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viernes, 12 de febrero de 2010

LIBRO: Manú Dornbierer: Memorias de un delfín: parar el entreguismo de "politicastros" a los intereses de EU

  • La periodista dio a conocer su obra Memorias de un delfín, editada por Libros del Sol
  • Dornbierer llama a parar el entreguismo de "politicastros" a los intereses de EU
  • Pide voltear la mirada al "acuario del mundo", el golfo de California, para defenderlo
  • La autora reitera que ya no desea escribir sobre política y ahora se deleita con la ciencia ficción
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 5

"El horror que vivimos en México con esta guerra atroz no nos debe impedir ver otras cosas, como que este es un mundo maravilloso que tenemos que salvar", afirmó la periodista Manú Dornbierer durante la presentación de su libro Memorias de un delfín (Libros del Sol).

En un encuentro efectuado la tarde del miércoles en la Casa de la Primera Imprenta de América, la escritora hizo un llamado para voltear la mirada hacia "el acuario del mundo" (el golfo de California) y detener a los "politicastros" que quieren hacer dinero a costa de los recursos naturales del país, "pues, como en el petróleo y todo lo demás, hay en ellos mucho entreguismo a los intereses de los vecinos del norte", denunció.

La escritora reiteró que ya no desea hacer libros sobre política, pues de estos hay miles. Ahora se deleita en la ciencia ficción y en esta novela describe la transformación de un científico en un cetáceo y lo que sucede a partir del rencuentro de las dos especies más inteligentes del planeta (La Jornada, 8/09/09).

Nos creemos dueños del planeta

Acompañaron a Dornbierer el coordinador general de Difusión de la Universidad Autónoma Metropolitana y su colega Cristina Pacheco, quien señaló, a propósito del libro de Manú: "no me parece justo que un animal tan inteligente y hermoso sea motivo de las burlas, bromas absurdas y acciones atentatorias. Pero no es el único animal que es víctima de nuestra estupidez, casi todas las especies lo son, porque nos creemos dueños del planeta cuando no somos más que una parte mínima e insignificante de él".
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Manú Dornbierer, el miércoles, en la Casa de la Primera Imprenta de América, donde presentó su libroFoto Guillermo Sologuren

La periodista explicó que además de ser una novela, Memorias de un delfín “es un libro didáctico, de viajes, a través del cual podemos descender a la profundidad de los mares y empezar a entender a esa criatura que es tan interesante como el ser humano.

"A este viaje donde recibimos información de manera permanente gracias a la habilidad de Manú, agregaría otro: ella nos abrió su memoria, su archivo personal y nos da una serie de referencias que tienen que ver con sus amplios conocimientos acerca de la literatura, de la ciencia, del mundo clásico, de la filosofía, del cine. Nos hace viajar por todos esos ámbitos que han sido suyos."

Pacheco también resaltó el hecho de que la autora hace un homenaje en su novela a Jacques Cousteau, el investigador y fotógrafo francés que abrió los mares al mundo. Pero también en la novela "hay una crítica permanente a la intolerancia y a la incapacidad de comunicarnos".

En su turno, Raúl Hernández comentó que Memorias de un delfín "es también una historia de amor en la búsqueda de reciprocidad, de paz y consistencia entre todos los seres que poblamos el planeta", pero sobre todo, puntualizó, se trata de un libro "sumamente crítico con respecto de la condición humana, la agudeza de la autora recurre a frases poéticas para aludir el lado oscuro de la humanidad y la evolución de su perversión".

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AMLO: "Infamia", lo hecho contra Cananea

  • Recorrió Jilotepec y Teotihuacán
  • El Poder Judicial sigue sometido a la oligarquía: AMLO
  • "Infamia", lo hecho contra Cananea, dice
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Durante su gira por Teotihuacán, Andrés Manuel López Obrador lamentó el fallo de la Suprema Corte contra los trabajadores de Cananea y aseguró que el bufete de abogados del titular de Gobernación, Fernando Gómez Mont, es el que defiende a Grupo México, cuyo dueño es Germán LarreaFoto La Jornada
Israel Dávila y Javier Salinas
Corresponsales
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 18

Jilotepec, Méx., 11 de febrero. Andrés Manuel López Obrador aseveró que el Poder Judicial sigue sometido a las órdenes de la oligarquía que controla el país, como lo muestra "la infamia" contra los mil 400 trabajadores de Cananea, cuya huelga fue declarada ilegal por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El ex jefe del Gobierno capitalino sostuvo que el abogado de Germán Larrea, dueño del Grupo México, que controla esta minera, es nada menos que el bufete jurídico del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.

"En el país sigue habiendo infamias y ésta es una más. Germán Larrea, dueño de Grupo México y su abogado Gómez Mont sometieron a magistrados del Poder Judicial para declarar inexistentes las relaciones entre la empresa y los trabajadores que están en huelga en Cananea", dijo.

En su cuenta de Twitter, el "presidente legítimo" informó además que solicitó al legislador Arturo Núñez, presidente del Grupo para la Atención del Conflicto Minero en Cananea, que el próximo martes presente en el Senado "un punto de acuerdo para impedir la represión a los trabajadores mineros".

El ex candidato presidencial visitó hoy los municipios de Jilotepec y Teotihuacán, al norte del estado de México, donde se reunió con los comités del movimiento que encabeza.

Aquí comentó que las alianzas entre partidos de izquierda y el PAN son una muestra más de la descomposición política en el país.

La firma de alianzas electorales de PRD, PT y Convergencia con el PAN, como la que se concretó ayer en Oaxaca con Gabino Cué como candidato a la gubernatura, no es avalada por su movimiento, dijo.

"Él (Gabino Cue) tomó esa decisión y el PRD lo avaló. Yo no estoy de acuerdo con ninguna alianza ni con el PRI ni con el PAN, porque significan lo mismo, son una mafia."

Respecto de la renuncia a las filas del PAN del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, comentó que "se trata de un circo más de la oligarquía. Todos son lo mismo, todo es un engaño y hablar de eso es perder el tiempo".

