Notimex (12:16 p.m.)
Kikka Roja
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ESCUCHÉ EL AUDIO DE LA ESPOSA DE UN DETENIDO Y ME VAN A DISCULPAR...
EL GOBIERNO ESPURIO DE FELIPE CALDERON ES UNA BURLA
LOS PINCHURRIENTOS PANISTAS TERRORISTAS, ESTÁN COMO LOCOS FABRICANDO PRUEBAS CONTRA PERSONAS INOCENTES.
ENTREVISTA CON: SRA. ESPERANZA FAJARDO ORTÍZ.
CARGO: ESPOSA DE JUAN CARLOS CASTRO GALEANA.
TEMA: ES UNO DE LOS INCULPADOS POR LA P.G.R. DE LA DETONACIÓN DE LAS GRANADAS EN MORELIA MICHOACÁN Y QUE FUE TRASLADADO AL PENAL DE PUENTE GRANDE JALISCO.
Morelia: Zetas estaban esposados y golpeados Lemic Madrid Agentes aseguran que los sospechosos declararon, de motu proprio, que eran los narcoterroristas; en el telefonazo delator se informó que ellos estaban amarrados en ApatzingánAgentes de la Procuraduría General de la República (PGR) reconocieron que los tres acusados del atentado en Morelia fueron encontrados amarrados y golpeados, y que la dependencia los ubicó sin que se llevara a cabo una labor de inteligencia.La unidad de intervención sólo recibió órdenes “para obtener datos del lugar en que pueden ser buscados” los sujetos conocidos como El Tierra Caliente, El Grande y El Socio. Según el parte informativo del personal adscrito a la Agencia Federal de Investigación (AFI), para la mañana del 25 de septiembre pasado no se tenía conocimiento de que estas personas tuvieran antecedentes penales o vínculos delictivos. Sólo se debía ejecutar la orden de localización.En el oficio SIEDO/UEITA/10985, del que Excélsior tiene una copia, se establece que el comando federal encontró a los tres hombres sentados en una habitación: con un lazo fueron inmovilizados por los pies y en las manos y estaban esposados.La declaración que entregaron los agentes de la AFI detalla que se realizó un operativo de intervención en un inmueble en construcción localizado en el poblado de Antúnez, porque sospechaban que había personas en peligro. “Escuchamos gemidos de personas, por lo que los suscritos a gritos les manifestamos que éramos agentes federales investigadores y que salieran con las manos en alto, escuchamos varias voces.“Por lo que también de forma inmediata, con las medidas de seguridad y al ver que estaban en peligro vidas humanas, procedimos a brincar la barda y entramos, abrimos el zaguán y, una vez en el interior, encontramos en una estancia a tres individuos del sexo masculino sentados en el piso.“Vimos que efectivamente estaban amarrados, esposados y vendados de la cara, por lo que los suscritos procedimos a preguntarles quiénes eran y qué había pasado en el lugar”, señala el informe de los agentes.En el expediente sobre el atentado registrados durante los festejos patrios de Morelia, en el que resultaron heridas al menos 101 personas y hubo ocho muertos, se detalla que la declaración de los AFI ha sido esencial para sustentar las acusaciones de este caso. Y es que al momento de quitarles la mordaza a los tres hombres inmovilizados, según el oficio SIEDO/UEITA/10985, los hoy sospechosos confesaron de motu proprio su participación en lo que se denominó el primer acto narcoterrorista en nuestro país.Según los agentes federales, sólo se les había preguntado su identidad y qué había ocurrido en el lugar: “Manifestaron llamarse, cada uno, Julio César Mondrágon Mendoza, con alias César o El Tierra Caliente, de 36 años de edad, de Lázaro Cárdenas.“Juan Carlos Castro Galeana, con alias El Grande, de 37 años de edad, originario de Acapulco, Guerrero; y Alfredo Rosas Elicea, con alias El Socio, de 46 años de edad y originario de Lázaro Cárdenas, Michoacán.