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martes, 24 de abril de 2007

Aborto Despenalizado : México



Editorial
Decisión histórica

La despenalización del aborto en la capital de la República, aprobada ayer por más de dos tercios de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), es un triunfo histórico de la razón, la civilidad y la solidaridad, y una prueba de que los avances de la reacción política y económica no han conseguido detener la marcha del país. El que la interrupción del embarazo en sus primeras 12 semanas deje de ser delito constituye una ampliación de los derechos y las libertades individuales, en la medida en que coloca la decisión en el ámbito en el que debió permanecer siempre: la conciencia de las mujeres que viven en carne propia la situación, y amplía, con ello, los derechos inalienables de los seres humanos sobre su propio organismo, sobre sus funciones reproductivas y sobre su vida. Adicionalmente, la medida contribuye a despejar las influencias clericales que aún persisten en las leyes y códigos y representa, en esa medida, una reafirmación del carácter laico de las instituciones y del principio de separación entre la Iglesia y el Estado.

Asimismo, la reforma legal votada ayer, aunada a la reciente aprobación de la figura de sociedades de convivencia, contribuye a colocar al Distrito Federal en la modernidad a escala internacional y a contar con una legislación local más acorde con las realidades sociales del mundo contemporáneo. Por esas razones, cabe decir que la institucionalidad política, representada esta vez por la ALDF, ha saldado una de las muchas deudas que mantiene hacia la ciudadanía y ha corregido una de las muchas injusticias contenidas en la legislación: la de arrojar a una gran cantidad de mujeres con embarazos no deseados a practicarse abortos en una clandestinidad peligrosa, insalubre, humillante y profundamente desventajosa para los sectores de menos recursos económicos. La despenalización referida salvará vidas, rescatará la dignidad de las que deciden interrumpir su embarazo y contribuirá a preservar la armonía en circunstancias personales, entornos familiares y relaciones de pareja.

En términos políticos, ha de saludarse el hecho de que el organismo legislativo capitalino haya sabido reflejar con fidelidad el sentir de la mayoría de la sociedad y haya logrado resistir a las presiones, las distorsiones, las amenazas, las mentiras, los chantajes y las campañas de linchamiento lanzadas desde las cúpulas de varias organizaciones religiosas -empezando por la jerarquía católica nacional e internacional, la más poderosa de todas-, desde las filas del partido que detenta el poder en el ámbito federal y desde los grupúsculos de choque del oscurantismo cavernario. La desmesura y la visceralidad de los antiabortistas ha terminado por marcar el tamaño de la derrota de la reacción, la primera importante en décadas en las que el país ha vivido una pronunciada regresión y una erosión de las conquistas sociales y laborales del siglo pasado. Ciertamente, las derechas seculares y clericales intentarán revertir, por varios medios, lo conseguido ayer, pero en este caso resulta especialmente pertinente la expresión juarista: el triunfo de la reacción es moralmente imposible. México, por su parte, ha ganado en soberanía, civilidad, modernidad, tolerancia y sentido de futuro.

Kikka Roja

La Verdad sea Dicha : 16

Programa episodio 16
El sindicato minero y grupo industrial México

Andrés Manuel López Obrador www.amlo.org.mx
E MAIL : laverdadseadicha@gobiernolegitimo.org.mx
laverdadseadicha.org.mx, laverdadseadicha.org
gobiernolegitimo.org.mx

AMLO Tv, Martes 1 de la madrugada 1 a.m. por tv azteca canal 13

  • Las mineras, privatizaciones, Grupo México
  • Capitalismo voráz
  • Asesinato de mineros en Pasta de Conchos

SONRIAN POR QUE VAMOS A GANAR


Kikka Roja

De Un Plumazo y Háganle Como Quieran

Mirando a fondo
Victor G. González Avelar

CON LA INESPERADA y sorprendente noticia de que “EL LIMBO” ya no existe, la Iglesia Católica por conducto de su Comisión Teológica Internacional, que depende de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha resuelto y de un plumazo que el llamado “Limbo” no existe.

