Morelos, el paraíso del narco
RICARDO RAVELOMÉXICO, D.F., 20 de mayo (apro).- Sin importar las siglas del partido al que pertenezca el gobernador en turno –PRI o PAN– el estado de Morelos ha sido, históricamente, territorio de narcotraficantes. Amado Carrillo –quien falleció en 1997 durante una operación de cirugía plástica–, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, hasta Los Zetas han desfilado por ese territorio que actualmente vuelve a estar en crisis por la infiltración del narcotráfico en la política. Ahora el escándalo es protagonizado por la célula de los hermanos Beltrán Leyva y la policía estatal.
La Infiltración del narco, policías vinculados con la delincuencia, corrupción y protección oficial a las redes del cártel de Sinaloa que detonaron la crisis de narcopolítica en el estado de Morelos que preside el panista Marco Antonio Adame, tienen su origen en la administración anterior, la que encabezó el también panista Sergio Estrada Cajigal, de acuerdo con información oficial. Estrada Cajigal –quien fue protegido en 2003 por el presidente Vicente Fox en los momentos en que su gobierno se tambaleaba por la presunta protección al narcotráfico– fue señalado de facilitar las operaciones del cártel de Sinaloa en Morelos, en particular las que realizaba la célula del capo Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.
Esparragoza Moreno –preliberado en 1989 cuando el extinto Fernando Gutiérrez Barrios era secretario de Gobernación– tiene historia en Morelos: en el gobierno del priista Jorge Carrillo Olea (1994-1998) operó en esa entidad al lado de Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos, de quien se dijo que estaba tan cercano al gobernador que, incluso, tenía una casa cerca de donde vivía el mandatario estatal (Proceso 1433). En ese tiempo, El señor de los cielos tejió vínculos, junto con Esparragoza, con autoridades estatales, entre otras, con Antonio Salgado, jefe de la Unidad Antisecuestros de la Policía Judicial de Morelos, de acuerdo con un testimonio rendido por Adrián Carrera Fuentes –exdirector de la desaparecida Policía Judicial Federal--, quien posteriormente fue procesado por sus nexos con el propio Carrillo Fuentes y otros capos.
En ese testimonio, Carrera Fuentes se refirió también al encuentro que tuvo con El Azul: dijo que en 1994 Esparragoza le pidió una entrevista en el hotel Jena, cerca de San Cosme, donde el capo le comentó que había salido de la cárcel y ya no se dedicaba al narcotráfico; que vivía en Cuernavaca y tenía conocimiento de que (el propio Carrera) había autorizado a Juan García Abrego operar en Morelos… Carrera también describió entonces la fiesta organizada para celebrar las bodas de plata de Esparragoza y su esposa, a mediados de 1997, en el hotel La Hacienda, a la entrada de la carretera Cuernavaca-Tepoztlán, en la que estuvo presente Amado Carrillo, quien en ese tiempo vivía en la Hacienda La luz, posteriormente asegurada por la PGR.
Con un dispositivo de protección policíaca, el convite duró hasta la mañana del día siguiente. Desde esa fecha ya no se pudo ocultar la referencia, posteriormente acreditada por la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de que Nadia Patricia Esparragoza Gastélum –cuyo domicilio en el Distrito Federal se localizaba en la colonia Las Águilas, delegación Alvaro Obregón– tenía vínculos sentimentales con Estrada Cajigal, el gobernador de Morelos.
La PGR y el Ejército, por su parte, han ubicado que El Azul –además de Morelos–, tiene operaciones en Guanajuato y Querétaro. Pronto le estalló el escándalo a Estrada Cajigal: fue detenido, en 2004, el coordinador de la Policía Ministerial, José Agustín Montiel López, acusado de dar protección al cártel de Juárez y de Sinaloa. En el gobierno de Estrada Cajigal otros funcionarios también fueron "salpicados" por el dinero del narco, como el secretario de Gobierno, Eduardo Becerra Pérez; el procurador de justicia del estado, Guillermo Tenorio Álvarez, y el suboprocurador estatal para Asuntos contra la Delincuencia Organizada, Alejandro Hernández Arjona. Las acusaciones fueron hechas por el entonces dirigente del PRD en Morelos, Graco Ramírez Abreu, quien acusó a Estrada Cajigal de haber contratado los servicios de Enrique Yepes Uribe, El Jarocho, para matarlo. El perredista reveló –Proceso 1433– que este sujeto le confesó los planes de Estrada Cajigal, así como los vínculos de funcionarios estatales con el crimen organizado.
El poder y el narco
El gobernador Adame Castillo vive una crisis parecida a la de su antecesor Estrada Cajigal: La Policía Federal desarticuló una parte de la estructura policíaca que servía al narco y que era encabezada por el comandante Salvador Pintado Vázquez, a quien se le identifica con la célula de los hermanos Beltrán Leyva.
Pintado Vázquez –quien era funcionario adscrito al área de robo de vehículos– fue detenido el pasado viernes como presunto responsable de cometer delitos en fomento del narcotráfico y poner las corporaciones policíacas al servicio del capo Arturo Beltrán Leyva.
Luego las investigaciones cobraron otros alcances: el exsecretario de Seguridad Pública de Morelos, Luis Angel Cabeza de Vaca Rodríguez, y el jefe de la Policía Municipal y Tránsito de Cuernavaca, Francisco Sánchez González, fueron arraigados por la SIEDO por sus presuntos vínculos con el narcotráfico. El juez sexto Penal Especializado en Cateos, Arraigos e Intervención de Comunicaciones concedió la medida cautelar de 40 días para investigarlos por delincuencia organizada y contra la salud.
No es todo: también fue arraigado Pintado Vázquez, quien encabeza el grupo Los Zafiros, que se encargaba de brindar vigilancia a criminales, y cometer plagios y ejecuciones junto con otros policías. Los indiciados fueron detenidos el viernes pasado en Morelos, y fueron puestos a disposición de la SIEDO para que declaren sobre la red policíaca ligada a los Beltrán.
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