- - . KIKKA: 02/08/08

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viernes, 8 de febrero de 2008

Mexico SA: Pidiregas, la soga en la garganta

México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx
  • Achú
  • Carstens chistoretero
  • Pidiregas, la soga en la garganta
El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, recibió un regalo de la ministra de economía de Suiza, Doris Leuthard, durante su visita a la ciudad de México. Carstens anunció ayer que los excedentes petroleros se inyectarán a la economía para darle un impulso adicional, a fin de hacer frente a la desaceleración en Estados Unidos. En entrevista radiofónica, afirmó que el gobierno mexicano ha reaccionado a tiempo ante la posible recesión en el vecino país, a través de la creación del Fondo Nacional de Infraestructura, anunciado ayer, así como del presupuesto aprobado para este año El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, recibió un regalo de la ministra de economía de Suiza, Doris Leuthard, durante su visita a la ciudad de México. Carstens anunció ayer que los excedentes petroleros se inyectarán a la economía para darle un impulso adicional, a fin de hacer frente a la desaceleración en Estados Unidos. En entrevista radiofónica, afirmó que el gobierno mexicano ha reaccionado a tiempo ante la posible recesión en el vecino país, a través de la creación del Fondo Nacional de Infraestructura, anunciado ayer, así como del presupuesto aprobado para este año Foto: Ap

No se sabe si el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, amaneció ayer de espléndido humor o si la creciente ola recesiva que viene del norte –con su innegable impacto negativo en la economía mexicana– le provoca tal nerviosismo, que le ha dado por la risa y el chistorete.

Resulta que, en entrevista televisiva, el funcionario consideró que es tal la “solidez” económica del país, que la nueva etapa recesiva en el vecino del norte cuando mucho provocará en México un rasponcito, o dicho en sus palabras, “un catarrito, ya no una pulmonía como se decía cuando (Estados Unidos) estornudaba”.

Nada mal está que los funcionarios, especialmente los del rígido cuan pomposo sector financiero, de vez en vez se aflojen un poco y sean chistoreteros, pero deberían seleccionar el momento apropiado para bromear, y el que vive México en espera de las consecuencias de su enorme dependencia con el vecino del norte, que puede pegar muy duro a la mayoría de los connacionales, no es precisamente el indicado para jugar con lo del “catarrito”.

No lo es, porque de entrada el “catarrito” diagnosticado por el doctor Carstens obligó al gobierno de la “continuidad” a recortar en casi un punto porcentual su estimación de crecimiento económico para 2008 (de 3.7 la redujo a 2.8 por ciento, en una primera consideración), o lo que es lo mismo, una baja cercana a una tercera parte del pronóstico al que durante semanas se aferró, al más puro estilo foxista, el actual inquilino de Los Pinos y sus neocientíficos de la Secretaría de Hacienda, porque la sacudida gringa le hace los mandados al “navío de gran calado” (Calderón dixit).

Así, un “catarrito” que al país le cuesta la caída de un punto porcentual en una economía que cuando le va muy bien crece 3 puntos, pues no es precisamente el mejor de los diagnósticos, ni mucho menos congruente con la realidad, o si se prefiere, ya que el gobierno está en plan de carpa, es una muestra adicional del humor negro que se maneja en las altas esferas del poder. Por cierto, no faltará el chistoretero que diga que si el “catarrito” es de la proporción corpórea del secretario de Hacienda, entonces el mensaje queda claro: agárrense de donde puedan.

“Catarrito”, pues, el que provocaría la recesión estadunidense en la economía mexicana, pero en la misma entrevista el doctor (que obviamente no lo es en medicina) Agustín Carstens tajantemente desmintió al secretario de Hacienda, porque al calificar la intensidad del impacto recesivo realizó el siguiente ejercicio: “en una escala de cero al 10, donde cero es no estoy preocupado y diez estoy muy preocupado, yo le daría una calificación de 8”, es decir, más tirándole a pulmonía que a resfrío en miniatura.

Otro indicador de que el ex funcionario del Fondo Monetario Internacional escogió mal el momento para hacer chistes ante las cámaras de televisión es el de la generación de puestos de trabajo en tiempos recesivos. En 2008, dijo Carstens, habrá menos empleo que en 2007, “algo así” como 100 mil plazas. Sin embargo, si se toma en consideración la tasa de crecimiento y el número de empleos formales reconocidos el año pasado por el gobierno de la “continuidad”, y tomando en consideración que el “catarrito”, en un primer cálculo, le costaría al país un punto porcentual en crecimiento, entonces no serían 100 mil plazas menos, sino 250 mil, lo que agudizaría el de por sí grave problema de desocupación que se registra en plena “Presidencia del empleo”.

Después del fallido diagnóstico y del chistorete sobre el “catarrito”, al secretario de Hacienda no le quedó de otra que extenderle a los mexicanos una receta más apegada a los síntomas: “se debe ser prudente en el uso de los recursos, por lo que las familias deberían de recortar gastos innecesarios”.

Queda claro, entonces, que Agustín Carstens nunca sería un buen secretario de Salud, y mucho menos humorista.