De las inundaciones en el estado de México y el Distrito Federal, dijo que parte de ellas tienen que ver con las fallas de energía eléctrica permanentes por la negligencia de los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, que no pudieron echar a andar a tiempo las plantas de bombeo.

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PRD y PT CREEN QUE SALE GOMEZ MONT Y ENTRA MOLINAR HORCASITAS

  • Calderón autorizó negociar el aumento al IVA a cambio de no firmar alianzas: Espino
  • PRD y PT consideran inminente la salida de Gómez Mont de Gobernación
  • El encargado de la política interna resta credibilidad a su actuación como operador: académicos
  • Vázquez Mota resta importancia a la renuncia del secretario al Partido Acción Nacional
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Emilio Chuayffet y Alejandro Encinas en San LázaroFoto Jesús Villaseca
Roberto Garduño, Enrique Méndez, Alma Muñoz y Laura Poy

Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 13

La renuncia de Fernando Gómez Mont al panismo avivó en la Cámara de Diputados un debate entre los detractores del secretario de Gobernación, a quien consideraron víctima de las alianzas electorales entre los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), y del lado contrario los representantes del partido en el gobierno expusieron que el hecho no afectará la interlocución entre ellos y la administración federal.

En tanto, el ex dirigente nacional del PAN Manuel Espino dijo que el presidente Felipe Calderón alentó las coaliciones con el PRD, pese a que sabía del pacto que hizo el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para que apoyara el paquete fiscal a cambio de que el blanquiazul no estableciera ninguna alianza con la izquierda.

En entrevista con Radio Fórmula, Espino aseguró que el acuerdo del gobierno con el PRI no pudo ser negociado por Gómez Mont sin contar con el aval del Presidente.

Consideró que el funcionario renunció a su militancia para "lavar la cara al gobierno", aunque debería convertirla en una renuncia completa, ya que comprometió los intereses del partido desde el gobierno.

Añadió que esa práctica no se puede justificar en el PAN y tampoco en el gobierno, tras calificar como un montaje la decisión del secretario.

Espino retó al funcionario a informar públicamente de las razones que lo motivaron a renunciar al PAN. No estoy de acuerdo en que hay secretos, porque Fernando Gómez Mont no trabaja para una empresa particular, trabaja para el gobierno de todos los mexicanos y como mexicano yo le exijo que diga si él acordó con el PRI facilitar el incremento del impuesto al valor agregado (IVA) a cambio de detener las coaliciones del PAN con el PRD.

Mientras diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), PRD y Verde comentaban –por separado– que el equipo de Gómez Mont había comenzado a elaborar el acta de entrega de la dependencia, y Juan Molinar Horcasitas había cancelado sus actividades para el día de ayer, el PRD y Partido del Trabajo (PT) avizoraron nuevos episodios de crisis entre el gabinete de Felipe Calderón y el PAN.

Josefina Vázquez Mota, coordinadora panista en San Lázaro, dijo respetar la decisión que tomó el funcionario y que no afecta ni afectará la interlocución con la bancada del blanquiazul, dado que "estamos hablando de un encargo que le ha dado el presidente Felipe Calderón y que, sin duda, tiene que cumplir encomiendas muy importantes para el país".

Al responder a la postura de la oposición en torno a probables dificultades en su partido, la legisladora rechazó que el PAN esté en crisis. Acción Nacional trabaja en sus órganos tal como está establecido y siempre ha sido una institución abierta a las voces discordantes, a las diferencias, a las coincidencias, pero por encima de todo es un partido con convicciones, enfatizó.

–¿La postura de Gómez Mont influirá negativamente en la relación con el PAN?

–Me parece que no cambian la posición ni el mandato ni las encomiendas que tiene el secretario de Gobernación. Más allá de militancias partidistas, obedece y trabaja para una institución de las más relevantes y de mayor peso político para el país, es un colaborador, sin duda, muy cercano al Presidente de la República y no observo que la decisión respecto de su militancia en el partido deba modificar su agenda.

Con una postura contraria, Alejandro Encinas calificó la carta firmada por el funcionario como crónica de una renuncia anunciada. "Desde que el secretario de Gobernación descalificó las alianzas y coaliciones que existen en la ley y es un derecho constitucional, se deslindó de la posición de su partido y evidentemente está atado indisolublemente al acuerdo fundamental que existe entre el PRI y el PAN", agregó.

Consideró que la versión más consistente respecto de las motivaciones reales de la renuncia es la que apunta a un acuerdo incumplido entre el gobierno, el PAN y el PRI, para que se aprobara el paquete fiscal a cambio de no participar en la alianza con el PRD y Convergencia, en Oaxaca.

Encinas dijo que hay una crisis profunda, pues lo que plantea Gómez Mont no solamente es una diferencia adentro de su partido, sino una ruptura del acuerdo básico que fue la fuente de legitimidad de Felipe Calderón, pues el PRI fue el que otorgó la legitimidad que Calderón no obtuvo en las urnas.

Por su lado, el petista Jaime Cárdenas Gracias consideró que el gesto del funcionario, cuestionando la política de alianzas del PAN, "echa por tierra desde el punto de vista del secretario de Gobernación, las posibilidades de acuerdos en ambas Cámaras para sacar adelante reformas. Esa es la lectura que yo le doy a la renuncia de Gómez Mont".

Herón Escobar, también del PT, insistió en que el funcionario debe dejar la Secretaría de Gobernación, mientras politólogos de la Universidad Autónoma Metropolitana señalaron que la renuncia de Gómez Mont a su militancia panista, "no sólo pone en dificultades al PAN, también resta credibilidad como operador político al propio funcionario, pues actúa más en una lógica de chantaje al retirarse del juego porque no se aplican sus reglas".