COMO SI SE TRATARA de una novela de ciencia ficción, la Iglesia de El Vaticano decidió sacar de sus temas ese extraño concepto, en donde se guardaba y confinaba el alma de los niños que por causa del destino, que no por su propia culpa, habían muerto sin ser bautizados.

EN NÚMEROS CONSERVADORES, las almas de los niños inocentes que debe haber actualmente en el llamado “Limbo”, rebasaría los varios millones, más aún, si consideramos que al “Limbo” se remitían sin averiguación previa igual a las almas de los niños hijos de los católicos descuidados con ese asunto del bautismo, como las almas de los niños de todas las razas y de todas las otras religiones, que no pasaron por la pila bautismal.

LA DESORIENTACIÓN que en estos momentos debe reinar en los apretados espacios de “El Limbo” a de ser terrible. Ahí se encuentran por el momento millones de almas que no saben con certeza cuál será su destino. Muchas de estas almas han pasado miles de años esperando ser perdonadas.

TAL Y COMO si estuvieran atrapadas en una máquina del tiempo, millones de almas buscarán una pronta, segura y rápida salida del espacio cuatridimensional en donde actualmente se encuentran inmersas, purgando una culpa ajena.

ESTOS MILLONES de almas están tratando de comunicarse y a puras señas, pues aún no tienen la capacidad del lenguaje, con algún representante de la Comisión de Derechos Humanos, (¿deberá ser con la Comisión de Derechos Divinos?), para presentar formal queja por haber sido enclaustradas en tan desangelado sitio y por tantos años.

ALGO SE DEBERÁ DE HACER Y PRONTO; aunque es de reconocer que existen graves problemas de logística para movilizar a tantas almas a su nuevo destino, el que todos suponemos por elemental justicia, deberá ser el Cielo del que es titular San Pedro, éste habrá de recibirlas con el clásico de “usted perdone” pero sucedió que los teólogos de la Iglesia se habían hecho bolas en cuanto al asuntito de “El Limbo”.

LO CIERTO ES QUE en estos momentos existe un enorme desasosiego y una gran confusión en El Cielo, en donde San Pedro ha manifestado a los medios de información no encontrarse preparado ni contar con los recursos materiales, ni divinos suficientes para realizar y acomodar a tantos millones de almas como nuevos inquilinos en el Paraíso, sin embargo, aseguró que hará milagros.

POR LO PRONTO podemos dar gracias a la Comisión Teológica Internacional de El Vaticano, pues ahora sí podremos dormir tranquilos sabiendo que las almas inocentes de tanto niño que por dos mil años vagó por “El Limbo”, se encaminan finalmente y directamente y sin escalas rumbo al mismísimo Cielo.

Comentarios: gaasoc@hotmail.com

EN UNA DE ESAS LE HACKEAN AL VATIC ANO SU BODEGA SECRETA Y SE ESCAPA EL ESQUELETO DE CHUCHO

Kikka Roja

Miguel Ángel Granados Chapa

Los Papas contra leyes mexicanas
Plaza Pública

Decidida su oposición a las nuevas normas sobre aborto que hoy serán abordadas en la Asamblea legislativa del DF, los obispos mexicanos trajeron en su auxilio al Papa. El viernes pasado, cuando concluía su 83 asamblea, recibieron de Benedicto XVI, por conducto del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, un mensaje de aliento contra la despenalización aludida y de esperanza de que los propios legisladores se abstengan de aprobarla. Dice la carta que el Sumo Pontífice “se une a la Iglesia de México y a tantas personas de buena voluntad preocupadas ante un proyecto de Ley, en el Distrito Federal, que amenaza la vida del niño por nacer. “En este tiempo pascual, estamos celebrando el triunfo de la vida sobre la muerte. Este gran don nos impulsa a proteger y defender con firme decisión el derecho a la vida de todo ser humano desde el primer instante de su concepción, frente a cualquier manifestación de la cultura de la muerte”. El mensaje pontificio trajo a los memoriosos el recuerdo de al menos tres intervenciones papales en torno a legislación mexicana. A las primeras leyes de reforma, y a la Constitución de 1857, aun antes de su promulgación, se opuso el Papa Pio IX (hoy beatificado). La de 1917 mereció la descalificación del Episcopado mexicano, al que apoyó el Papa Benedicto XV. Y poco después, cuando se emitió la reglamentación al Artículo 130, conocida como Ley calles, el Papa Pío XI condenó acerbamente esa actitud del Estado mexicano.