Las rebanadas del pastel

Desde Ciudad del Carmen, Campeche: “a partir del gobierno de Zedillo el gobierno se desobligó de invertir en infraestructura, particularmente en materia petrolera, y simplemente se lo cargó a la línea de crédito de Pidiregas (por medio de Pemex Project Funding Master Trust, un fideicomiso constituido en Delawere, Estados Unidos, más el Fideicomiso F/163). En 1997 asistí a una presentación en el auditorio del Club Petrolero Campechano en Ciudad del Carmen, por parte del entonces director ejecutivo del Proyecto Cantarel, Antonio Acuña Rosado (hoy jubilado y presuntamente asesor de algún gran corporativo mexicano), quien al presentar el esquema de financiamiento de Pidiregas dijo que se aplicaría exclusivamente a proyectos con retorno garantizado (incremento en la producción de crudo, por ejemplo), y que ese retorno sería suficiente para pagar ese préstamo y sus intereses. La historia hoy día es que tal retorno, si existió, se usó para otras cosas y que el pago de Pidiregas tendrá que salir del flujo de caja del gobierno (no es deuda oficialmente de Pemex). Recuerdo tan solo el proyecto de reconfiguración de la refinería de Cadereyta, donde se fueron miles de millones de dólares y que la dejó peor que al principio. Juan Bueno Torio, entonces director, hoy disfruta del fuero como senador, y ya sueña con ser gobernador de Veracruz. ¿Qué tal? La pregunta para mí es: ¿qué aval o garantía dimos para obtener esa línea de crédito? ¿La producción a futuro de crudo o las acciones mismas de Pemex? Es claro que con una producción de crudo a la baja, importaciones de gasolinas y otros derivados al alza, y cada vez más necesidad de usar esa línea de crédito, ya que Hacienda cubre sus ineficiencias en recaudación con los llamados “excedentes petroleros”, el nudo de la soga que tiene Pemex en la garganta cada vez se aprieta más”. (Heriberto Lugo, lugo@tecnogolfo.com.mx)


Kikka Roja

Astillero: Consejeros cómodos, IFE miniaturizado

Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
  • Familia (electoral) feliz
  • Consejeros cómodos, IFE miniaturizado
  • Excluir, en nombre del propio PRD
  • Beltrones y Alcocer, los ganadores
El diputado Faustino Soto muestra una pancarta al presentar su voto durante la designación de los consejeros del Instituto Federal Electoral, ayer en la sesión de la Cámara El diputado Faustino Soto muestra una pancarta al presentar su voto durante la designación de los consejeros del Instituto Federal Electoral, ayer en la sesión de la Cámara Foto: José Carlo González

Ayer comenzó a funcionar el Instituto Federal de la Exclusión Electoral: de la mano de los intereses del senador priísta Manlio Fabio Beltrones (y su ideólogo reformista, Jorge Alcocer) fue instalada en un tercio dominante una cómoda administración miniaturizada de los próximos procesos comiciales que desde ahora hace a un lado al segmento político y social que en 2006 quedó oficialmente 0.56 por ciento abajo del impugnado ganador. Fue una traslación de la doctrina “moderna” y “civilizada” del izquierdismo chuchista: el presidente de ese instituto envenenado fue propuesto “por el PRD”, pero responde más a los intereses del panismo y el priísmo; el estilo Zavaleta de San Lázaro llevado ahora a las piernas electorales: ¡Ruth vive, la farsa sigue!

Con Leonardo Valdés Zurita (¿ZaValdeta?) se consuma el desplazamiento de la carta fuerte del PRD, el ministro Genaro Góngora Pimentel, y se consolida el proyecto de anexionismo que desarrollan la Nueva Izquierda y sus aliados, como el diputado Javier González Garza. Entre menos relevante y más condicionado fuera el nuevo consejero presidente del IFE más poder tendrían los verdaderos conductores del proceso de renovación, los legisladores priístas Beltrones y Gamboa, desde cuyos ámbitos informativos se había hecho filtrar días atrás la especie de que todo estaba arreglado ya a favor del citado Valdés Zurita. Ayer fue Elba Esther Gordillo la jefa de la facción que impuso a un débil Ugalde que llevó al despeñadero al IFE, ahora es el beltronismo –con sus aliados “de izquierda”– el que impone el estigma del grupismo y el futurismo al nuevo consejero presidente –débil, desconocido–. Ya está allí, en la silla directiva del IFE, el candidato natural a desarrollar el guión que los jefes priístas decidan una noche de julio de 2012. Pero ahora el ejecutor será “de izquierda”, propuesto por el PRD. Jugada presuntamente maestra.

Fue el final de una larga historia mal llevada. Hubo violación a las reformas constitucionales aprobadas por esos mismos diputados que ayer cumplieron con la cruda realidad de votar en urnas transparentes y con métodos nuevos cuando en el fondo lo grave está en el incumplimiento del plazo establecido por ellos mismos para haber designado al trío de consejeros y el riesgo evidente de que alguien se inconforme con el proceso jurídico seguido hasta ahora e inicie un litigio judicial en busca de echar abajo lo realizado por Diódoro Carrasco, Emilio Gamboa, Héctor Larios y Javier González Garza. Embriaguez de poder legislativo que llevó a montar la farsa de la apertura de las plazas del IFE a ciudadanos que se sintieran con merecimientos y que concurrieron por cientos, llenando con creces varios de ellos los requerimientos técnicos y cívicos que supuestamente se buscaban para, con los mejores mexicanos, remontar el descrédito y la vergüenza de la administración Ugalde, canjeada calderónicamente por una reformilla fiscal que a fin de cuentas quedó tan empequeñecida como la moneda de canje llamada Nuevo IFE.

