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domingo, 4 de marzo de 2012

La Wallace desdeña la doctrina del PAN : Álvaro Delgado PROCESO

La Wallace desdeña la doctrina del PAN
Álvaro Delgado
Ante la ola de críticas que desató en el seno del PAN su imposición como “candidata ciudadana”, la mujer que dejó el activismo social por vestirse de política profesional desdeña ahora la obligación de todo militante, y aun de todo candidato externo de Acción Nacional, de plegarse a los postulados partidistas asumiéndolos mediante firma. En entrevista con Proceso, Isabel Miranda de Wallace, la candidata al Gobierno del Distrito Federal impulsada por el PAN, sostiene que México “no está en aprietos” económicos, y dice que ello se debe a las políticas de Felipe Calderón… “¡Eso es ser gente de izquierda!”, exclama en referencia al mandatario derechista
Impuesta por la cúpula del Partido Acción Nacional (PAN) como candidata a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal –pese a la promesa de que esa posición se disputaría en una elección abierta a toda la ciudadanía–, Isabel Miranda de Wallace goza de un trato de privilegio.

El PAN le ha dispensado todo, incluidos los compromisos doctrinarios que los aspirantes a candidatos están obligados a firmar, aun los que –como ella– no son militantes.
“Yo no he firmado nada”, asegura.

–¿No se comprometió a respetar los documentos básicos del PAN?
–No, porque yo no soy panista.
Eso es para los panistas.

–También para los externos.

–No.
A mí no me dijeron: “Aquí está esto y tienes que respetarlo”.
Jamás, porque es candidatura independiente, no es candidatura de ellos.

Sin embargo el Reglamento de Selección de Candidatos a Puestos de Elección Popular dispone, en el artículo 34, que todos los aspirantes deben firmar, entre otros documentos, la “carta de aceptación de la precandidatura y (el) compromiso de cumplir con los Principios de Doctrina, Estatutos, Reglamentos del Partido, así como aceptar y difundir su Plataforma Política y cumplir con el Código de Ética”.

Y en el artículo 35 se establece que sólo podrán ser precandidatos “los ciudadanos de reconocido prestigio y honorabilidad que asuman el compromiso de aceptar los Estatutos, Principios de Doctrina, Reglamentos, los Programas de Acción Política, Plataformas y el Código de Ética del Partido”.

Conforme a estas obligaciones, todos los aspirantes a cargos de elección popular del PAN deben entregar a la Comisión Nacional de Elecciones cuatro formatos, entre ellos el RF-03 que los compromete a cumplir, durante el proceso interno de selección y la campaña electoral constitucional, los principios de doctrina, estatutos generales y reglamentos del partido.

Pero la señora Wallace asegura que lo único que ha firmado es un documento del Instituto Federal Electoral –ni siquiera del órgano electoral capitalino– “donde puse cuál es mi nombre y que acepto la candidatura”.

A este desaseo normativo se suma el político: El presidente del PAN, Gustavo Madero, quebrantó el pacto que hizo el 21 de diciembre con los cinco aspirantes a esa candidatura a realizar una elección abierta a los ciudadanos; los cinco –Gabriela Cuevas, Mariana Gómez del Campo, Demetrio Sodi, José Luis Luege Tamargo y Carlos Orvañanos– se enteraron de la imposición de Miranda de Wallace cuando era un hecho consumado.

Desde el 12 de enero, cuando Madero y la cúpula del PAN la presentaron como su candidata –ante la furia manifiesta sobre todo de Sodi y Luege–, Wallace ha escandalizado a los panistas con expresiones y temas para ellos inaceptables: Aborto, uniones entre personas del mismo sexo, adopción de niños por homosexuales y programas de gobierno más propios del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Creo que ellos, en su interior, indudablemente que les debe doler que yo no salga a decir que voy a acabar con el aborto, pero yo no voy a decir una mentira, lo único que me corresponde es aplicar la norma”, insiste la activista, a quien le da lo mismo haber sido candidata del PRD.
“Si hubieran aceptado mis condiciones, sí”.