“Manifestaron pertenecer al grupo de Los Zetas y que sus compañeros los tienen aquí desde el día 16 de septiembre del año en curso; que ellos tres fueron los que lanzaron las granadas el 15 de septiembre del presente año en Morelia, Michoacán, en la plaza Melchor Ocampo”. En el parte informativo firmado por un agente “C” de la AFI y dos testigos, adscritos a la Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas, se detalla que los tres hombres reconocían su participación en los hechos violentos de Morelia mientras eran rescatados.“Nos tienen aquí porque cuando nos dimos cuenta del daño que habíamos causado y la magnitud de las muertes causadas le reclamamos al sujeto que le dicen El Bola, que esto no se valía, por lo que ellos pensaron que nosotros desertaríamos de la organización y pondríamos en riesgo la identidad de varios otros integrantes del grupo.“Por lo que ellos mismos nos levantaron, nos trajeron hasta aquí, nos golpearon, esposaron y vendaron la cara, es desde entonces que estamos aquí”, indica el parte informativo, sin precisar cuál de los tres sujetos declaró lo anterior.Al encontrarse coincidencia entre los nombres suscritos en la orden de localización y la identidad de las personas, señala el documento, se realizó el traslado a la SIEDO.En el oficio SIEDO/UEITA/10985 se especifica que, la operación de intervención se realizó con base en un telefonazo anónimo hecho el 24 de septiembre de 2008 a las 14:00 horas. En la llamada se informó que los sospechosos ya estaban “amarrados” en una casa de Antúnez, en Apatzingán, y también se aseguraba que eran zetas. |
PRESENTA LA SIEDO A 3 PERSONAS QUE CONFESARON HABER LANZADO LAS GRANADAS Y PERTENECER A LOS ZETAS ¿SERÁ TÚ?
DETIENEN A: Julio César Mondragón Morales, Juan Carlos Castro Galeana y Alfredo Rosas Elisea,
Que por UNA LLAMADA ANÓNIMA
Foto: Detenidos 3 Zetas autores materiales, explosiones 15 de septiembre Atentados Morelia: subprocuradora Marisela Morales Ibáñez
LAS "MAS VIEJITAS" PRIMERO JAJAJAAA
Su grupo, en la orfandad. Álvaro Delgado http://gobiernolegitimobj.blogspot.com/ El mismo día en que asumió la Secretaría de Gobernación, el miércoles 16 de enero de este año, Juan Camilo Mouriño pretendió negar su aspiración de ser candidato presidencial y relevar a su jefe, Felipe Calderón. "No es mi proyecto, no vengo a eso. Vengo a ser el titular de la Secretaría de Gobernación y seguramente tendré un estilo propio y distinto a quienes han ocupado la titularidad con anterioridad", expresó. -En el argot político, como se dice, ¿se da por muerto? -No, ese no es mi lenguaje. Lo que sí le puedo decir, asegurar, y quiero ser muy claro al respecto, es que ese no es mi proyecto ni es esa la razón por la que llego a la Secretaría de Gobernación. Sin embargo, justamente por ese cargo, Mouriño robusteció el grupo político que comenzó a integrar desde que era coordinador del equipo de transición de Calderón y después como jefe de la Oficina de la Presidencia, el mismo que ahora -con su repentina muerte- queda en la orfandad. Ese grupo -un subgrupo del felipismo- incluye secretarios de Estado, subsecretarios, gobernadores y delegados federales, pero también dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN) de todas las jerarquías, así como diputados y senadores. La tupida red de relaciones del político que nació en 1971 en Madrid, España, fue tejida gracias a su poder de asignar cargos en la estructura del gobierno federal y que usó, además, para ejercer influencia en el PAN, inclusive ya con Germán Martínez como presidente. Aunque en el homenaje luctuoso, el jueves 6, Calderón lo describió casi como un héroe nacional y estadista sin mácula - "fue objeto de críticas y víctima de calumnias"-, Mouriño acumuló numerosas evidencias del poco aprecio por la transparencia