Allí está como otro ejemplo de consolidaciones grupales el consejero electoral impulsado oficialmente por el PRI (Valdés Zurita, como se ha dicho, fue empujado oficialmente por el representante del PRD), Marco Antonio Baños, miembro distinguido del grupo que mediante reformas legales varias pretende allanar el camino al sonorense Beltrones para que en 2012 sea presidente de una República mínimamente restaurada conforme a sus actuales necesidades electorales. Beltrones tiene control sobre la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que ejerce María del Carmen Alanís (relacionada con Emilio Rabasa, otro miembro del equipo central de Manlio Fabio). El nuevo consejero Baños tiene una larga experiencia en asuntos electorales y formó equipo en el IFE con la mencionada Alanís, cercanía y entendimiento que los llevó en 2006 a fundar Demos, una empresa de consultoría electoral. El conflicto de intereses que significa la venta de conocimiento especializado a personajes o partidos cuyos litigios luego serán atendidos y resueltos por esos mismos vendedores hizo que la propia Alanís se hubiese excusado en 2007, insólitamente, de participar en una sesión pública del tribunal electoral federal porque en ella se tratarían temas del partido Alternativa Socialdemócrata al que ella había asesorado anteriormente mediante Demos. ¿El consejero Baños también tendrá que excusarse de participar en asuntos que hayan sido abordados por esa misma empresa de asesoría electoral?

La ronda de nombramientos se completó con Benito Nacif, cuyas cartas académicas le parecieron compartibles al PAN, que en estos momentos se da por bien servido con haber impedido el paso del ministro Góngora y de otros indeseables como el ex consejero Jaime Cárdenas. El beneplácito en las cúpulas del prianismo por la nueva conformación del IFE da muestra de lo bien servidos que quedaron sus intereses: el presidente de la República de Los Pinos se declara satisfecho de que se pueden lograr “acuerdos” y el candidato reformista a la Presidencia, Plutarco Elías Beltrones, elogia al súbitamente importante Valdés. La felicidad reina en el imperio de las alturas: quedaron como nuevos consejeros no quienes tuvieron mejores calificaciones en los exámenes de conocimientos (Valdés, Nacif y Baños se mantuvieron en el 3, mientras otros consiguieron 4, en la peculiar graduación establecida para el caso) sino quienes mejor se acomodaron a los naturales proyectos de los partidos que los nombraron y a cuyos intereses quedan explícitamente sujetos, con la salvedad de que el consejero presidente no responde realmente a los planteamientos del PRD sino de la fracción colaboracionista que juega a hacer alianzas circunstanciales con el PAN y el PRI. Sigue adelante, pues, el proceso de exclusión “institucional” de la corriente política y social encabezada por López Obrador. Controlados facciosamente el IFE, el Trife y la fiscalía para asuntos electorales (ocupada por una representante de Televisa), los comicios venideros seguirán siendo un asunto privado, de familias. Ya no es IFE sino EFE: En Familia Electoral. ¡Feliz fin de semana!



Kikka Roja

Luis Javier Garrido : El superjueves

El superjueves
Luis Javier Garrido

La imposición de Leonardo Valdés Zurita, incondicional del PAN y de Felipe Calderón, al frente del IFE confirma que la derecha en el poder no está dispuesta a que en las elecciones de 2012 esté en disputa la Presidencia de la República.

1. La designación que hizo el pleno de la Cámara de Diputados el jueves 7 de febrero de Leonardo Valdés, incondicional de Juan Molinar Horcasitas (director general del IMSS) y de Felipe Calderón, como consejero presidente del Instituto Federal Electoral, junto con el priísta Marco Antonio Baños, gente de confianza de Beltrones, y el académico filopanista de extrema derecha Benito Nacif como consejeros electorales, hunde en las más oscuras sombras el futuro del país.

2. La organización de las elecciones federales, luego de más de 10 meses de cabildeos y negociaciones de los jefes de bancadas de los tres principales partidos, se deja por consiguiente en manos de un equipo mucho más sumiso a Calderón y más descalificado del que encabezaba el deleznable Luis Carlos Ugalde, lo que constituye una afrenta para los mexicanos.

3. La entrega de la organización electoral del país al panismo calderonista es un hecho todavía más grave, porque el nuevo presidente del IFE fue propuesto nada menos que por José Guadalupe Acosta (secretario general del PRD y miembro del grupo de los Chuchos) y el diputado Javier González Garza (jefe de la bancada perredista), quienes le han brindado así un servicio invaluable a Calderón sin importarles traicionar los principios de su propio partido y sobre todo agraviar a los millones de mexicanos que desde 2006 se han pronunciado contra el fraude electoral que abrió una grave crisis política en México al instaurar un gobierno ilegítimo.