Su más reciente declaración polémica fue calificar de “vergüenza para el PAN” a Fernando Larrazabal, alcalde de Monterrey, candidato a diputado federal impulsado por Madero, cuyo secretario particular, Jorge Villalobos, está vinculado también con Juan José Rojas Cardona, El Rey de los Casinos.

En entrevista con Proceso en la sede nacional del PAN el 6 de febrero, y antes, en una charla informal el 16 de enero, Miranda de Wallace –quien se volvió activista a raíz del secuestro y asesinato de su hijo en 2005– afirma que “los panistas han sido más de izquierda que los perredistas” y niega que Acción Nacional sea el partido de la impunidad por encubrir a Juan Molinar Horcasitas y a Cecilia Romero.

Niega una y otra vez que Felipe Calderón la haya impuesto como candidata.
“No es mi amigo, y no es que yo niegue una amistad.
Para mí sería un honor tener un presidente de amigo, porque me daría acceso a saber cómo piensan”.

–Pero si Calderón no quiere que sea candidata, no es.

–Pero eso es diferente.
Quiere o no quiere, ya es otro cantar.
Tú lo que me preguntas es que tengo una relación con él.
No la tengo, te lo juro que no la tengo.
Nunca he ocultado a mis amigos.
Siempre lo he dicho: Yo no tengo amistades dentro de la política.
He trabajado con ellos y voy a seguir trabajando con todos, pero eso no quiere decir que sean mis amigos.
Insisto: Yo no tengo amigos dentro de la política.

Boicot por “proabortista”
Es 6 de febrero, un día después de la elección de la candidata presidencial del PAN, y el edificio de la sede nacional de ese partido está desierto hacia el mediodía.
A la señora Wallace –cuya lucha contra la impunidad por el asesinato de su hijo le ha dado relevancia internacional– le prestaron una oficina.

Es la segunda ocasión que va a ese edificio, luego de que fue presentada ante los medios el 12 de enero como candidata.
“Yo no me la creo, me siento como cuando empecé en el activismo”, describe su ánimo, consciente de su metamorfosis de activista a política.

“Aquí está pasando lo mismo: yo quiero hacer transformaciones.
Si la etiqueta es política, ni modo, cargaré con esa cruz, pero lo que me importa es transformar cosas en la ciudad”, asume en el despacho de la Secretaría de Promoción Política de la Mujer.

Antes de 2005 Miranda de Wallace era una ciudadana clasemediera “común y corriente” dedicada a su familia, propietaria de una empresa de anuncios espectaculares; solía estar informada y votar.

“Desde muy joven me gusta lo que pasa en el país.
Leía mucho Proceso, la revista Siempre de Pagés Llergo, Impacto.
Leía cosas de política.
Me leí todos los libros de Luis Spota.
Siempre me ha gustado leer”.

Su empeño contra la impunidad le dio una proyección que ha ido a la par del gobierno de Calderón, cuya “guerra” los ha unido.
Junto con María Elena Morera y Alejandro Martí, quien claudicó de su exigencia de que se vayan del gobierno los que no puedan contra la delincuencia, Wallace valida las posiciones oficiales.

Y el PAN la hizo su candidata aunque un día antes del anuncio ella había declarado públicamente que no estaba interesada en serlo.
Fue Madero, dice Wallace, quien la convenció.
“Me dijo: ‘Isabel, tu patria te necesita hoy, no dentro de seis años ni dentro de 12, y tú que tanto dices querer a México es el momento de que te arriesgues’.
Y sí es cierto, es arriesgar mucho, es arriesgar todo”.

Pero sus declaraciones públicas, distantes de la agenda conservadora del PAN, concitaron la furia de militantes de ese partido y de agrupaciones aliadas vinculadas con la Iglesia, como el Comité Nacional Provida y el Colegio de Abogados Católicos.

