- Expertos en el tema petrolero desmienten cifras oficiales que buscan privatizar Pemex
- Defensores de la reforma calderonista lo son también de empresas trasnacionales
- Demandan en el Senado rechazar las iniciativas de Calderón por ser contrarias al interés nacional
Víctor Ballinas y Andrea Becerril Expertos en el tema, con la experiencia de más de tres décadas de laborar en Petróleos Mexicanos (Pemex), Ricardo Prian Caletti y María Fernanda Campa demandaron en el Senado rechazar las iniciativas de Felipe Calderón por ser contrarias al interés nacional, desmintieron las cifras oficiales y revelaron los nexos de defensores de esa reforma con trasnacionales interesadas en la apertura de la industria petrolera al capital privado.Uno de ellos, sostuvo la doctora Campa, es Francisco Barnés de Castro, “asesor” de Dupont, y el otro, presente ayer en ese séptimo foro de discusión sobre la reforma calderonista, Adrián Lajous, es “funcionario y accionista” de la empresa trasnacional Schlumberger, consorcio que, junto con Halliburton, opera desde hace años en Chicontepec sin poder mejorar la productividad de los pozos, arriba de la obtenida por el personal de Pemex, advirtió por su parte Prian Caletti, quien durante 31 años estuvo “dedicado totalmente” al área técnica en ingeniería petrolera y de yacimientos.Primer roundLe tocó confrontarse con Lajous en 1997, cuando el entonces director de la paraestatal desoyó las recomendaciones del Grupo Ingenieros Pemex Constitución de 1917, y decidió usar nitrógeno en lugar de gas para la explotación de Cantarell, método oneroso que constituye un dispendio de energía y una recuperación de poco más de 50 por ciento. Prian Caletti sostuvo que la iniciativa de Calderón permitirá la asignación directa de contratos a corporaciones extranjeras como Schlumberger y Halliburton, que no han respondido en forma satisfactoria a los programas de Pemex Exploración y Producción y son responsables, en parte, de la pronunciada declinación de las reservas petroleras.Expuso que, de acuerdo con datos que obtuvo a través del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), Pemex perdió en cuatro años 614 millones de dólares “por recurrir a trasnacionales que no tienen o no desean compartir su tecnología para hacer rentable la explotación de las reservas contenidas en Chicontepec”. Autor del concepto “índice de hidrocarburos”, aplicado en el cálculo de reservas e introductor de diversas técnicas para la terminación de pozos, el ingeniero Prian Caletti insistió en que Chicontepec “es un claro ejemplo de socialización de las pérdidas y privatización de las ganancias. México y Pemex pierden, las trasnacionales ganan y ahora esas empresas realizan las actividades y servicios que antes eran desarrollados por Petróleos Mexicanos en forma mucho más satisfactoria y económica”.Conflicto de interesesDurante el foro, la doctora en Geología María Fernanda Campa, quien también por casi 30 años laboró en Pemex, reveló que algunos de los pocos entusiastas con la privatización petrolera tienen intereses económicos en ello. Lajous, sostuvo, es ahora accionista y representante de Schumberger, trasnacional que, añadió, a través de Comesa, “empresa exploratoria filial de Pemex”, obtiene contratos sin licitación, como los de perforación de cien pozos en Chicontepec, con grandes pérdidas. Lajous palideció con la revelación, pero tardó mucho en responder; lo hizo durante su tercera intervención y sólo para señalar que no se “rebajaría” a contestar descalificaciones personales. Agregó que esperaba discutir el futuro y no la historia. En su intervención, el ingeniero Prian Caletti cuestionó las cifras que la secretaria de Energía, Georgina Kessel, presentó en el Senado el mes pasado en su comparecencia, cuando sostuvo que se dispone de cien mil millones de barriles de reservas. “No es creíble” ese dato, subrayó el experto. El también miembro de la Asociación Ingenieros Pemex Constitución de 1917 abundó que en la