SE DESFONDA EPN porros del PRI: El gasolinazo 2017 no es por la reforma, sino por el monopolio
QUERÍAN ROMPER EL TEJIDO SOCIAL Y LA LEGÍTIMA PROTESTA CIUDADANA Y EPN SE QUEDÓ SIN CAPITAL POLÍTICO
LOS PORROS DEL PRI YA SE ORGANIZAN SOLOS SIN LAS ÓRDENES DE EPN. (GENTE RUIN Y LADRONES MUERTOS DE HAMBRE QUE SALEN A ROBAR POR ORDEN DEL GOBIERNO).
LOS CIUDADANOS MEXICANOS ESTÁN HARTOS DE LOS PORROS DEL PRI.
El gasolinazo no es por la reforma, sino por el monopolio
El gobierno de EPN está mal y de malas. Mal porque su manejo de las finanzas públicas ha sido irresponsable, porque la corrupción a todos los niveles está desbordada y se ha vuelto cínica y flagrante; pero, de malas porque problemas estructurales que llevamos décadas arrastrando empiezan a hacer agua.
La combinación es letal. Este gobierno no tiene la credibilidad que requeriría para enfrentar el costo político de cambios indispensables, como la liberación en el precio de las gasolinas. A la vez, no tiene margen fiscal para posponerlo o suavizarlo.
En su columna de ayer en este diario, Valeria Moy explica por qué es indispensable liberar el precio de las gasolinas y mantener un impuesto alto (Más allá del precio-Valeria Moy), no abundaré en el tema, pero sí quisiera agregar que el impuesto promedio sobre la gasolina en los 35 países en la OCDE es de $14.50 por litro, 150% más alto que en México. No tiene sentido pensar en que habría que subsidiarle la gasolina a las Suburbans de los guardaespaldas de Carlos Slim. En 2008, subsidiarla nos costó 217 mil millones de pesos. Para ponerlo en contexto, eso es 8 veces el presupuesto de Conacyt, o 5 veces el de la UNAM).
Pensar que habría que reducir el impuesto, cuando en la CDMX vamos de una contingencia ambiental a otra, sería absurdo. Lo que sí podríamos hacer es establecer, por ley, que la totalidad del impuesto a las gasolinas esté destinado a transporte público y a inversión en infraestructura (puertos, gasoductos, etc.). Porque, seamos francos, lo que duele del impuesto es que con demasiada frecuencia acaba en cuentas suizas de políticos, o en mansiones pagadas por el erario.
Urgía liberar el precio para que fluya inversión privada a infraestructura de producción, almacenamiento y distribución. Estamos pagando por décadas de monopolio de Pemex que no hizo las inversiones necesarias, y de corruptelas del sindicato y de sus amigos.
La Reforma Energética permitirá resolver el problema, pero no instantáneamente. Urge callar con argumentos las voces necias e irresponsables que culpan a la Reforma, y no al monopolio, de este desastre.
En forma análoga, gritamos y pataleamos al enterarnos de que Trump está presionando a las empresas estadounidenses para que no inviertan fuera de Estados Unidos. Veamos con claridad lo que ocurrió.
Primero, el anuncio de Ford de cancelar la inversión en San Luis Potosí no tiene que ver con Trump. Habían anunciado previamente que la demanda por automóviles chicos se ha reducido. Es por eso la cancelación de la planta en México. Invertirán 4 mil 500 millones de dólares para producir más vehículos eléctricos (incluyendo un Mustang y una pickup F-150 híbridos). Y, de hecho, confirmaron que el Focus de nueva generación se producirá en Hermosillo.
Pero, sí hay mucho de qué preocuparse. Si bien las armadoras europeas y asiáticas en México están fuera del alcance de Trump, él ha decidido llevar cuenta de cuántos “empleos salva de migrar a México”.
