Zedillo y Calderón
Miguel Ángel Granados Chapa
30 Ene. 09
El ex Presidente, que ahora dirige un centro de estudios en la Universidad de Yale, se permitió mentir a su auditorio de Davos, pues dedicó recursos públicos al rescate bancario de modo sigiloso, oculto, sin encarar a la gente
No sé si porque Zedillo es más panista que priista o Calderón más priista que panista, lo cierto es que hay entre ellos una afinidad, manifiesta de varias maneras. Anteayer en Davos, después de que conversaron cordialmente a las afueras del Foro Económico Mundial, Calderón mencionó el respeto que Zedillo guarda hacia su gobierno. No podía ser de otra manera: además de que el ex Presidente resolvió alejarse de la política mexicana y hasta del país, el actual gobierno es una suerte de extensión del suyo. Su gabinete proveyó un buen número de plazas al del Ejecutivo actual. Por sólo citar las del primer plano, el secretario de Comunicaciones y el director de Pemex, Luis Téllez y Jesús Reyes Heroles, fueron secretarios de Energía con Zedillo; el del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, fue dos veces subsecretario y presidente de la Cofetel en aquel tiempo. Nombrado por Zedillo, Alfredo Elías Ayub sigue siendo director general de la Comisión Federal de Electricidad. Diódoro Carrasco, último de los cuatro secretarios de Gobernación del sexenio 1994-2000, es hoy miembro de la bancada panista en la Cámara de Diputados.
Hay otro tema que los aproxima, que los une mejor dicho, y al que Zedillo se refirió al participar en la reunión cumbre de los ricos en aquel albergue alpino. Se trata del rescate bancario. El ex Presidente se presentó como experto en crisis, porque le tocó lidiar con la que heredó de su padrino y antecesor Carlos Salinas. Admitió que su prioridad fue poner a salvo al sistema de pagos, para evitar que se colapsara la economía (efecto que, digo yo, de todos modos se produjo). Y admitió que el rescate fue oneroso. Según cifras que "ha visto recientemente", su costo ascendió a 20 por ciento del Producto Interno Bruto, "tanto que el país sigue pagándolo".
Zedillo, ahora director del Centro de Estudios sobre la Globalización, de la Universidad de Yale, que más que el Politécnico es su alma máter, se permitió mentir a su auditorio. Dándoselas de estadista que debe afrontar riesgos y someterse al escrutinio público al tomar decisiones "difíciles y extremas", aseguró que "decir a la gente que se gastará en rescatar a los bancos no es fácil, porque además en México había mucha pobreza".
El entonces Presidente no arrostró el desafío político de decir a los mexicanos que emplearía dinero público en rescatar a los bancos. Lo hizo en secreto, disimuladamente, generando deuda pública para hacer crecer el fideicomiso bancario de protección al ahorro, hasta entonces un instrumento privado de los bancos que se tornó insuficiente cuando la insolvencia se generalizó. Por lo demás, los remanentes del presidencialismo autoritario lo protegían y no tuvo siquiera que afrontar de inmediato el costo personal de proponer el incremento del IVA (que iba a ser provisional y se quedó hasta la fecha con ese monto en la legislación fiscal) para contar con recursos para salvar no a los deudores sino a los bancos.
Durante casi tres años Zedillo procedió sigilosamente a ese rescate bancario, sin informar de sus pasos al Congreso hasta que, perdida la mayoría priista en la Cámara de Diputados en 1997, no le quedó más remedio que solicitar una autorización a posteriori para la aplicación de cuantiosísimos recursos públicos a fines privados, mediante el Fobaproa que dio lugar a tantos abusos que hoy mismo siguen gravitando sobre la vida mexicana. Contó para legitimar sus acciones ilícitas con la bancada de Acción Nacional, renuente a encaminarse a ese rumbo hasta que por decisión del presidente del partido, Felipe Calderón, no sólo pasó por alto la grave infracción constitucional del Presidente sino que atrajo sobre sí la tarea de construir la legislación que regularizara la abusiva política rescatista. El grupo parlamentario del PAN elaboró la ley que dio vida al Instituto de Protección del Ahorro Bancario, el IPAB.
Después de almorzar con su amigo Zedillo, Calderón habló con la prensa mexicana. Manifestó su disgusto con el anuncio del Banco de México sobre la recesión ya en curso en nuestro país y el pronóstico de decrecimiento, de hasta 1.8 por ciento en 2009. El Presidente sigue creyendo que su deber es minimizar la gravedad de la situación mexicana. "Tan malo es generar expectativas sobradas e infundadas como generar expectativas cada vez más negativas y deterioradas, que puedan carecer de fundamentos sólidos". Los pronósticos negativos, dijo, inhiben "las decisiones de los agentes económicos, y las decisiones de inversiones y consumo se posponen. Yo prefiero ubicarme en un escenario equilibrado, realista, y ésa es la instrucción que he dado a mi gobierno".
Insinuó un reproche al banco central al recordar que ha tenido que modificar sus previsiones de crecimiento, como si no se percatara que justamente la mudanza de la situación hace que se modifiquen las mediciones, lo que es propio del realismo. No ha sido realista, en cambio, la visión gubernamental, que supone obligado infundir ánimo a los participantes en la economía como simple acto voluntarista, no sustentado en medidas que frenen la crisis. A veces las actitudes de Calderón van más allá del "echarle ganas", pero se quedan en el nivel mediático, con el propósito de que las cosas parezcan aunque no sean. Viajó a Suiza tras dar la impresión de que había resuelto el problema del precio del diesel sin que eso ocurra en la realidad, como lo mostrarán hoy los miles de manifestantes que, entre otros temas, insistirán en ese delicado asunto.