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FOTO: FELIPE CALDERON NO ES BIENVENIDO EN CIUDAD JUAREZ


  • Todos somos Juárez se convirtió en foro de protestas ciudadanas contra la violencia
  • Discúlpeme, Presidente, no le puedo dar la bienvenida: madre de dos ejecutados
  • "Vivimos los efectos de una guerra que no pedimos", reclaman a los funcionarios federales
Claudia Herrera Beltrán
Enviada
http://www.jornada.unam.mx/2010/02/12/index.php?section=politica&article=005n1pol
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 5

Ciudad Juárez, Chih., 11 de febrero. La mujer menuda, de baja estatura, caminó hacia el presidium y llorando encaró al presidente Felipe Calderón: "Le apuesto a que si hubiera sido uno de sus hijos, usted se habría metido hasta debajo de las piedras y hubiera buscado al asesino; pero como no tengo los recursos, no lo puedo buscar".

Luz María Dávila perdió a sus hijos Marcos y José Luis Piña durante la matanza del 31 de enero y fue quien desde que empezó el foro Todos somos Juárez. Reconstruyamos la ciudad, marcó la pauta de las protestas que cercaron al Presidente, a los secretarios de Estado y a las autoridades locales.

Junto con otras cinco señoras, Dávila le dio la espalda al michoacano cuando comenzó a hablar ante un grupo de representantes de la sociedad civil.

Mientras Calderón ofrecía disculpas por haber dicho que el homicidio de los adolescentes fue en un pleito entre pandillas, la señora negaba con la cabeza todo lo que escuchaba, mientras era vigilada por escoltas del Estado Mayor Presidencial (EMP).

El Presidente no volteó a ver a las mujeres, entre las que estaba Olga Esparza, de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, cuya descendiente Janette Alanís está en la lista de cientos de jovencitas que han sido desaparecidas o asesinadas en esta ciudad de la maquila.

"Vengo a escuchar a los juarenses"

La ejecución de los adolescentes en una fiesta de cumpleaños hizo que los juarenses reclamaran justicia. En el Centro de Convenciones Cibeles no tuvieron paciencia y apenas los funcionarios exponían los puntos de su estrategia para recuperar la paz, eran increpados.

El "yo vengo a escuchar a los juarenses" fue seguido fielmente por los representantes de las organizaciones civiles que habían pasado retenes militares y vallas para llegar al foro.

Estaba claro que la señora Dávila no se quedaría callada. Llegó temprano y narró a los reporteros que el Presidente rehuyó reunirse con los familiares donde ocurrieron los asesinatos.

"Nosotros queríamos que se presentara, que diera la cara y que ahí mismo, públicamente, se retractara de todo lo que dijo."

Mientras otras voces reclamaban por la violencia en Juárez, Dávila se escabulló del EMP y caminó hasta el presidium. Ahí estaban Calderón; cinco secretarios de Estado; el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, y el alcalde José Reyes Ferriz, quienes utilizaron la tribuna para pronunciar largos discursos y prometer "jalar" juntos sin importar las diferencias de partido.

La mujer que se puso de espaldas al jefe del Ejecutivo federal lo confrontó:

“Discúlpeme, señor Presidente. Yo no le puedo decir bienvenido, porque para mí no lo es, nadie lo es. Porque aquí hay asesinatos hace dos años y nadie ni nada han querido hacer justicia. Juárez está de luto.

“Les dijeron pandilleros a mis hijos. Es mentira. Uno estaba en la prepa y el otro en la universidad, y no tenían tiempo para andar en la calle. Ellos estudiaban y trabajaban. Y lo que quiero es justicia. Le apuesto que si hubiera sido uno de sus hijos, usted se habría metido hasta debajo de las piedras y hubiera buscado al asesino, pero como no tengo los recursos, no lo puedo buscar.”

Relató que en su casa estaban rezando el novenario y clamó: "quiero justicia, pónganse en mi lugar, a ver qué sienten".

Las autoridades veían con sorpresa y desconcierto el rostro y los gestos de impotencia de Dávila, quien finalmente regresó a la esquina del salón en medio de aplausos, incluso del Presidente. Hasta ahí fue Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, protegida por escoltas y asistentes para intentar consolarla. A ella y a otras madres que lloraban les daban agua y trataban de imbuirles alivio con promesas y palabras, pero las voces de protesta siguieron.

Después vendría el no rotundo de Calderón a la salida del Ejército.

Esto, porque antes Patricia Galarza, representante de la mesa de derechos humanos, exigió: "Que salga el Ejército".

Hubo aplausos, y denunció que hay más de mil casos documentados de desaparición forzada, tortura, ejecuciones extrajudiciales y robos cometidos por elementos del Ejército y de las fuerzas federales. “Lo que ocurre en Juárez –afirmó– es delito de lesa humanidad.”

Explicó: porque Ciudad Juárez está viviendo una catástrofe: impunidad, violación a los derechos humanos, indolencia, corrupción y la incorrecta intervención de políticas públicas.

"Vivimos los efectos de una guerra que no pedimos", sostuvo Galarza, y destacó que ante las próximas elecciones "no podemos ser botín político".

Entre aplausos, Julia Monárrez Fragoso, representante de la mesa social, había planteado que "combatir la violencia con violencia ha tenido altísimo costo en vidas humanas y dolor para nuestra ciudad". Nuestros jóvenes, manifestó, están desolados y hay juvenicidio generalizado.

Algunos asistentes, hartos de los discursos, se lo hicieron ver al alcalde José Reyes Ferriz cuando éste aseguró que estaban ahí para cuidar la ciudad.

"¡Miente, miente!", gritaron y lo abuchearon.

Apenas proponían algo los funcionarios, los increpaban, como cuando una señora demandó que los policías dejaran de trabajar encapuchados y denunció que las cámaras para vigilar las calles no sirven.

Otros interrumpieron varias veces a Calderón. Alegaron que un grupo de jóvenes hizo una manifestación y fue reprimido. "No podemos construir con la macana en la mano", exclamó un hombre que se puso de pie para exigir que los muchachos fueran escuchados, por lo que el Presidente envió al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a atenderlos.

Así transcurrió la sesión. Entre discursos, promesas y la impaciencia de la gente. Como cuando un joven felicitó a Calderón porque tenía planes para ellos, sólo que le hizo ver que "aquí no hay jóvenes. Vea cuántos estamos aquí. Hay miles que quieren hablar". El Presidente propuso: “hagamos un chat para que platiquemos”.

