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sábado, 24 de octubre de 2009

Desfiladero: Hoy: Gran Asamblea Nacional de Resistencia Popular

Desfiladero

Hoy: Gran Asamblea Nacional de Resistencia Popular
Jaime Avilés

Todos quieren pasarse de listos y escurrir el bulto, pensando en 2012, pero lo cierto es que las tres vertientes del salinismo priísta en la Cámara de Diputados –la de Beatriz Paredes, la de Francisco Rojas y la de Enrique Peña Nieto– aprobaron, junto con el PAN y casi sin modificaciones, el paquete económico de Calderón después de negociarlo con Carstens. En círculos zedillistas se habla incluso de un acuerdo previo a la votación del miércoles en la madrugada: el monumental secretario de Hacienda habría concertado una mayor derrama de recursos para los gobernadores del PRI, que redundaría en beneficio de la campaña presidencial de Peña Nieto.

Esto, agregan los que afirman que saben de qué lado masca la iguana, habría causado gran escozor en Los Pinos. De modo que cuando los organismos patronales y las grandes empresas como Telmex repudiaron la catarata de nuevos impuestos recién adoptada por la aplanadora de San Lázaro, César Nava culpó al PRI de haber votado por una propuesta insuficiente e incompleta, y los priístas aprovecharon el supuesto insulto para fingir que se molestaban, tachar a Nava de irresponsable y dejarlo todo en manos de los senadores de don Beltrone.

¿Qué fue lo que disgustó a los dueños de México? En primer lugar, que los priístas hubiesen rechazado el impuesto de 2 por ciento a todos los productos, incluyendo alimentos y medicinas, y que habría sido pagado obligatoriamente por el conjunto de la población. En la negociación con Carstens, ese 2 por ciento se redujo a la mitad y se convirtió en el punto que se añadió al IVA, para que éste subiera de 15 a 16 por ciento, sin gravar comida ni fármacos.

Pero lo que sobre todo irritó a los patrones y a quienes aún cuentan con un empleo fue el aumento de 28 a 30 por ciento al impuesto sobre la renta (ISR) –es decir, al salario– y las cargas fiscales de 3 por ciento a los servicios de televisión por cable e Internet (por esto último brincaron Televisa y Slim, tras advertir que la medida los haría perder clientela). ¿Qué harán los senadores priístas al respecto?

El paquete económico de Calderón es catastrófico por donde se le vea: reducirá aun más el poder adquisitivo del salario, disminuirá el consumo, obligará a que las tiendas vendan menos y las fábricas produzcan menos, por todas estas razones se perderán más empleos, se agudizará el estancamiento económico y arreciará la desesperación social. Los únicos objetivos que persigue esta deleznable estrategia son conservar los salarios faraónicos de la alta burocracia y los injustificables privilegios de los grandes consorcios que no pagan impuestos. A cambio, con el Ejército y la policía en las calles, Calderón no aspira sino a mantenerse en el poder para seguir saqueando las riquezas públicas.

¿Cómo van los senadores priístas a diseñar un programa fiscal alternativo? ¿Acatarán los deseos de los dueños de México echando abajo el aumento al IVA, dejando el ISR en 28 por ciento, eliminando los gravámenes a televisión por cable e Internet, y restaurando, en cambio, el impuesto de 2 por ciento contra la pobreza? Quién sabe. Con el monto de lo recaudado por este concepto, Calderón esperaba financiar programas como Oportunidades y Procampo, para manipular con ellos la compra de votos en 2012. ¿Don Beltrone lo complacerá con tamaño obsequio?

La pregunta de fondo es cómo va Calderón a cubrir el gasto corriente de su gobierno (o lo que sea) sin aumentar impuestos, desaparecer secretarías de Estado, quitarle recursos a las universidades, succionar los fondos del Seguro Social, apostar en el casino de la Bolsa con los ahorros de los jubilados, etcétera. No lo sabe y no es capaz de imaginar siquiera una solución distinta; sus prejuicios políticos y sus limitaciones intelectuales le impiden ver más allá de Carstens, que es otro bueno para nada.