Memoria de Labores 2007 de la paraestatal se asienta que las reservas probadas, probables y posibles suman únicamente 44 mil 483 millones de barriles. La diferencia es de más de 50 mil barriles, recalcó.De igual forma, José Eduardo Beltrán, ingeniero petrolero, investigador de la UNAM, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, Artes, Tecnología y Humanidades, aseveró que con “su voracidad e irracionalidad” los gobiernos del PAN provocaron la disminución de las reservas probadas. Las reservas petroleras sufrieron una pronunciada caída durante el periodo que va de 2003 a 2007, esto es, “durante los últimos cuatro años de Fox y el primer año del gobierno de Calderón. En sólo cuatro años se chuparon 27 por ciento de las reservas probadas”. Estas “cifras espeluznantes”, añadió Beltrán, ponen de manifiesto la voracidad y la irracionalidad con que se ha manejado Pemex durante las administraciones del PAN. Propuso también que el Senado organice una consulta nacional para conocer la opinión de los mexicanos sobre el tema.Destacó que Felipe Calderón pretende llevar a Pemex a un retroceso, “entregar nuevamente el petróleo a las grandes empresas trasnacionales, y lo más grave de esta situación es que un gobierno con el estigma del fraude electoral pretenda regresar al país a etapas que creíamos no sólo superadas, sino cerradas para siempre”. Abundó que las cifras presentadas en el diagnóstico de Pemex dejan en claro que, a partir de 2004, se inició una acentuada declinación en el conjunto de los yacimientos mexicanos, pero no explican por qué. Las reservas totales con que se cuenta actualmente son del orden de 44.5 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente, mismo que al ritmo de producción actual “nos duraría para 27.8 años, lo cual no es poca cosa, pero si a estos recursos potenciales agregamos los 44.5 miles de millones de barriles de reservas probadas, probables y potenciales, tenemos un total de 68 mil millones de barriles de crudo, que alcanzarían para 43 años”.En tanto, Gustavo Bonilla Pérez, asesor y consultor de proyectos en las trasnacionales Schlumberger y Shell, y miembro de la Academia de Ingeniería, coincidió en que las reservas estimadas a finales de 2007 sumaban 45 mil millones de barriles de crudo equivalentes, de las cuales 14.4 mil millones son probadas, 15 mil millones probables y 15.6 mil millones de barriles posibles. Mientras, Carlos Morales Gil, director general de Pemex Exploración y Producción, destacó que actualmente los recursos prospectivos ascienden a 53 mil 800 millones de barriles de crudo en aguas profundas. - Sorprende Murillo Karam a panistas al anunciar que el PRI no votará una “privatización simulada”
- Sin futuro, la explotación en aguas profundas, advierten expertos
- El tricolor presentará antes del 15 de julio “iniciativas alternas”
- Aboga Adrián Lajous por la intervención de corporaciones extranjeras; el STPRM se ha apropiado de la renta petrolera, dice
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
En medio del debate, cuando los defensores de la reforma de Felipe Calderón no lograban rebatir los argumentos de técnicos y especialistas en el sentido de que no es conveniente ni necesario ir en estos momentos a la explotación en aguas profundas, el senador Jesús Murillo Karam dejó claro que su partido “no votará” una “privatización simulada” de Petróleos Mexicanos (Pemex). El también secretario general del Partido Revolucionario Institucional anunció que, antes del 15 de julio, el PRI presentará “una o dos iniciativas alternas” a la del Ejecutivo, una contrapropuesta que deja fuera la inversión privada en refinación, almacenamiento y transporte. A propuesta de la Comisión de Energía, se recortó ayer la discusión, que sólo se dio entre los ponentes. Los legisladores fijaron posturas sin poder intercambiar puntos de vista con los participantes. Ese espacio lo aprovechó Murillo Karam para advertir que el PRI no avalará “simulaciones jurídicas”.