y, sobre todo, del uso faccioso del poder público para conseguir objetivos políticos. Jamás aclaró el uso de un pasaporte como ciudadano español después de que ya había optado por la nacionalidad mexicana, menos aún informó sobre su doble nacionalidad, y fue él quien confesó la autenticidad de los contratos que, como servidor público, firmó con Petróleos Mexicanos (Pemex) a nombre de Ivancar, S.A. de C.V., una de las empresas familiares. Él fue, también, quien ejecutó la estrategia para integrar, primero, una mayoría afín al grupo de Calderón en el Consejo Nacional del PAN y, después, formalizar el triunfo de Martínez, cuya candidatura única exhibió la imposición desde la casa presidencial, tal como lo denunciaron numerosos panistas. El mismo Mouriño hizo proselitismo en Ciudad del Carmen, Campeche, a bordo de una camioneta oficial de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), conducida por el delegado en esa entidad, Enrique Iván González López, según fotografías que exhibieron panistas que tomaron la sede de su partido, el 4 de mayo de 2007, inconformes con las imposiciones del entonces jefe de la Oficina de la Presidencia. Desde ese mismo cargo, Mouriño designó a la mayoría de los delegados federales de las secretarías de Estado, que en el caso de Campeche -el estado que su familia adoptó para levantar su imperio económico- incluyó a personajes sin aptitudes, con el objetivo de ganar adeptos para el Consejo Nacional. "El gobierno federal está comprando conciencias a través de su operador Juan Camilo", acusó en su momento el diputado federal Jorge Nordhausen. Inclusive, afirmó, Mouriño celebró una reunión en su casa, el viernes 27 de abril, previo a la celebración del Consejo Estatal, para "comprar voluntades" entre panistas del estado encabezados por la entonces presidenta estatal del PAN, Nelly Márquez. "Sus palabras textuales fueron: 'Tengo 40 subdelegaciones, con sueldos de 20 mil a 45 mil pesos mensuales, pero nosotros vamos a ganar el Consejo Estatal y el Consejo Nacional'", aseguró Nordhausen, quien acusó: "Mouriño tiene un poder discrecional para repartir el botín, aunque los designados no den el perfil." Por ejemplo, el delegado de la Semarnat, Iván González López, es pediatra, pero además apoyó a los candidatos perredistas en las elecciones federales. "Es un acto totalmente incongruente de parte de Mouriño. ¡Incongruencia total, porque no tiene el perfil que se requiere y además apoyó al PRD. Todos los carmelitas lo sabemos!" -¿Y por qué lo nombró? -Solamente porque él opera los intereses de Juan Camilo. Es el mismo caso del nuevo delegado de la Procuraduría Agraria, Juan Manuel González Navarrete: "¡Desplazó a un panista que tenía 10 años trabajando en el sector y él es un técnico en computación. Ah, pero es operador de Mouriño!" En la delegación del Registro Agrario Nacional, añadió, Mouriño nombró a Socorro Gamboa Vela: "¡Es una maestra de kínder! ¡Por favor! Ella también es operadora política a favor de sus intereses. Son votos cautivos". En la subgerencia corporativa de Desarrollo Social de Petróleos Mexicanos (Pemex) también intervino Mouriño al designar a Hiram Manzanero Carillo, afirma Nordhausen: "¡Pero es maestro de karate! ¡Qué nos pasa!". Nordhausen afirmó: "Estos actos de incongruencia tienen muy molestos a los campechanos, pero sobre todo a los panistas, como yo, que queremos regresar a la mística que teníamos, y ahora resulta que los altos funcionarios compran conciencias. ¡Mira cómo operaron la rechifla a Manuel Espino!". En efecto, ya con una mayoría en el Consejo Nacional, la facción del PAN encabezada por Calderón sometió a Espino a un ruidoso repudio en la Asamblea Nacional