Plaza Pública /
Miguel Ángel Granados Chapa
Gloria Guevara es, desde ayer, la duodécima persona que encabeza la Secretaría de Turismo en 36 años de existencia de esa oficina del gobierno federal. Cada una de ellas ha estado tres años en promedio en esa responsabilidad. No es extraño que en ese lapso el único titular del ramo que ha permanecido un sexenio completo, el del Presidente que lo designó, haya sido también el único con antecedentes en la política de esa materia. Todos los demás fueron designados y removidos por una variedad de motivos, ninguno de los cuales concernía a su solvencia profesional en la materia.
A la irresponsable designación de personas improvisadas o sólo tangencialmente vinculadas con el turismo -como es el caso de la nueva secretaria- se debe, entre otros motivos, el decaimiento de la industria turística en México, o al menos su aletargamiento. De ser la primera fuente de divisas internacionales, el turismo está ahora en el tercer lugar. Si bien el año pasado fue anormal, la caída de 15 por ciento de los ingresos turísticos revela la ausencia de una política sostenida y fecunda, pues en los años previos no ha crecido como era de esperarse.
La Secretaría fue creada en 1974 por el presidente Echeverría. Se desempeñaba como jefe del departamento respectivo -ésa era la jerarquía de la dependencia en la administración pública federal-el señor Julio Hirschfeld Almada, que pocos meses antes, en 1973 había reemplazado a Agustín Olachea Borbón. Hirschfeld fue, entonces, el primer secretario del ramo. Era un empresario cuyo giro principal -la relojería y la producción de muebles metálicos para oficina- no guardaba relación alguna con el turismo. Lo sustituyó el arquitecto Guillermo Rossell de la Lama, con presencia en su profesión pero carente de experiencia en la materia que le fue encargada. Al nombrarlo, el presidente López Portillo pagaba una deuda política y moral adquirida cuando ambos fueron funcionarios en la Secretaría del Patrimonio Nacional y Rossell sacó de apuros administrativos a quien sería su jefe. Aprovechando tal nexo, Rossell resolvió gobernar al estado donde nació, Hidalgo, con el que no mantenía vinculación alguna. Renunció para hacerlo en agosto de 1980 y abrió a López Portillo la oportunidad para designar a Rosa Luz Alegría, a la sazón subsecretaria en la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto. Física por su formación universitaria, en ninguna de las labores que desarrolló en su breve carrera pública había tocado ni de rozón el turismo.
Miguel de la Madrid nombró secretario al iniciar su gobierno a Antonio Enríquez Savignac, quien terminó el sexenio en ese lugar, algo excepcional, como lo fue también el que su designación estuviera avalada por antecedentes en el ramo. Enríquez Savignac fue director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur, organismo financiero que propició en esa perspectiva la creación de Cancún y otros "destinos" como se llama en ese ramo a los puntos de atracción a viajeros. López Portillo reconoció esa experiencia y lo nombró subsecretario de Turismo, pero las personalidades del subsecretario y de Rossell de la Lama entraron en colisión, por lo Enríquez Savignac volvió al sector financiero y retornó en 1982, a la titularidad del sector. Tan integrado estaba a las materias de su cargo que al concluir su labor en el gabinete fue elegido secretario general de la Organización mundial de turismo, proyección internacional que ninguno de sus predecesores o sucesores pudo nunca tener.
Carlos Hank González fue el primer secretario de Turismo de Carlos Salinas de Gortari. Sobra decir que el profesor nada tenía que ver con esa materia, pues ni sus actividades públicas previas (la dirección de Conasupo, la gubernatura mexiquense y el gobierno del Distrito Federal) ni sus negocios particulares lo vinculaban al ramo. Salinas tuvo necesidad de apoyos como el que le ofrecía el mexiquense en la delicada coyuntura en que asumió la Presidencia y le buscó acomodo aunque padeciera la política turística. Por necesidades políticas también lo condujo a la Secretaría de Agricultura en enero de 1990. Entró en su lugar Pedro Joaquín Coldwell, cuya familia en Quintana Roo se dedicaba al turismo. Entre los diversos talentos del hoy senador de la república no había ninguno relacionado con la promoción turística desde el Estado. Ése fue también el caso de Jesús Silva Herzog, que lo reemplazó el 1o. de enero de 1993, y cuya brillante carrera financiera apenas tenía un leve parentesco con el turismo.