Los panistas se asombraron cuando el senador priísta informó del acuerdo entre la dirigencia nacional del tricolor y sus grupos parlamentarios para no votar en favor de refinerías con capital privado ni permitir que los ductos y almacenamiento se conviertan en monopolios y tampoco aceptar contratos “que no estén perfectamente bien definidos”. Fue un no rotundo del PRI a las principales propuestas de Calderón, que se sumó a la opinión de la mayoría de los especialistas en materia petrolera que ayer, durante el séptimo foro de discusión, expusieron los riesgos e inconvenientes de explotar aguas profundas en el Golfo de México. De hecho, de los ocho participantes sólo el director de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales Gil; el asesor de trasnacionales Gustavo Bonilla; el académico Ricardo Padilla y el ayer muy cuestionado Adrián Lajous defendieron abiertamente ir en busca de petróleo a aguas profundas, aunque no rebatieron los señalamientos de los ingenieros petroleros Ricardo Prian Caletti, María Fernanda Campa y Eduardo Beltrán.
Lajous, director de Pemex en el sexenio de Ernesto Zedillo y representante ahora de la trasnacional Schlumberger –cargo que no desmintió–, abogó por las corporaciones extranjeras y dio su apoyo “profesional, técnico y crítico” a los contratos de servicios incentivados propuestos en las iniciativas de Calderón, aunque resaltó que es “preferible” hacer reformas constitucionales a fin de permitir el capital privado en la refinación de petróleo. Se lanzó luego contra el sindicato petrolero ya que, dijo, “ha logrado apropiarse, directamente, de la renta petrolera a través de remuneraciones y prestaciones generosas y altos niveles de sobrempleo”. Lajous agregó que el organismo gremial “ha logrado imponer prácticas laborales que afectan la eficiencia operativa de la empresa”. Ahora en su papel de funcionario de una trasnacional, llamó a establecer un programa de exploración y explotación en aguas profundas y superprofundas, que vincule “a las empresas petroleras internacionales con el dueño del subsuelo”. Es insuficiente, sostuvo, “aludir a la necesidad de establecer algún tipo de asociación con posibles inversionistas o proponer vagas alianzas estratégicas”. Se requiere, recalcó, precisar la manera “como se compartirán riesgos y beneficios, expresándolo en términos y condiciones contractuales”.
Ese discurso corroboró lo expresado antes por la doctora en Geología María Fernanda Campa, quien sostuvo que la urgencia para perforar en aguas profundas, es de quienes quieren tener bajo su dominio directo la perforación, producción y distribución de los hidrocarburos. Sin embargo, el ingeniero Ricardo Prian Caletti recalcó que no es recomendable la explotación en aguas profundas, ya que es “inmadura, de alto riesgo y sumamente costosa”; no hay reservas ahí, recalcó, y todo obedece a que las trasnacionales que operan en el Mar del Norte y están por terminar la explotación de sus yacimientos “requieren urgentemente ocupar sus equipos y personal en otros países que quieran compartir su riqueza petrolera, aun en riesgo de ser saqueados”. Incluso, el ingeniero Eduardo Berrueto Zenteno, ex trabajador de Pemex, no se manifestó directamente en contra de la iniciativa, pero advirtió que los pozos perforados en aguas profundas “son de baja productividad y escasa reserva probada”.
El representante gubernamental en el foro, el director de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales Gil, se limitó a rechazar los cuestionamientos. No es una iniciativa privatizadora, no hay contratos de riesgo ni concesiones, insistió, y más que dar argumentos técnicos para probar sus dichos se dedicó a descalificar la consulta nacional sobre las iniciativas de Calderón, propuesta por actores políticos y el ex ministro Juventino Castro. “Si tenemos un Congreso plural, que fue electo democráticamente, ¿por qué habría necesidad de consultar a nadie?”, preguntó el funcionario de Pemex. El ingeniero José Eduardo Beltrán, académico de la UNAM y ex diputado federal, que había propuesto también la consulta, deploró la falta de argumentos de fondo en la defensa gubernamental. “Le pueden llamar como sea, pero es una privatización si van a licitar con trasnacionales, como en la época de Porfirio Díaz”, dijo.
