El PRI y los incendiarios: Manú Dornbierer

El PRI y los incendiarios
Manú Dornbierer

Sólo con buena lectura podría contrarrestarse el mayor problema que afecta a algunos sectores de la sociedad mexicana, la imposibilidad de razonar con lógica crítica en lo referente a los problemas de la Cosa Pública. Es resultante naturalmente de la endeble educación de la dictadura priísta, sustentada en los primeros 12 años del siglo por el ignorante neopanismo, entintado además de obsoleta mochería y entreguismo. Hay que corregir el pensamiento chueco, distorsionado, corrupto, perverso, cobarde, enajenante, que a lo largo de décadas han promovido los partidos políticos dominantes, el PRI y el PAN (PRIAN desde 1989) y sus socios, los medios de comunicación “para jodidos”, decía el finado Emilio Azcárraga, dueño de Televisa.

En ocasiones anteriores he transcrito en este espacio pensamientos del alemán Bertolt Brecht (1898-1956), uno de los pensadores de la primera mitad del siglo pasado, con el inglés George Orwell (1903-1950), más proféticos y útiles, indispensables para reparar el maltrecho mundo en que vivimos, sobre todo en este año trascendental en muchos sentidos y electoral en México y en USA. Se requiere un cambio de conciencia de 180 grados. Los lectores adultos de Satiricosas (espero) inscribieron en su memoria o agenda la siguiente apreciación de Brecht: “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

Sería bueno que lo transmitieran hoy mismo a la nueva generación de votantes que arranca a los 18 años, antes de que se contaminen de esa ignorancia o indiferencia política de los mexicanos que ha impedido que el país sea lo exitoso que merece. Participar con conciencia en el cambio puede iluminar el destino del país y detener su caída. Si el voto en México en vez de reflexivo es de nuevo maligno, violento e irrazonado como lo fue en 2006 o simplemente se anula por berrinche, nos hundimos.

Agreguen este otro pensamiento en el que Brecht parece describir el México actual: “No acepten lo habitual como cosa natural pues en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar”.

EL EJEMPLO DE AYOTZINAPA

El caso de Ayotzinapa tiene dos grandes raíces: 1.- A nivel nacional, la necesidad del PRI, que hoy por lo visto ha vuelto a manejar Carlos Salinas, de demostrar que está dispuesto a todo para recuperar el poder. 2.- La necesidad de venganza contra el gobernador Ángel Aguirre de los políticos locales de cualquier etiqueta: Los priístas porque se le rebeló y les ganó el poder, los perredistas, de verdad o falsos, por lo mismo. El asunto Ayotzinapa explotó en Guerrero, pero gracias al tratamiento salinista de los medios, se convirtió en escándalo nacional y hasta internacional. Cayeron los medios al primer brutal golpazo electorero del PRI por Los Pinos. Sus intereses tendrán, como siempre. Lamentablemente no son los de la verdad que viven los guerrerenses, que sí saben de qué se trata.

La escuela normal rural de Ayotzinzpa tiene el prestigio del nombre de su fundador, el gran maestro oriundo de Morelos, Raúl Isidro Burgos (1890-1971), quien hizo un gran bien a la educación antes de que llegara en 1989 a hacerse su total dueña y la prostituyera a la política Elba Esther Gordillo, contratada para tales efectos por Carlos Salinas. Le dieron más lustre los profesores Lucio Cabañas y Genaro Vásquez, enemigos del cacique Rubén Figueroa Figueroa, que tenía al Ejército a sus pies, aquel que dejó gran cantidad de pozos repletos de cadáveres en la entonces Playa Encantada, aquel que según la leyenda tiraba desde el aire a sus opositores al mar, “porque a los guerrerenses no se les puede tratar de otro modo” .

Pero estos jóvenes Ayatzinapos o no tan jóvenes quizás por eso se tapan la cara, no son de la raza de aquellos, ni la situación es la misma que vivieron los fundadores de las escuelas rurales. Y aprovechan año tras año ese prestigio, que ya no les corresponde, para atacar a la población. El año 2010 su estrategia navideña consistió en asaltar pasajeros de los omnibuses, quitarles, encapuchados, dinero y joyas. En 2011-2012 tienen una estrategia priísta más sofisticada. No basta irse con la finta muy gastada de un autoritarismo que aparentemente en el caso no existió, sino al contrario. La gente que conoce y tiene cerca la escuela se queja desde el anonimato, pues le tienen pavor a la impunidad de los ayotzinapos: “Secuestrar camiones es un delito. Cerrar una carretera es un delito. Robar combustibles de un camión o de un coche es un delito. Quemar una gasolinera es un delito. Provocar pánico es un delito. Cometer desórdenes públicos es un delito. Atacar a los representantes del gobierno es un delito. Saquear tiendas de conveniencia es un delito.

