- - . KIKKA: Sergio Aguayo Quezada : Vuelta de tuerca

Páginas

miércoles, 9 de enero de 2008

Sergio Aguayo Quezada : Vuelta de tuerca

Vuelta de tuerca

Se reactiva la polarización. Ese es el saldo de la salida de Carmen Aristegui de la W Radio.

Con la información proporcionada por PRISA, carece de lógica empresarial su decisión de no renovar el contrato de Carmen. Su programa tenía un rating al alza y PRISA no aclara en qué consiste el “modelo editorial” con el cual era incompatible la periodista. Ante el hermetismo se justifica una interpretación que construí con fuentes confiables, pero que está sujeta a correcciones.

La propuesta de PRISA sí modificaba la libertad editorial que había disfrutado la periodista. Por ejemplo, transfería a otras instancias la generación de la información. Tampoco hubo disposición para extender el tiempo y poder modificar el acuerdo vigente. Es entonces posible razonar que PRISA dejó de defenderla frente a las presiones de Televisa porque, tal vez, entraron en juego consideraciones comerciales más amplias. Eso explicaría ese comunicado tan escueto y contradictorio que difundieron el 4 de enero y que han complementado con llamadas de un directivo de la empresa a periodistas selectos durante las cuales se busca desacreditar a la periodista.

¿Cuáles podrían ser los motivos de Televisa para exigir la salida de Carmen? Sería demasiado burdo que fuera una revancha por la posición que Carmen adoptó frente a la Ley Televisa. Me parece más lógico que el gigante de la comunicación considerara inaceptable que una estrella mediática utilizara una estación de su propiedad para afectar sus intereses en el debate futuro sobre la Ley de Medios.

El desencuentro entre una empresa y una conductora se complicó por la reacción de un centro-izquierda que trasciende, y con mucho, al Partido de la Revolución Democrática o a Andrés Manuel López Obrador. Ese centro-izquierda capturó en 2006 una tercera parte del electorado y está bien presente en los medios impresos, pero está ausente de los espacios privilegiados de los grandes medios electrónicos.

Un matiz indispensable. Carmen no era una representante “orgánica” del centro-izquierda; lo que hacía era darle una gran atención a los asuntos que inquietan a este sector concentrándose, para ello, en asuntos paradigmáticos. Existen, por supuesto, otros conductores haciendo lo mismo. La diferencia está en el tamaño de la plataforma. La ahora desempleada tenía a su disposición veinte horas a la semana en una estación, la W Radio, que llega a todos los rincones del país envuelta en el halo de la tradición y sintetizando, de manera simbólica, el México de hoy y el de antaño. Entre las 6 y las 10 de la mañana escuchábamos dramones mucho más inquietantes por reales que las lacrimosas telenovelas que llenan las tardes y las noches mexicanas. Su impacto era enorme, sus consecuencias medibles.

Cada noche Carmen cerraba la pinza con media hora en el influyente CNN en español. Si la periodista adquirió tanto protagonismo fue por sus méritos y porque no había quién la acompañara en las grandes ligas. El brillo alimentó la inquina de quienes vieron afectados sus intereses… y la convirtieron en un peligro para el México de los poderes fácticos.

Sería imposible asegurar que en la cancelación del contrato se movió alguna mano de Los Pinos; tampoco puede negarse que el equipo del presidente puede tener la mano pesada con los periodistas incómodos y lo confirma la experiencia de otro comunicador independiente, José Gutiérrez Vivó. Renacen, como herencia de 2006, las dudas sobre el compromiso de Felipe Calderón con la democracia. El presidente no puede imponer su voluntad a un concesionario de medios, pero sí puede influir sobre sus decisiones. Pero pronto sabremos si algún concesionario de medios electrónicos importantes extiende una invitación a Carmen o si la castigan por un buen tiempo. Por lo pronto, el centro-izquierda ve reducida su presencia en los espacios privilegiados de los grandes medios electrónicos.

Imposible dejar el tema sin referirse al peso del factor externo en nuestra transición. Una novedad de los últimos años es la creciente presencia española en el hemisferio. De España han venido empresarios honestos y emprendedores… y corsarios dispuestos a todo con tal de obtener la ganancia fácil. También han venido políticos sensibles y respetuosos y patanes arrogantes como José María Aznar quien, en 2006, se plantó en un México polarizado por una elección competida, lodosa y dudosa para decirnos que debíamos votar por el candidato afín al Partido Popular español.

El centro-izquierda mexicano colocó a PRISA en la categoría de los españoles buenos; eran una especie de herederos del legendario y admirado exilio republicano. La extrapolación se justificaba porque PRISA es un referente de ética editorial que remite a Jesús de Polanco y a El País y a Santillana y a otras empresas que han tomado riesgos para defender a una democracia racional, moderna, civilizadora. En mis colaboraciones para El País o en mis tratos con dos sellos de Santillana (Aguilar y Taurus) he constatado y disfrutado del respeto y el profesionalismo. La defensa que PRISA hizo de Carmen durante varios años confirmaba que en México replicarían los mismos códigos de su relación con el poder.

El desenlace del affaire Carmen y el hermetismo con el cual se han manejado, provocaron una comprensible sacudida. Tal vez PRISA se inclinó por la lógica mercantil y puso a un lado las necesidades de una democracia sin consolidar. Tiene todo el derecho a hacerlo aunque tal vez está cometiendo un error de largo plazo; después de todo, la izquierda es una realidad política en México. Pero ya habrá tiempo para regresar a los retos y dilemas creados por la reconquista española de América.

De nuestro Congreso depende ahora que este asunto no se convierta en el “escándalo de la semana”. En la trayectoria de Carmen Aristegui se condensan los retos que deberán atender si se deciden a hacer una Ley de Medios. Por ahora, en el centro-izquierda estamos de luto y duelo por esa vuelta de tuerca que extiende la vigorosa polarización desencadenada en 2006.

La miscelánea

El año inició con otra pésima noticia. El Creador decidió no renovar el contrato de María Victoria Llamas, una periodista íntegra que padeció la censura por su compromiso con la democracia. Era también una amiga leal y una compañera en Alianza Cívica. Cuánto extrañáremos esa sonrisa luminosa, ese ánimo con el cual enfrentó la adversidad que la zarandeó en los últimos años de su existencia.

Comentarios: e-mail: saguayo@colmex.mx

Kikka Roja

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentarios. HOLA! deja tu mensaje ...