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viernes, 3 de abril de 2009

G-20: en la dirección correcta (Acuerdos): Acuerda regular paraísos fiscales y percepciones de banqueros: La era del secreto bancario ha terminado

G-20: en la dirección correcta
EDITORIAL LA JORNADA
Como resultado de la reunión cumbre celebrada en Londres, los gobernantes del G-20 anunciaron la puesta en práctica de un plan de reactivación de la economía mundial que incluye una inyección de un billón de dólares a las finanzas mundiales (tres cuartas partes de los cuales irán a los países más afectados por la catástrofe en curso) y medidas para prevenir la especulación desenfrenada y el descontrol de los organismos financieros internacionales: la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), la creación de un Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), encargado de alertar sobre riesgos macroeconómicos y financieros y de extender la regulación en los mercados; el aislamiento de los países considerados paraísos fiscales; la severa acotación del secreto bancario; la regulación de salarios y bonificaciones de banqueros; el endurecimiento de la normativa financiera para aumentar la supervisión de fondos de inversión y agencias de calificación crediticia, y la puesta en venta de las reservas de oro del Fondo Monetario Internacional (unos seis mil millones de dólares) para ayudar a los países más necesitados.

El paquete de medidas no tiene precedente y constituye el acuerdo económico internacional más importante desde la Conferencia Monetaria y Financiera de Bretton Woods (1944), con la diferencia de que, mientras en aquella ocasión Estados Unidos hegemonizó el encuentro, en la reunión de Londres predominó un espíritu más multilateral y menos excluyente. En este punto sería pertinente aquilatar la importancia del cambio de administración que tuvo lugar recientemente en Washington, pues en la lógica del gobierno de George W. Bush la interacción que tuvo lugar en Londres habría sido llanamente imposible.

Por otra parte, en el encuentro cumbre del G-20 han tenido lugar los funerales del llamado consenso de Washington, que preconizaba una suprema austeridad fiscal, el castigo económico a las poblaciones de países en apuros mediante las famosas”terapias de choque” recetadas por el FMI y el BM, y la rendición de las naciones ante los intereses de los capitales financieros trasnacionales. Por el contrario, tras los desastrosos resultados del neoliberalismo –que se vivieron en los países pobres muchos años antes que en las naciones ricas que lo impusieron en casi todo el planeta–, se ha visto la necesidad de reactivar la economía y la producción y de poner límites a los apetitos insaciables de la especulación capitalista. Ese solo hecho permite hacerse un juicio en principio positivo de lo logrado en Londres.

Por supuesto, el plan internacional anunciado ayer es sólo el principio de las acciones sostenidas y enérgicas que deben ser adoptadas a fin de abreviar los tiempos de la recesión y recuperar el crecimiento sobre bases menos endebles que las que imperaron hasta hace unos meses. Lo acordado requiere de un seguimiento estricto por parte de los gobernantes y, sobre todo, de una firme voluntad política para llevarlo a cabo, porque nada garantiza, por ahora, que el billón de dólares sea utilizado en forma correcta y que no se desvanezca en los escenarios de burocratismo y corrupción que no son, ciertamente, exclusivos de las naciones en desarrollo.

Por añadidura, nadie puede garantizar que las medidas anunciadas ayer serán capaces, por sí mismas, de inducir una reactivación económica generalizada. Son, por ahora, un paso en la dirección correcta, pero está pendiente la prueba de la realidad. Cabe esperar, para beneficio de la comunidad mundial, que logren superarla.


La medida conducirá a las finanzas al camino de la recuperación, afirma Barack Obama
Destina el G-20 un billón de dólares a la economía mundial
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  • Acuerda regular paraísos fiscales y percepciones de banqueros
  • Es el fin del Consenso de Washigton, definió Brown
  • La era del secreto bancario ha terminado, declara el grupo
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Claudia Herrera Beltrán Enviada

Londres, 2 de abril. La Cumbre de Líderes del Grupo de los 20 (G-20) definió un plan anticrisis que destina un billón de dólares a la economía mundial, regula los paraísos fiscales y los salarios de los banqueros, en lo que el primer ministro británico Gordon Brown definió como el fin del Consenso de Washington. En este cónclave que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, definió ante medios de comunicación internacionales como histórico, los gobernantes acordaron que la elección de los directivos de los organismos financieros internacionales se haga mediante un proceso abierto, transparente y basado en méritos, según la declaración emitida al término de los trabajos.