4. El proceso oscuro y grotesco de discutir una “nueva” composición del IFE, que entrañó en diciembre la violación a la Constitución por los diputados federales al incumplir su obligación de hacer la designación en un tiempo perentorio, que dejó fuera de la elección a los 15 aspirantes “evaluados” con las calificaciones más importantes, y que implicó el veto de priístas y panistas a la mejor propuesta, que era la de Genaro Góngora, ministro de la Suprema Corte, no tenía, como se ve ahora, más objeto que el de hacer que el PRD, bajo el control de los Chuchos, “legitimara” la elección de consejeros electorales que representan las cuotas de PRI y PAN. Y culminó por eso este jueves, de manera bochornosa, designándose para estos altos cargos a tres individuos sin ningún relieve, sin más méritos que los de su docilidad a la canalla que gobierna a México y que no tienen más mandato que el de mantener un sistema electoral tramposo y hacer inexistentes los derechos políticos de los mexicanos.

5. A nadie pudo sorprender, por lo mismo, que la votación se hiciera en el pleno de la Cámara de Diputados sin discusión alguna, y que como en los regímenes fascistas se votara en una boleta previamente impresa, sin permitírsele a los legisladores discutir los nombres de los aspirantes, pues a pesar de la importancia del asunto, incumpliendo una vez más los diputados su obligación constitucional de discutir lo que era una propuesta de la Junta de Coordinación Política, únicamente cuatro representantes del PRD, disidentes de su jefe de bancada, alzaron su voz para discrepar del grotesco espectáculo y de la manipulación hecha por la presidenta en turno de la Cámara, la diputada Ruth Zavaleta, del grupo de los Chuchos.

6. El proceso de conformación del IFE culmina de manera ilegal e ilegítima y no logrará engañar a los mexicanos, pues la propaganda oficialista –y de los Chuchos– no va a poder convencer que Leonardo Valdés, un tránsfuga del PMS y ex yerno de Heberto Castillo, era una propuesta de “la izquierda” y no como lo es en la realidad una carta firme e incondicional del calderonismo y del régimen ilegítimo, como dio pruebas evidentes durante su desempeño como consejero electoral en el instituto electoral capitalino, en donde evidenció una virulencia constante contra los derechos de Andrés Manuel López Obrador, muy similar a la de los otros dos nombrados. La teoría sicoanalítica ha estudiado ya muy bien el resentimiento patológico de los tránsfugas.

7. El grupo en el poder consigue de tal manera uno de sus objetivos, que era el de controlar plenamente el aparato electoral del Estado y esta vez con la complacencia y el aval del perredismo, al que llevaron al baile con facilidad, lo que conduce a una consolidación del nuevo autoritarismo. El régimen priísta perduró antes que por su fuerza real por la debilidad de las oposiciones que fueron sistemáticamente coptadas o reprimidas y en los años del capitalismo neoliberal el esquema sigue siendo el mismo: el dominio que ejercen unos cuantos sobre las mayorías no podría ser posible si no se corrompiera o reprimiese a las fuerzas de oposición.

8. El modelo neoliberal requiere que la sociedad no pueda organizarse para impedir el despojo que entrañan las privatizaciones, el saqueo de la nación, el abandono del Estado de su papel rector en la economía, la cancelación de los derechos sociales o la supresión de muchas garantías individuales, por lo que le resulta esencial que los partidos políticos acepten en lo esencial los dogmas neoliberales. De ahí que en México sea una prioridad para las fuerzas de derecha que sostienen al gobierno de facto el que el grupo llamado de los Chuchos se apodere plenamente del PRD.

9. La mal llamada “transición mexicana” está conduciendo de tal suerte a un escenario tanto o más despótico que el existente antes de 1988, pues hoy en día el IFE ha quedado de nuevo bajo el control de la derecha en el poder, el escenario de los partidos políticos está siendo reducido a formaciones subordinadas al panismo –entre ellas un PRD domesticado y corrompido–, las ONG están en su mayoría maiceadas por el panismo calderonista y los antiguos sindicatos oficiales, otrora priístas, hoy son funcionales al gobierno de facto del PAN apuntalado por lo que queda del PRI bajo la férula de Salinas.

10. La sinrazón de la “clase política” es, cada vez más, un desafío para la sociedad.


Kikka Roja

Leonardo Valdés Zurita Presidente del IFE: Perfil: Mediocre Marioneta: panista

  • Benito Nacif y Marco Antonio Baños fueron elegidos nuevos consejeros del instituto
  • Inusual alianza de PAN y PRD lleva a Leonardo Valdés al IFE
  • La corriente bejaranista Izquierda Democrática Nacional votó en contra
  • El coordinador de la bancada priísta, Emilio Gamboa Patrón, debió ceder ante la unanimidad de las negociaciones

Leonardo Valdés Zurita
Roberto Garduño y Enrique Méndez

En un inusual acuerdo, los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados marginaron al otrora desequilibrante Revolucionario Institucional (PRI), al imponer en la presidencia del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) a Leonardo Antonio Valdés Zurita. Esa alianza coyuntural fracturó el tradicional vínculo pragmático entre panistas y priístas y echó por la borda la amenaza del coordinador de los tricolores, Emilio Gamboa Patrón, de hacer a un lado al sol azteca si no aceptaba la designación de los nuevos funcionarios electorales avalados por su homólogo panista Héctor Larios y él mismo.

