INAH descubre Juego de pelota cancha Tenochtitlan: Hallan la principal cancha del juego de pelota en Tenochtitlan
Hallan la principal cancha del juego de pelota en Tenochtitlan
NIZA RIVERA 26 DE ENERO DE 2016
Los restos hallados en la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México. Foto: INAH
MÉXICO, DF (apro).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el hallazgo de los vestigios de lo que fuera la principal cancha del juego de pelota en Tenochtitlan, esto después del reciente descubrimiento de una ofrenda con piezas de oro en el Templo Mayor.
Los vestigios de la cancha se descubrieron en la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México, en el mismo predio donde en 2010 se detectó el Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl (deidad mexicana del viento) frente al Templo Mayor, y encontrados como parte de los trabajos de salvamento del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH, bajo la coordinación del arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez.
“En el costado norte de la plataforma que delimita al Juego de Pelota se localizaron remetidas dos escalinatas superpuestas de cuatro peldaños, con sus respectivas banquetas que comunicaban con el Templo de Ehécatl. En el otro extremo (lado sur), se identificó la superposición de los restos de tres muros estucados en forma de talud de aproximadamente 1.95 m de altura”, informó el instituto.
Como parte del hallazgo, también se encontró una ofrenda, bajo uno de los pisos de la escalinata norte del juego de pelota, conformada por varios grupos de cervicales humanas que aún guardan su posición anatómica y presentan un buen estado de conservación.
La antropóloga física María García Velasco y los arqueólogos Fernando Orduña Gómez y Lorena Vázquez Vallín, del Programa de Arqueología Urbana del INAH, expusieron que el depósito sui generis —del que también se recuperaron navajillas y puntas de maguey, entre otros materiales que aluden al sacrificio— se halló a una profundidad de 1.60 m, en un espacio reducido de aproximadamente 45 centímetros de diámetro.
Las cervicales corresponden a 31 individuos de diversas edades, entre infantes, jóvenes y adultos, y acorde al cotejo con fuentes históricas la ofrenda está relacionado con el juego de pelota, la decapitación y la fertilidad: el hueso, seco, molido, podría representar una semilla, al igual que la sangre, un elemento esencial dentro de un sistema de regeneración de vida.
“Es factible que algunos individuos hayan sido sacrificados como pago a los dioses, convirtiéndose en un alimento para la continuidad de la vida”, concluyó García Velasco sobre el tema.
Apenas el jueves 21 se dio a conocer el hallazgo en el Templo Mayor de una ofrenda con 336 objetos, entre ellos 20 de oro, entre orejeras, corazones, cascabeles y otras figuras, 27 cuchillos de pedernal, 187 lascas de piedras verdes, conchas, cinco cuentas de piedra verde y el esqueleto de una serpiente, posiblemente depositados durante el reinado de Ahuizotl, entre 1486 y 1502.
Esto fue encontrado a los pies de la escalinata de la pirámide principal del templo, al remover una porción de relleno prehispánico mezclado con concreto moderno. La ofrenda medía 40 centímetros de largo por 38 de largo.
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Hallan la principal cancha del juego de pelota en Tenochtitlan
NIZA RIVERA 26 DE ENERO DE 2016
Los restos hallados en la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México. Foto: INAH
MÉXICO, DF (apro).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el hallazgo de los vestigios de lo que fuera la principal cancha del juego de pelota en Tenochtitlan, esto después del reciente descubrimiento de una ofrenda con piezas de oro en el Templo Mayor.
Los vestigios de la cancha se descubrieron en la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México, en el mismo predio donde en 2010 se detectó el Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl (deidad mexicana del viento) frente al Templo Mayor, y encontrados como parte de los trabajos de salvamento del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH, bajo la coordinación del arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez.
Aunque el descubrimiento se realizó en 2014 durante excavaciones, ahora se sabe que se trata del costado norte de la cancha, cuya estructura prehispánica mide 9 metros de ancho y se encuentra a 6.45 metros al sur del Templo de Ehécatl, y presenta tres etapas constructivas, abarcando el periodo comprendido entre 1481 y 1521. La fase VI, edificada hacia 1486-1502, es la mejor conservada.
“En el costado norte de la plataforma que delimita al Juego de Pelota se localizaron remetidas dos escalinatas superpuestas de cuatro peldaños, con sus respectivas banquetas que comunicaban con el Templo de Ehécatl. En el otro extremo (lado sur), se identificó la superposición de los restos de tres muros estucados en forma de talud de aproximadamente 1.95 m de altura”, informó el instituto.
Como parte del hallazgo, también se encontró una ofrenda, bajo uno de los pisos de la escalinata norte del juego de pelota, conformada por varios grupos de cervicales humanas que aún guardan su posición anatómica y presentan un buen estado de conservación.
La antropóloga física María García Velasco y los arqueólogos Fernando Orduña Gómez y Lorena Vázquez Vallín, del Programa de Arqueología Urbana del INAH, expusieron que el depósito sui generis —del que también se recuperaron navajillas y puntas de maguey, entre otros materiales que aluden al sacrificio— se halló a una profundidad de 1.60 m, en un espacio reducido de aproximadamente 45 centímetros de diámetro.
Las cervicales corresponden a 31 individuos de diversas edades, entre infantes, jóvenes y adultos, y acorde al cotejo con fuentes históricas la ofrenda está relacionado con el juego de pelota, la decapitación y la fertilidad: el hueso, seco, molido, podría representar una semilla, al igual que la sangre, un elemento esencial dentro de un sistema de regeneración de vida.
“Es factible que algunos individuos hayan sido sacrificados como pago a los dioses, convirtiéndose en un alimento para la continuidad de la vida”, concluyó García Velasco sobre el tema.
Apenas el jueves 21 se dio a conocer el hallazgo en el Templo Mayor de una ofrenda con 336 objetos, entre ellos 20 de oro, entre orejeras, corazones, cascabeles y otras figuras, 27 cuchillos de pedernal, 187 lascas de piedras verdes, conchas, cinco cuentas de piedra verde y el esqueleto de una serpiente, posiblemente depositados durante el reinado de Ahuizotl, entre 1486 y 1502.
Esto fue encontrado a los pies de la escalinata de la pirámide principal del templo, al remover una porción de relleno prehispánico mezclado con concreto moderno. La ofrenda medía 40 centímetros de largo por 38 de largo.
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