celebrada el sábado 2 de junio de 2007, en León, Guanajuato. Quienes orquestaron la rechifla fueron identificados: Alejandro Vázquez Cuevas, presidente del PAN en Veracruz y cuyo hermano Alfonso es delegado de la Secretaría del Trabajo; Guillermo Gallard, presidente de ese partido en Hidalgo, y Ulises Ramírez, quien era entonces senador por el Estado de México y luego coordinador de asesores de Mouriño. En la rechifla intervinieron, también, panistas de Zacatecas, Chiapas, San Luis Potosí y el Distrito Federal, encabezados por Mariana Gómez del Campo, sobrina política de Calderón, muy allegada también a quien entonces ocupaba la Oficina de la Presidencia. Justamente Gómez del Campo es la principal promotora de un aspirante al gobierno del Distrito Federal y uno de los políticos más allegados a Mouriño, el expriista poblano Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo y quien, junto con César Nava, secretario particular de Calderón, le estimulaban sus aspiraciones presidenciales. Grupo a la expectativa Aunque era sabida su ascendencia sobre Calderón, y aun su jerarquía como jefe de gabinete, casi todos los altos funcionarios del gobierno mantenían una relación institucional con Mouriño, incluyendo a Josefina Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública (SEP), cuya rivalidad con él venía de la campaña. Pero había un sector que, aun con las menguadas posibilidades de aspirar a la candidatura presidencial, seguía apostando por él. A nivel de secretarios, Mouriño mantenía una estrecha relación con Georgina Kessel, de Energía; Ernesto Cordero, de Desarrollo Social; Gerardo Ruiz Mateos, de Economía, así como con el director de Pemex, el priista Jesús Reyes-Heroles, y con la gerente corporativa de Desarrollo Social de la paraestatal, la expriista Yolanda Valladares. Entre otros mouriñistas dentro del gabinete se encuentran Patricia Flores Elizondo, jefa de la Oficina de la Presidencia; Mario Laborín, director de Nafin y Bancomext; Patricio Patrón Laviada, exgobernador de Yucatán, y Sigritz Arzt, secretaria técnica del Consejo de Seguridad Nacional, que presidía Mouriño. En las dos cámaras del Congreso, Mouriño logró también integrar a prosélitos: Entre los senadores más allegados se encuentran Guillermo Anaya Llamas, de Coahuila; Rodolfo Dorador, de Durango; Guillermo Padrés, de Sonora, y Alberto Villarreal, de Guanajuato. En la Cámara de Diputados, Mouriño tenía, inclusive, un "club de admiradoras", integrado entre otras por la poblana Violeta Lagunes, la chihuanuense María Eugenia Campos y las guanajuatenses Elia Hernández y Pilar Ortega, ésta última exhibida por traficar con influencias para aprobar un trabajo académico. Con el fin de aprobar un examen de un curso en la Universidad de Harvard, Ortega solicitó el apoyo de Jordy Herrera, subsecretario de Energía, exsecretario particular de Calderón y justamente otro de los amigos íntimos de Mouriño. De la Oficina de la Presidencia mudó a sus colaboradores a la Secretaría de Gobernación, entre ellos a su secretario particular, Abraham Cherem Mizrahi, y a Rodrigo Fernández Igual, coordinador de agenda. Mouriño incorporó como subsecretarios a sus amigos Cuauhtémoc Cardona, de Enlace Legislativo; Ana Teresa Aranda, de Población, Migración y Asuntos Religiosos; Irma Pía González Luna, de Normatividad de Medios, y Daniel Cabeza de Vaca, de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos. Como oficial mayor nombró a Abel Cuevas Melo y a Arne aus den Ruthen Haag como coordinador de asesores, quien dejó el cargo en Ulises Ramírez. Aunque parecía inexplicable la ratificación de un subsecretario que había estado con Ramírez Acuña, sobre todo si era su alumno