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martes, 10 de marzo de 2009

Guadalupe Loaeza: Sarkozy

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Sarkozy
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10 Mar. 09

¿Con qué se podría comparar la energía de Nicolas Sarkozy? ¿Con el TGV (tren bala francés)? ¿Con el cocinero Ratatouille encerrado en su cocina? ¿Con Balzac escribiendo uno de los capítulos de la Comedia Humana entre taza y taza de café? O ¿con el intenso Gerard Depardieu en el papel del intensísimo Danton?

Lo anterior me lo preguntaba en tanto escuchaba al mandatario de Francia, el día de ayer, en medio de 3 mil personas en el patio del Liceo Franco Mexicano. Era impresionante la forma tan energética y elocuente con la que Sarkozy se dirigía a sus compatriotas. Todos y todas lo escuchábamos, literalmente, con la boca abierta. De espaldas a las banderas francesa y mexicana, flanqueadas por el embajador de Francia en México, Daniel Parfait, por el secretario de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, por la bellísima Carla Bruni, Sarkozy empezó su discurso de una manera muy formal, refiriéndose a las magníficas relaciones históricas y diplomáticas entre México y Francia. Hay que decir que es el primer viaje oficial que hace un presidente francés a nuestro país después de 10 años. Después de recordarnos todos los intercambios comerciales, culturales, científicos e intelectuales que existen entres los dos países, nos anunció que en septiembre se inaugurará, en el museo Quai Branly una extraordinaria exposición titulada "Teotihuacan, sitio de Dioses": He invitado al presidente Calderón a venir a la inauguración, dijo. Igualmente, Sarkozy comentó que Francia participará en los preparativos de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia como del Centenario de la Revolución Mexicana. En el 2011, le propuso a Calderón, un año de México en Francia, lo cual no hará más que fortalecer la relación bilateral. Después Sarkozy habló de las 350 empresas francesas instaladas en México, de los 30 mil franceses radicados en el país, del millón y medio de franceses expatriados en el mundo. También sé que México no es como la opereta (en la que se habla) del sol. Se hacen esfuerzos importantes, es normal, por la seguridad, la protección social y la escolaridad. Es así que en el año 2009-2010, le tocará a los alumnos de primero de preparatoria, después a los de tercero de preparatoria que su escolaridad en el extranjero sea pagada por el Estado, tal como me comprometí. En esos momentos todo el mundo aplaudió. Pero los aplausos fueron todavía más fuertes cuando Sarkozy hizo a un lado su discurso y dirigiéndose al público dijo: Están ustedes preocupados por su seguridad y esto es bien legítimo. Recientemente han sucedido dos eventos dramáticos, a raíz de dos actos de violencia insoportable los cuales han golpeado a miembros de la comunidad francesa. Comparto el dolor de estas familias. Contamos sobre las autoridades para dar luz a estos dos crímenes y condenar a los culpables. Sus preocupaciones serán tomadas en cuenta ya que serán ustedes representados como se debe ante el Parlamento. Gracias a la reforma constitucional de julio del 2008, ustedes tendrán una mejor representación parlamentaria. En efecto ustedes podrán elegir directamente desde el extranjero los diputados de los franceses, quienes vendrán a completar la acción de los senadores. Representando a los franceses establecidos fuera de Francia. Esta reforma que quise establecer los hará hacerse escuchar mejor. Los aplausos eran cada vez más intensos y entusiastas. Sarkozy se veía feliz. Satisfecho.

En seguida Sarkozy interrumpió su lectura y comenzó a improvisar su alocución; todos sus razonamientos tenían un tono totalmente optimista. Sus palabras eran dichas con entusiasmo, con seguridad, pero sobre todo, con una convicción apabullante. Incluso los que se encontraban en el pódium lo escuchaban tan maravillados como el resto del público en general. Palabras más, palabras menos, Sarkozy decía: "Compatriotas: Ábranse al mundo. Crisis o no crisis, tenemos que continuar trabajando con muchas ganas, con mucha energía. Tenemos que seguir para adelante. Necesito que me ayuden, que cooperen conmigo. Puesto que ustedes han decidido expatriarse, han decidido arriesgarse, probar fortuna en el extranjero, estimulen a su familia en Francia y díganles que deben trabajar por su país, que deben abrirse al mundo, que deben de ver para delante. Francia tiene muchos años atrás de historia, muchos años de cultura. Debemos de impartir a nuestros hijos la educación que se merecen. Tenemos que llevar al mundo lo que sabemos hacer, lo que hemos aprendido...". Era impresionante la energía que emanaba el presidente de Francia. En esos momentos el que hablaba era un verdadero líder, un político del siglo XXI, un político sagaz y un político osado. De alguna manera me recordó a Obama. El que también se veía muy impresionado con la vehemencia de Sarko era Porfirio Muñoz Ledo, que se encontraba a mi lado, después de saludar prácticamente a todo el mundo, incluso al presidente de Francia y a Carla, justo en el momento de su llegada, me fijé que tampoco le quitaba los ojos a la guapísima de Christiane Martel, a quien por cierto Sarkozy saludó con especial afecto. El caso es que todo el mundo se encontraba particularmente emocionado tanto por la calidez del acto, las voces del espléndido coro del Liceo Franco Mexicano, la excelente organización del presidente del Liceo, Claude Le Brun, la belleza de Carla, el delicioso champagne, pero sobre todo, la energía de Nicolas Sarkozy.

Estuche de Monerías. Aprovechando el viaje del presidente de Francia a nuestro país, la familia de don Benito Juárez le obsequió enmarcada en un marco dorado del siglo XIX, una de las copias de la carta que le enviara Victor Hugo al entonces presidente de México en donde el poeta francés le pide a Juárez que le perdone la vida a Maximiliano. (La original se encuentra en Francia. Juárez recibió la misiva de manera tardía). Entre muchas cosas que le escribe Leonardo Obregón Santacilia, secretario de la Fundación de la Familia Juárez, a Sarkozy, resaltamos lo siguiente: "La similitud de los principios que usted defiende a nuestro parecer concuerdan completamente con los de don Benito Juárez donde 'la libertad de conciencia, la laicidad, y la igualdad entre hombre y mujer, no son negociables'. Le deseamos de todo corazón éxito en la grandiosa responsabilidad que el ser presidente de su país le confiere, reiterándole nuestros respetos". Me pregunto si de alguna manera no se parecían Victor Hugo y Sarkozy... El primero abogaba por Maximiliano, y el segundo, por Florence Cassez...

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