Sin embargo, la respuesta a esa pregunta sí existe y está en los dos anteproyectos de ley que redactaron los legisladores del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Uno plantea la reducción en 50 por ciento de los salarios y prestaciones de la alta burocracia, de directores generales para arriba, hasta llegar a los ministros de la Suprema Corte y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Con la aplicación de esa medida, Hacienda ahorraría 200 mil millones de pesos en 2010.

El otro anteproyecto, en caso de convertirse en ley, obligaría a las grandes empresas a pagar, por lo menos, 300 mil millones de pesos en impuestos, una parte mínima de lo que adeudan al fisco desde los tiempos de Fox. Con esos 500 mil millones de pesos legítimamente recuperados, se taparía el boquete de Carstens y sobraría para impulsar actividades productivas que de veras reanimen la economía del país. ¿Van los senadores del PRI a tomar en cuenta ambas propuestas? Desde luego que no.

Pasado mañana, a las 5 de la tarde frente al Senado, habrá un mitin masivo, presidido por López Obrador, y acompañado por trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), en que el Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular exigirá a los legisladores de la cámara alta que modifiquen radicalmente el bodrio aprobado en San Lázaro por los diputados salinistas del PRI y del PAN.

Hoy, desde las 10 horas, en la sede del SME (Insurgentes centro y Antonio Caso), se llevará a cabo una Gran Asamblea Nacional de Resistencia Popular a la que están citados representantes de trabajadores, campesinos, indígenas, maestros, estudiantes, transportistas y colonos; periodistas honestos, científicos, artistas e intelectuales; del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética y del movimiento obradorista, para comenzar a discutir el carácter de la huelga nacional que diversos sectores sociales están dispuestos a emprender con tal de lograr la abolición del decreto que extinguió ilegalmente Luz y Fuerza del Centro.

De esa convergencia bien puede surgir un pliego petitorio más amplio, que se oponga al proyecto fiscal del PRI y del PAN y, por lo que toca a los estudiantes, que rechace los recortes presupuestales (calculados en 800 millones de pesos) a las instituciones de educación superior. No deja de ser asombroso que, hasta el momento, el único universitario que está haciendo activismo en todos los foros públicos contra el plan de Calderón sea el rector de la UNAM, don José Narro Robles. ¿Qué estarán esperando los jóvenes para salir a defender la viabilidad de sus centros de estudios, o en otras palabras, la calidad de su capacitación profesional y la posibilidad de transformar a México mediante la investigación científica y el desarrollo tecnológico?

Pésimo ajedrecista, con sus diezmadas piezas acorraladas en el tablero, más débil que nunca, Calderón ha cometido el gravísimo error estratégico de poner en marcha una triple ofensiva: contra el sindicato más antiguo y combativo del país, contra las universidades públicas y contra los últimos vestigios de una clase media a punto de hundirse, y reunirse con el grueso de la población en el abismo de la pobreza. Pero él también tiene un pie en el abismo y sólo cuenta con el apoyo de los levantacejas y de los uniformados (entre éstos, los futbolistas que irán a Sudáfrica). De modo que si todos los sectores que se sienten agraviados por su absurdo plan económico se unifican, la viabilidad de su gobierno (o lo que sea) muy pronto estará en duda.

Desde Montevideo, por su parte, Eduardo Galeano y Helena Vilagra enviaron al buzón de esta columna fotos de una imponente manifestación en el centro de aquella ciudad y país, en donde mañana domingo se efectuará un plebiscito para determinar si ha llegado la hora de acabar con la impunidad de los asesinos que martirizaron al pueblo uruguayo durante la dictadura de los años 70-80. ¡Hermanos queridísimos: que gane el sí!

jamastu@gmail.com

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UNAM ASTURIAS:Sin educación, una sociedad se condena a la maquila

  • Deplora que se escamoteen recursos para la generación y transmisión de conocimientos
  • Sin educación, una sociedad se condena a la maquila: Narro
  • Recibe el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades otorgado a la UNAM
  • La enseñanza superior debe ser accesible a todos bajo criterios de calidad y equidad, asevera
Foto El rector José Narro recibe de Felipe de Borbón el acta del premio Príncipe de Asturias otorgado a la UNAMFoto Notimex
Armando G. Tejeda Corresponsal Periódico La Jornada Sábado 24 de octubre de 2009, p. 3