político, Mouriño dejó en el cargo a Abraham González Uyeda, en cuyo rancho se efectuó el destape de Calderón, en 2004, y quien se incorporó al equipo de campaña como coordinador de Giras, en sustitución del también jalisciense Alonso Ulloa. En el PAN también hizo sentir su presencia: En las secretarías del CEN, Mouriño colocó a Jorge Manzanera Quintana, secretario general adjunto, y a los secretarios de elecciones, Alejandro Villalobos Bayón, y de Fortalecimiento Interno, Javier Rodarte de la Rosa, los tres socios en Desarrollo y Operación de Campañas (Docsa), la empresa que sirvió de fachada a la actuación del español Antonio Solá en la guerra sucia de 2006. Al inicio de la gestión del actual Comité Ejecutivo Nacional, y por influencia de Mouriño, fue nombrado secretario general el senador coahuilense Guillermo Anaya Llamas, compadre de Calderón, pero Martínez logró sustituirlo por su amigo Rogelio Carvajal. Aunque adversarios, por ser parte de subgrupos distintos, Mouriño y Martínez trabajaron juntos, y aun éste hizo una defensa abierta de quien era secretario de Gobernación, cuando estaba en auge el escándalo de los contratos: "Él es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad... ¡Eso representa Juan Camilo Mouriño!" |
"Traía la aleta prendida..." MARCELA TURATI, reportera. http://cndbenitojuarez.blogspot.com/ Revista Proceso (www.proceso.com.mx) # 1671, 9/11/2008; Testimonios de quienes vieron desplomarse el jet ejecutivo en el que viajaba el secretario de Gobernación coinciden: el aparato se precipitaba incendiándose de la "cola" o una "aleta". En la siguiente crónica, esos relatos de quienes estuvieron en la zona donde se estrelló la nave, junto con los de algunos sobrevivientes, revelan también la dimensión de los temores que se hallan enquistados en el ánimo de los capitalinos: "¡Fueron los narcos, fueron los narcos..." Las descripciones populares: Una bola de fuego cruza el aire. Tiene ruido de motor y forma de miniavión blanco. La nave vuela encendida. Lleva lumbre. En "la aleta", dicen unos; en "la cola", recuerdan otros. Se desploma casi en Periférico y en hora pico. Jala un cable de alta tensión. Provoca un apagón. Cimbra el suelo. Explota y se hace llamas. Contagia de fuego todo a la redonda. Enciende autos, los quema uno tras otro, con todo y tripulantes. Abrasa a personas que estaban en la calle. Ilumina el cielo de color naranja y lo deja encendido durante horas. lll Margarita Camilo Chico siente el estruendo en la espalda ("haga de cuenta que era una bomba"). Voltea y encuentra un incendio. Corre hacia las llamas. La impulsa el instinto: su hijo quinceañero acaba de irse del puesto de dulces con rumbo a donde ahora se ve el fuego. Varios flamazos la detienen: las explosiones simultáneas de carros la mueven hacia atrás. El fuego se extiende como telón. Entre las llamas distingue algunas en forma de personas. Hombres y mujeres antorchas que corren angustiados. El corazón se le estruja: uno de ellos puede ser su chamaco. lll Los gritos se suceden como las explosiones: "¡Coooorraaaan, los coches se están prendieeendooo!". En segundos el inconsciente colectivo traiciona y modifica la tonada: "¡Coches-bomba, coches-bomba!". Son los síntomas del trauma post-Morelia, el impacto de nuestro 15-S. Desde el segundo piso del número 5 de la calle de Pedregal, un curioso se asoma por la ventana momentos después de la explosión. Horrorizado, se aleja del cristal como movido por un resorte. No aguantó ver fuego en movimiento, fuego desesperado, fuego en forma de silueta humana que corre angustiada intentando huir de la propia piel. lll Los automovilistas varados miran cómo los carros de adelante se queman en cadena y