PEÑA NIETO Y EL PELIGRO DEL EFECTO BUMERANG: LAS MENTIRAS DEL PRI EPN CRIMINALES PARAMILITARES Y CONOMICAS
Peña Nieto y el peligro del efecto búmeran
Lo alto que ha subido Peña Nieto será proporcional al tamaño de la caída si no se atienden todos los fondos y no sólo las formas
RAYMUNDO RIVA PALACIO 10 FEB 2014 - 06:35 CET5
Archivado en: Enrique Peña Nieto Pacto por México Pactos políticos México Norteamérica Latinoamérica América Política
Enrique Peña Nieto es un presidente con método. Desde el arranque de su gobierno estableció un conjunto de 13 acciones específicas para los primeros 100 días de su Presidencia y estableció 266 compromisos que, por calendario, tenían que cumplirse al terminar su administración. Cuando poco más de seis años antes asumió la gubernatura del Estado de México, hizo exactamente lo mismo: 608 compromisos y notarios para atestiguar que, como prometió en su campaña, los firmaba y los cumplía. En vísperas de terminar esa administración, entregó el último de ellos.
En el Estado de México, su secretario de Finanzas -Luis Videgaray- deshidrató la economía de ese Estado, el más rico de México y el más densamente poblado, con un propósito que varios observadores identificaron como electoral: apretar el gasto público y en la ruta final a las elecciones intermedias –cuya renovación de los congresos locales y el federal serían no sólo referéndum a su mandato sino tomar posiciones para su eventual candidatura presidencial-, soltar los dineros públicos y aplastar en el proceso. En las elecciones legislativas locales y federales y para ayuntamientos en 2009, arrasó el PRI, el partido de Peña Nieto. En las elecciones para gobernador en 2011, volvió a aplastar el candidato de su partido.
Peña Nieto y el peligro del efecto búmeran
Lo alto que ha subido Peña Nieto será proporcional al tamaño de la caída si no se atienden todos los fondos y no sólo las formas
RAYMUNDO RIVA PALACIO 10 FEB 2014 - 06:35 CET5
Archivado en: Enrique Peña Nieto Pacto por México Pactos políticos México Norteamérica Latinoamérica América Política
Enrique Peña Nieto es un presidente con método. Desde el arranque de su gobierno estableció un conjunto de 13 acciones específicas para los primeros 100 días de su Presidencia y estableció 266 compromisos que, por calendario, tenían que cumplirse al terminar su administración. Cuando poco más de seis años antes asumió la gubernatura del Estado de México, hizo exactamente lo mismo: 608 compromisos y notarios para atestiguar que, como prometió en su campaña, los firmaba y los cumplía. En vísperas de terminar esa administración, entregó el último de ellos.
En el Estado de México, su secretario de Finanzas -Luis Videgaray- deshidrató la economía de ese Estado, el más rico de México y el más densamente poblado, con un propósito que varios observadores identificaron como electoral: apretar el gasto público y en la ruta final a las elecciones intermedias –cuya renovación de los congresos locales y el federal serían no sólo referéndum a su mandato sino tomar posiciones para su eventual candidatura presidencial-, soltar los dineros públicos y aplastar en el proceso. En las elecciones legislativas locales y federales y para ayuntamientos en 2009, arrasó el PRI, el partido de Peña Nieto. En las elecciones para gobernador en 2011, volvió a aplastar el candidato de su partido.