Tampoco mantenía relación con la materia Silvia Hernández, nombrada por Zedillo al comenzar su sexenio y despedida de mala manera para dar un lugar a Óscar Espinosa Villarreal, requerido de una posición que lo mantuviera a salvo de investigaciones de su paso por Nacional Financiera, la gestión pecuniaria de la campaña presidencial de Zedillo y el gobierno de la Ciudad de México, ganado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en 1997.
El presidente Fox, al frente de un gobierno de empresarios para empresarios según su propia definición, designó a una ejecutiva profesional, Leticia Navarro, quien interrumpió su gestión como presidenta mundial de Jafra, una firma de cosméticos para ocupar la Secretaría en que la reemplazó Rodolfo Elizondo, que venía de una oficina de gestión ciudadana y la dirección de comunicación social de la Presidencia y contaba con experiencia legislativa. Confirmado por Calderón, se enfrió su nunca ni siquiera tibia relación y se ha marchado.
Cajón de Sastre
Murió el licenciado Eugenio Guillermo Salas Peyró, uno de los creadores del sistema de radiodifusión privada mexicana. Nacido en Durango en 1919, se inició en esa materia en XEW pero luego se convirtió en empresario con miembros de su familia, como su cuñado Adrián Lajous. Formó parte de la corriente que convirtió a las emisoras radiofónicas en sinfonolas, dedicadas a la promoción de música grabada en combinación con las empresas gramofónicas. Fue el primero el dedicar las varias emisoras que adquirió en torno de XEOY Radio Mil en estaciones con programación para públicos diferenciados. Y a finales de los sesenta integró en el Núcleo Radio Mil la que acaso fue primera redacción de noticias radiales para que el público se enterara "sin tener la vista fija". Cedió la operación de sus negocios al grupo encabezado por Edilberto Huesca.
A la irresponsable designación de personas improvisadas o sólo tangencialmente vinculadas con el turismo -como es el caso de la nueva secretaria- se debe, entre otros motivos, el decaimiento de la industria turística en México, o al menos su aletargamiento. De ser la primera fuente de divisas internacionales, el turismo está ahora en el tercer lugar. Si bien el año pasado fue anormal, la caída de 15 por ciento de los ingresos turísticos revela la ausencia de una política sostenida y fecunda, pues en los años previos no ha crecido como era de esperarse.
La Secretaría fue creada en 1974 por el presidente Echeverría. Se desempeñaba como jefe del departamento respectivo -ésa era la jerarquía de la dependencia en la administración pública federal-el señor Julio Hirschfeld Almada, que pocos meses antes, en 1973 había reemplazado a Agustín Olachea Borbón. Hirschfeld fue, entonces, el primer secretario del ramo. Era un empresario cuyo giro principal -la relojería y la producción de muebles metálicos para oficina- no guardaba relación alguna con el turismo. Lo sustituyó el arquitecto Guillermo Rossell de la Lama, con presencia en su profesión pero carente de experiencia en la materia que le fue encargada. Al nombrarlo, el presidente López Portillo pagaba una deuda política y moral adquirida cuando ambos fueron funcionarios en la Secretaría del Patrimonio Nacional y Rossell sacó de apuros administrativos a quien sería su jefe. Aprovechando tal nexo, Rossell resolvió gobernar al estado donde nació, Hidalgo, con el que no mantenía vinculación alguna. Renunció para hacerlo en agosto de 1980 y abrió a López Portillo la oportunidad para designar a Rosa Luz Alegría, a la sazón subsecretaria en la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto. Física por su formación universitaria, en ninguna de las labores que desarrolló en su breve carrera pública había tocado ni de rozón el turismo.