tratan de echarse en reversa. El fuego ni siquiera les da tiempo de pensar en bajarse, ya lo tienen encima, manoseando el tanque de gasolina. No hay a dónde hacerse. Los de adelante se calcinan, los que vienen atrás presionan para que la fila avance, sin saber que más allá no hay conductores. Son las 6:45 de la tarde, hora pico en la confluencia de Monte Pelvoux, Paseo de la Reforma, Pedregal y Ferrocarril de Cuernavaca, Periférico y Palmas, zona de edificios con helipuertos, de corporativos con nombres gringos, de niños y niñas bien y lugar elegido para la polémica Torre Bicentenario ("¿Se imagina tamaña tragedia si el avión se estrella contra la torre?", dice una vecina. "A esa hora pasa un carro por segundo", dice el ingeniero Adán Rabiela. "Es la hora de salida de los trabajadores, esto estaba lleno", alterna otra vecina, incrédula de que oficialmente sean cinco los muertos que no iban en el avión.) lll El auxiliar de computación Francisco Velázquez ve que del cielo cae un avión que "traía la aleta prendida". Hace trizas varios carros. Su lumbre agarra a otros. Un Fiesta rojo está en la hilera de carros que intenta pasar a Reforma. Estefanía Rosette, la conductora, siente el impacto y las explosiones que le siguen. No sabe qué ocurre, de pronto su auto está rodeado de llamas y del cielo cae una especie de lodo que salpica los vidrios. Ve por el retrovisor que los carros de atrás se queman. Abandona el asiento pero un policía le ordena que regrese y avance. Es la última que escapa del fuego. Tras ella se corta la fila. Avanza por Reforma, el olor a combustible es insoportable. Nerviosa, se detiene a unos metros del Auditorio Nacional y telefonea a su novio. Él le pide que deje el auto y llame al seguro. Después llegarán hombres y mujeres con batas blancas que examinarán la carrocería y señalizarán las salpicaduras de tejido humano. lll El avión cae justo frente al cajero automático de un HSBC. La persona que en ese momento sacaba dinero se tira al piso. La cabina de cristal blindado la salva. No tiene tanta suerte el joven que recién salió de la oficina a fumar un cigarro y que será imagen de la tragedia en varios noticiarios. Su novia trabaja a dos cuadras. Los empleados del banco intentan domar las llamas con extintores a base de chisguetes. El chapoteadero inútil de espuma sólo refresca la lumbre. El fuego crece alimentado por el combustible. José Andrés de la Cruz, del Grupo de Apoyo Técnico de Telmex, corre hacia la nube naranja, directo a un auto prendido y saca a una pareja de ancianos. La señora emite quejidos, casi inconsciente. Su esposo, a un lado, la consuela. Él sólo ardió de manos, cara y pelo. Los valet parking y los viene-viene que controlan las calles de la zona son de los que más se la rifan en eso de disputarle al fuego las vidas humanas. "Todos buscábamos una cobija para el señor que ya no traía ropa", dice el valet José Manuel Fonseca. "Traía puros jirones y lo empezamos a apagar con las manos", dice su colega Alfredo Ramírez. El hombre desnudo les pide que le quiten los zapatos hechos chicle. Ellos dudan. No quieren que al jalarlo se despegue también la planta de los pies. lll De un carro huye un hombre. Es Pedro Sánchez. Está quemado. La vecina Elizabeth Vázquez lo ayuda a salir del fuego y lo acompaña en el piso. No puede calcularle la edad. Las quemaduras le borraron los rasgos. Él se queja, le duele el cuerpo. Ella le pide que se concentre en cosas positivas. Él le dice que iba a recoger a su hijo, que estaba por llegar a su trabajo. Comenta que teme que los policías le roben su cartera (no se da cuenta que quedó hecha cenizas). Siente dolor. Ella le pide que se bloquee, que piense en su familia y en