Tras el triunfo de la revolución de Ayutla de 1854, los liberales supieron llegado el momento de reiniciar la reforma contra los fueros (los poderes fácticos, diríamos hoy) que dos décadas atrás había sido frustrada por asonadas militares. En 1856 se expidieron, una tras otra, normas que suprimieron la coacción civil ante el incumplimiento de votos religiosos; desamortizaron los bienes raíces que la Iglesia mantenía sin uso, y eliminaron los fueros eclesiástico y militar, para que los tribunales practicaran una justicia pareja para todos. Al mismo tiempo, se reunió en ese año el Congreso constituyente que el 5 de febrero siguiente emitiría la Constitución modernizadora que imaginaban los vencedores de la última dictadura de Santa Anna. Antes de que se llegara a ese extremo, el Papa Pío IX, a instancias del episcopado se manifestó contra las nuevas leyes y la inminente Carta Magna: “Levantamos nuestra voz pontificia con libertad apostólica en esta vuestra plena asamblea para condenar, reprobar y declarar írritos y sin ningún valor los mencionados decretos”. Era comprensible que el Papa asumiera una actitud de esa índole, que llegaba al extremo de declarar nulos (eso quiere decir írritos) textos legales expedidos por autoridades con poderes, aunque éstos hubieran surgido de una revolución. Su postura antiliberal era ejercida desde el comienzo de su Pontificado en 1846, y se condensaría en 1864 (al tiempo en que bendecía la aventura imperial de Maximiliano) con la encíclica Quanta Cura, que incluía el Syllabus errorum, un catálogo de infracciones a los presuntos derechos de la Iglesia en que incurrían, en Europa y en América, gobiernos de países antaño sometidos al dominio eclesiástico.

Sesenta años después, al ser promulgada la Constitución de 1917, los obispos mexicanos (como antes habían hecho sus predecesores con la de 57) la condenaron y excluyeron de la comunión a quienes la aceptaran mediante juramento. El 15 de junio de 1917, el Papa Benedicto XV respondió al Episcopado mexicano, que le pidió su parecer sobre tal posición. El Pontífice romano opinó que era “una cosa muy conforme al oficio pastoral y dignísima de Nuestra alabanza”. Con semejante aprobación, el arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez, cargó de nuevo contra la Carta de Querétaro, contra su “tendencia destructora de la religión, de la cultura y de las tradiciones”. El 4 de febrero de 1926, el Arzobispo de México, José Mora y del Río, dijo que “la protesta que los prelados mexicanos formulamos contra la Constitución de 1917, en los artículos que se oponen a la libertad y el dogma religioso, se mantiene firme”. En junio siguiente fue promulgada la Ley reglamentaria del Artículo 130, y las reformas respectivas en el Código Penal, para punir las infracciones a aquella, todo lo cual se llamó Ley Calles. Instados a manifestarse conforme a la Ley, los obispos demandaron del Congreso, el siete de septiembre la reforma constitucional, petición que, en círculo vicioso, fue denegada por diputados y senadores, alegando que los prelados carecían de la facultad ciudadana de pedir lo que demandaban.

Así, el 18 de noviembre el Papa emitió la encíclica Iniquis Aflictisque sobre la persecución a la Iglesia. La carta pontificia contenía un diagnóstico severísimo de la situación:

“Es cierto que en los primeros tiempos de la Iglesia y en tiempos posteriores se ha tratado atrozmente a los cristianos, pero quizá no ha acaecido en lugar ni tiempo alguno que un pequeño número de hombres, conculcando y violando los derechos de Dios y de la Iglesia, sin ningún miramiento a las glorias pasadas, sin ningún sentimiento de piedad para con sus conciudadanos encadenaran totalmente la libertad de la mayoría en tan premeditadas astucias enmascaradas con apariencia de leyes”. Eso que llaman “la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos” fue obra de quienes “poseídos de un furor ciego” quisieron “dañar de todas las maneras posibles a la Iglesia”.