Ese pacto cupular, del que no estuvo ausente Alejandro Chanona, de Convergencia, consiguió sumar a los coordinadores de los partidos del Trabajo (PT), Verde Ecologista de México (PVEM), Alternativa y Nueva Alianza para lograr la elección por unanimidad de Valdés Zurita, así como de Benito Nacif y Marco Antonio Baños. Aún así, ese amplio consenso se enfrentó a una férrea oposición de la corriente bejaranista Izquierda Democrática Nacional (IDN), que desde la plenaria matutina del grupo parlamentario del PRD acusó al nuevo presidente del IFE de haber colaborado con el gobierno de Vicente Fox Quesada, y posteriormente haber asesorado a Felipe Calderón Hinojosa. Tal posición fue rebatida por el secretario general del sol azteca, Guadalupe Acosta Naranjo, presente en el cónclave: “Quien sí trabajó con Fox fue Porfirio Muñoz Ledo”, dijo.

La escasez de argumentos contra Valdés Zurita llevó a IDN a recordar que éste, como consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), votó en contra de admitir la residencia de Andrés Manuel López Obrador en el Distrito Federal, con objeto de contender por la jefatura de Gobierno. Juan Guerra Ochoa rebatió esa postura: “Eso manifiesta que el nuevo presidente consejero del IFE tiene independencia y es imparcial”, consideró. La unanimidad del dictamen que presentó la Junta de Coordinación Política al pleno se logró tras una larga y en ocasiones dura negociación en dos vías, entre PRI y PRD, pero también entre el PAN y el sol azteca. El miércoles, Emilio Gamboa convocó a la presidenta de su partido, Beatriz Paredes, acompañada de Jesús Murillo Karam, así como a Guadalupe Acosta Naranjo, al senador Carlos Navarrete y al diputado Javier González Garza, por el PRD, con objeto de negociar un acuerdo bilateral para que el PAN, como partido mayoritario en el Congreso y con el gobierno, se quedara con la presidencia del IFE.

Tajantemente, y en una posición que sorprendió a los perredistas, Paredes Rangel le replicó a Gamboa que ni en los tiempos de Ernesto Zedillo como presidente de la República se impuso al titular del instituto electoral. Esa actitud abrió la posibilidad al PRD de presentar la candidatura de Valdés Zurita, quien no era mal visto por los propios panistas. Y es que, ya entrada la madrugada de ayer jueves, tanto Javier González Garza como Héctor Larios, acompañados de Alejandro Chanona, convencieron a Emilio Gamboa de que Valdés sería un candidato idóneo a la presidencia del IFE, porque a pesar de su reticencia los priístas no tenían candidatos de peso, pues fueron eliminados Lorenzo Córdova, Fernando Serrano Migallón y hasta Carlos Alberto Sirvent Gutiérrez, a quien Emilio Ulloa como presidente de la Comisión de Cultura llamó “el afanador de las cloacas de Bucareli”.

Este momentáneo equilibrio de fuerzas entre PAN y PRD generó el enojo de Gamboa Patrón, pues ni su dirigente nacional lo respaldó en su estrategia por obtener la presidencia del Consejo General. Incluso, en el momento más cerrado de la negociación amenazó –como lo reveló en la plenaria posterior– con retirarse de la mesa. No lo hizo y al final se allanó a la terna cuando el PRD y el PAN aceptaron la designación de Marco Antonio Baños como candidato del PRI a consejero. Los coordinadores se retiraron cuatro horas del recinto y, en un hecho inédito en la actual legislatura, todos se reunieron por la mañana con la Junta de Coordinación Política.

Ahí, informaron que existía unanimidad en torno a las figuras de Valdés Zurita, Nacif y Baños. “Podemos anunciar con mucho orgullo que tenemos unanimidad de grupos parlamentarios para la elección del presidente y los nuevos consejeros del IFE”, expuso Héctor Larios, en su condición de presidente de la junta. Era mediodía y cada uno de los coordinadores llevó a sus plenarias el acuerdo para ser ratificado. En siete hubo aceptación, inclusive en el PRI, siempre institucional, pero no en el PRD. Los bejaranistas, fuerza que aún persiste en las filas de ese partido, rechazaron la terna y el acuerdo de su coordinador. Al final, para que quedara “en el registro del anecdotario”, la diputada Layda Sansores, de Convergencia, la emprendió contra el método de selección, los modos de los coordinadores y el resultado: “Somos el hazmerreír de los medios y de la opinión pública… hemos sido severamente cuestionados y si no actuamos con pulcritud, la sociedad nos va a rebasar por carriles que no son precisamente los del Congreso, y nos van a acusar de tomar decisiones preciosas, al más puro estilo de la Suprema Corte”.