Obama, que concentró los reflectores en su primera cita en esta cumbre –incluso los funcionarios de las delegaciones le tomaban fotos con celulares– y fue visto como uno de los ganadores al ser el artífice del paquete económico, declaró al final que se dio un giro decisivo para la economía mundial que conducirá las finanzas hacia el camino de la recuperación.

Bajo la premisa de que una crisis global requiere una solución global, los gobernantes reunidos en el Centro ExCel –que estaba resguardado por fuertes medidas de seguridad luego de las protestas de ayer– concluyeron que el paquete de un billón de dólares será repartido por el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones multilaterales. El más beneficiado fue precisamente el FMI que –según el texto emitido al término de la cumbre– recibirá un aumento de 750 mil millones de dólares en los recursos asignados para enfrentar la crisis, lo que triplica sus fondos disponibles. (La expectativa antes de la cumbre era que se duplicaran). Otros 100 mil millones de dólares de préstamos adicionales serán para los bancos de regiones emergentes. En un desayuno y dos sesiones a puerta cerrada que duraron siete horas, los jefes de Estado y de gobierno acompañados de sus ministros de Hacienda, convinieron que habrá además 250 mil millones de dólares para financiar el comercio internacional. Estos se destinarán a países como Brasil, China, México e India, e incluso a Estados Unidos. Los gobernantes de este grupo que representa 85 por ciento del producto interno bruto mundial también definieron usar los recursos adicionales para las ventas de oro, a fin de ayudar a los países pobres.

Brown fue enfático en declarar que el Consenso de Washington acabó, en alusión a las tesis neoliberales que dominaron la economía mundial desde mediados de los años 80 del siglo pasado y que fueron impuestas a través de los organismos financieros internacionales. Los gobernantes también hicieron un llamado en contra del proteccionismo, al señalar que la creación de una globalización sustentable se basa en una economía mundial abierta, sostenida en los principios del mercado, la efectiva regulación y la fuerza de las instituciones globales.

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Michelle Obama, esposa del presidente de Estados Unidos, rompió el protocolo al darle un beso a la reina Isabel de Inglaterra, durante la recepción en el palacio de BuckinghamFoto Ap

Al final también prosperó la iniciativa de Francia y Alemania para construir un nuevo andamiaje financiero, lo que implica regular los salarios de los banqueros –blanco de las protestas del día anterior en Londres–, las agencias calificadoras de riesgo y los paraísos fiscales.

La determinación de los sueldos de los altos ejecutivos bancarios deberá ceñirse a códigos de buenas prácticas, para evitar que haya recompensas por decisiones arriesgadas, como ocurrió en años pasados. En caso que los reguladores consideren que no se siguen esas prácticas, obligarán a las instituciones a crear más reservas de capital. Como resultado de la cumbre también se obligará a los fondos de alto riesgo, conocidos como hedge funds, a cuya forma de operación se atribuye parte de la responsabilidad de la actual crisis, a registrarse e informar de sus operaciones a los reguladores de cada país. “Es la reforma más profunda del sistema financiero desde 1945, cuando fueron creados el FMI y el Banco Mundial, declaró el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, quien la víspera amagó con dejar la cumbre si no había avances en materia de regulación financiera.

La era del secreto bancario ha terminado, señala el acuerdo que implica tomar acciones contra las jurisdicciones no cooperativas, incluyendo los paraísos fiscales. El presidente Felipe Calderón, quien junto con el brasileño Luis Inacio Lula da Silva, y la argentina Cristina Fernández, representó a América Latina en esta cumbre, explicó que hubo un pronunciamiento muy fuerte por homologar las reglas contables en todo el mundo, y evitar la opacidad y la discrecionalidad en el manejo de recursos financieros. El francés Sarkozy, promotor de esta propuesta junto con la canciller alemana Angela Merkel, informó, según Afp, que la cumbre para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicará en las próximas horas una nueva lista de los países y territorios considerados paraísos fiscales. En conferencia de prensa, Brown declaró que hoy es el día que el mundo se unió, no con palabras, sino con un plan de recuperación y un claro calendario, no obstante la división con la que habían iniciado las actividades, ya que por un lado Estados Unidos pugnaba por un paquete de ayuda, y Europa, particularmente Francia y Alemania, por la regulación financiera.

Los gobernantes no perdieron la oportunidad para manifestar su rechazo al proteccionismo y se comprometieron a actuar con urgencia para concluir la ronda de Doha.


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