DANIEL LIZáRRAGA
PUEBLA, Pue., 5 de mayo (apro).- En medio de un ambiente internacional caracterizado por la xenofobia, la presunta contención del brote de influenza humana y reproches de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el presidente Felipe Calderón destacó que "el frente de batalla ha sido México, y aquí hemos defendido a toda la humanidad de la propagación de este virus".
En la ceremonia por el 147 aniversario de la batalla del 5 de mayo de 1862, frente al monumento del general Ignacio Zaragoza, dijo que la estrategia aplicada por su gobierno para enfrentar la epidemia fue la correcta, y aseguró que ya estaban preparados para un brote de esa enfermedad.
Calderón defendió así el trabajo de su administración luego que la OMS criticara desde Ginebra, Suiza, al gobierno mexicano por desatender presuntamente una alerta enviada por casos atípicos de neumonía.
Incluso, en países como China se ha confinado a un grupo de mexicanos --ya rescatados por la Cancillería en un vuelo especial-- en tanto que otras naciones como Perú mantienen cerrado su aeropuerto para las aerolíneas mexicanas.
En su primera salida de la Ciudad de México desde que se desató la epidemia por el virus A/H1N1, Calderón dijo que en la primera línea de defensa, en el campo de batalla contra esta nueva enfermedad, han estado hospitales, médicos y enfermeras mexicanos.
Afortunadamente, comentó, los gobiernos federal y de los estados se prepararon para la eventual llegada de un mal semejante. Luego, como único orador en la ceremonia, apuntó lo siguiente:
"Pudimos saber con rapidez que esta enfermedad es curable y también contábamos con el Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante una pandemia de influenza y con una reserva estratégica de más de un millón de tratamientos, cantidad más que suficiente para enfrentar el brote con eficacia".
Calderón reconoció que las amenazas pueden mutar, como cambian las circunstancias históricas, pero lo que debe ser inmutable es la profunda convicción de proteger a la nación y de hacer sacrificios ante cualquier adversidad que la haga peligrar.
La ceremonia histórica en Puebla esta vez estuvo marcada por la sobriedad.
Las autoridades evitaron las aglomeraciones. Al festejo oficial sólo acudieron representantes de los medios de comunicación, un grupo de cadetes del Colegio Militar, la banda de guerra y una tanqueta con dos soldados.
También acudieron al acto los representantes de los poderes Legislativo, César Duarte y Gustavo Madero; del Judicial, Guillermo Ortiz, así como el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
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En la ceremonia por el 147 aniversario de la batalla del 5 de mayo de 1862, frente al monumento del general Ignacio Zaragoza, dijo que la estrategia aplicada por su gobierno para enfrentar la epidemia fue la correcta, y aseguró que ya estaban preparados para un brote de esa enfermedad.
Calderón defendió así el trabajo de su administración luego que la OMS criticara desde Ginebra, Suiza, al gobierno mexicano por desatender presuntamente una alerta enviada por casos atípicos de neumonía.
Incluso, en países como China se ha confinado a un grupo de mexicanos --ya rescatados por la Cancillería en un vuelo especial-- en tanto que otras naciones como Perú mantienen cerrado su aeropuerto para las aerolíneas mexicanas.
En su primera salida de la Ciudad de México desde que se desató la epidemia por el virus A/H1N1, Calderón dijo que en la primera línea de defensa, en el campo de batalla contra esta nueva enfermedad, han estado hospitales, médicos y enfermeras mexicanos.
Afortunadamente, comentó, los gobiernos federal y de los estados se prepararon para la eventual llegada de un mal semejante. Luego, como único orador en la ceremonia, apuntó lo siguiente:
"Pudimos saber con rapidez que esta enfermedad es curable y también contábamos con el Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante una pandemia de influenza y con una reserva estratégica de más de un millón de tratamientos, cantidad más que suficiente para enfrentar el brote con eficacia".
Calderón reconoció que las amenazas pueden mutar, como cambian las circunstancias históricas, pero lo que debe ser inmutable es la profunda convicción de proteger a la nación y de hacer sacrificios ante cualquier adversidad que la haga peligrar.
La ceremonia histórica en Puebla esta vez estuvo marcada por la sobriedad.
Las autoridades evitaron las aglomeraciones. Al festejo oficial sólo acudieron representantes de los medios de comunicación, un grupo de cadetes del Colegio Militar, la banda de guerra y una tanqueta con dos soldados.
También acudieron al acto los representantes de los poderes Legislativo, César Duarte y Gustavo Madero; del Judicial, Guillermo Ortiz, así como el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
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