Pintarrajear las fachadas de las casas particulares es un delito. Destrozar inmuebles públicos es un delito. Despojar a un ciudadano de su vehículo es un delito. Ofender y agredir a un ciudadano inerme es un delito. Fabricar bombas molotov es un delito”. En efecto, ser incendiario es un crimen en cualquier parte del mundo, salvo por lo visto en Guerrero y esa extraña permisividad respecto a la “vocación” del fuego de los de Ayotzinapa, provocó la muerte ¿impune? del “Héroe”, claro que sí, que en vez de protegerse quiso evitar una hecatombe, Gonzalo Miguel Rivas Cámara, veracruzano, 48 años, ingeniero en sistemas de la gasolinera, quien murió tras dolorosa agonía con quemaduras de tercer grado en 35 por ciento de tórax y cara.

Los estudiantes tienen en su haber muchos incendios y los consideran como “medallas”. Quema de vehículos, quema de la puerta del Congreso de Guerrero, entre otras. Esta vez su afición los convirtió en culpables de la muerte de un hombre que nada tenía que ver con ellos. 3 víctimas hubo, en diferentes campos. Los 2 muchachos estudiantes contra los que dispararon en dirección “norte sur” policías federales, como acaba de probar con videos el (ex) procurador López Rosas, y este hombre maduro y responsable que evitó que cundiera el fuego criminalmente provocado en una de las bombas de la gasolinera. Es inaceptable la muerte de estudiantes victimados por balas oficiales y también la de ese ciudadano. Pero no se entiende porqué si en estos años ha habido muchos casos de estudiantes asesinados por las diversas policías y por el Ejército, -en Monterrey mataron en 2010 a Jorge Antonio Mercado Alonso de 23 años y Javier Francisco Arredondo Verdugo de 24, investigadores del Tecnológico de Monterrey- ¿por qué sólo “los mártires del 12/12/11 de Ayotzinapa, Jorge Alexis Herrera Pino, de 22 años, y Gabriel Echeverría de Jesús, de 20 años, originarios de Atoyac de Álvarez y Tixtla respectivamente, han conmocionado al país, movilizando hasta elementos de la ONU, que no acostumbran inmutarse por lo visto con la muerte de decenas de miles de mexicanos y de cientos de migrantes centroamericanos sacrificados como ganado por el calderonismo? El pretexto es obviamente la política. Lleguemos pensando al fondo de cristal. El doloroso tema “estudiantes asesinados por el poder” despierta desde 1968 justificada indignación popular. Eso es algo que sabemos todos, pero muy especialmente los políticos… Y lo aprovechan. La culpa de origen del actual escándalo al que le dan vuelo los medios la tuvo Beatriz Paredes, presidenta del partido, el 10/8/10, que sin tomarle el pulso a Guerrero nombró a Manuel Añorve candidato del PRI. Obedeció al papi Manlio Fabio Beltrones, al cacique Rubén Figueroa, entre otros prinosaurios. Su sucesor Alibabá Moreira lo apoyó. Pero también otros, el falso perredista y sincero oportunista, ex gobernador Zeferino Torreblanca, otrora enemigo feroz de Añorve, con el que lo reconcilió Felipe Calderón. En estos últimos años Manuel, Zeferino y Lipe formaron entrañable trío.

El problema fue que Aguirre se rebeló contra el PRI y Añorve perdió realmente la elección. Todos los citados y sus cortes y se quedaron furiosos y con sed de venganza. Ni qué decir del partidote que planeaba recuperar Guerrero de un zarpazo. Añorve se quedó con una deuda moreiresca de cuando menos 30 millones de dólares que según el periódico Reforma (27/8/2010), le prestó La Barbie para su campaña. No los paga él. Los pagan los acapulqueños antes y después de que se fuera y regresara a la alcaldía. Los entregó a La Maña, por lo que han emigrado decenas de familias y cerrado miles de negocios, acosados por el chantaje.

LAS INVESTIGACIONES

Alberto López Rosas, el Procurador, hasta ese fatídico 12/12/11, día de la Virgen de Guadalupe que escogieron, qué raro, para la protesta, iban muy avanzadas, entre ellas la del asesinato de Armando Chavarría Aguirre, presidente del Congreso de Guerrero del que Jorge Medina Viedas en Milenio escribió la mejor descripción tras su asesinato el 20/8/ 09, que no causó revuelo: “Chavarría era uno de los aspirantes más viables y seguros de la izquierda; economista de la Universidad Autónoma de Guerrero, gozaba del consenso de muchos de los grupos del PRD; pertenecía a la corriente histórica de los Cívicos; era dueño de una biografía llena de blasones políticos en la lucha democrática del estado; según se ha podido constatar, era reconocido por su sencillez, su mesura política, su actitud tolerante, o sea, tenía todos los rasgos de una personalidad democrática y de un político comprometido con la palabra empeñada”.

Otras investigaciones estaban igual en curso, por ejemplo la del enriquecimiento ilícito de Zeferino Torreblanca. Y hay más. Por fortuna no se cumplió el objetivo priísta de arruinar los esfuerzos de Aguirre por recuperar el paso y el turismo el fin de año en Acapulco y otras ciudades.

Así que rásguense las vestiduras en el país cuanto quieran por la muerte de dos jóvenes a manos de policías. Nunca será bastante. Pero no le hagan el juego al PRIAN de Salinas que en esta primera abominable embestida electoral ya mostró quién era, es y sigue siendo.

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