Jorge Serrano Limón, de Provida, dijo al reportero de Proceso Rodrigo Vera que la postulación de Miranda de Wallace era una incongruencia del PAN “con la que prácticamente traicionó sus propios principios ideológicos” y que eso le resultaría costoso.

“Con la designación de Wallace el PAN le provocó una gran desilusión a la Iglesia Católica y a las organizaciones que defendemos la vida desde el momento de la concepción.
Seguramente muchos militantes dejarán de votar por ese partido, que con nosotros tenía asegurado gran parte de su voto duro”.

–¿Perderá este voto sólo en las elecciones capitalinas?
–No, es muy probable que también en las elecciones presidenciales de este año, pues es mucho el desencanto que nos provocó el nombramiento de esta mujer, que tan pronto se le designó candidata ha venido declarando que defenderá la legalización del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y su derecho a adoptar hijos.

A su vez, Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos, vinculado a la arquidiócesis que encabeza Norberto Rivera, advirtió inclusive que habrá un boicot contra la candidata panista:
“No puedes votar por una gente que esté postulada por un partido que históricamente defiende la vida y que ella no la vaya a defender.
Sería un llamado directo a no votar por ella en el uso de las facultades y atribuciones que tenemos como sociedad civil.
La arquidiócesis no puede hacerlo, pero nosotros sí, que somos ciudadanos.

Francisco González Garza, expresidente de la Unión Nacional de Padres de Familia y director de A Favor de lo Mejor, quien acudió a escuchar a la señora Wallace en una reunión que tuvo con miembros de la Asociación Nacional de la Publicidad, el 16 de febrero, dijo al reportero que ella había matizado sus declaraciones.
“Se fue de bruces”, afirmó.

–¿Sí se fue de bruces? –se le pregunta a lacandidata.

–A veces los seres humanos queremos imponer nuestro pensamiento al resto del mundo y nos creemos dueños de la verdad absoluta.
No soy proaborto, estoy a favor de la vida.
Lo he dicho quedito y fuerte: Yo jamás abortaría, no sería capaz de abortar.
¿Por qué? Nadie lo hace deliberadamente, nadie se embaraza para abortar.

“Lo que en México tenemos que hacer es, primero, promover una educación real sin hipocresías sobre la sexualidad y, número dos, tenemos que impulsar casas para que estas mujeres que no quieren o no pueden tener a su bebé puedan tener otra opción, como la adopción.
Yo no apoyo el aborto, pero tampoco voy a violar la ley.

A tal punto generaron alarma en el PAN sus declaraciones que la señora Wallace fue invitada a reunirse el 23 de enero con un grupo de 20 prominentes panistas en la casa de Cecilia Romero, secretaria general de Acción Nacional; asistieron, entre otros, Teresa Gómez Mont, José Luis Luege, Gonzalo Altamirano Dimas, Adrián Fernández, Carlos Gelista, Ignacio Gómez Morin, Esteban Zamora y José Luis Galván.

“Me invitaron básicamente a conocerlos y a decirme que contaba yo con ellos.
Y en este conocernos salieron a relucir muchos temas, que hay mucha gente que tiene experiencia en gobierno, que indudablemente también tocó el tema del aborto”, revela.

Asegura que dijo a los panistas que el aborto no se va a acabar con una ley sino inculcándole valores a los hijos.
“Ninguna hija que tenga valores bien fundamentados va a abortar de manera sistemática o por deporte”, subraya.

“Creo que el tema del aborto está muy bien explicado en la ley y estaba explicado antes de esta reforma, que era cuando la gente era violada o corría riesgo.
Pero cuando alguien se practica diferentes abortos porque no sabe cómo prevenir un embarazo, ahí te está hablando de que lo que tenemos que hacer es educar.