Teresa Almada, defensora de los derechos de los jóvenes, se declaró "desmoralizada" porque el secretario de Educación Pública planteó fortalecer Escuela Segura cuando los juarenses tienen sus propios programas, y lo invitó a asomarse a una preparatoria para que conozca la "represión y el hostigamiento" que sufre ese sector.

Cuando el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, prometió que habría "cero tolerancia" a la delincuencia, otra mujer le respondió: "es a la gente a la que hostigan".

Otra persona relató que un colega suyo, de profesión médico, había sido secuestrado en la mañana. "No se vale, Presidente, y apoye a la sociedad, porque usted está por nosotros", exigió otra voz.

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financiar el déficit fiscal Hacienda busca nueva deuda por más de 5 mil mdd

  • Significará un aumento de 38.4% de los adeudos con BM y BID
  • Para financiar el déficit fiscal Hacienda busca nueva deuda por más de 5 mil mdd
Víctor Cardoso

Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 31

Para financiar un déficit fiscal de 353 mil 400 millones de pesos estimado para 2010, la Secretaría de Hacienda busca contratar nueva deuda externa por más de 5 mil millones de dólares con organismos financieros internacionales, en particular el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Ese monto representará un incremento de 38.4 por ciento en los adeudos del país con esas instituciones, que pasarán de 13 mil 1.6 millones, a 18 mil millones de dólares a finales de este año.

De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Hacienda, los requerimientos financieros del sector público mexicano para 2010 provocarán que la deuda pública total represente al final del año una proporción de 33.2 por ciento del producto interno bruto (PIB). Esto equivale a un crecimiento de 1.5 puntos porcentuales respecto al cierre de 2009.

Para 2010 se estima que la deuda neta del sector público se ubicará en 33.2 por ciento del PIB, lo que representará un incremento de 1.5 puntos porcentuales con respecto al cierre de 2009. De esta forma, la deuda neta del gobierno federal se elevará 1.1 por ciento como proporción del PIB este año, en tanto que la deuda neta de los organismos y empresas del gobierno federal se mantiene y la de la banca de desarrollo se elevará 0.4 por ciento del PIB.

Para sustentar las solicitudes de financiamiento a los organismos financieros internacionales, la Secretaría de Hacienda explicó que se busca aprovechar las condiciones de mediano y largo plazo de los empréstitos que otorgan ese tipo de instituciones y para mejorar el perfil de vencimientos de la deuda externa mexicana.

De acuerdo con informes de la dependencia entre 2004 y 2007 el endeudamiento externo del sector público "fue negativo", es decir, implicó una reducción de la deuda externa. Fue a partir de 2008 que se decidió reiniciar el endeudamiento con organismos financieros internacionales que en el caso de México usualmente ha contratado créditos a plazos hasta por 30 años.

Estimaciones económicas del gobierno federal para este año calculan que el sector público presupuestario presentará un déficit fiscal de 353 mil 400 millones de pesos, equivalente a 2.8 por ciento del PIB, incluida la inversión física prevista para Petróleos Mexicanos. Este faltante se compone de un déficit del gobierno federal por 356 mil 400 millones de pesos (2.8 por ciento del PIB), que será parcialmente compensado por un pequeño superávit esperado de los organismos y empresas por unos 3 mil millones de pesos.

De ahí que el gobierno federal recurrirá a nuevo endeudamiento tanto en el mercado nacional como en el extranjero. Este año se tiene previsto que la deuda neta del sector público alcance una proporción de 33.2 por ciento del PIB, lo que representará un crecimiento de 1.5 puntos porcentuales respecto de 2009.

La deuda interna del sector público ocupará 66.6 por ciento del total, mientras el restante 33.4 por ciento corresponderá a financiamientos externos.

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La violencia institucionalizada: Luis Javier Garrido

La violencia institucionalizada
Luis Javier Garrido
Las políticas demenciales del gobierno calderonista en su supuesta guerra contra el narcotráfico se han revertido contra éste, y la indignación de la población juarense durante la visita hecha por Felipe Calderón y sus colaboradores da testimonio del clima que se tensa cada vez más en el país.

1. La crisis de Ciudad Juárez, generada por el homicidio de un grupo de estudiantes, perpetrado supuestamente por un grupo paramilitar el 31 de enero, y agudizada por las declaraciones injuriosas del Ejecutivo de facto calificando a las víctimas de integrantes de una banda, y más tarde por una serie de ofrecimientos propagandísticos que culminaron con los actos demagógicos del propio Felipe Calderón ayer en una Ciudad Juárez en estado de sitio, están desnudando cada vez más a la política de violencia institucionalizada del gobierno, que ya muy pocos dudan en calificar como una verdadera guerra contra el pueblo.

2. Los grupos ciudadanos de Juárez fueron contundentes tras los acontecimientos y recordaron desde el 2 de febrero, antes de exigir la renuncia de Calderón, que la violencia generalizada es consecuencia de las políticas del gobierno federal y de las acciones violentas del Ejército que han sido impuestas a esa entidad, y subrayaron que los grupos paramilitares o "escuadrones de la muerte" son preparados y protegidos por las fuerzas armadas, y en este escenario aparecen nítidamente las políticas de Washington.

3. El anuncio hecho el martes 9 por un alto funcionario de la administración del presidente Barack Obama enfatizando que la Iniciativa Mérida, que ha sido el instrumento de ayuda militar de Estados Unidos al gobierno panista, se mantendrá "más de lo previsto", constituye una señal muy clara de que la violencia y el amedrentamiento del pueblo, que han sido el eje central de la política de Felipe Calderón, van a proseguir en este año clave de 2010 y en lo que resta del sexenio, y eso es algo que al parecer están olvidando los chihuahuenses.