todo lo que queda por hacer. Se acompañan. Juntos repiten: "Padre Nuestro, que estás en el Cielo...". Se acercan unos policías. Le gritan a Elizabeth que no estorbe. La sacan del lugar, atrás del vallado. Ella contiene la rabia. Al día siguiente se enterará de que Pedro Sánchez aguantó sólo medio día. Tenía 58 años. lll En el negocio HomeLab esperan a una diseñadora. Varios empleados están asomados a la ventana. Ella está perdida, le dan instrucciones por teléfono y se fijan en la calle por si la ven pasar. Ella alcanza a decirles que cayó "un misil". El suelo se cimbra. En Corpofin, casa financiera, tiembla cuando los ejecutivos están en junta. "Algo cayó del cielo", grita alguien que justo está asomado a la ventana. Se va la luz. Explota afuera. El cielo se vuelve naranja. Todos se avientan debajo de la mesa. El financiero Alberto Gómez piensa que es una bomba. El efecto del narcoterror lo traiciona. "Parecía una película de guerra", dice Gómez al día siguiente en la cafetería gourmet donde almuerza y donde todos los comensales tienen una historia que contar. Hasta que llegó a su casa Gómez se enteró de que uno de los tripulantes era el secretario de Gobernación. "Lo primero que pensé fue: 'Este es el narco, guerra frontal, van a sacar al Ejército a las calles'", admite al día siguiente, con una sonrisa nerviosa. "Todo mundo trae el show del narco contra el gobierno", afirma en el mismo restaurante el publicista Jorge González, testigo de la tragedia. No sólo en este café el discurso de guerra hizo nido. La percepción es generalizada. "Pensé que había sido una bomba, con eso de que mucha gente mata por matar", dice el cuidacoches Jesús Villegas, que quedó en shock al ver que algo explotó donde segundos antes había unas 15 personas. "Esto no es casual, es un sabotaje, una venganza, un atentado contra el gobierno. Es un choque de trenes narcos-gobierno. Se necesita mano dura, aplicarles pena de muerte", opina el ingeniero Adán Rabiela, vecino de la calle Pedregal 17, que asegura haber visto 20 personas quemadas, tiradas en la banqueta. "Es muy grave todo lo de la violencia que se desató este año, y da miedo. Antes esto sólo se veía en países como Irak o Paquistán, no aquí, se me hace un poco feo y triste", lamenta el barman del café Beretta. Aunque dice que hasta esta semana no sabía quién era el secretario Mouriño, considera que el avionazo es efecto de la violencia desatada. lll El dictamen colectivo apunta a que los culpables fueron "los narcos", así de general, esa especie de coco moderno que, aunque nadie sabe qué cosa es, vendrá y te comerá. Son los síntomas del trauma que ha dejado "la guerra contra el narcotráfico, que costará muchas vidas"; la aceptación como destino de la colombianización mexicana; del miedo instalado en el estómago. lll El Ejército toma el control de la zona. Los funcionarios de bata de laboratorio espulgan el terreno. Los empleados de la Compañía de Luz reparan el cableado. Los policías federales hacen valla antimirones. Los judiciales del DF se quejan detrás de la valla porque no los dejan entrar. Unos perros se cuelan al área siniestrada y no precisamente para oler explosivos. Los soldados los corretean: "¡Úchtale, úchtale!". Los judiciales federales van de negocio en negocio: "¿Usted vio algo?" lll De Washington las cámaras se trasladan a Paseo de la Reforma. Interrupción del programa porque acaba de caer una avioneta en el cruce de Palmas y Periférico. Transmisión en vivo desde el accidente. El conductor, cara de compungido, anuncia que esos escombros que se alcanzan a observar son los restos de un avión y que, versión sin confirmar de por medio, uno de los pasajeros posiblemente era el secretario