Todo para Televisa
Miguel Ángel Granados Chapa
15 Feb. 10
Cuando tenga usted en sus manos esta columna, habrá comenzado ya la operación de Foro TV, el nuevo canal de Televisa dedicado exclusivamente a dar noticias. Durante las 24 horas, los 365 días del año, ese nuevo canal reforzará el determinante papel del consorcio Azcárraga en la construcción de la mentalidad mexicana, un camino en que ya ha avanzado largo trecho desde que en 1972 Telesistema Mexicano, que había adquirido a Televisión Independiente de México, se convirtió en el consorcio que domina la televisión abierta, la que se difunde por satélite y una amplia porción de la que llega a los destinatarios por cable.
No sólo en ese terreno, hasta hoy núcleo de sus negocios, tiene Televisa motivos para festejar. Su ingreso al mercado de la telefonía móvil ocurrirá en los mejores términos, gracias a decisiones del gobierno federal y de un organismo semiautónomo, la Comisión Federal de Competencia. Ésta autorizó el jueves pasado que Televisa adquiera entre 30 y 40 por ciento de las acciones de Nextel, empresa participante en el mercado telefónico. La compra de papeles de Nextel por Televisa fue aprobada por el organismo antimonopolio en sólo una semana, fuera de los hábitos burocráticos practicados en la Cofeco. Cuando se consume la fusión resultante de la venta de acciones, Nextel quedará fuera, en beneficio de su adquiriente, de la puja por las bandas del espectro radioeléctrico que está en licitación. También en este ámbito, aunque por derivación, se han producido buenas noticias para el gigante de la televisión: un juez federal negó las suspensiones provisional y definitiva a una empresa de la familia Vargas que tramita un amparo para frenar el concurso cuyas bases, según opinión generalizada, fueron diseñadas ex profeso en bien de Televisa. Otros juicios de garantías con el mismo propósito serán resueltos cuando concluya la licitación, que ensanchará considerablemente el margen de acción de Televisa y le permitirá un cómodo y brillante debut en la telefonía (si bien sus empresas cableras están ya en ese mercado).
Televisa intentó hace años establecer un canal de noticias. Se llamó Eco y su gestión fue encargada a Jacobo Zabludovsky, entonces en el cenit de su carrera en la pantalla chica. El proyecto no prosperó y la empresa Azcárraga resolvió concentrar sus espacios periodísticos (de información, análisis y opinión) en el Dos, el Canal de las estrellas, que es también el principal proveedor de entretenimiento al público mexicano. Su noticiario nocturno es el vocero principal del gobierno federal: no hay momento determinante en la vida pública mexicana en que el protagonista, sea un miembro del gabinete, o aun el propio Presidente, no sea entrevistado antes que nadie por Joaquín López Dóriga. La estrecha vinculación entre los servicios informativos de Televisa con la oficina presidencial no es óbice para que diversos precandidatos presidenciales (señaladamente Enrique Peña Nieto) busquen generar una imagen que les permita contender por la candidatura en sus partidos. Eso sí, cuando el gobierno necesita su contribución a una magna iniciativa como Discutamos (a) México, no cuenta con Televisa, y tiene que limitarse a difundir su vasto proyecto de 150 mesas de análisis del pasado y el presente mexicanos a través de la radiotelevisión pública.
La nueva programación de noticias se difundirá a través de Sky y Cablevisión, Cablemás y Cablevisión de Monterrey (subsidiarias todas de Televisa), y también por el canal 46, de televisión semiabierta, que no ha sido utilizado desde que el consorcio virtualmente monopólico recibió la concesión respectiva en noviembre de 2000, en vísperas de que concluyera el periodo presidencial de Ernesto Zedillo. Su alcance, desde hoy, su día inaugural, será mucho mayor que el de Milenio Televisión, contra el cual competirá. El que ahora se disputen un mercado que puede ser fructífero no estorbará la alianza entre las empresas de Azcárraga y Francisco González: merced a ese pacto los directores de Milenio aparecen en su propia pantalla y en el Canal Dos mientras que López Dóriga cumple su cometido en la prensa escrita en el diario dirigido por Carlos Marín.