Madrid, 23 de octubre. La ciudad de Oviedo, capital de Asturias, se convirtió por un día, por unas horas, en uno de los centros neurálgicos del mundo, desde donde se lanzaron mensajes contundentes sobre el estado actual y el futuro del planeta. Las pandemias que nos acechan, el pasado reciente de enfrentamiento cerril por la división ideológica, la pobreza, la falta de oportunidades, la niñez y su futuro sombrío y la educación como única vía para no condenar a los países en vías de desarrollo a la maquila y a la medianía fueron algunos de los asuntos defendidos con estruendo y vehemencia en la ceremonia de entrega de los premios Príncipe de Asturias 2009.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) compartió escenario con otras instituciones y personalidades que han aportado algo singular, valioso al planeta. Ahí estaban, junto a José Narro, rector la máxima casa mexicana de estudios, Norman Foster, el arquitecto de la era global que mejor domina el espacio, la luz y la materia; el escritor albanés Ismail Kadaré, un hombre que enfrentó la tiranía de su país con cánticos voluptuosos de literatura y reflexión; y los representantes de la Organización Mundial de la Salud –nacida en 1948–, que ha luchado contra males atávicos en la historia de la humanidad: las pandemias, los virus que fulminan civilizaciones o las enfermedades que lenta, pero sistemáticamente van socavando poblaciones enteras.

Melodías mexicanas y gaitas

En un abarrotado Teatro Campoamor, lugar emblemático y querido en la capital asturiana, se reunieron como cada año personajes de las diversas ramas del saber, la investigación y la creación. Y ahí estaba la UNAM, con sus más de cuatro siglos de historia, con sus más de 300 mil alumnos, con la vastedad de su pasado guardado en sus aulas y en sus jardines. La universidad pública más grande y de mayor prestigio de Iberoamérica, que fue reconocida con el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Antes de entrar en el teatro, el rector Narro escuchó melodías populares mexicanas entonadas por las tradicionales gaitas asturianas, instrumento de viento heredado del pasado celta de la región.

Los príncipes de Asturias, Letizia y Felipe, encabezaron el acto más importante del año para este principado. Un acto en el que las personas presentes y las millones que lo siguen por Internet y por televisión está centrado en los discursos, en los mensajes de esperanza y el diagnóstico, en ocasiones crudo, del estado del mundo.

El rector Narro abordó una cuestión vital: el asunto de la educación como única herramienta realmente útil para luchar contra la desesperanza, el atraso, la marginación y la pobreza.

Después de agradecer el respaldo de miles de personas e instituciones para que la UNAM fuera reconocida con este prestigioso galardón, Narro explicó que este reconocimiento se lo merecen por igual los millones de estudiantes que han pasado por sus aulas, los ex rectores y profesores que han derramado su conocimiento y dedicación, todas aquellas personas que han contribuido a construir la universidad pública más importante de Iberoamérica.

Luego, ya en un tono más severo, habló de futuro, de los riesgos latentes de condenar a un país como México a la maquila y la medianía.

Para el ser humano el conocimiento siempre ha sido importante, pero ahora es fundamental. No hay campo de la vida en el que no influya el saber. Por esto preocupa tanto el desinterés de algunos en la materia, como que en muchos sitios no sea una prioridad o que se le escamoteen los recursos para su generación y transmisión. Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila, a la medianía en el desarrollo, señaló.

Narro también recordó a los miles de exiliados republicanos a quienes después de ser orillados a una diáspora cruel y prolongada, México les abrió las puertas y la UNAM les ofreció sus aulas para que impartieran sus cátedras, para que propagaran el conocimiento que el régimen de Francisco Franco despreció con odio y un fusil en la mano.