de Gobernación. En minutos lo da por cierto. Sí, era Juan Camilo Mouriño acompañado de José Luis Santiago Vasconcelos, el azote de los narcos. Las palomitas saben diferente, como amargas. El triunfo de Barack Obama también. lll Las ambulancias están paralizadas junto al tráfico. Los fans de El Potrillo Fernández, que dará un concierto en el Auditorio Nacional, y la salida unánime de las oficinas tienen las vías paralizadas. Los carros de bomberos y las pipas de agua están en el embotellamiento. Los vecinos de la colonia Molino del Rey se improvisan como tránsitos. Desvían a la gente, abren rutas alternas, se comunican con las ambulancias. Trasladan heridos a la lateral del Periférico para que ahí los recojan las ambulancias. lll "Por favor, me urge. ¿Alguien me puede decir dónde consigo la lista de los heridos?": es la súplica angustiada de una lectora de El Universal on line. La lista se oficializará al día siguiente. Por el momento fueron 14 muertos y más de 40 heridos. lll Margarita Camilo Chico, la vendedora de dulces, llora abrazada a su hijo que le dobla la estatura y viste chamarra negra deportiva. Se abrazan. Su quinceañero no estaba entre la lumbre. Su nieta se les abraza a los dos y juntas lloran de la pura angustia. Melitón Valentín, esposo de Margarita, está triste. Suplica infructuosamente a los militares que lo dejen ir al Jetta a buscar el dinero que tenía apartado para pagar la letra del carro y para ver si sobrevivió la póliza de seguro. En las noticias se ve el carro convertido en un armatoste quemado sin vidrios ni pintura. lll Unos chamacos van peinando el parque a media noche. Buscan entre los matorrales restos humanos para fotografiarlos. Al día siguiente los voceadores de los periódicos tabloides hacen su agosto en el perímetro de la tragedia. Con altavoces y frases macabras se disputan a los mirones: "¡Llévelo, llévelo: mueren calcinados...!" "¡Muertos, heridos y quemados... Así quedaron, vea las fotos...!" "¡Vea los muertos y quemados de aquí, de las Lomas...!". lll La cultura del sospechosismo está en su auge. De pronto todo mundo es experto en aviación y tiene una fundamentada teoría. "Si hubiera explotado en el aire los pedazos estarían regados hasta Santa Fe... Nunca lo van a decir, no les conviene... Se desplomó, es obvio... Estaba a 30 segundos de campo Marte, podía haber apagado el motor y llegar del puro vuelo... Al avión lo tiraron." "Hable y díganos cuál es su hipótesis: ¿atentado?, ¿accidente?", invita un locutor de radio. El veredicto unánime, por más que el secretario de Comunicaciones y Transportes se empeñe en decir que todas las evidencias apuntan a que fue un accidente aéreo, es que "fueron los narcos". lll Una cruz blanca, una treintena de veladoras y un altar sencillo con una cartulina: "Los colonos de Molino del Rey sentimos las pérdidas humanas". Los vecinos que ayudaron a salvar vidas se reúnen por las tardes para volver a encender las veladoras. "Me dan mucha tristeza todos los muertos, también el de Gobernación, en primera porque es un ser humano, en segunda porque la suya fue una muerte horrible, en tercera porque es miembro del gabinete del presidente y es feo que no dejen al gobierno trabajar y tomen venganza", dice con velas blancas en la mano la vecina Yolanda Ramírez, todavía aturdida. |
MIENTRAS LAS PEQUEÑAS EMPRESAS QUIEBRAN, LOS OBREROS PIERDEN SU TRABAJO, LOS CAMPESINOS SE MUEREN O SE VAN DE BRACEROS,
LOS POLITICOS VENDEN POR PEDAZOS EL TERRITORIO MEXICANO, LLENAN SU PANZAS Y SUS CHEQUERAS, CON EL DINERO QUE TE SACA HACIENDA.
LA TIRADA DE FELIPE CALDERON ES RETORCER LAS LEYES ELECTORALES CON ESTE ABOGADO PARECIDO A LA COYOTA EL JEFE DIEGO. EL IFE SIGUE SECUETRADO.