Cajón de Sastre
La Universidad Autónoma Metropolitana está afectada por dos hechos delictuosos recientes que lastiman a su comunidad: "Por una parte, el asalto, desaparición y asesinato de Luis Eduardo Cisneros Zárate, estudiante de la Maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación... en la Unidad Xochimilco, y por otra, el asalto de que fue objeto el doctor Christopher Augur, destacado científico del Instituto Francés de Investigaciones y Desarrollo, quien colabora en el Departamento de Biotecnología... de la Unidad Iztapalapa... Es lamentable que la vida de dos personas, dedicadas en cuerpo y alma al trabajo académico y de investigación, hayan sido alteradas por actos de violencia hasta ahora no resueltos. La sociedad mexicana merece un clima de mayor seguridad y no de creciente impunidad".
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.comHay otro tema que los aproxima, que los une mejor dicho, y al que Zedillo se refirió al participar en la reunión cumbre de los ricos en aquel albergue alpino. Se trata del rescate bancario. El ex Presidente se presentó como experto en crisis, porque le tocó lidiar con la que heredó de su padrino y antecesor Carlos Salinas. Admitió que su prioridad fue poner a salvo al sistema de pagos, para evitar que se colapsara la economía (efecto que, digo yo, de todos modos se produjo). Y admitió que el rescate fue oneroso. Según cifras que "ha visto recientemente", su costo ascendió a 20 por ciento del Producto Interno Bruto, "tanto que el país sigue pagándolo".
Zedillo, ahora director del Centro de Estudios sobre la Globalización, de la Universidad de Yale, que más que el Politécnico es su alma máter, se permitió mentir a su auditorio. Dándoselas de estadista que debe afrontar riesgos y someterse al escrutinio público al tomar decisiones "difíciles y extremas", aseguró que "decir a la gente que se gastará en rescatar a los bancos no es fácil, porque además en México había mucha pobreza".
El entonces Presidente no arrostró el desafío político de decir a los mexicanos que emplearía dinero público en rescatar a los bancos. Lo hizo en secreto, disimuladamente, generando deuda pública para hacer crecer el fideicomiso bancario de protección al ahorro, hasta entonces un instrumento privado de los bancos que se tornó insuficiente cuando la insolvencia se generalizó. Por lo demás, los remanentes del presidencialismo autoritario lo protegían y no tuvo siquiera que afrontar de inmediato el costo personal de proponer el incremento del IVA (que iba a ser provisional y se quedó hasta la fecha con ese monto en la legislación fiscal) para contar con recursos para salvar no a los deudores sino a los bancos.
Durante casi tres años Zedillo procedió sigilosamente a ese rescate bancario, sin informar de sus pasos al Congreso hasta que, perdida la mayoría priista en la Cámara de Diputados en 1997, no le quedó más remedio que solicitar una autorización a posteriori para la aplicación de cuantiosísimos recursos públicos a fines privados, mediante el Fobaproa que dio lugar a tantos abusos que hoy mismo siguen gravitando sobre la vida mexicana. Contó para legitimar sus acciones ilícitas con la bancada de Acción Nacional, renuente a encaminarse a ese rumbo hasta que por decisión del presidente del partido, Felipe Calderón, no sólo pasó por alto la grave infracción constitucional del Presidente sino que atrajo sobre sí la tarea de construir la legislación que regularizara la abusiva política rescatista. El grupo parlamentario del PAN elaboró la ley que dio vida al Instituto de Protección del Ahorro Bancario, el IPAB.
Después de almorzar con su amigo Zedillo, Calderón habló con la prensa mexicana. Manifestó su disgusto con el anuncio del Banco de México sobre la recesión ya en curso en nuestro país y el pronóstico de decrecimiento, de hasta 1.8 por ciento en 2009. El Presidente sigue creyendo que su deber es minimizar la gravedad de la situación mexicana. "Tan malo es generar expectativas sobradas e infundadas como generar expectativas cada vez más negativas y deterioradas, que puedan carecer de fundamentos sólidos". Los pronósticos negativos, dijo, inhiben "las decisiones de los agentes económicos, y las decisiones de inversiones y consumo se posponen. Yo prefiero ubicarme en un escenario equilibrado, realista, y ésa es la instrucción que he dado a mi gobierno".
Insinuó un reproche al banco central al recordar que ha tenido que modificar sus previsiones de crecimiento, como si no se percatara que justamente la mudanza de la situación hace que se modifiquen las mediciones, lo que es propio del realismo. No ha sido realista, en cambio, la visión gubernamental, que supone obligado infundir ánimo a los participantes en la economía como simple acto voluntarista, no sustentado en medidas que frenen la crisis. A veces las actitudes de Calderón van más allá del "echarle ganas", pero se quedan en el nivel mediático, con el propósito de que las cosas parezcan aunque no sean. Viajó a Suiza tras dar la impresión de que había resuelto el problema del precio del diesel sin que eso ocurra en la realidad, como lo mostrarán hoy los miles de manifestantes que, entre otros temas, insistirán en ese delicado asunto.
Cajón de Sastre
La Universidad Autónoma Metropolitana está afectada por dos hechos delictuosos recientes que lastiman a su comunidad: "Por una parte, el asalto, desaparición y asesinato de Luis Eduardo Cisneros Zárate, estudiante de la Maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación... en la Unidad Xochimilco, y por otra, el asalto de que fue objeto el doctor Christopher Augur, destacado científico del Instituto Francés de Investigaciones y Desarrollo, quien colabora en el Departamento de Biotecnología... de la Unidad Iztapalapa... Es lamentable que la vida de dos personas, dedicadas en cuerpo y alma al trabajo académico y de investigación, hayan sido alteradas por actos de violencia hasta ahora no resueltos. La sociedad mexicana merece un clima de mayor seguridad y no de creciente impunidad".
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