Miguel de la Madrid nombró secretario al iniciar su gobierno a Antonio Enríquez Savignac, quien terminó el sexenio en ese lugar, algo excepcional, como lo fue también el que su designación estuviera avalada por antecedentes en el ramo. Enríquez Savignac fue director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur, organismo financiero que propició en esa perspectiva la creación de Cancún y otros "destinos" como se llama en ese ramo a los puntos de atracción a viajeros. López Portillo reconoció esa experiencia y lo nombró subsecretario de Turismo, pero las personalidades del subsecretario y de Rossell de la Lama entraron en colisión, por lo Enríquez Savignac volvió al sector financiero y retornó en 1982, a la titularidad del sector. Tan integrado estaba a las materias de su cargo que al concluir su labor en el gabinete fue elegido secretario general de la Organización mundial de turismo, proyección internacional que ninguno de sus predecesores o sucesores pudo nunca tener.
Carlos Hank González fue el primer secretario de Turismo de Carlos Salinas de Gortari. Sobra decir que el profesor nada tenía que ver con esa materia, pues ni sus actividades públicas previas (la dirección de Conasupo, la gubernatura mexiquense y el gobierno del Distrito Federal) ni sus negocios particulares lo vinculaban al ramo. Salinas tuvo necesidad de apoyos como el que le ofrecía el mexiquense en la delicada coyuntura en que asumió la Presidencia y le buscó acomodo aunque padeciera la política turística. Por necesidades políticas también lo condujo a la Secretaría de Agricultura en enero de 1990. Entró en su lugar Pedro Joaquín Coldwell, cuya familia en Quintana Roo se dedicaba al turismo. Entre los diversos talentos del hoy senador de la república no había ninguno relacionado con la promoción turística desde el Estado. Ése fue también el caso de Jesús Silva Herzog, que lo reemplazó el 1o. de enero de 1993, y cuya brillante carrera financiera apenas tenía un leve parentesco con el turismo.
Tampoco mantenía relación con la materia Silvia Hernández, nombrada por Zedillo al comenzar su sexenio y despedida de mala manera para dar un lugar a Óscar Espinosa Villarreal, requerido de una posición que lo mantuviera a salvo de investigaciones de su paso por Nacional Financiera, la gestión pecuniaria de la campaña presidencial de Zedillo y el gobierno de la Ciudad de México, ganado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en 1997.
El presidente Fox, al frente de un gobierno de empresarios para empresarios según su propia definición, designó a una ejecutiva profesional, Leticia Navarro, quien interrumpió su gestión como presidenta mundial de Jafra, una firma de cosméticos para ocupar la Secretaría en que la reemplazó Rodolfo Elizondo, que venía de una oficina de gestión ciudadana y la dirección de comunicación social de la Presidencia y contaba con experiencia legislativa. Confirmado por Calderón, se enfrió su nunca ni siquiera tibia relación y se ha marchado.
Cajón de Sastre
Murió el licenciado Eugenio Guillermo Salas Peyró, uno de los creadores del sistema de radiodifusión privada mexicana. Nacido en Durango en 1919, se inició en esa materia en XEW pero luego se convirtió en empresario con miembros de su familia, como su cuñado Adrián Lajous. Formó parte de la corriente que convirtió a las emisoras radiofónicas en sinfonolas, dedicadas a la promoción de música grabada en combinación con las empresas gramofónicas. Fue el primero el dedicar las varias emisoras que adquirió en torno de XEOY Radio Mil en estaciones con programación para públicos diferenciados. Y a finales de los sesenta integró en el Núcleo Radio Mil la que acaso fue primera redacción de noticias radiales para que el público se enterara "sin tener la vista fija". Cedió la operación de sus negocios al grupo encabezado por Edilberto Huesca.
miguelangel@granadoschapa.com
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