Las empresas estadounidenses que lo desafíen enfrentarán una pesadilla de relaciones públicas. Además de que se discute la posibilidad de un impuesto considerable a las importaciones (que se vuelve urgente para balancear el presupuesto, dada la reducción propuesta en tasas impositivas individuales y corporativas), es importante recordar que las multinacionales estadounidenses estarán recibiendo incentivos para repatriar los quizá tres millones de millones de dólares de utilidades que tienen fuera del país. Al regresarlas, tendrán abundantes recursos para reenfocar su capacidad productiva.
Acelerarán, sin duda, procesos de robotización, lo cual impedirá que el impacto en empleos locales sea el esperado, pero México sí saldrá perdiendo.
Aquí también pagaremos por lo que no hemos hecho. Vimos venir cambios estructurales en cadenas de suministro, cada vez menos dependientes en escala y donde la mano de obra es un costo decreciente. En vez de invertir en educación técnica, en innovación, en infraestructura que incremente nuestra competitividad, en seguridad, y en Estado de derecho, este gobierno presenta el menor nivel de inversión pública desde 1939, a pesar del considerable aumento en el endeudamiento público.
Enfaticemos lo justo. Este gobierno ha tenido aciertos. La Reforma Energética era indispensable y permitir la libre importación de energéticos e inversión privada en producción y distribución, incrementará la competitividad de la planta industrial nacional. Pero, tomará tiempo. La Reforma de Telecomunicaciones puede permitir un salto cuántico (Red Compartida) cuando nuestro atraso en términos de infraestructura de redes como Internet es un pesado lastre que impide crecimiento y emprendimientos privados. Ahí también sufrimos por costosos monopolios.
Este gobierno debe tener el reconocimiento de haber vencido resistencias históricamente complejas. Sin embargo, el hecho de que hayan perdido toda credibilidad por la flagrante corrupción, les deja sin capital político para implementar cambios indispensables, para hacerle frente a la amenaza de un gobierno hostil en Estados Unidos, para contener la amenaza del crimen organizado, y para enfrentar un entorno global crecientemente complejo. Mal y de malas.
Twitter: @jorgesuarezv
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/el-gasolinazo-no-es-por-la-reforma-sino-por-el-monopolio.html
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kikka-roja.blogspot.com
QUERÍAN ROMPER EL TEJIDO SOCIAL Y LA LEGÍTIMA PROTESTA CIUDADANA Y EPN SE QUEDÓ SIN CAPITAL POLÍTICO
LOS PORROS DEL PRI YA SE ORGANIZAN SOLOS SIN LAS ÓRDENES DE EPN. (GENTE RUIN Y LADRONES MUERTOS DE HAMBRE QUE SALEN A ROBAR POR ORDEN DEL GOBIERNO).
LOS CIUDADANOS MEXICANOS ESTÁN HARTOS DE LOS PORROS DEL PRI.
El gasolinazo no es por la reforma, sino por el monopolio
El gobierno de EPN está mal y de malas. Mal porque su manejo de las finanzas públicas ha sido irresponsable, porque la corrupción a todos los niveles está desbordada y se ha vuelto cínica y flagrante; pero, de malas porque problemas estructurales que llevamos décadas arrastrando empiezan a hacer agua.
La combinación es letal. Este gobierno no tiene la credibilidad que requeriría para enfrentar el costo político de cambios indispensables, como la liberación en el precio de las gasolinas. A la vez, no tiene margen fiscal para posponerlo o suavizarlo.
En su columna de ayer en este diario, Valeria Moy explica por qué es indispensable liberar el precio de las gasolinas y mantener un impuesto alto (Más allá del precio-Valeria Moy), no abundaré en el tema, pero sí quisiera agregar que el impuesto promedio sobre la gasolina en los 35 países en la OCDE es de $14.50 por litro, 150% más alto que en México. No tiene sentido pensar en que habría que subsidiarle la gasolina a las Suburbans de los guardaespaldas de Carlos Slim. En 2008, subsidiarla nos costó 217 mil millones de pesos. Para ponerlo en contexto, eso es 8 veces el presupuesto de Conacyt, o 5 veces el de la UNAM).