–¿Le pidieron prudencia?
–No.
Contrario a lo que los medios manejan los panistas han sido infinitamente respetuosos.
Creo que ellos tienen muy claro que a mí, como jefa de Gobierno, lo único que me corresponde es aplicar la norma.
Ellos son gente muy inteligente y nunca me pidieron: “No digas esto, no digas lo otro”.
Para nada.

El PAN, de izquierda
Celosa de su independencia, rodeada sobre todo de un equipo de ciudadanos, aunque con auxiliares panistas, Miranda de Wallace afirma que en lo personal ha estado cerca del PAN.

“La filiación panista me es más afín a mí que la de los perredistas y curiosamente creo que los panistas han sido más de izquierda en muchos sentidos que los perredistas.
El problema es que no supieron vender estos logros”.

–¿Cómo cuáles?
–Pues mire.
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por ejemplo es la primera vez que después de una crisis económica mundial México no está en aprietos.
Esto tiene que ver en base a estas políticas que aplicó el presidente Calderón.
Por ejemplo la cobertura en salud sealcanzó de manera importantísima, mucho más que muchos gobiernos priistas; en el tema de educación es cuando más escuelas se han construido y universidades.
¡Eso es ser gente de izquierda en el sentido de que ves por las masas!
Se le pregunta si sabe de qué magnitud ha sido el aumento de la pobreza en el sexenio de Calderón y aunque cifras oficiales establecen en 12 millones de mexicanos en pobreza patrimonial, ella afirma que son sólo 5 millones.

–¿Eso es ser de izquierda?
–Mire, yo creo que el problema… A ver, aquí habría que tener, y lo digo de veras honestamente.
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no estoy defendiendo a nadie, yo creo que algo que tenemos que hacer los ciudadanos es tener claro qué le compete a cada quien: Qué le compete a la federación, al estado, al municipio y qué nos compete a nosotros los ciudadanos.

Resume: “Lo que le quiero decir es que la pobreza es una responsabilidad de todos: de los empresarios, de los ciudadanos, de los gobiernos estatales y también de la federación.
Eso es indudable”.

Y así como defiende al gobierno de Calderón sobre la violencia y los casi 60 mil muertos en el sexenio, también lo hace con Cecilia Romero, directora del Instituto Nacional de Migración cuando ocurrió la matanza de 72 indocumentados en Tamaulipas, y de Juan Molinar, director del IMSS cuando murieron 49 bebés en la guardería ABC de Hermosillo.

Compara ambos casos de impunidad con el del perredista René Bejarano y aduce que los tres deberán seguir su “curso jurídico”.
Aunque el caso de la guardería ABC “no puede quedar impune”, niega que el responsable sea Molinar.

“Esto es como si dentro de un periódico o una revista alguien tiene un accidente o alguien tiene una omisión, y por eso va ir a la cárcel el director del periódico o la revista”, compara y dice que, en todo caso, la responsabilidad recae sólo en la guardería.
“¿Por qué? Porque es la que tiene ahí en corto a los niños y es la que sabe si tiene habilitada la puerta de emergencia o si no la tiene”.

Insiste en que no es incondicional del PAN y de Calderón y prueba de ello es el equipo que integran, entre otros, el experto en combate a la delincuencia Samuel González –“ha atacado al PAN y al presidente”–, el químico Luis Manuel Guerra y el exprocurador fiscal Gabriel Reyes Orona, a quien define como “un hombre de mucha valía para mí, porque es preparado, crítico, objetivo”.

–También es antipapista.

–Pues sí, pero qué bueno.
Yo siempre lo he dicho y ahí está la prueba: Lo que queremos es a los más preparados para los temas que tengamos que tener, más allá de las filosofías.
Algo de lo que yo pretendo con esta participación es: quitémonos colores, vámonos con México.
Este país es mucho más importante y más rico que un partido, está en juego nuestra patria y porvenir de los mexicanos, hagamos a un lado todas las etiquetas y escojamos a los mejores hombres y a las mejores mujeres.
 MÉXICO, D.F. / Proceso

kikka-roja.blogspot.com/

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