4. La estrategia de utilizar en México una política de violencia generalizada presentada como una supuesta “guerra contra el narco”, diseñada en el Departamento de Estado, ha buscado someter a los mexicanos a fin de encubrir las políticas de entrega de recursos a las corporaciones extranjeras y de cesión del control de las políticas estatales a Washington, y estas declaraciones no dejan lugar a dudas. El vocero de Obama subrayó en su anuncio que en esta nueva fase la Iniciativa Mérida entrañará una vertiente "social", que supone a) buscar una mayor cooperación de Washington con las "autoridades locales y municipales" de México y b) una mayor vinculación con "la ciudadanía".

5. La pregunta que muchos se hacen tras los últimos acontecimientos es por lo tanto muy clara: ¿dónde está el crimen organizado, en la calle o en Los Pinos? ¿No son acaso sus mafias las que manejan el país mientras gobierna el PAN-Yunque?

6. El gobierno de facto, que ha asumido que no tiene otra alternativa para sobrevivir que la de hundir al país en el escenario de la violencia y del amedrentamiento de la población, y buscar a partir de ahí imponer los cambios que le exige el capital multinacional, intentó en estos días, mediante una campaña de declaraciones, lograr que Washington le diera alguna libertad para utilizar discrecionalmente estos y otros recursos, pero muy pronto fue disuadido de hacerlo por diversos medios, el último de los cuales fue la serie de dibujos animados de South Park en que aparece Felipe Calderón despilfarrando un botín de dinero, y que éste vetó en MTV Latinoamérica como refirió La Jornada el 11 de febrero.

7. La demagogia oficial de la supuesta guerra al narco, según parece olvidarse, beneficia también de manera directa a las trasnacionales, lo que ha ocultado de manera sistemática el gobierno panista. El 70 por ciento de los fondos de la Iniciativa Mérida, que supuestamente busca equipar a las autoridades mexicanas, se asignan desde Washington a corporaciones como Bell, Dyncorp, Cessna, Harris y Northrop Grumman, según un documento del Pentágono publicado por El Universal el 1º de febrero, que con este plan hacen enorme negocio y propician un más fácil control estratégico de las agencias estatales estadunidenses sobre México.

8. El recurso sistemático a la fuerza es un signo de debilidad política que no puede entenderse como un error sino como un crimen contra el pueblo, como en el caso actual. No extraña, por lo mismo, que un gobierno civil débil, aunque sea de facto, recurra a los militares para que respalden decisiones políticas suyas, que generalmente son facciosas, como en su desvarío lo está haciendo Calderón, trastocando todavía más las instituciones de la República. La intervención del general Guillermo Galván, titular de la Sedena, en asuntos políticos el pasado 9 de marzo, exigiendo apoyo a las contrarreformas de Calderón, refleja también, sin embargo, la ignorancia política del gobierno espurio. Esa fecha se conmemora lo acontecido el 9 de febrero de 1913, día en el que el Ejército federal traicionó al pueblo de México, y quebrantando el orden constitucional detuvo y asesinó al presidente Francisco I. Madero.

9. Los problemas de México con Estados Unidos siguen en tanto agravándose ante la incapacidad de un gobierno sin dignidad, que no tiene ya fuerza alguna para negociar con Washington. Luego del anuncio que hizo el presidente Barack Obama (olvidándose una vez más de sus promesas de campaña), indicando que había solicitado el 1º de febrero al Congreso 4 mil 600 millones de dólares para armar mejor a la Patrulla Fronteriza, completar el primer tramo del muro entre los dos países y reforzar las políticas para deportar e identificar a los indocumentados (el Programa E-Verify), no hubo reacción alguna de las dóciles autoridades mexicanas.

10. Las demandas expresadas ayer por algunos sectores de la sociedad civil de Chihuahua a Felipe Calderón de que se termine la violencia y se restablezca el estado de derecho en Ciudad Juárez y en el resto de la entidad, no son, por consiguiente, más que un absurdo. La ruptura de la legalidad constitucional y el establecimiento de un clima de violencia institucionalizada constituyen la piedra angular del proyecto panista-yunquista de gobierno, y así va a ser hasta finales del sexenio si el pueblo no responde de otra manera
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Ciudad Juárez: visita improcedente

Ciudad Juárez: visita improcedente
lajornada
Como era previsible, la presencia en Ciudad Juárez del titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, y de su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, no ha hecho sino exacerbar los agravios cometidos contra la población de esa martirizada localidad fronteriza por las organizaciones delictivas, pero también por las autoridades de todos los niveles gubernamentales.

Al abandono y el desinterés oficial de lustros se sumaron, ayer, la injustificada represión de manifestantes en las calles de Ciudad Juárez por elementos de la Policía Federal, sobre la cual pesan ya diversas acusaciones de indolencia y corrupción. En esta ocasión los aparatosos despliegues policiales sumaron, a la apreciación de ineficiencia, la de una violencia sin propósito ejercida contra la población.

Por añadidura, la disculpa ofrecida por Calderón Hinojosa a los deudos de los estudiantes masacrados hace dos semanas –a quienes el gobernante señaló en una primera reacción como presuntamente vinculados con grupos delictivos– es tardía e insuficiente: tardía, porque la primera rectificación debió provenir del propio Calderón, y no de boca de Gómez Mont; insuficiente, porque durante años el discurso oficial ha pretendido que la inmensa mayoría de los muertos en esta guerra oscura y confusa emprendida por las autoridades eran individuos vinculados a la criminalidad, una caracterización que choca con el sentir de los juarenses –y de los habitantes de otros puntos afectados por la espiral de violencia–, quienes han enterrado, a estas alturas, a muchas víctimas inocentes de la cruzada calderonista.

Por lo demás, lo que da motivo a la disculpa no es únicamente la calumnia oficial contra los jóvenes asesinados en Juárez el 31 de enero, sino la aplicación, en la ciudad fronteriza y en el resto del país, de la estrategia equivocada y errática adoptada desde el primer día de esta administración, centrada exclusivamente en el ejercicio de la violencia del Estado y, según la percepción generalizada, concebida más con propósitos propagandísticos y mediáticos que con miras a fortalecer la seguridad pública y el estado de derecho.