Kikka Roja

Calderón, cómplice del clero

Álvaro Delgado

El nivel de insolencia de la ultraderecha jefaturada por el clero y el Partido Acción Nacional (PAN), que ya derivó en violaciones legales y constitucionales por amenazas de muerte de latente cumplimiento, ritos fuera de los templos y aun la intervención abierta del Estado vaticano en asuntos que conciernen sólo a los mexicanos, tiene un responsable sustantivo: Felipe Calderón. Fue Calderón quien, el 20 de marzo, guiado por su dogma religioso y no por su formal investidura de jefe de Estado -de por sí carente de legitimidad-, azuzó la cruzada del clero y sus acólitos contra una institución republicana: la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en la que se procesa un asunto que tiene que ver con los derechos de los ciudadanos de la Ciudad de México. En la residencia oficial de Los Pinos, frente a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, Calderón exhibió su ignorancia sobre la naturaleza y origen del Estado laico, del que formalmente es jefe en México, y tomó partido como católico practicante: "Sí tengo una convicción personal: yo estoy en defensa de la vida, tengo un pleno respeto por la dignidad y la vida humana". Enseguida, detalló los casos en que la ley vigente no castiga la interrupción del embarazo -por violación, malformaciones congénitas del feto y el riesgo de vida de la madre-, y con una frase dio línea: "Me parece que así está bien". Más adelante, luego de hacer propaganda de supuestos programas de su administración, Calderón exigió a la ALDF una "legislación responsable, que tome en cuenta las distintas posturas de la sociedad y que no haya un avasallamiento, sobre todo en un tema tan sensible, de parte de quien tenga la mayoría".

En términos llanos, Calderón se opuso públicamente a cualquier modificación en el marco legal sobre el tema -"así está bien"- y, al censurar la aplicación de una mayoría legislativa -que ahora resulta que sólo en el caso del Distrito Federal es "avasallamiento"-, instigó a las escuadras extremistas a una nueva ofensiva con la garantía de impunidad, como en la elección federal del año pasado. Fue a partir de esa expresión política de Calderón -justo un día antes de la conmemoración del natalicio de Benito Juárez- que el clero y el PAN, a través de los membretes que encabezan militantes panistas, intensificaron su campaña contra el régimen republicano: convocaron, al sábado siguiente, a la primera marcha de Peralvillo a la Basílica de Guadalupe; otra el 16 de abril, y el domingo la tercera, acompañada de una violencia verbal inaudita. Por eso la proclama política del domingo de la mujer de Calderón, Margarita Zavala, en la sede misma del PAN capitalino que encabeza su sobrina, Mariana Gómez del Campo, sólo complementa la manga ancha que, desde el poder formal, se da a la violencia desde el extremismo de derecha, que entre otras paradojas implica asesinar personas en supuesta defensa de la vida de los nonatos. Y todavía hay quienes dicen que Calderón es un ¡estadista socialdemócrata!, contrapuesto a Manuel Espino, el fundamentalista que socava el Estado laico.

Los extremistas de la derecha, la ideológica y la económico-financiera, no están jugando. Si ya fueron capaces de violar la Constitución y las leyes, así como de los principios morales más elementales, para adulterar la voluntad ciudadana, están dispuestos a cobrar un "costo de sangre" -eufemismo de asesinato- a quienes identifican como sus diabólicos enemigos. Es por la impunidad auspiciada por Calderón que se violenta la Constitución y la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público por parte de los jerarcas católicos de México, pero también a eso obedece la directa intervención de un poder extranjero en asuntos de los mexicanos: Joseph Ratzinger no es un cura más ni el jefe de una religión, sino el jefe del Estado vaticano. Ni siquiera en la guerra cristera, de 1926 a 1929, y sus secuelas de años, El Vaticano actuó de manera tan insolente, envalentonado por el servilismo del formal titular del Poder Ejecutivo, pero también por el priísta Manlio Fabio Beltrones, ni más ni menos que presidente del Senado, la Cámara de uno de los poderes del Estado. Por su parte, el PAN ha actuado abierta y subrepticiamente como un partido confesional. Son militantes formales del PAN los que encabezan organismos y membretes que han organizado las flacas movilizaciones que se intensificaron después de la proclama de Calderón del 20 de marzo.


