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miércoles, 25 de abril de 2012

ADICTOS AL SEXO: Pelicula cine: Shame: Deseos Culpables : La pornografía, la masturbación, el dolor

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Shame: Deseos Culpables - Trailer Oficial y Subtitulado para México
Ubicada en New York, "Shame" será un drama sobre la vida de un treintañero llamado Brandon (repite Michael Fassbender) con serios problemas para controlar y disfrutar su vida sexual. El argumento está enfocado a "examinar la naturaleza de la necesidad, de como los humanos vivimos nuestras vidas y reaccionamos ante las experiencias que marcan nuestro camino.

La pornografía, la masturbación, el dolor y la desesperación: “Deseos culpables” Por: Redacción / Sinembargo - abril 25 de 2012 -

Dirigida por Steve McQueen y estelarizada por Michael Fassbender, Deseos culpables (Shame, EU-2011) es una cita que se introduce en la intimidad de Brandon Sullivan, un hombre aparentemente exitoso en su trabajo, soltero y bien parecido que parece tenerlo todo. De apariencia frívola, Brandon sale con varias mujeres pero no cree en el matrimonio, aunque el problema no es exactamente ese: Brandon es adicto al porno y tiene una hermana (interpretada por Carey Mulligan) emocionalmente inestable con la que tiene que cargar y con la que mantiene una relación amor-odio.
La frialdad del ambiente y la fotografía no ayudan a tener un mejor concepto del personaje, pues por un lado refuerzan la frivolidad de aquél, y por otro son un reflejo de la soledad y la tristeza que padece. Lo que vemos en la cinta son una serie de episodios cotidianos que muestran cómo Brandon se relaciona con la pornografía y la masturbación, prácticamente en cada escena. Sí, de vez en cuando se relaciona con alguna persona que puede ser su jefe, su hermana, una chica o una prostituta, pero el trato con éstos resulta bastante superficial. Las escenas masturbatorias, que podrían parecer un exceso, no son gratuitas: cobrarán sentido conforme vayamos viendo la relación de Brandon con su hermana, y descubramos el dolor y la desesperación del protagonista. Fassbender hace un excelente trabajo, de hecho corren rumores de que Demián Bichir le robó la nominación en los premios Oscar; su personaje es firme, elegante… un envase aparentemente sólido que el actor conducirá de manera sublime a lugares oscuros. –Por Fausto Ponce / Apro

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MÉXICO, D.F. (Proceso).- Brandon (Michael Fassbender) es un adicto al sexo, busca encuentros casuales, tiene relaciones carnales con prostitutas o pasa el tiempo mirando pornografía en computadora; por lo demás, parece un tipo bien ajustado, trabaja en una corporación en Nueva York y vive en un buen departamento. Un día, Sissy (Carey Mulligan), su única hermana, llega a instalarse con él por unos días. Incapaz de responder a la demanda de relación y afecto, este inmigrante irlandés, que vive en Estados Unidos desde la adolescencia, queda expuesto ante la magnitud de su vicio.

En su primer largometraje, Hunger, el videasta y artista plástico Steeve McQueen (Londres, 1969) abordó un asunto político que lo obsesionaba desde la infancia, las huelgas de hambre de los prisioneros del IRA. Se trataba de explorar el efecto de la tensión entre hambre y dignidad en el cuerpo de los presos. En Shame: deseos culpables (Shame; Reino Unido, 2011) McQueen ausculta el efecto en el cuerpo y en el alma de un hombre presa de un vicio que hasta hace poco se reconoce como adicción sexual. La reticencia de los adictos sexuales en Inglaterra a hablar abiertamente del tema durante la investigación del realizador y de su coguionista Abi Morgan, los llevó a situar su historia en Nueva York; Shame, aclara McQueen, no es una película americana.

Antitética al sistema de Hollywood, la dramatización de la sexualidad está completamente desprovista de erotismo y de glamour; Brando no disfruta el sexo, se masturba compulsivamente aun en los baños de la oficina, los encuentros sexuales son apresurados e incómodos, y fracasa estrepitosamente en la intimidad con una mujer por la que se siente atraído. Cualquier vínculo emotivo le parece demasiado amenazante. Los comentarios insisten en mencionar Un psicópata americano como referente; la vacuidad y el desasosiego del neoyorquino moderno atraen la comparación, pero a diferencia del psicópata de Bret Easton Ellis, Brandon mueve a la compasión, es básicamente un buen tipo atormentado por el mal que lo aqueja. Nueva York funciona como refugio y como trampa mortal. McQueen expone el dolor y la afrenta de este hombre que viaja en Metro, toma elevadores o corre por las calles para sudar su angustia.

Como comenta Michael Fassbender de su personaje (interpretado magistralmente), se podrían escribir volúmenes de todo lo que no dice Brando, o de lo que no dicen él y su hermana. Un implacable acercamiento de cámara atrapa la interpretación de Sissy cantando New York, New York a manera de blues; Carey Mulligan convierte este casi himno neoyorquino en una carta de amor al hermano, en una historia de fracaso y desolación. Clave para entender la estética de McQueen es el concepto instalación; ejemplo, la secuencia del enfrentamiento entre los hermanos, sentados en el sofá y tomados de espaldas viendo las caricaturas en la televisión. El déjà vu los atrapa en un presente sin salida.

En la exploración de la adicción sexual que realiza Steeve McQueen, la vergüenza es la plataforma de expresión y la única posibilidad de conciencia. En un brillante estudio, Ewan Fernie (Shame in Shakespeare) demuestra que la vergüenza no es un sentimiento, sino una forma de percepción del individuo frente a sí mismo.

kikka-roja.blogspot.com

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