Pensar que habría que reducir el impuesto, cuando en la CDMX vamos de una contingencia ambiental a otra, sería absurdo. Lo que sí podríamos hacer es establecer, por ley, que la totalidad del impuesto a las gasolinas esté destinado a transporte público y a inversión en infraestructura (puertos, gasoductos, etc.). Porque, seamos francos, lo que duele del impuesto es que con demasiada frecuencia acaba en cuentas suizas de políticos, o en mansiones pagadas por el erario.
Urgía liberar el precio para que fluya inversión privada a infraestructura de producción, almacenamiento y distribución. Estamos pagando por décadas de monopolio de Pemex que no hizo las inversiones necesarias, y de corruptelas del sindicato y de sus amigos.
La Reforma Energética permitirá resolver el problema, pero no instantáneamente. Urge callar con argumentos las voces necias e irresponsables que culpan a la Reforma, y no al monopolio, de este desastre.
En forma análoga, gritamos y pataleamos al enterarnos de que Trump está presionando a las empresas estadounidenses para que no inviertan fuera de Estados Unidos. Veamos con claridad lo que ocurrió.
Primero, el anuncio de Ford de cancelar la inversión en San Luis Potosí no tiene que ver con Trump. Habían anunciado previamente que la demanda por automóviles chicos se ha reducido. Es por eso la cancelación de la planta en México. Invertirán 4 mil 500 millones de dólares para producir más vehículos eléctricos (incluyendo un Mustang y una pickup F-150 híbridos). Y, de hecho, confirmaron que el Focus de nueva generación se producirá en Hermosillo.
Pero, sí hay mucho de qué preocuparse. Si bien las armadoras europeas y asiáticas en México están fuera del alcance de Trump, él ha decidido llevar cuenta de cuántos “empleos salva de migrar a México”.
Las empresas estadounidenses que lo desafíen enfrentarán una pesadilla de relaciones públicas. Además de que se discute la posibilidad de un impuesto considerable a las importaciones (que se vuelve urgente para balancear el presupuesto, dada la reducción propuesta en tasas impositivas individuales y corporativas), es importante recordar que las multinacionales estadounidenses estarán recibiendo incentivos para repatriar los quizá tres millones de millones de dólares de utilidades que tienen fuera del país. Al regresarlas, tendrán abundantes recursos para reenfocar su capacidad productiva.
Acelerarán, sin duda, procesos de robotización, lo cual impedirá que el impacto en empleos locales sea el esperado, pero México sí saldrá perdiendo.
Aquí también pagaremos por lo que no hemos hecho. Vimos venir cambios estructurales en cadenas de suministro, cada vez menos dependientes en escala y donde la mano de obra es un costo decreciente. En vez de invertir en educación técnica, en innovación, en infraestructura que incremente nuestra competitividad, en seguridad, y en Estado de derecho, este gobierno presenta el menor nivel de inversión pública desde 1939, a pesar del considerable aumento en el endeudamiento público.
Enfaticemos lo justo. Este gobierno ha tenido aciertos. La Reforma Energética era indispensable y permitir la libre importación de energéticos e inversión privada en producción y distribución, incrementará la competitividad de la planta industrial nacional. Pero, tomará tiempo. La Reforma de Telecomunicaciones puede permitir un salto cuántico (Red Compartida) cuando nuestro atraso en términos de infraestructura de redes como Internet es un pesado lastre que impide crecimiento y emprendimientos privados. Ahí también sufrimos por costosos monopolios.
Este gobierno debe tener el reconocimiento de haber vencido resistencias históricamente complejas. Sin embargo, el hecho de que hayan perdido toda credibilidad por la flagrante corrupción, les deja sin capital político para implementar cambios indispensables, para hacerle frente a la amenaza de un gobierno hostil en Estados Unidos, para contener la amenaza del crimen organizado, y para enfrentar un entorno global crecientemente complejo. Mal y de malas.
Twitter: @jorgesuarezv
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