Asimismo, la diputada perredista Valentina Batres Guadarrama descalificó a los tres consejeros, porque “queríamos a alguien incuestionable, precisamente para irnos en confianza en los próximos procesos electorales (de 2009). No lo logramos…” Pero en el pleno del Palacio Legislativo de San Lázaro la sensación era otra, de algarabía. Casi todos los diputados estaban dispuestos a levantar el dedo para votar en favor de los tres, pero todavía debían sufragar por cédula y cuando Ruth Zavaleta decretó la legalidad del acto, la mayoría externó su beneplácito con un prolongado aplauso.
  • Los tres son la misma cosa: AMLO
Ciro Pérez
Yecapixtla, Mor., 7 de febrero. Andrés Manuel López Obrador expresó su desconfianza en Leonardo Valdés Zurita, Benito Nacif y Marco Antonio Baños, quienes fueron designados sustitutos del presidente y dos integrantes del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), ya que, dijo, están vinculados con el PRI y el PAN. “Ni los consejeros del IFE actuales ni los anteriores me dan confianza; todos tienen que ver con el PRI y con el PAN”, aseveró el ex candidato presidencial, luego de señalar que los consejeros electos este jueves “son la misma cosa, no hay cambio”.
  • Rechaza ser un improvisado; hoy asume el cargo
  • Se restituirá la confianza en el IFE: Valdés Zurita
  • Niega que el proceso de elección se haya partidizado
Alonso Urrutia
El consenso logrado entre los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados para la designación de los tres nuevos consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) permitirá restituir la credibilidad de los partidos en la institución y avanzar en la recuperación de la confianza ciudadana, consideró el nuevo presidente del organismo, Leonardo Valdés, quien hoy tomará posesión del cargo en sesión extraordinaria del Consejo General. Al término de una reunión con quien fungiera como consejero presidente provisional, Andrés Albo –para afinar los detalles del relevo que se efectuará este mediodía–, Valdés salió en defensa de su designación: “No soy un improvisado, llevo muchos años en esta materia y me preparé para ser candidato competitivo. Los frutos de este trabajo están a la vista”.

A pesar de las versiones sobre la repartición de cuotas que imperó en la designación, Valdés Zurita rechazó que el proceso se haya partidizado pues, juzgó, la ley establece que uno de los partidos tiene que postular al candidato. “A mí me dicen que fui propuesto por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero sucede que 43 diputados de ese grupo votan contra mí; ahí tienen el dato de cuál es mi vínculo con ese partido (…) Objetivamente es un Consejo General que no está partidizado, en el que los que hicimos la tarea al final logramos el consenso de los grupos parlamentarios”.

En conferencia de prensa, el consejero presidente ratificó sus convicciones sobre los votos que una parte de los diputados del sol azteca le adjudicaron como expresión de su proclividad al PAN. Efectivamente, en el 2000 “yo no alcancé la convicción jurídica de que el candidato de ese partido (PRD) aprobara el requisito de residencia de cinco años cumplidos en la ciudad de México”, dijo. Pero sostiene que una vez que el Tribunal Electoral del Distrito Federal dictaminó y falló en su favor, “no tuve ninguna objeción de hacerme responsable de la Comisión de Organización Electoral”. Al referirse al caso del rebase de topes de campaña del panista Santiago Creel Miranda, explicó que en su consideración ya se había juzgado y sancionado, por lo que no había posibilidad de reabrir el expediente y en ese sentido votó en su momento. “Entiendo que no tengo un cheque en blanco ni del PRD ni de ninguno de los otros partidos, y que éste va a ser un Consejo General que va a ser muy vigilado por los partidos, por el Congreso y sobre todo por los medios de comunicación y la ciudadanía, pero no tengo ninguna duda de que vamos a rendir buenas cuentas”.

Por la tarde, Valdés Zurita subrayó –en entrevista telefónica– que de inmediato habrá de abocarse a la revisión de los expedientes de los partidos de la Revolución Democrática y Nueva Alianza, relacionados con los acatamientos de sentencia de los informes de campaña cuyo tema central son los espots no reportados. “Solamente tengo información de lo que se ha publicado del fallo de los magistrados del Tribunal Electoral, por lo que tendré que imponerme del expediente para con los otros consejeros resolver a la brevedad”. La intención es, dijo el doctor en ciencias sociales de El Colegio de México, que para la primera semana de octubre, cuando formalmente comienza el proceso electoral, quede saldado todo lo concerniente a los comicios de 2006.

–¿Esto incluye la destrucción de las boletas electorales? –se le preguntó.
–Hay que reflexionar sobre la situación jurídica con el objeto de resolver esta situación. Lo que está claro es que, incluso en términos logísticos, es de la mayor importancia tener una solución.

El nuevo consejero presidente habló de la necesidad de restructurar la institución para adecuarla a las nuevas atribuciones que tiene derivadas de las reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe); hay que trabajar aceleradamente para conformar la Junta General Ejecutiva, designando a los funcionarios que deben ocupar las vacantes existentes, partiendo del perfil necesario para desempeñar esos cargos.

