Presupuesto de Egresos 2014: el típico “agandalle” priista
Proceso Carlos Acosta Córdova
Prerrogativa exclusiva de la Cámara de Diputados, la confección del Presupuesto de Egresos para el próximo año fue, sin embargo, una imposición orquestada por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y su equipo de la Subsecretaría de Egresos, que ignoraron a los legisladores. Es decir, no hubo negociación real ni los jaloneos de años previos. Con la aprobación del presupuesto el jueves 14, el PRI y sus partidos pactistas confirmaron su cómoda vocación acrítica.
La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014, efectuada el jueves 14 –un día antes de la fecha límite legal–, significó el regreso del viejo PRI con sus formas y modos habituales y el clásico agandalle a la hora del reparto de los dineros.
El secretario de Hacienda, el priista Luis Videgaray, y su equipo de la Subsecretaría de Egresos ni vieron ni oyeron a los diputados. Ni a la hora de revisar el grueso documento y hacerle mínimas modificaciones ni –mucho menos– a la hora de confeccionar el dictamen del presupuesto, que es prerrogativa exclusiva, por ley, de la Cámara de Diputados.
Proceso Carlos Acosta Córdova
Prerrogativa exclusiva de la Cámara de Diputados, la confección del Presupuesto de Egresos para el próximo año fue, sin embargo, una imposición orquestada por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y su equipo de la Subsecretaría de Egresos, que ignoraron a los legisladores. Es decir, no hubo negociación real ni los jaloneos de años previos. Con la aprobación del presupuesto el jueves 14, el PRI y sus partidos pactistas confirmaron su cómoda vocación acrítica.
La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014, efectuada el jueves 14 –un día antes de la fecha límite legal–, significó el regreso del viejo PRI con sus formas y modos habituales y el clásico agandalle a la hora del reparto de los dineros.
El secretario de Hacienda, el priista Luis Videgaray, y su equipo de la Subsecretaría de Egresos ni vieron ni oyeron a los diputados. Ni a la hora de revisar el grueso documento y hacerle mínimas modificaciones ni –mucho menos– a la hora de confeccionar el dictamen del presupuesto, que es prerrogativa exclusiva, por ley, de la Cámara de Diputados.