También la doctora Campa, hija del legendario dirigente ferrocarrilero Valentín Campa, reivindicó la consulta como medio de legitimar una reforma de tal magnitud. El presidente de la Comisión de Energía, Francisco Labastida, trató de callarla porque, dijo, ya se le había acabado el tiempo, pero ella no se lo permitió. “Tres segundos, déjame terminar; a Adrián Lajous le tocó el número siete y lo pasaste al ocho”. Labastida no respondió a la clara alusión sobre sus maniobras para colocar al final de la discusión a Lajous, a fin de que pudiera responder a los cuestionamientos. El priísta llamó a una conferencia de prensa conjunta con Murillo Karam, para hablar de las iniciativas que presentará el PRI, y al salir del recinto de Xicoténcatl se escondió en un local comercial de Donceles para evitar los insultos que sí se llevó el senador del Verde Ecologista Arturo Escobar.
Como lo ha hecho en los últimos foros, Escobar defendió la reforma de Pemex y ayer un grupo de personas le gritó: “¡Vende patria!, ¡vendido!”. LAS MENTIRAS DE LA DESESPERACIÓN PANISTA
- La consulta pública y el tesorito, pesada losa sobre las espaldas de los panistas
- Hastío de legisladores, cuando aún no se llega a la mitad de los debates petroleros
- Cansancio y hasta arrepentimiento de haber aceptado los términos de la discusión
Arturo CanoLos legisladores están cansados. Todavía no se llega a la mitad de los debates y el hastío y el alud de cifras caen como pesadas losas sobre los próceres, cada vez más pocos en el patio del Senado, cada vez menos atentos.
Priístas y panistas parecen arrepentidos de haber aceptado los términos de un debate que ahora les parece demasiado largo. Y por si fuera poco, se ven obligados, sobre todo los panistas, a bailar al son que les toca el Frente Amplio Progresista, al menos en términos discursivos: desde la semana pasada, al son de la consulta pública sobre el futuro de Petróleos Mexicanos.
Claro, el Partido Revolucionario Institucional lanzará pronto su propio vals.
Otros, mientras tanto, salen a la pista a decir que nada de danzas: “Si tenemos un Congreso plural y que fue electo democráticamente, ¿por qué habría necesidad de consultar a nadie?”, pregunta Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción. Gracias a su larga experiencia en la empresa petrolera nacional, Morales nos revela que la decisión de permitir la inversión privada y extranjera no es un asunto financiero, ni mucho menos político: “Los problemas técnicos deben ser resueltos con base en las opiniones de los expertos y confiando en el juicio de quienes elegimos para diseñar las leyes que rijan a este país”.
Y además es cobardía política: “La consulta popular es rehuir nuestra responsabilidad como legisladores”, dice el panista Juan José Rodríguez Prats. / **(RODRIGUEZ PRATS ES UN PINCHE RATERO LEGULEYO)
Antes, Morales asegura al menguado respetable público que ir a las aguas profundas es, en resumen, un desafío histórico: “No es un tema que deba ser sometido a elección, es una obligación, es una cuestión de responsabilidad con las nuevas generaciones”. Es una suerte de respuesta a los técnicos contrarios a las reformas, quienes han insistido en que Pemex tiene otras alternativas antes de ir en busca del tesorito del fondo del mar.
¿Alguien se opone a ir por el tesorito?
Dante Delgado, senador veracruzano, dice que no: “Estamos en favor de explotar en aguas profundas, pero que lo hagamos nosotros, y ustedes quieren que lo hagan exclusivamente compañías privadas y extranjeras”. La consulta y las aguas profundas, temas que han rebasado las paredes del oráculo de los técnicos, van y vienen en el patio senatorial. Arturo Vega, del Partido Verde, también se lanza contra la consulta, porque la “verdadera consulta” fue en 2006, y porque además en México se participa poco y se manipula. Ya, pero un hilillo de la madeja queda suelto. Los panistas, el senador verde y el funcionario de Pemex insisten en que la consulta no vale, además de ser ilegal, porque es imposible allegar a los ciudadanos la información técnica complejísima para que puedan tomar una decisión razonada. Los ciudadanos que acudan a la consulta, dice el panista Jorge Ocejo, no lo harán de “manera consciente e informada”. Es de suponerse que la millonaria campaña mediática de Pemex para convencer a los mexicanos de las bondades de ir por el tesorito no ha tenido más objeto que el solaz y esparcimiento de las pupilas nacionales con las imágenes marítimas.