–¿Entre esos nombramientos cabría la designación de un nuevo responsable de la Unidad Técnica de Fiscalización?
–Es un asunto que hay que reflexionar con cuidado. Lo que pienso es que hay que definir un perfil adecuado para un funcionario que tendrá en sus manos una enorme responsabilidad, pues deberá crear una nueva estructura y tendrá que hacerlo otorgando confianza a todos los miembros del Consejo General de que sus actos serán apegados a la ley y con pleno desempeño profesional. Para Valdés, con la reforma legal el IFE tiene todos los elementos para conducir un proceso legal que permita revertir la caída en la imagen que ha tenido la institución entre la ciudadanía y lograr recuperar la confiabilidad en el instituto.
  • Difícil, que el IFE recupere la credibilidad con los nuevos consejeros, advierte
  • Ackerman: PRI y PAN mantuvieron su predominio en el instituto electoral
  • Leonardo Valdés bloqueó candidatura de López Obrador en 2000, recuerda el académico
  • Nacif, “muy cercano” a Calderón; define a Baños como “la mano izquierda” de Beltrones
Alonso Urrutia
La opacidad en la fase definitiva de selección de consejeros electorales en la Cámara de Diputados y la preservación pura de las cuotas de PAN y PRI, tanto de los nuevos integrantes como de los que se mantendrán hasta 2010 serán factores que difícilmente permitirán la recuperación de la credibilidad del Instituto Federal Electoral (IFE) rumbo a los comicios del 2009, sostuvo John Ackerman, especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Manifestó que, en los hechos, el proceso de selección reprodujo el esquema del 2003, cuando PRI y PAN lograron incorporar consejeros afines a sus posturas, situación que se reproduce ahora y el PRD se queda sin nadie que tenga una cercanía ideológica. Lo paradójico, cuestionó, es que entonces el partido del sol azteca protestó por su exclusión y ahora celebra esa marginación.

A su juicio, los tres nuevos consejeros –Leonardo Valdés, Marco Antonio Baños y Benito Nacif– apuntan a mantener el estatus quo en el IFE, a dar por finiquitado –sin profundizar más en las investigaciones– el tema de los espots, o bien a proceder a la destrucción de las boletas electorales dando así por cancelado el proceso para acceder a ellas que se ha promovido entre ciudadanos. Aseveró que todo apunta a que el nuevo discurso institucional será dejar pasar ya lo sucedido en 2006 y construir hacia el futuro sin mirar atrás. Sin embargo, alertó que sobre la mesa están, en la agenda inmediata, las indagatorias relacionadas con el mercado negro de promocionales que hicieron los partidos, tema que el anterior Consejo General parece haber optado por minimizar.

Ackerman recordó que el nuevo presidente, Leonardo Valdés, tuvo en su desempeño como consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal dos posiciones clave: votar en contra de aceptar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal en 2000, y avalar que el entonces candidato panista al mismo cargo, Santiago Creel Miranda, haya rebasado los topes de campaña. Con esos antecedentes, dijo en entrevista con este diario, cuesta trabajo pensar que Valdés pueda ser considerado como una cuota perredista, cuando su actuación fue favorable al PAN.

Sin embargo, acotó, habrá que esperar su desempeño como consejero presidente para determinar si puede iniciarse la recuperación de la credibilidad del organismo, pero de entrada “parece difícil pensar en un principio de recuperación de la legitimidad del IFE con la designación de estos nuevos consejeros”. Subrayó que en la reciente reunión de diputados perredistas efectuada en Los Cabos, éstos le plantearon a Javier González Garza cinco nombres para darle mayor flexibilidad en las negociaciones. Sin embargo, entre los nominados no estaba Leonardo Valdés, e incluso, enfatizó, ni en una lista de diez personajes que circuló días después. El especialista definió a Benito Nacif, postulado por el PAN, como un hombre “extremadamente conservador, muy cercano a Felipe Calderón, que en su momento promovió un desplegado, junto con Héctor Aguilar Camín y otros intelectuales, en contra de la remoción de los consejeros”. Es un “amigo íntimo de Luis Carlos Ugalde” y su llegada sólo puede entenderse como una asignación “pura y fiel” del panismo en el Consejo General.

Para el investigador, Marco Antonio Baños es un personaje de la vieja guardia priísta que dominaba el IFE en los primeros años de su creación: “Es el brazo derecho de Felipe Solís Acero y la mano izquierda de Manlio Fabio Beltrones”. Se trata, resumió, de un cuadro absolutamente priísta que en su momento fue muy cercano a la entonces secretaria general ejecutiva y actual presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, María del Carmen Alanís, pues ambos “fundaron la empresa de asesoría a partidos Demos, y de hecho, cuando Alanís la dejó, Baños quedó al frente”. Ackerman reprochó la opacidad final que tuvo la Cámara de Diputados para decidir. “Tendría que hacer públicas las razones por las cuales Genaro Góngora o Mauricio Merino no pudieron quedar en el nuevo Consejo General del IFE”, concluyó.
  • Perfil del nuevo consejero presidente
(Roberto Garduño y Enrique Méndez)

Leonardo Antonio Valdés, ayer Leonardo Antonio Valdés, ayer Foto: IFE

En el ensayo que presentó para registrarse en el proceso de renovación del Instituto Federal Electoral (IFE), el presidente electo del Consejo General, Leonardo Antonio Valdés Zurita, ponderó que la renovación de consejeros forma parte del ajuste institucional “para volver a sincronizar el marco normativo” del sistema electoral con la competitividad en los comicios. Y alertaba: “No hacerlo podría poner en riesgo la estabilidad de nuestra convivencia social y eso, ninguno de los participantes en este proceso, estoy seguro, lo deseamos”.