Cuando el año pasado se discutió la Ley de Ingresos y se estableció un beneficio fiscal para quienes pujaran por las nuevas frecuencias del espectro radioeléctrico, quedó claro que Televisa y Nextel serían beneficiarios de la diferición de derechos pactada en perjuicio del erario público. Contra las voces que sin dotes de pitonisos proclamamos que tal sería el destino de esa exención fiscal, Televisa se escandalizó negando que así fuera. Una sucesión de hechos posteriores comprueba que también en ese terreno Televisa mintió. La última corroboración de aquel propósito ocurrirá cuando se entreguen las concesiones respectivas a Televisa, conclusión inexorable del concurso. Con la pretensión, estéril desde ahora, de impedir ese desenlace, la empresa telefónica Iusacell, perteneciente al grupo Salinas Pliego, ha emprendido una batalla legal que, desde motivaciones diferentes, es compartida también por MVS, la empresa de telecomunicaciones de la familia Vargas. Ésta ha buscado que la justicia federal fuerce a la Secretaría de Comunicaciones a responder sus repetidas solicitudes de prórroga a varias concesiones vencidas a causa de la demora gubernamental que no es producida por abulia o negligencia sino por el inocultable fenómeno de captura de los órganos reguladores por algunos sujetos regulados.
Cajón de Sastre
El dirigente nacional panista -"Don César", como lo llamó su ex correligionario Fernando Gómez Mont- se refirió al PRI en su discurso en la reunión del Consejo Nacional panista este fin de semana. Pero sus frases hubieran podido entenderse como dirigidas al todavía secretario de Gobernación y aun al presidente Calderón de no ser porque éste parece haber tenido un doble juego en cuanto a las alianzas en Durango y Oaxaca, ya consumadas, y las que se esperan en Hidalgo y Puebla: "Que quede claro, no será el adversario quien determine la estrategia y las definiciones electorales de Acción Nacional; seremos nosotros, anclados en las robustas raíces que nos legaron nuestros antecesores y montados en las alas de las causas libertarias que nos han inspirado". Habló ante una muy rala asistencia pero su postura fue aprobada por unanimidad.
No sólo en ese terreno, hasta hoy núcleo de sus negocios, tiene Televisa motivos para festejar. Su ingreso al mercado de la telefonía móvil ocurrirá en los mejores términos, gracias a decisiones del gobierno federal y de un organismo semiautónomo, la Comisión Federal de Competencia. Ésta autorizó el jueves pasado que Televisa adquiera entre 30 y 40 por ciento de las acciones de Nextel, empresa participante en el mercado telefónico. La compra de papeles de Nextel por Televisa fue aprobada por el organismo antimonopolio en sólo una semana, fuera de los hábitos burocráticos practicados en la Cofeco. Cuando se consume la fusión resultante de la venta de acciones, Nextel quedará fuera, en beneficio de su adquiriente, de la puja por las bandas del espectro radioeléctrico que está en licitación. También en este ámbito, aunque por derivación, se han producido buenas noticias para el gigante de la televisión: un juez federal negó las suspensiones provisional y definitiva a una empresa de la familia Vargas que tramita un amparo para frenar el concurso cuyas bases, según opinión generalizada, fueron diseñadas ex profeso en bien de Televisa. Otros juicios de garantías con el mismo propósito serán resueltos cuando concluya la licitación, que ensanchará considerablemente el margen de acción de Televisa y le permitirá un cómodo y brillante debut en la telefonía (si bien sus empresas cableras están ya en ese mercado).
