"Salida de emergencia"
El avión estaba lleno; el vuelo fue "sobrevendido" (?) -dijeron en la compañía- y me sentaron en el pasillo de la salida de emergencia... Hasta la bolsa de mano me quitaron para guardarla en los "compartimientos superiores" porque, en caso de emergencia, me estorbaría. No pude menos que sonreír cuando me ofrecieron desayuno (que no acepté) y le dije al atento sobrecargo: ¿Esperará la emergencia -si es que se da- hasta que yo termine? Sumida en la nada del ocio obligado, la mente puso a trabajar a la memoria. Era temprano en la mañana del 10 de junio; viajaba al Distrito Federal para llegar a la marcha conmemorativa de la trágica fecha y como dije, la mente se pobló de recuerdos. Me dolía no haber podido estar el día anterior junto a mis compañeras y compañeros, frente al Campo Militar Número Uno, en reclamo de Rafael Ramírez Duarte, secuestrado el 9 de junio de l977... ¡30 años de incertidumbre y de dolor para su esposa, sus hijos, sus hermanos y para todos los que, como ellos, hemos vivido lo mismo!. Su pobre madre, ya partió por el sendero que no tiene retorno. Recordé a los muchachos estudiantes de Monterrey y sus manifestaciones y mítines por la autonomía universitaria, todos pacíficos, todos envueltos en la jocundia de su juventud, en el optimismo que les daba la certeza de que la razón les asistía. Pensé entonces en los otros jóvenes, en los solidarios de la capital que también marchaban pacíficamente, pero que fueron víctimas del zarpazo de la violencia echeverrista y se inundó mi pensamiento de rostros jóvenes que durante todo lo que duró ese sexenio maldito y todos los que le siguieron, fueron llenando sótanos y cuarteles militares en todo el territorio nacional.Eduardo Hernández Vargas, Juan Chávez Hoyos, Irma Cruz Santiago, Hilda Escobedo Ocaña, Benjamín Maldonado Santos, Javier Gaytán Saldívar, José de Jesús Avila González,
José Barrón Caldera, José de Jesús Corral y todos los otros, entre ellos mi hijo, Jesús Piedra, con la sonrisa brillante de su mirada y también los demás, los maestros Jacob Nájera Hernández, Félix Bello Manzanares y Epifanio Avilés Rojas, que "abre" la lista de 557 desaparecidos que guardo en mi dolorida memoria y que seguimos reclamando a todos y a cada uno de los malos gobiernos.... pero ellos siguen impasibles, impertinentes, insolentes, ensoberbecidos, cubiertos todos con el manto siniestro del engaño y la simulación...
Y van por la senda tortuosa juntos, los que se visten de "patriotas" con los colores de la bandera y los "marianos" los del azul y blanco de la Virgen María: ¡hipócritas ambos! Se unen cuando les conviene y se rechazan en el chantaje de algo que les urge conseguir. Es el "estira y afloja" de sus conveniencias que por más que lo disimulen, ya no logran engañar al pueblo. Y en ese deambular de mi memoria, en ese soliloquio triste, fui contemplando todo el dolor de mi noble y generoso pueblo, que cada vez sufre más, que cada día amanece más pobre y hambriento, sobre todo, tiene hambre de justicia, de la inalcanzable, de la que nunca llega... Y... ¿Cómo ha de llegar, si la tienen secuestrada, desaparecida como a los que amamos? Cómo vendrá, si abominan de ella, si les estorba, si les molesta tan sólo su nombre, sobre todo, si es invocado por los humildes. La tienen secuestrada -repito- de seguro está en un sótano del Campo Militar Número Uno, custodiada por soldados perversos que violan mujeres como Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú, indígenas de Guerrero, o como la anciana de Zongolica, aunque los simuladores digan y repitan que no es cierto, en obediencia ciega al señor que ostenta el poder ilegítimo en este país y que -con descaro inaudito- muestra al mundo "su felicidad", en fotografías con el Papa, rodeado de su familia, mientras los mexicanos sufrimos de mil maneras, cada uno con su carga de dolor. Obreros, campesinos, maestros, estudiantes, desempleados, encarcelados en Atenco, en Oaxaca, en Puebla, en Michoacán.
En todas partes las cárceles están llenas de jóvenes, de "generaciones perdidas" como les llaman pomposamente algunos y para colmo, el "titular espurio" nos quiere "entregar" a los gringos... Quiere que vengan a "asesorarnos"... ¿creerá que se nos olvida la nefasta Operación Cóndor? ¿Cómo bautizará a ésta, la llamará "operación zopilote"? y con calles, ciudades, caminos, pueblos y aldeas llenas de soldados... ¿qué será para él esto? Es capaz de llamarla "Salida de emergencia".
Dirigente del Comité ¡Eureka!
Kikka Roja