Valdés Zurita, quien ayer fue designado presidente del IFE, es doctor en ciencia social con especialidad en sociología por El Colegio de México, y licenciado en economía por la Universidad Anáhuac. Es profesor titular de tiempo completo en la Universidad de Guanajuato, y como parte de su experiencia en comicios fue director ejecutivo de Organización Electoral en el IFE, así como consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF). Además, entre 1985 y 1988 fue representante de los desaparecidos Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y Partido Mexicano Socialista (PMS) en los comicios de 1985 y de 1988, ante la Comisión Federal Electoral. Como parte de su ensayo, Valdés Zurita hizo referencia a la incertidumbre sobre el resultado de la elección presidencial de 2006. Dijo: “La disminución de la diferencia de votos entre los ganadores y sus adversarios más cercanos terminó por poner en duda, para un segmento significativo de la sociedad, la certeza y legalidad de los resultados electorales”.

También abordó la injerencia “de otros actores” distintos a los partidos en el proceso de ese año, y aseguró que al modificarse la norma electoral para prohibir la participación de terceros en la contratación de espacios publicitarios, los partidos serán los únicos obligados a convencer a los ciudadanos de otorgarles su voto. Otro tipo de intervención “no sólo no fortalece al sistema de partidos, sino que tiende a debilitarlo”, aseguró.

IFE: arreglo turbio
EDITORIAL
Tras meses de jaloneos, en los que se vulneró el decoro institucional, las fracciones partidistas de San Lázaro designaron a un nuevo presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) y a dos consejeros de recambio. El hecho, que a primera vista podría parecer un primer paso para remontar el descrédito de ese organismo, en realidad lo ahonda, habida cuenta de la manera tan poco transparente –es decir, turbia– en que se alcanzó el acuerdo correspondiente: en negociaciones nocturnas, a espaldas de la sociedad y sin tomar en cuenta las trayectorias de los candidatos.

Habría sido deseable, y hasta exigible, que el proceso de renovación del instituto electoral y la selección de sus nuevos funcionarios hubiese pasado por una discusión, de cara a la ciudadanía, de los perfiles idóneos para los cargos a ocupar y de los lineamientos que deben regir a esa institución en los próximos años a fin de restituirle su credibilidad y su autoridad moral, demolidas por el mal desempeño del Consejo General pasado durante las campañas y las elecciones presidenciales de julio de 2006. En cambio, la selección de los nuevos funcionarios electorales se caracterizó por las exclusiones sin argumentación, las postulaciones arbitrarias y los vetos inexplicados.

Debe recordarse que el Consejo General que operó el IFE hasta el año pasado fue integrado en el marco de una componenda entre los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), de la que se excluyó al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Unos años más tarde, en las campañas y en las elecciones presidenciales de 2006, el IFE toleró la descarada intromisión presidencial para favorecer a su candidato y perjudicar al opositor; consintió la ilegal incursión propagandística de las cúpulas empresariales en contra del aspirante de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador; sesgó la difusión de los resultados de la jornada del 2 de julio; se negó en redondo a esclarecer las fundadas sospechas en torno a tales resultados y a permitir un recuento de los sufragios y, para colmo, el entonces presidente del Consejo General, Luis Carlos Ugalde, se excedió en sus facultades legales al proclamar a un vencedor de los comicios, con lo que dejó al descubierto su parcialidad y su supeditación al Poder Ejecutivo.

De noviembre del año pasado a ayer se llevó a cabo una redición de la componenda, con la única diferencia de que en esta ocasión se permitió participar en ella a los legisladores perredistas y hasta se terminó por aceptar a la persona propuesta por ellos para la presidencia del IFE. Los excluidos, en esta ocasión, fueron los ciudadanos en su conjunto. Sin dar oportunidad al debate y a la exposición de programas por parte de los posibles, y sin recabar el sentir de la sociedad sobre las trayectorias que mejor podrían garantizar el regreso de la independencia y la imparcialidad al organismo electoral, los partidos políticos se dieron a sí mismos un arbitraje tan dudoso como el anterior.

En suma: si la designación de los tres nuevos funcionarios electorales, incluido el consejero presidente, no se decidió con base en las capacidades personales y en el debate público, cabe sospechar que se haya fundado en el cálculo de lealtades de los postulados a los postulantes, en intercambios de posiciones de poder por apoyos parlamentarios y en concesiones en materia de programa político. Es real e inevitable, por ello, el riesgo de que los funcionarios recién designados no se conduzcan con la imparcialidad necesaria y que actúen no con el propósito de cumplir la ley sino para pagar favores. Más allá del organismo electoral, cabe preguntarse qué habrá comprometido la bancada del sol azteca a cambio de que los diputados panistas y priístas aceptaran entregar la presidencia del organismo electoral a una persona propuesta por el PRD. Más aún, hay margen para dudar de que este “nuevo IFE” sea capaz de remontar la sima de desprestigio a la que lo condujo el anterior Consejo General, encabezado por Luis Carlos Ugalde.


NUEVA IZQUIERDA DEL PRD, no tiene empacho de quedar ante la opinión pública como TRAIDORES
De lo que no se pueden librar es de su propia ineptitud, nada hacen bien...

Kikka Roja