Desde el arranque del gobierno calderonista, numerosas voces alertaron sobre la improcedencia y los peligros de confrontar a la criminalidad sin una visión de conjunto, sin un entendimiento cabal del complejo fenómeno y sin una política integral que solucionara o aliviara, en forma paralela a la persecución de la delincuencia, las causas profundas que le dan origen: la falta de desarrollo económico y social; las carencias educativas, de salud y empleo; los escenarios de marginación multiplicados por el modelo económico neoliberal, aún en vigor. Con el telón de fondo del incremento imparable de la violencia y de las muertes, y a pesar de los reclamos en el sentido de que las acciones gubernamentales no hacen más que agravar lo que pretendían resolver, el gobierno federal persistió, día tras día, semana tras semana y mes tras mes, en defender su política contra el crimen organizado.

Hace unas semanas, las autoridades federales anunciaron por fin, con una discreción contrastante con el bullicio mediático que acompañó el inicio de su cruzada policiaco-militar, la rectificación que numerosos sectores le demandaron durante tres años. Ahora, para la agraviada sociedad juarense, resulta inevitable preguntarse si habrían debido ocurrir tantas muertes y tanta destrucción antes de que el Ejecutivo federal dé un viraje como el que parece estar dispuesto a emprender.

En suma, ningún ceremonial político y ningún despliegue mediático ni policial bastarán para restaurar la confianza de los juarenses en las autoridades en tanto no se ofrezca a la opinión pública una explicación exhaustiva de las consideraciones que pesaron para el cambio de actitud referido; en la medida en que siga ausente la autocrítica de lo realizado en la primera mitad del periodo calderonista y, sobre todo, en tanto la intervención federal en Ciudad Juárez no se traduzca en una real vigencia de la seguridad pública y de los derechos humanos.
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El discurso del general: Carmen Aristegui F.

El discurso del general
Carmen Aristegui F.
12 Feb. 10

Orador único en la ceremonia del 97 aniversario de la Marcha de la Lealtad, el general Guillermo Galván Galván, secretario de la Defensa, pronunció una pieza discursiva inusitada, inquietante y absolutamente fuera de lugar. No puede dejarse pasar, como si nada, el sentido y alcance de lo que dijo el general durante la ceremonia realizada en el patio central del Castillo de Chapultepec. La insólita intromisión de la cabeza de las Fuerzas Armadas en asuntos propios de la vida política y social de nuestro país de forma tan clara y abierta no puede sino interpretarse como una señal. Una mala señal. Del Ejército y de quien comanda a las Fuerzas Armadas del país, es decir, la Presidencia de la República. Difícil entenderlo de otra manera. Si el Ejército se mete en algo que, a todas luces, no es de su incumbencia, que está en curso, que es polémico, que tiene que ver con la forma en la que se compite por el poder político en México, con la forma en la que los civiles disponen las reglas para disputarse espacios y en territorios que nada tienen que ver ni con armas ni con generales, quiere decir que algo camina muy mal. Usar una ceremonia que está diseñada únicamente para refrendar de forma simbólica la lealtad de las fuerzas castrenses a la autoridad civil, como un espacio para promover una reforma política impulsada por Felipe Calderón es un total despropósito. La ceremonia donde el general pronunció su discurso evoca la marcha en la que, hace casi un siglo, Francisco I. Madero enfrentó, como él mismo recordó, "... con férrea actitud las aviesas intentonas de quienes se oponían a su convicción política". El rumor, la intriga y la crítica destructiva, agregó, crearon un ambiente de descomposición social que culminó en amargos desenlaces. La cita histórica hecha por el general era totalmente apropiada, sin duda, para la ceremonia de la que se trataba, siempre y cuando no sirviera de marco para entrar en defensa de una iniciativa política como la que hoy se debate, dejando en el ambiente un aroma extraño que dejó abiertas varias interrogantes. ¿El discurso del general fue a pedido del Presidente o el general actuó por su cuenta para incorporarse, sin más, en la arena política? Si es lo primero, malo. Si fue lo segundo, peor. Usar la figura del general secretario para presionar -y regañar casi- al Congreso para obligarlo a aprobar la reforma que plantea Calderón daña a todos, empezando por el propio Ejército. Apenas hace algunos días el Senado de la República organizó un seminario al cual concurrieron legisladores, gobernadores, críticos y analistas para debatir las iniciativas para impulsar una reforma política en el país. Expresaron ahí puntos de vista diversos, consideraciones múltiples y dejaron en claro -como lo han hecho otros partidos distintos al del Presidente, como el PRI y el PRD- que discutirán el tema y que (vamos a ver) aprobarán una reforma que no será como la enviada por el Ejecutivo. ¿Calderón quiere que sea exactamente como él lo plantea y para ello usa al Ejército como instrumento de convencimiento, disuasión o intimidación frente a quienes plantean otra cosa? ¿Son ellos los "detractores de México" a los que aludía el general Galván? Aunque suene absurdo, cabe la pregunta: ¿alguien está pensando en recurrir a las Fuerzas Armadas para conducir, orientar o sancionar el debate público sobre una eventual reforma política en México? El general, ya entrado en gastos, dijo: "...desde nuestro ámbito miliciano", las prioridades del México contemporáneo "...pueden quedar enmarcadas en dos grandes objetivos: la cohesión social y el acuerdo político. Ambos en aras del interés nacional". Pues sí, son tareas muy loables. ¿Pero de cuándo acá al Ejército le corresponde impulsar el acuerdo político o la cohesión social? Muy desen- caminados andan los que piensan que se puede impulsar una transformación del régimen político o una nueva reforma electoral a partir de un mensaje de las mismísimas Fuerzas Armadas. ¿Dónde tienen la cabeza? Mucho se ha expuesto y desgastado a las Fuerzas Armadas en los últimos años involucrándolas, por un tiempo ya demasiado prolongado, en tareas que no son propias de su naturaleza y que deberían desarrollar las fuerzas policiacas y los sistemas de inteligencia civil como el combate al narcotráfico y al crimen organizado -con resultados por demás lamentables- como para que ahora también se pretenda convertirlas en garantes de la voz oficial y de las iniciativas políticas del Presidente.
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Fernando Gómez Mont: Miguel Ángel Granados Chapa

PLAZA PÚBLICA
Fernando Gómez Mont
Miguel Ángel Granados Chapa
12 Feb. 10

Debilitado ante el PRI, por su imposibilidad de cumplir compromisos que implicaban decisiones de otros; irritado contra el PAN porque su partido no satisfizo sus peticiones, es posible que la renuncia de Fernando Gómez Mont a su militancia panista sea el preámbulo de su dimisión al ministerio que se ocupa de la política interior. En lo inmediato queda a salvo sólo por un factor escenográfico: quien lo supliera sería el cuarto secretario de Gobernación cuando apenas comienza el segundo trienio de Felipe Calderón.