Narro, flanqueado por Foster y Kadaré, reivindicó de nuevo la importancia de la educación pública, laica y comprometida con la sociedad a la que sirve. Resulta indispensable reivindicar el derecho a la educación. Por ello es necesario insistir y volverlo a hacer. La educación es vía de la superación humana, de la individual y la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia. Como bien público y social, la educación superior debe ser accesible a todos bajo criterios de calidad y equidad. Por eso duele que en el mundo de hoy, con sus grandes desarrollos, vivan cerca de 800 millones de personas que no saben siquiera leer y escribir.

Por último, Narro lanzó un diagnóstico sobre la crisis que recorre el planeta: La oportunidad que nos ofrece el fracaso del sistema financiero es proponer nuevos esquemas de desarrollo que permitan a los jóvenes recuperar la esperanza en un futuro alentador.

El rector estuvo acompañado por una nutrida delegación de la UNAM, entre ellos los ex rectores Guillermo Soberón, Octavio Rivero, José Sarukhán, Juan Ramón de la Fuente, Jorge Carpizo y Francisco Barnés de Castro. Todos escucharon del anfitrión de los premios y de la ceremonia, del príncipe Felipe, estas palabras: la UNAM ha contribuido decisivamente a vertebrar, abrir y modernizar una sociedad que sin su existencia sería, sin ninguna duda, menos próspera y mucho menos vital.

Narro abandonó el abarrotado teatro con el acta del premio en la mano, mientras decenas de gaitas tocaban el himno asturiano.

Felicitación presidencial

En la ciudad de México, el presidente Felipe Calderón reiteró su felicitación a la UNAM por haber obtenido ese galardón.

En un comunicado de dos párrafos, la Presidencia señaló que la UNAM, institución de orgullo para todos los mexicanos, refrenda con ese reconocimiento su valor en la difusión académica, cultural y científica del país.

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Hervor de sangre: René Delgado

SOBREAVISO
Hervor de sangre
René Delgado
24 Oct. 09

Es una tras otra... y ya son muchas. La novedad es que, ahora, son cada vez más frecuentes y cínicas, pero tantas burlas, tantas groserías, tantos agravios cometidos contra la ciudadanía comienzan a hacer hervir la sangre.

Desde luego, a la élite política le da lo mismo. Muy poco le importa añadir un gramo, un kilo o una tonelada de malestar a la inconformidad y al descontento social que aumentan día con día. Su indiferencia es explicable. En contraste con la ciudadanía que no acaba de encontrar cómo participar de conjunto en la construcción de su propio destino, esa élite ha tejido una compleja red de complicidades que la asegura en el poder, haciéndola no sólo inamovible sino también incontrolable.

Es imposible de pronosticar el desenlace de la situación que está engendrando esa élite ensoberbecida, pero el divorcio entre ella y la ciudadanía agraviada adquiere de más en más el perfil de una ruptura.

* * *

Semana a semana, si no es que diario, la desconsideración de esa élite hacia quienes supuestamente representa se manifiesta. Se puede buscar como alivio ciudadano lo excepcional y, entonces, celebrar que por ahí hay algo que aplaudir... Sin embargo, la normalidad aniquila ese ejercicio. El catálogo de groserías es inmenso. Esta semana, es difícil seleccionar la mejor de ellas.

¿Cuál es la ganadora? ¿El aviso hecho a la ciudadanía de que acepte y pague los impuestos sin chistar, y deje a esa élite gastar o despilfarrar a gusto lo recaudado? ¿El opaco nombramiento de las comisionadas encargadas de salvaguardar la transparencia? ¿La comparecencia del secretario del Trabajo que en vez de crear empleos, los liquida; una sesión a cargo del ex secretario del Trabajo que no pudo rescatar a los mineros sepultados en Pasta de Conchos? ¿La cachaza del panista César Nava aventándole al PRI la responsabilidad del mazacote fiscal de su gobierno? ¿El penúltimo despilfarro de José Luis Soberanes en spots para presumir cuán confiable es? ¿El diputado Gerardo Fernández Noroña que ha hecho leña de su curul para alimentar las piras que construye? ¿Cuál grosería es la ganadora?

Lo más obsceno de esa agresión sin fin a la ciudadanía es el aplauso que a sí misma se brinda la élite política. Se aplauden entre ellos y si no a solas frente a un espejo, después del nuevo agravio cometido. Están fascinados en su juego.