Kikka Roja

Guadalupe Loaeza

Por los suelos...

Guadalupe Loaeza
PARÍS.- Todo estaba bajo control, hasta que descubrí, el mismo miércoles 18 en que viajaba a París, que no me iba por la noche, como pensaba, sino que tenía que estar en el aeropuerto a las 11:00 de la mañana. Mi vuelo salía a las 2:10 de la tarde. Cuando mi siempre oportuno y sabio marido confirmó, antes de irse a trabajar, que viajaría a las 2:00 de la tarde, me quise morir. Eran casi las 9:00 de la mañana y yo apenas me estaba despertando. Al enterarme del error, se me nubló la mirada y se me vinieron encima todos mis pendientes: ¡no tengo dólares!, ¡no he escrito mi texto!, ¡no me he lavado el pelo!, ¡no he hecho la maleta!, ¡no he ido al súper!, ¡no mandé el coche a arreglar!, ¡no he ido a la tintorería!, no esto, no lo otro... Ante la premura del tiempo y de todo lo que me faltaba por hacer, por un momento, quise volver a la cama y meterme bajo los cojines, pero la idea me pareció un poquito irresponsable. Lo que tenía que hacer, lo hice tan a la carrera, que todo lo hice mal. Puesto que me iría tres semanas, antes de salir de la casa y de encargársela de todo corazón a Blanca Estela (así se llama la nueva muchacha a quien de cariño le digo "Pavón"), hice quién sabe cuántos cheques para quién sabe cuántas cosas y cuántos acreedores. Todavía me di tiempo para sugerirle a Blanca Estela distintos menús para las meriendas de Enrique. "No se le olvide, ponerle siempre la botellita con la salsa picante". Camino al aeropuerto, hice mis últimas llamadas telefónicas, cancelé algunas citas que tenía al mediodía y le llamé a Enrique para decirle que todo estaba bajo control.

Afortunadamente a esas horas no había mucho tráfico. Eran las 1:00 en punto cuando estaba frente al mostrador de Aeroméxico. Allí me encontré a Raúl y a Nina Cremoux, quien viajaba a Francia para reunirse con su padre enfermo. "El avión está a la hora. La salida es en la sala 22", nos dijo la responsable de boletos. En efecto, abordamos el vuelo 005, 15 minutos antes de las 2:00 de la tarde. El avión estaba lleno. Mi lugar se encontraba al lado de un adolescente, que escuchaba su iPod, con la mirada totalmente perdida. Una vez que acomodé el cinturón, me dispuse a leer todas las revistas francesas que había comprado en el aeropuerto. Pasaron 20 minutos y nada que despegábamos. Treinta, 40, hasta que de pronto se escuchó la voz de la aeromoza de un altoparlante que decía: "Nos hemos encontrado con un foquito rojo y el capitán considera que para su propia seguridad es mejor que se lleven el avión al hangar para que se revise. Les rogamos abandonen el aparato, llevándose consigo todos sus objetos personales. En el aeropuerto se les entregará un cupón para la comida y se les estará indicando a qué hora será la salida". Todos los pasajeros obedecimos. Nos pusimos de pie, recuperamos nuestras pertenencias y nos regresamos al aeropuerto. A los primeros que les dieron atención fueron a los pasajeros que tenían conexión, a los demás, nos abandonaron por completo. No nos daban ni el cupón para comer, ni ningún tipo de información. Nadie sabía nada, ni decía nada. Unos se fueron a la cafetería más cercana, otros se sentaron en la sala de espera y los demás, empezaron a deambular de un lado a otro. Nina y yo nos fuimos a comer un sándwich que nosotras mismas pagamos. Pasaron las 4:00 y las 5:00 de la tarde, sin que tuviéramos la más mínima información. No fue sino hasta las 5:45 de la tarde, que nos anunciaron que ya podíamos regresar al avión.

