Alrededor de 20 por ciento de los mexicanos tienen en su sistema de defensas genes que se sobrexpresan ante la presencia de algunas enfermedades, y en lugar de proteger al organismo, le causan daños más severos. Esa podría ser parte de la explicación de las 48 muertes que se han registrado hasta ahora a causa del virus de influenza A/H1N1, aunque tampoco se descarta que la falta de acceso a los servicios de salud haya influido en la mortalidad, afirmó Lorena Orozco, jefa del Laboratorio de Investigación Genómica en Enfermedades Multifactoriales del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen). La especialista comentó que se han identificado unos 20 genes del sistema de defensas, y uno en particular, el TLR, cuya sobrexpresión favorece el desarrollo de padecimientos autoinmunes como el lupus eritomatoso sistémico y la artritis juvenil. Esa misma reacción genética ocasiona complicaciones e insuficiencia respiratoria, iguales a las que han tenido los pacientes muertos por la influenza A/H1N1. En entrevista, Orozco resaltó que a partir de una revisión de algunos de los expedientes de los fallecidos, se observó que la mayoría son mujeres de 20 a 40 años de edad. En este sector de la población también son más frecuentes los males autoinmunes. Estas similitudes hacen pensar a los especialistas que esos genes, diseñados para defendernos de las enfermedades, exageran en su trabajo y en algunos casos pueden conducir a la muerte. Con esa hipótesis, Orozco y su equipo de trabajo iniciaron una investigación para confirmar si esos genes del sistema inmune, que ya han sido estudiados en la población mexicana y se conoce su actuación frente a ciertos padecimientos, también están involucrados en las complicaciones que presentaron las personas fallecidas por la nueva cepa de influenza. Dijo que en torno a la epidemia que hasta el sábado había afectado a mil 626 personas, la comunidad científica está tratando de encontrar la explicación a la respuesta del ser humano ante la infección: por qué algunos individuos presentan una enfermedad leve y otros llegan a la muerte. No se puede descartar la responsabilidad de sistemas de salud inadecuados, la presencia de una cepa distinta y el factor genético, dijo. Respecto de este último, Orozco explicó que en el Inmegen se hará la comparación de la secuencia de los genes que forman parte del sistema inmune entre los casos de enfermedad leve contra los que han presentado cuadros graves de influenza A/H1N1 y las diferencias que existen con respecto a la población en general. Comentó que se ha identificado un grupo de 25 genes con variaciones en su secuencia. Lo normal es que existan un par de cada uno de estos genes en cada cromosoma, pero en los casos con variaciones (polimorfismos) el número de copias llega a ser de hasta seis. Esta sobrexpresión es la que condiciona el desarrollo de lupus y artritis, así como la respuesta exagerada del mismo organismo ante esas enfermedades, señaló la experta. En particular se refirió a un gen, el TLR, como el más fuerte candidato para explicar los decesos por influenza. Es el que recibe al virus cuando entra al organismo, reconoce la cadena de ácido ribunucleico (RNA) que presenta el virus y al estar sobrexpresado, provoca que todo el sistema inmune se altere. Puntualizó que todas las personas cuentan con los 25 genes mencionados. El asunto es que las diferencias en su secuencia provocan respuestas también distintas de protección o susceptibilidad hacia los padecimientos. Los resultados estarían en dos meses Al comentar sobre lo que el Inmegen requiere para realizar la investigación, Lorena Orozco indicó que se necesita tener muestras de sangre de los pacientes con enfermedad leve, moderada y grave. De los fallecidos sería suficiente una muestra de tejido en aquellos a quienes se les haya practicado autopsia. Dijo que el proyecto se encuentra en la fase de recolección de muestras y en la solución de todos los problemas que implica hacer investigación en México. Por lo pronto, tal como lo ha informado la Secretaría de Salud, a muy pocos de los muertos se les hizo autopsia y de no todos los casos se cuenta con las muestras para confirmar la presencia del virus A/H1N1. En un escenario ideal, una vez que se tengan los insumos para el trabajo, se tendrían resultados en 1.5 o dos meses, y de comprobarse que la sobrexpresión genética es la causa de las complicaciones de la influenza, se podría evitar, con medicamentos que controlen la acción de los genes a fin de evitar la inflamación pulmonar y de otros órganos, afirmó. |
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