Televisa intentó hace años establecer un canal de noticias. Se llamó Eco y su gestión fue encargada a Jacobo Zabludovsky, entonces en el cenit de su carrera en la pantalla chica. El proyecto no prosperó y la empresa Azcárraga resolvió concentrar sus espacios periodísticos (de información, análisis y opinión) en el Dos, el Canal de las estrellas, que es también el principal proveedor de entretenimiento al público mexicano. Su noticiario nocturno es el vocero principal del gobierno federal: no hay momento determinante en la vida pública mexicana en que el protagonista, sea un miembro del gabinete, o aun el propio Presidente, no sea entrevistado antes que nadie por Joaquín López Dóriga. La estrecha vinculación entre los servicios informativos de Televisa con la oficina presidencial no es óbice para que diversos precandidatos presidenciales (señaladamente Enrique Peña Nieto) busquen generar una imagen que les permita contender por la candidatura en sus partidos. Eso sí, cuando el gobierno necesita su contribución a una magna iniciativa como Discutamos (a) México, no cuenta con Televisa, y tiene que limitarse a difundir su vasto proyecto de 150 mesas de análisis del pasado y el presente mexicanos a través de la radiotelevisión pública.
La nueva programación de noticias se difundirá a través de Sky y Cablevisión, Cablemás y Cablevisión de Monterrey (subsidiarias todas de Televisa), y también por el canal 46, de televisión semiabierta, que no ha sido utilizado desde que el consorcio virtualmente monopólico recibió la concesión respectiva en noviembre de 2000, en vísperas de que concluyera el periodo presidencial de Ernesto Zedillo. Su alcance, desde hoy, su día inaugural, será mucho mayor que el de Milenio Televisión, contra el cual competirá. El que ahora se disputen un mercado que puede ser fructífero no estorbará la alianza entre las empresas de Azcárraga y Francisco González: merced a ese pacto los directores de Milenio aparecen en su propia pantalla y en el Canal Dos mientras que López Dóriga cumple su cometido en la prensa escrita en el diario dirigido por Carlos Marín.
Cuando el año pasado se discutió la Ley de Ingresos y se estableció un beneficio fiscal para quienes pujaran por las nuevas frecuencias del espectro radioeléctrico, quedó claro que Televisa y Nextel serían beneficiarios de la diferición de derechos pactada en perjuicio del erario público. Contra las voces que sin dotes de pitonisos proclamamos que tal sería el destino de esa exención fiscal, Televisa se escandalizó negando que así fuera. Una sucesión de hechos posteriores comprueba que también en ese terreno Televisa mintió. La última corroboración de aquel propósito ocurrirá cuando se entreguen las concesiones respectivas a Televisa, conclusión inexorable del concurso. Con la pretensión, estéril desde ahora, de impedir ese desenlace, la empresa telefónica Iusacell, perteneciente al grupo Salinas Pliego, ha emprendido una batalla legal que, desde motivaciones diferentes, es compartida también por MVS, la empresa de telecomunicaciones de la familia Vargas. Ésta ha buscado que la justicia federal fuerce a la Secretaría de Comunicaciones a responder sus repetidas solicitudes de prórroga a varias concesiones vencidas a causa de la demora gubernamental que no es producida por abulia o negligencia sino por el inocultable fenómeno de captura de los órganos reguladores por algunos sujetos regulados.
Cajón de Sastre
El dirigente nacional panista -"Don César", como lo llamó su ex correligionario Fernando Gómez Mont- se refirió al PRI en su discurso en la reunión del Consejo Nacional panista este fin de semana. Pero sus frases hubieran podido entenderse como dirigidas al todavía secretario de Gobernación y aun al presidente Calderón de no ser porque éste parece haber tenido un doble juego en cuanto a las alianzas en Durango y Oaxaca, ya consumadas, y las que se esperan en Hidalgo y Puebla: "Que quede claro, no será el adversario quien determine la estrategia y las definiciones electorales de Acción Nacional; seremos nosotros, anclados en las robustas raíces que nos legaron nuestros antecesores y montados en las alas de las causas libertarias que nos han inspirado". Habló ante una muy rala asistencia pero su postura fue aprobada por unanimidad.
miguelangel@granadoschapa.com
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