el Vaticano guarda lo que saquearon en México: 'Guardan' en Italia tesoros mexicanos

'Guardan' en Italia tesoros mexicanos

El Códice Borgia se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, en la Ciudad del Vaticano.
Foto: Cortesía Miguel Gleason
reforma.com


Su labor la compila en DVD que presenta hoy en el Museo de Antropología


Irene Savio / Corresponsal

Roma, Italia (17 abril 2009).- Pura emoción y maravilla. La esencia misma de la gran aventura científica. Tras tres años de búsqueda, el investigador, cineasta y fotógrafo mexicano Miguel Gleason, con el apoyo de Conaculta, ha concluido un inédito inventario de mil 600 tesoros mexicanos custodiados en 27 ciudades de Italia más El Vaticano. Gleason, quien incluyó sus hallazgos en un DVD que será presentado hoy en el Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México, explicó a REFORMA los descubrimientos y huellas mexicanas poco o nada conocidas en el País. Ha hecho el trabajo de un buscador de tesoros Artesanías prehispánicas, restos arqueológicos, colecciones de animales ya extintos en México, códices, cartas y archivos casi desconocidos. Sí, se pueden llamar tesoros los más de mil 600 objetos que incluí en mi recopilación. ¿Cómo salieron de México estas obras? La mayoría llegaron a Italia y al Vaticano entre el siglo 16 y el 19 por tres diferentes vías. En el primer periodo influyó la cercanía entre España e Italia en los años de la ocupación del Reino español en el sur de Italia, y los viajes de miembros de las órdenes religiosas a Roma para informar sobre sus actividades en México. ¿Jugaron un papel los coleccionistas? Sí, a partir del siglo 19 tuvieron un rol relevante los viajes a México de varios italianos, como prueba una colección de animales recolectada en México por un aventurero italiano, un tal Federico Craveri, hoy conservada en el museo de Bra, en Piamonte.Quien, en cambio, no podía viajar, los compraba. ¿De dónde provenían? Hay varias hipótesis, pero una de ellas es que llegaban a Italia a través de los tráficos de mercaderías robadas a los españoles por piratas ingleses y holandeses. Piratas, aventureros... Entre los objetos que usted encontró, ¿los hay que podrían cambiar la historia? Destacan las vendas que fueron utilizadas el día del fusilamiento de Maximiliano, Mejía y Miramón en 1867. La versión oficial dice que murieron sin los ojos vendados, pero al verlas me entró la duda. Hoy están custodiadas en el archivo de Palermo, en Sicilia, y podrían finalmente ayudar a elucidar, junto con los otros documentos, si Maximiliano y los otros realmente se rehusaron a morir con los ojos vendados. En el mismo lugar, también encontró el archivo privado y cartas personales del general Miramón, fiel a Maximiliano. Así es. La viuda de Miramón se exilió en Europa con todas las pertenencias y papeles de su marido. Encontré, entre otros, unas cartas en las cuales Miramón le cuenta que está sumamente enojado con Maximiliano porque tenía en Querétaro al ejército de Juárez en una situación de "muy fácil presa", y Maximiliano le prohibió utilizar los cañones para dispararles. Esto quizás no hubiera cambiado la historia, pero si la hubiera retardado. ¿Es verdad que halló también documentos casi inéditos de Hernán Cortés? Sí, en el archivo de Estado de Nápoles encontré documentos de suma importancia y muy poco conocidos. Destacan seis cartas originales escritas por el rey Carlos V a Cortés. Son casi desconocidas en México, pero a través de ellas se puede reconstruir el ascenso y la caída del conquistador de México. ¿Qué significa? Pues, en la primera, de 1522, Carlos V nombra a Cortés Capitán General y Gobernador. En la segunda, le pide a Diego Velásquez no mandar armadas contra Cortés. Mientras que las últimas dos misivas, de 1525 y 1529, revelan que Cortés está perdiendo poder. Y, díganos, a nivel cronológico, ¿cuál es el más viejo rastro de México en Italia? Unas figuras de la cultura Olmeca de varios siglos antes de Cristo. Se encuentran en el museo de Palazzo Madama de Turín y en el museo Pigorini de Roma. ¿Y los más recientes? Entre los más recientes, resaltan las obras artísticas de Fernando Leal Audirac, Raymundo Sesma, Eduardo Núñez y Juan Esperanza. Orozco y un 'vocho' Además de Italia, también en El Vaticano están custodiados tesoros mexicanos, explicó a REFORMA el investigador Miguel Gleason. Entre otros destaca la colección de obras de arte contemporáneo, la más importante y cuantiosa de toda la península itálica, que incluye pinturas de los artistas mexicanos Diego Rivera y José Clemente Orozco, informó. Uno de los objetos mexicanos más curiosos conservados en el pequeño Estado Vaticano es, sin embargo, un automóvil Volkswagen Sedán fabricado en México, que le fue donado por el País al difunto Papa Juan Pablo II en el 2004. A la par, en El Vaticano, también se encuentran los códices Borgia A y B, considerados unos de los más bellos manuscritos sobre las culturas precolombinas. Ninguna de estas obras es accesible al público y se puede ver sólo bajo autorización explícita de la Santa Sede, añadió Gleason. Todo legal "No hay ningún reclamo oficial de las mil 600 piezas mexicanas que descubrió y catalogó el investigador Miguel Gleason", aseguró a REFORMA el embajador mexicano en Italia, Jorge Eduardo Chen Charpentier. "Todas ellas han sido adquiridas de forma legal por parte de museos italianos y galerías privadas", especificó Chen Charpentier. Por otra parte, el diplomático mexicano añadió que en la actualidad sí hay otros reclamos oficiales de parte del País de obras mexicanas ante las autoridades italianas. "Se trata de algunas piezas prehispánicas que salieron de México hacia Italia de forma ilegal, pero no puedo dar detalles al respecto porque los procedimientos están en curso", dijo, subrayando que ninguna de éstas ha sido incluida en el proyecto de Gleason. "El trabajo del investigador ha sido muy valioso: muchas de estas obras no se conocían y, además, el proyecto en su totalidad nos ayuda a entender cómo nos ven los italianos", dijo. Chen Charpentier, que es el más alto representante de México en Italia, recordó también que Gleason recibió el apoyo y contó con la colaboración de la propia embajada.

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