Panista desde la cuna, nacido en pañales azules, Gómez Mont Urueta vino al mundo el 11 de enero de 1963. Su padre, Felipe Gómez Mont, había protagonizado, no mucho tiempo atrás, la hazaña de ser elegido dos veces diputado en el Distrito Federal. En aquellos años (1952, la primera vez, 1958 la segunda) era difícil comprobar una victoria oposicionista contra el PRI. Cuando más, podían evidenciarse en el colegio electoral, mediante eficaces recursos de oratoria en que Gómez Mont era diestro, los abusos del candidato impuesto. Cuando tales abusos eran inocultables o desmesurados, al candidato priista se le sacrificaba y entonces, y sólo entonces, se admitía el ingreso de su rival a la Cámara. Gómez Mont representó en esas ocasiones al tercer distrito capitalino, cuyo corazón era la conservadora colonia Roma. Fue diputado una tercera vez, pero ya no por voto directo o por efecto del sacrificio de un priista sino como diputado de partido, la fórmula con que se inició en México la representación proporcional.

Aunque su padre murió en 1970, cuando Fernando Gómez Mont tenía apenas 7 años de edad, su adolescencia transcurrió en un ambiente familiar panista, en que sobre todo sus hermanas María Teresa y Esperanza eran activistas del partido. Antes de cumplir 30 años, Fernando fue elegido diputado, en la LV Legislatura, la segunda del sexenio de Salinas, donde Diego Fernández de Cevallos, a cuyo entorno pertenecía Gómez Mont, adquirió el mote de Jefe, que no le atribuían los diputados de su bancada, sino la del PRI, porque los miembros de la mayoría se asombraban al ver cómo el transmisor de las órdenes enviadas por la oficina presidencial era el hombre blanco y barbado que encabezaba al grupo panista. Eran los años en que El Jefe Diego era conocido también como La ardilla, porque no salía de Los Pinos.

Como había hecho su padre, al concluir su periodo legislativo, Fernando Gómez Mont se concentró en su despacho jurídico. Felipe Gómez Mont se había asociado con Raúl F. Cárdenas, ex rector de la Escuela Libre de Derecho. Su hijo encabezó su propio bufete, con Alberto Zinser y Julio Esponda. Padre e hijo fueron prósperos penalistas y asesores jurídicos en general, insertos más de una vez en casos polémicos.

Miembro de la comisión política, del comité ejecutivo y del consejo nacional en diversos momentos, es probable que Felipe Calderón lo hubiera invitado desde el principio a formar parte del gobierno, pero sólo hasta la muerte de Juan Camilo Mouriño Gómez Mont aceptó sucederlo. Es probable que su renuencia se explicara por el conocimiento de sí mismo y el de quien sería su jefe. Ambos suelen no dominarse cuando la excitación los embarga. Cada uno puede ceder a sus arrebatos, a sus reacciones ásperas y quizá Gómez Mont no quería poner en riesgo la amistad que los une desde muy jovencitos (Calderón es sólo unos meses mayor). Más de un choque ha ocurrido desde que Gómez Mont despacha en Bucareli. Se ha difundido uno en que, no hace muchos meses, el secretario de Gobernación reaccionó airado ante una increpación presidencial salida de tono: ¡A mí no me grites, porque te aviento la renuncia!

En su afán de lograr gobernabilidad y reformas, nada de lo cual es posible sin el PRI, Calderón y Gómez Mont ofrecieron a ese partido impedir que el PAN se aliara con el PRD en algunos procesos locales de este año. Manlio Fabio Beltrones ha difundido la versión de que la oferta fue hecha por el propio presidente de la República a Ulises Ruiz, el gobernador de Oaxaca, a cambio del apoyo priista en la aprobación del paquete económico para este año (Alejandro Almazán, "Cómo se armaron las insólitas alianzas entre PAN y PRD", emeequis, 1o. de febrero). Si ése fue el origen del compromiso y Gómez Mont únicamente fue encargado de formalizarlo, o si fue iniciativa del entonces panista, el hecho es que se cometió un abuso al ofrecer acciones u omisiones que dependían de la voluntad de terceros. Fue ilegítimo poner en la mesa de negociaciones entre Gobernación y el PRI a un PAN que de ese modo quedaba indefenso pero que a la postre no se avino a ser pieza de un arreglo ajeno, aunque lo confeccionaran tan eminentes miembros del propio partido y en aras de un presunto fin superior.

Gómez Mont pidió asistir a la reunión del comité nacional del martes pasado. Argumentó en tal sentido contra la alianza. Ya lo había hecho en términos generales y abstractos pero ahora vemos que eso era parte de la obligación que había contraído ante el PRI. Fue desoído por la totalidad de los miembros de ese órgano de dirección. En sentido contrario a lo demandado por Gómez Mont, casi por unanimidad (40 votos a favor, ninguno en contra, una abstención) fue aprobada la alianza oaxaqueña.

Decepcionado o colérico, ese resultado movió al secretario a renunciar. Quizá quiso irse de Gobernación. Impedido de hacerlo, por lo menos rompió con su partido. Ya no lo comprometerá en vano. A ver cuánto dura en Bucareli.