Al llegar a nuestros respectivos asientos, ni el capitán, ni las sobrecargos se disculparon. A las 7:00 de la noche, aproximadamente, empezaron a servir una comida fría, insípida y de una calidad lamentable. "Cada vez más, Aeroméxico está por los suelos", me dije mientras estábamos por las nubes. El adolescente que se encontraba a mi lado no dejaba de tomar whisky, tras whisky. Creo que llegó a tomarse cerca de 10 vasos. El joven no leía, tomaba y tomaba, escuchaba su iPod y miraba hacia el infinito. Empecé a imaginar su vida, sus dudas, su relación con sus padres, su novia, pero sobre todo, su vacío. Comencé a deprimirme. No sabía si hacerle conversación o no. Me pasé todo el viaje preguntándome sobre el destino de este pobre muchacho y si el capitán no encontraría, en pleno vuelo, otros "foquitos rojos" encendidos. "¿Por qué no habré viajado mejor por Air-France o al menos por Delta?, ¿por qué beberá tanto este joven?, ¿por qué habrá chafeado tanto Aeroméxico?, ¿ganará Ségolène Royal las elecciones de Francia?, ¿habrá entendido bien Blanca Estela todos los menús que le dejé para las meriendas?, ¿pasará la ley contra la despenalización del aborto?, ¿por qué servirán tan mal de comer en Aeroméxico?, ¿y si se cae el avión? Que no se olviden enterrarme con mi condecoración de la Légion d'honneur... ¿En qué soñarán los que viajan en primera clase?, ¿les habrá tocado mejor comida que a nosotros?, ¿cuántos foquitos habrá en un avión de este modelo?, ¿y si de pronto se funden todos al mismo tiempo?, ¿hace cuánto tiempo que no me he confesado? A lo mejor ya me excomulgaron y nadie me lo ha notificado.

¿Qué le diré a San Pedro cuando llegue al cielo? "Sí, San Pedro, yo soy una de tantas que está por la despenalización del aborto". ¿Y si también él estuviera a favor?, ¿cuántas horas faltarán para que lleguemos a París?, ¿y si nos estuviéramos regresando a México, por aquello del foquito rojo?, ¿hace cuánto que no le habrán hecho mantenimiento a este avión?, ¿por qué nunca nadie se queja cuando pasan este tipo de cosas?, ¿dónde estarán los cupones que nos iban a dar para comer en el aeropuerto?, ¿por qué beberá tanto mi compañero de viaje, si apenas tiene como 18 años? A lo mejor en estos momentos hay miles de foquitos rojos encendidos y nadie sabe nada. Los mexicanos nunca sabemos nada. Siempre nos cuentan mentiras. ¿Será por eso que bebe el muchacho que viaja a mi lado? Ya no vuelvo a viajar por Aeroméxico... Ésta es una línea de aviación que no respeta a sus pasajeros... Están por los suelos", me decía entre sueños. Curiosamente, en el momento de aterrizar en el aeropuerto Charles De Gaulle, prácticamente todos los pasajeros aplaudieron al piloto, supuestamente por un buen aterrizaje. ¿Por qué aunque nos traten mal, seremos tan agradecidos?, ¿dónde estará el muchacho que llegó a beberse como 15 whiskys? Finalmente, el joven tenía razón. Con tantos "foquitos rojos", lo único que nos quedaba por hacer era emborracharnos y ponernos en manos de la Providencia. Por cierto, gracias a ella sigo viva... y puedo contarles acerca de las elecciones en Francia.

gloaeza@yahoo.com


Kikka Roja

El cosmos de Carl Sagan (adaptado para panistas)


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