Lajous: el sindicato se queda con la renta petrolera
¿Quién debate en el debate? Viejos técnicos de Pemex, miembros de un grupo cuyo nombre no deja lugar a dudas de su postura: Grupo de Ingenieros Pemex Constitución de 1917.
Son antiguos adversarios de otro de los debatientes, Adrián Lajous, director de Pemex con Ernesto Zedillo, quien viene a bendecir la mayor parte de las iniciativas de Felipe Calderón.
María Fernanda Campa y otros ingenieros traen a cuento decisiones de Lajous, particularmente en Cantarell, que, dicen, han costado miles de millones de pesos al país. Y lo señalan como funcionario y accionista de la empresa Schlumberger, que cuenta con contratos “sin licitación”, como en el caso de los pozos de Chicontepec, “con grandes pérdidas para Pemex”.
Lajous rechaza “descender a ese tipo de discusiones”. Lo suyo es ofrecer su apoyo profesional y técnico, “por definición crítico”, a los contratos de servicios incentivados y a la propuesta de dar “mayor flexibilidad” a Petróleos Mexicanos en la contratación de obras y servicios. Igualmente manifiesta su apoyo al crecimiento de la inversión privada en “los sistemas logísticos de la industria petrolera”, aunque lo sujeta a que se cumplan condiciones como mayor autonomía al órgano regulador. Rechaza, aunque apoyaría con una condición, la maquila en refinación. “Sería preferible hacer las reformas constitucionales del caso, dado el rezago histórico acumulado en este ramo.”
Otro rezago ve Lajous en un aliado de algunos de los presentes: “El sindicato petrolero ha logrado apropiarse, directamente, de una parte de la renta económica del petróleo a través de remuneraciones y prestaciones generosas y a altos niveles de sobrempleo; también ha contribuido a disipar renta económica al exigir e imponer prácticas laborales que afectan la eficiencia operativa de la empresa”.
Que se sepa, durante el sexenio de Zedillo nada cambió en las relaciones laborales de Pemex. Pero ni así aparece el priísta que salga a defender a Carlos Romero Deschamps, el nuevo aliado de su ex correligionaria Elba Esther Gordillo.
Los priístas tienen, por lo pronto, otras preocupaciones. Una intervención encendida del ex gobernador de Hidalgo Jesús Murillo Karam es precedida de una conferencia de prensa conjunta con Francisco Labastida Ochoa, quien informa que diputados y senadores trabajan con la dirección de su partido para presentar en la primera quincena de julio reformas a las iniciativas de Felipe Calderón, y “probablemente una o dos iniciativas nuevas modificando totalmente lo que fue presentado por el Ejecutivo”.
En realidad, los priístas quieren presentar su postura formal antes de ese plazo, sobre todo para echar a perder la consulta de Marcelo Ebrard. Su cálculo es que el FAP ya no podrá formular una pregunta simple a los ciudadanos (“¿está de acuerdo o no con las iniciativas del Presidente?”), porque habrá sobre la mesa al menos una propuesta más.
Elementos de esparcimiento
¿Quién debate en el debate? Arnaldo Córdova dijo en este patio que no se explicaba por qué invitaron a Héctor Aguilar Camín, “si no sabe nada” del asunto.
No se puede decir lo mismo del ingeniero Carlos Morales Gil, con larga experiencia en la paraestatal.
Como director de Pemex Exploración y Producción, por ejemplo, le tocó afrontar el accidente en la plataforma Usumacinta, que costó la vida a 22 trabajadores. En febrero de este año daba entrevistas radiofónicas para explicar el avance de las indagatorias: “Pemex Producción y Exploración no es parte de las investigaciones… es quien (sic) está aportando toda la información, dado que fue la entidad donde se tuvo (sic) lugar el accidente; entonces, en ese sentido, estamos procurando mejorar nuestras condiciones, mejorar las condiciones en que vive la gente, la comunidad que están instaladas en las plataformas, los elementos de esparcimiento que deben tener los trabajadores”.
Dado el interés marcadamente a la baja, pronto alguien pedirá que, con su experiencia, la filial de Petróleos Mexicanos mejore los “elementos de esparcimiento” en el Senado.
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