Cajón de Sastre

¡Bravo por los diputados panistas! Es de congratularnos que se haya impuesto la sensatez y la bancada de Acción Nacional en San Lázaro no siguiera la línea de argumentación de quienes en la Comisión de Puntos Constitucionales votaron en contra del dictamen que le puso a la República Mexicana el apellido de laica. El que sólo un diputado en la sesión plenaria de ayer se opusiera a la reforma y sólo ocho se abstuvieran permitió que el grueso de la fracción albiazul se sumara a una iniciativa cuya consumación será saludable para la convivencia en nuestra sociedad. Ya es saludable que los diputados panistas se alejen del fundamentalismo y el integrismo.


miguelangel@granadoschapa.com
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Delirio urbano: Juan Villoro

Delirio urbano
Juan Villoro
12 Feb. 10

El jueves de la semana pasada tuve un ataque de envidia por los desastres que varios amigos padecieron en la capital. Ricardo fue al aeropuerto a recoger a su esposa, que regresaba de España, y se quedó tres horas en una calle anegada. Sergio, que venía de Xalapa, pasó la tarde en un inundado rincón de Iztapalapa. ¿Qué hacía yo mientras ellos zozobraban? Ver En terapia. En vez de luchar por mi derecho al caos, contemplaba interesantes neurosis ajenas.

El viernes amanecí con "ambición de ruina", dispuesto a aprovechar al máximo la calamitosa oportunidad de vivir en el DF. No sería menos que mis amigos. Caí en el narcisismo del dolor que tanto ayuda a vivir en esta ciudad, pero no quería fastidiarme de manera obvia. Necesitaba motivos.

Por suerte, en México los antojitos alteran el destino. En una fonda leí este esotérico mensaje: Tarot de Queso. El olor que emanaba de la parrilla sugería que no se trataba de una errata: esas tortas incitaban a adivinar el porvenir. Pedí una de mi producto lácteo favorito: queso de puerco.

Al segundo bocado tuve una visión: conocería Santa Fe. ¿Qué me motivó a ir ahí? Dentro de la torta encontré un trozo de plástico, impreso en letras azules: "Salchichonería Cuajimalpa". Como ya conocía Cuajimalpa, debía hacer algo más extremo, ir en viernes a una tierra prometida.

Conocí Santa Fe cuando mi tío Miguel se mudó ahí con otros jesuitas para estar cerca de las nuevas instalaciones de la Universidad Iberoamericana. "Quiero que veas el zigurat", comentó. Se refería a un edificio de ladrillo rojo en el campus. Aparte de eso, no había otra cosa que barrancas y polvo. Mi tío detestaba la zona donde viviría por fe. Hasta entonces se la pasaba de maravilla en la casa que los jesuitas tenían en la calle de Zaragoza, en Coyoacán, donde estuvieron las primeras aulas de la Ibero. Le gustaba caminar por el barrio, entrar a las librerías, tomar un café mientras fumaba Delicados. Era tan feliz que se sintió culpable y le ofreció a Dios su gusto por el tabaco. Dejó de fumar como una manera agradable de sufrir, sin saber que poco después tendría que mudarse a la cañada que recordaba las escarpadas rutas de los jesuitas en las misiones de Paraguay. Murió pocos años después, en ese sitio de expiación.

"Lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve", escribió Monterroso. Algo similar me pasaba con Santa Fe. Su nombre de misterio religioso prometía algo difícil de alcanzar.

Mi tío no alcanzó a ver el colosal barrio corporativo que creció en torno a la Ibero. Yo tampoco lo conocía. Como era el cumpleaños de mi esposa, le propuse algo inaudito: atravesar el Valle de Anáhuac para cenar en un restaurante donde cada comensal paga como si fuera a sesión con el doctor de En terapia (obviamente no mencioné el derroche porque es de mal gusto hablar de dinero, pero mi "ambición de ruina" lo tomó en cuenta).

Ella aceptó a condición de que le diéramos contenido social a nuestro capricho. "Tráete tus tamales", dijo. La frase suena fea porque denuncia mi apego excesivo al maíz. Cada 2 de febrero voy a la Feria del Tamal. Desde que descubrí que los tamales saben igual descongelados, compro cantidades excesivas (salvo en el puesto venezolano, que es chavista). Este exceso vuelca a mi mujer a la filantropía: regala tamales para impedir que el colesterol se quede en nuestro refrigerador. Margarita conocía un hospicio en Cuajimalpa (tal vez ése era el mensaje del tarot de queso) y les ofreció tamales.

Como los grandes restaurantes comprenden la situación urbana en que vivimos, conceden quince minutos de tolerancia en la reservación. Varias manifestaciones perfeccionaron el horror y llegamos dos horas tarde. Había veinte mesas vacías. Una mujer paciente con quienes vienen de Mesoamérica descubrió que estábamos muy retrasados, pero se abstuvo de hacer otro comentario que alzar la ceja, señal de que ahí terminaba Mesoamérica.

El retraso nos impidió ir al albergue antes de la cena. Margarita localizó por teléfono al velador y prometió pasar después. Al salir del restaurante caímos en las discusiones de las parejas en trance automotriz: "¡Es por allá!". "Eso no es un puente: es una barranca, ¿no ibas a ir al oculista?". "Sale demasiado caro". "¿Prefieres gastar en tamales?". "¿Y el restaurante qué?". "¡¿No me digas que es carísimo?! ¡Hubiéramos cenado quesadillas!". "¿Eso negro es una calle?". "¿Estás manejando o estás haciendo un examen de la vista?". No acabamos en una cañada de milagro.

El velador nos recibió a la una de la mañana. "Los niños estaban ilusionados con merendar tamales", dijo en tono demoledor. "Que los desayunen", contesté. Abrí la cajuela. Llevábamos demasiado tiempo recorriendo el Valle de Anáhuac: los tamales se habían descongelado; parecían salidos de una inundación. Aunque ya no calificaban como donativo, los dejé en el albergue.

El DF altera las costumbres. Ese viernes fue estupendo. A diferencia del jueves, en que sólo los amigos se metieron en problemas.
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