo apoyaron en el asalto a la silla presidencial; también resulta repudiable por sus acciones represivas y un discurso reiterativo que se caracteriza por nociones de superación individual y autoayuda, y por el acatamiento de las leyes supremas del mercado como fórmulas mágicas para salir del subdesarrollo y colocar supuestamente a México en las primeras economías mundiales "competitivas" para beneficio del capital.

Resulta significativo que el 27 de marzo pasado los jóvenes becarios de Telmex emprendieran sostenida silbatina, abucheos y descalificativos a Felipe Calderón en el Auditorio Nacional que no pudieron ocultar las crónicas de algunos medios informativos y las transcripciones oficiales del discurso presidencial que lograron sustraer del audio las protestas del graderío insurrecto. Confiaron los organizadores de tan demostrativo acto que la condición de estudiantes de alto rendimiento de la fundación de Carlos Slim -y por ello una audiencia supuestamente cautiva- propiciarían el escenario para que el titular del Ejecutivo predicara sobre las cualidades personales que es necesario cultivar para superar "prejuicios, complejos y primitivismos" que provocan culpar a los demás de las omisiones y errores propios. Pese a la vigilancia, los filtros, los solícitos conductores, el manejo del volumen del micrófono presidencial, el uso discrecional de las luces y los aplausos de las porras situadas estratégicamente en las primeras filas, la airada, digna e irreverente censura de los estudiantes de escuelas públicas y privadas hizo endurecer el gesto del orador.

La ideología de "perdedores" y "ganadores" -muy a la estadunidense- ha sido el fundamento discursivo de Calderón desde la campaña electoral, identificando a la "cultura de la pobreza", la pasividad y el derrotismo de los mexicanos como factores del atraso nacional. Estas no son ideas originales ni nuevas para explicar las causas del desarrollo y el subdesarrollo. Según esta línea de argumentación, cualquier ciudadano puede llegar a ser un exitoso millonario: el secreto radica en la actitud subjetiva de cada persona. Si los individuos se deciden a cambiar los rasgos negativos de su idiosincrasia y reafirman la creencia en el triunfo, la perseverancia, el trabajo duro y el espíritu de empresa, lograrán lo que se proponen y ese país de jóvenes emprendedores, finalmente, llegará a la meta a la que han arribado Estados Unidos, Europa o Japón.

Estos espejismos en el ámbito nacional discrepan con la realidad específica de lo que fue el desarrollo del capitalismo en estos países en un momento histórico determinado en que se dio la conjunción de factores que es imposible repetir; contrastan también con la situación actual de las masas empobrecidas por la depredación neoliberal, que incluso ha erosionado fatalmente las conquistas sociales que el Estado capitalista benefactor instrumentó en las décadas posteriores a la segunda conflagración mundial. Por más cambios que se logren en el nivel de las conciencias individuales poco o nada es posible para trastocar la relación que se establece a partir de la matriz de clase, si no es a partir de la acción organizada y consciente de las clases subalternas para acabar con la explotación capitalista.

Una suerte de darwinismo social impregna toda esta ideología del triunfo de los más fuertes y del fracaso de apáticos, débiles y desadaptados, mismo que ha servido para justificar y explicar las desigualdades sociales y la pretendida supremacía incluso racial. Cabe señalar que el darwinismo social ha sido identificado como una doctrina que defiende el libre mercado y se opone a la intervención del Estado.

André Taguieff señala que el darwinismo social -que en parte desarrolla Herbert Spencer- se fundamenta en una reducción naturalista de los fenómenos sociales mediante el uso sistemático de algunos esquemas conceptuales tomados sin rigor de la teoría de la selección natural y reinterpretados en el cuadro del evolucionismo spenceriano. La idea subyacente -afirma este autor- "es que la lucha concurrente entre los individuos como entre los grupos humanos ("razas", naciones, pueblos, civilizaciones) -debida a la insuficiencia de recursos y la sobrevivencia selectiva de los más aptos- constituyen juntos la condición necesaria y suficiente del progreso." (Du progres. Biographie d'une utopie moderne. Paris: Librio. 2001).

El éxito personal y las conductas individuales, sustraídos de su contexto histórico y del lugar que se ocupa en la estructura de clases e ignorando además las nuevas exclusiones producidas por el modelo neoliberal son -en estas perspectivas- la base del desarrollo.

Es necesario desenmascarar el discurso que sustenta la derecha mexicana representada por Felipe Calderón y los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, y el papel que su ideología juega en las actuales luchas del pueblo mexicano por la defensa de sus derechos, por la libertad y la independencia de nuestro país. Reconocer también el valor de los que hacen de la resistencia y la protesta contra la injusticia una forma de vida colectiva digna. Una felicitación expresa a los becarios que no se sometieron ante el poder y supieron representar el sentir de millones de mexicanos.