Los diputados priistas y los panistas aplauden a más no poder el mazacote fiscal aprobado porque, sin pretenderlo, ese paquete resultó profundamente democrático: a todo mundo dejó descontento. César Nava está orgullosísimo de su desempeño: ha hecho en semanas lo que a Germán Martínez le tomó meses. Gerardo Fernández Noroña está que no cabe de gusto, es el primer parlamentario sin parlamento.

* * *
Es tal el cúmulo de agravios que la ciudadanía no acaba de reponerse y reaccionar frente al más reciente, cuando la élite le estampa otro.

A nadie, es cierto, le gusta pagar impuestos, pero pesa más hacerlo cuando no se sabe en qué y cómo van a gastarse. Tapar así el boquete de 300 mil millones de pesos, de pronto, es un sinsentido. Y lo es porque como el gobierno carece de proyecto y equipo, la recaudación termina siendo el caldo del gasto no ejercido que, para no perderlo, se despilfarra nomás para que no baje su monto el próximo año.

Ahí está como monumento al derroche, la barda perimetral derruida y reconstruida en el IFE junto con los baños de la institución. Ni lo uno ni lo otro se requerían, pero como el recurso ahí estaba había que derrocharlo en algo. Acreditar la imposibilidad de reducir el presupuesto.

Ahí está la reforma petrolera que más de una vez colocó al país al borde de una crisis institucional. Salió lo que podía salir, la élite política la aplaudió primero, después la consideró insatisfactoria y, sin haberla instrumentado, ahora pretende la reforma de la reforma. ¿Por qué la grosería?

Ahí está el magnánimo gesto de los representantes con sus representados. Nomás pa' demostrar qué tan conscientes son de la adversidad económica y cómo se sacrifican junto con la ciudadanía, esta vez no mandarán hacer en oro su fistol. La ciudadanía les queda profundamente agradecida. Por favor, mantengan y, si pueden, eleven el gasto en otros rubros. El detalle del fistol exige recompensarlos de algún modo.

Nomás no embona el discurso del cambio estructural con la política del parche fiscal. Nomás no embona la promesa de voten no anulen cuando, arrellanados en su curul, los diputados se conducen como siempre, distantes de la ciudadanía que presumen representar. Nomás no embona la creación de institutos autónomos para garantizar el voto, los derechos humanos o el acceso a la información cuando al final los integrantes de esos organismos sellan su credencial en el club de la élite política.

* * *

En todos los campos, en todos los poderes de la Unión y de la Federación, día a día, se comete algún agravio contra la ciudadanía y, lo peor, la acumulación de éstos no escribe el prólogo de una sacudida social que reencauce al país por el sendero del bienestar, la certeza jurídica, la garantía de la seguridad, la certidumbre política así como de la convivencia civilizada y pacífica.

Cada sector ciudadano reacciona como puede, sin articular la suma del malestar y la inconformidad, y vela, entonces, sólo por su interés grupal, gremial, vecinal sin conseguir ver al país en su conjunto. Malo eso, peor resulta advertir que en el marco de la polarización y el encono sembrados por la élite política, a veces esos sectores ciudadanos buscan en otro sector de la propia ciudadanía la causa de su malestar. Se trenza entre sí y se vulnera así la posibilidad de sumar y organizar esa energía para actuar contra la élite política a la que, en esa confusión ciudadana, resella el salvoconducto de su sobrevivencia.

Hierve la sangre pero ese hervor no promete acciones ciudadanas, organizadas y articuladas, en la dirección de desplazar a esa élite política que frustra la energía, la creatividad, la gana de realizar un país capaz de insertarse en la competencia de aquellas otras naciones que, ahora, vemos con sana envidia.

* * *

Es claro que cuando un país anda en busca de héroes capaces de realizar una hazaña es porque arrastra problemas de enorme magnitud y porque, a fin de cuentas, no encuentra en la cotidianeidad y la colectividad el camino hacia la prosperidad y el bienestar que anhela. Hierve la sangre pero no basta sólo eso. ¿A dónde vamos?


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