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lunes, 20 de agosto de 2007

Las mujeres del PRD : No hay izquierda sin ellas

  • El congreso lo aprueba por unanimidad; jubilosa celebración de las militantes
  • Histórico triunfo de mujeres del PRD; logran 50% de cargos y candidaturas
  • La anterior composición era de 70/30, lo cual representaba discriminación, dice Encinas
ROBERTO GARDUÑO, ALMA E. MUÑOZ

Manifestación gráfica de delegadas perredistas Foto: Cristina Rodríguez

El pleno del congreso perredista aprobó por unanimidad cambios a los estatutos del partido y por mayoría de delegados se aceptó, después de 15 años de lucha de las mujeres, otorgar a éstas 50 por ciento de los cargos directivos y de las candidaturas. Por 427 votos en contra y 355 en favor, los congresistas rechazaron la propuesta original de mantener inalterada la composición de género de 70 por ciento para hombres y 30 de mujeres, para dar paso a una modificación que equilibre las fuerzas en 50/50.

Alejandro Encinas, ex jefe de Gobierno capitalino, subió a tribuna para criticar la composición de 70/30. “Lamentablemente lo que era una acción afirmativa que venía a garantizar la representación creciente de nuestras compañeras en el partido se convirtió en una restricción y en un tema de discriminación.” Se han profundizado incluso, dijo, “acciones de desprecio y de discriminación”. Y dio lectura a una frase incorporada en el proyecto de declaración de principios del PRD, donde se defiende la construcción de procesos paritarios: “(…) la representación de toda mujer será con base en su capacidad humana e intelectual y entrega a los principios fundamentales del partido”, como si cargarle el portafolios a algunos dirigentes o algunos compañeros de este partido les diera una calidad humana y una gran presencia intelectual, expresó Encinas Rodríguez. Con sus palabras, consiguió el respaldo de las congresistas. “Debemos superar –abundó– dos problemas: en primer lugar, un profundo conservadurismo y un machismo militante; en segundo, aparte de esa carga de machismo y misoginia, también tenemos que superar el problema de cálculo político de algunas corrientes que en la meritocracia quieren alcanzar su promoción en el partido a costa de garantizar el derecho de las mujeres a la equidad. Duele, duele, ahí están las fuerzas conservadoras y ahí está la misoginia. Vayamos por la paridad plena”. La paradoja del escaso debate que se dio sobre el tema fue que los hombres expusieron los argumentos para respaldar la equidad. Jesús Ortega, dirigente máximo de Nueva Izquierda, también tomó el micrófono para hablar en favor.

Un partido de izquierda, como se asume el PRD, dijo, se hace y es diferente a la derecha por muchas razones, y debe luchar por la igualdad en todos los terrenos. Por tanto, “no debemos tener ninguna duda: hay que votar en contra del proyecto de dictamen y hay que votar en favor de la paridad con mucha claridad; hay que hacerlo de manera consecuente, firme”. Solicitó terminar con aquellas “prácticas oscurantistas” más ligadas a la reacción de la derecha, y “no esconder la cabeza” al momento de votar iniciativas en favor de las mujeres, con el argumento de que habría efectos electorales. En consecuencia, sostuvo, “como partido de izquierda, como mujeres y hombres libres, rechacemos el proyecto de dictamen y votemos en favor de la paridad”. La línea dictada por Ortega causó efecto inmediato entre los congresistas, en su mayoría de Nueva Izquierda. La decisión se había trazado por el constante contacto epistolar entre este líder y Encinas, por más de una hora.

Jesús Zambrano, presidente de la mesa, tomó la votación que registró el rechazo mayoritario a sostener la proporción 70/30, para de esa forma abrir paso, por vez primera en las filas del PRD, a la paridad 50/50. Paradas sobre las sillas, las mujeres perredistas celebraron, y ahí no hubo distingo de corrientes: “¡Mujeres, mujeres, mujeres!”, gritaron. El momento fue oportuno para que un grupo de militantes homosexuales demandara mayor participación en cargos de dirección y candidaturas. Malú Micher, del Foro Nuevo Sol, quien desde el jueves pasado impulsó la propuesta de paridad en la mesa de programas y principios, recriminó la postura que daba a Angélica de la Peña la autoría de la reforma al estatuto: “¿Por qué se publica eso? Son mentiras, Angélica no impulsó el acuerdo 50/50”. No obstante, la militante de Nueva Izquierda y esposa de Jesús Ortega recordó que hace dos semanas había enviado una carta a todos los integrantes de su corriente para manifestarles que la paridad es un tema que era imprescindible aprobar. Además, “yo he trabajado durante 15 años para ver concretado este cambio y ahora viene lo más difícil: hacer que las mujeres de municipios y estados se decidan a participar”.

Kikka Roja

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