Kikka Roja

Luis Javier Garrido

La violación

Al gobierno ilegítimo de Felipe Calderón le ha dado por hablar, aun desde sus vacaciones en Cancún, de los derechos humanos, pero se le olvida que en las pocas semanas que lleva de ejercicio espurio del poder tiene ya acreditado un historial negro.

1. El caso del homicidio de la humilde campesina veracruzana Ernestina Ascencio, presuntamente muerta según múltiples evidencias luego de haber sido violada por miembros del Ejército, se ha convertido en un asunto nacional -e internacional-, pues muestra la gravedad de la situación que prevalece en México en materia de derechos humanos cuando los violadores de éstos son intocables, lo que constituye casi siempre la regla.

2. Las declaraciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el empecinamiento de su presidente José Luis Soberanes en negar sin sustento las evidencias presentadas han suscitado con justicia la indignación de las comunidades de 22 municipios de la sierra Zongolica, víctimas sistemáticas de la represión oficial, porque evidencian que en México no hay justicia cuando van de por medio los intereses de los poderosos, sean éstos piezas claves del sistema de poder o de los grandes intereses económicos.

3. La exoneración sin base de Soberanes a los militares se ha dicho que obedece a motivos políticos por los afanes del grupo de interés al que pertenece en seguir enquistado en la CNDH, y esto es doblemente grave, pues si la instancia estatal en la materia no ha logrado en pocos años ganar credibilidad y las ONG han sido uncidas al proyecto dominante y a los intereses del grupo en el poder, los pueblos y las organizaciones sociales se hallan en un creciente desamparo.

4. El discurso neoliberal pretende que con el libre mercado las libertades individuales se van a ampliar, pero en el escenario internacional, y de manera muy significativa en el caso de México, se está mostrando que el creciente control que ejercen en el mundo Washington y los intereses multinacionales y su vinculación con grupos oligárquicos del poder político está llevando a formas de gobierno cada vez más autoritarias en las que la democracia es una simulación y los derechos de las personas están cada vez más subordinados a los privilegios de unos cuantos.

5. Los gobiernos panistas de Fox y Calderón han reproducido en México las estructuras y mecanismos de poder de los priístas que les precedieron y se han sostenido con las prácticas y perversiones políticas de aquéllos, por la sencilla razón de que han respondido a los mismos intereses y se han dado como objetivo defender una serie de privilegios constituyendo, en consecuencia, una prolongación del mismo régimen político, lo que explica que en materia de derechos humanos se haya retrocedido tanto.

6. El carácter cada vez más derechista de los gobiernos mexicanos les ha hecho desarrollar su retórica en derechos humanos, pero en los hechos son una amenaza cada vez mayor para el pueblo, y eso no logra encubrirlo la propaganda, como acontece en el caso de Zongolica. En el último cuarto de siglo se han ido coartando a los mexicanos derechos fundamentales a la tierra, al trabajo, a la libre sindicalización, a la huelga, a una vivienda digna, a la salud, a la seguridad social, al medio ambiente y a la alimentación, en tanto que los derechos individuales se hallan cada vez más sometidos al control del Estado.

7. En México, como en todos los países de régimen neoliberal, el dominio del capital multinacional en todos los órdenes ha entrañado el desarrollo de estructuras cada vez más represivas en la escuela, en los medios y en la vida económica, sin que muchos parezcan darse por enterados, y el gobierno de Calderón parece estar empecinado en esta vía, pues está llevando a cabo de manera a veces soterrada y otras abierta una serie de acciones tendientes a intimidar a los espacios de prensa libre, coartar el derecho a la libre manifestación y cancelar los derechos de los trabajadores.

8. El carácter espurio de Calderón y su consiguiente debilidad lo tornan, como a todos los gobiernos de este tipo, más autoritario y ansioso de suplir con la fuerza material la fuerza moral de la cual carece. De ahí el nombramiento del fascistoide Francisco Ramírez Acuña como titular de Gobernación, el recurso al Ejército para simular una guerra contra el hampa que no existe, la privatización del ISSSTE, las amenazas en el IMSS, las alzas a los básicos, las innumerables represiones cometidas en unos cuantos días y el tono intimidatorio con el que habla.

9. El gobierno calderonista tiene además por su debilidad un récord difícil de superar: más presos políticos al inicio de un sexenio. Los detenidos de manera injusta por el miedo autoritario de quienes gobiernan, y que son responsabilidad directa de Calderón, constituyen una afrenta para todos: los pobladores de Oaxaca, los jóvenes yucatecos detenidos ante la visita de Bush, los campesinos de Atenco, los indígenas de Chiapas.

10. El futuro inmediato es crucial para definir el siglo XXI y no puede ocultarse que en materia de derechos humanos se está retrocediendo de manera significativa.

Kikka Roja

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