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lunes, 4 de mayo de 2009

El desplome: Roberto Zamarripa (el gobierno no da cifras, nombres, carstens una mierda)

TOLVANERA
El desplome
Roberto Zamarripa
4 May. 09

De respetados a apestados; del G20 al A H1N1; del apapacho de Obama a la muerte en la cama; de los balazos y ejecutados a los decesos de agripados; del catarrito económico a la influenza devastadora, de la OCDE a la morgue. En una semana, México pasó del sueño a la pesadilla. Eramos otros en abril. Hoy somos parias en el mundo.

Guillermo Ortiz advirtió que con epidemia o sin ella el país vive "la más severa recesión desde la posguerra" y pronosticó una caída económica de 4.8 por ciento y 450 mil empleos perdidos. Agustín Carstens le añadió medio punto del PIB de costo por la influenza A H1N1: 65 mil millones de pesos. El turismo en picada, la confianza ciudadana maltratada, la convivencia social herida.

Es más que arrogante la carencia de información. Ni el gobierno federal ni los estatales revelan cifras ni mucho menos nombres de víctimas. Cuentan lo que quieren y no lo que deben. De la estimación de unas 180 muertes por "influenza atípica" en un mes, el gobierno federal tiene la certeza de que apenas una veintena murieron por el virus A H1N1. De dos terceras partes de los fallecidos, algo así como 120 personas, no hay, ni probablemente habrá, certeza de qué murieron ya que no se les tomó muestra para ser analizada en laboratorio. El hoyo negro de la epidemia.

El ex fiscal antidrogas Samuel González comenta que hay una superposición de varias crisis: la de salud pública por la epidemia; la mundial de salud, que se ha generado por el mal manejo del gobierno mexicano; de confianza en el extranjero; la económica que se va a acrecentar en México por los impactos de la epidemia, y la turística.

El gobierno federal, sugiere González, debe primero salir de la crisis de salud para poder atender las demás crisis o, lo que es peor, no generar otras nuevas.

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Según cifras oficiales, México tiene un hospital por cada 100 mil habitantes. Pocos nosocomios pero mal dotados. Y según la estadística, uno de cada cinco casos de neumonía en ancianos que llegan a hospital público se complica; en los hospitales estatales es uno de cada cuatro y en el IMSS uno de cada tres (Programa Nacional de Salud 2007-2012).

Las historias de las muertes por A H1N1 son más de lo mismo, las de la interminable fila en la clínica, el mal diagnóstico, el desprecio. Los mata el virus y también la burocracia. El síndrome Carstens en la receta: no se apuren, "es un catarrito".

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El estado de México, la segunda entidad con más fallecidos y casos de A H1N1, al momento de la crisis de influenza no tenía titular de Salud porque la renunciante prefirió una alcaldía que resolver el rezago de los mexiquenses. De secretaria privada de Enrique Peña, María Elena Barrera pasó a secretaria de Salud y ahora, si el voto le favorece, será alcaldesa. No hay compromiso cumplido sino simulación permanente, tanto que el estado de México destaca por su insuficiencia hospitalaria: con 14 millones de habitantes tiene cinco veces menos hospitales que Campeche, que cuenta con 800 mil pobladores.

Y qué decir de San Luis Potosí, la tercera entidad en enfermos y muertos por el virus A H1N1, donde el anterior secretario de Salud del gobierno de Marcelo de los Santos, Fernando Toranzo, es ahora candidato a gobernador por el PRI dejando botado el trabajo de su dependencia. Los resultados están a la vista, se le muere la gente mal atendida en Tamazunchale.

¿Y el Distrito Federal, con la mejor infraestructura hospitalaria del país? Pues sin agua en Semana Santa y desatención de quejas en las clínicas, le llegó con el virus letal la cuenta por la distracción del gasto público. O lo que es lo mismo, ¿cuántas vacunas cuesta un spot?

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Las medidas aplicadas por los gobiernos federal y capitalino frente a la epidemia parecen exageradas pero corresponden al manual. La sobreactuación es cortesía del cargo de conciencia. La crisis de influenza estaba ahí, desde marzo, y empezaba a estar fuera de control en abril. Ellos, los funcionarios, se pusieron el tapabocas antes que todos. Para no confesar incompetencia o para no espantar a Obama en su visita a México.

Y vino el desplome. Con una política de salud que hace cuentas de afiliados pero no de sanados, una economía afónica, el turismo con pulmonía y los mexicanos convertidos en parias de la globalidad.


Correo electrónico: tolvanera06@yahoo.com.mx
kikka-roja.blogspot.com/

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