Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
México es herencia de muchas cosas, muchas malas y algunas buenas. Una de esas buenas herencias son las culturas mesoamericanas que habitaron lo que hoy es nuestro territorio nacional, y una de esas ancestrales culturas, quizá una de las que más misterios han provocado en el imaginario colectivo, es la civilización maya. Tomemos ahora una pregunta difícil de contestar acerca de los pueblos mayas: ¿qué causó el colapso de su civilización, el abandono de sus imponentes centros ceremoniales, la ausencia de vida en sus ciudades?
El Instituto Nacional de Antropología e Historia ha suscrito un convenio con The History Channel y la productora Endemol (sí, la de los Big Brother, lo que demuestra que con un poquito de imaginación la porquería televisiva se puede trucar en programación adecentada, de calidad) y lanzaron recién el martes 27 una breve serie inicial de cuatro episodios en los que el arqueólogo y aventurero mexicano Danilo Drakic –un apasionado del tema de los mayas, Drakic es egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia– nos lleva a una especie de viaje iniciático por buena parte del territorio que dominó el imperio maya clásico: el viaje se llama así: Exploración maya, y comprenderá la mayor parte del territorio que dominaron los mayas: de la península de Yucatán, la selva de Chiapas y el Petén y las estribaciones montañosas de Guatemala, a la costa de Quintana Roo. Todo ello narrado por un mexicano, no por un extranjero de ésos que de pronto vienen a explicarnos qué y cómo somos, y salpicado además de diversos especialistas regionales, arqueólogos, antropólogos, lingüistas y habitantes de la zona, herederos algunos de ellos de la sangre y la cosmogonía mayas.
Respecto del estreno de Exploración maya, Benito Taibo, Coordinador Nacional de Difusión y Prensa del INAH, ha expresado que “una de las misiones primordiales del Instituto Nacional de Antropología e Historia es la difusión y divulgación de nuestras investigaciones, así como abrir el mayor número de ventanas de oportunidad para acercar al público a la grandeza de nuestra historia y del patrimonio cultural que resguardamos. Esta alianza inédita con History nos permitirá mostrar a nuevas audiencias, de una manera poco convencional, la riqueza de nuestro patrimonio cultural, la relevancia de los descubrimientos que se hacen día a día y refrendar el compromiso inequívoco para resguardar y conservar el legado del pasado, que servirá para que las mujeres y hombres del futuro conserven, por medio de esta herencia ancestral, su identidad y el orgullo por pertenecer a esta gran nación.” Abundó que “el INAH es una institución creada hace setenta años, con tareas orientadas a la investigación, conservación, preservación y difusión del patrimonio cultural de México” y pondera “la importancia de tener hoy la oportunidad de mostrar la variedad, riqueza y relevancia de ese patrimonio, al hacerlo llegar a un mayor número de personas en comparación con los mecanismos tradicionales”.
Una raya en el agua: esta columna ha criticado antes a The History Channel precisamente porque era cosa común que sus producciones carecieran de la presencia de especialistas locales, colando el supuesto de que solamente los científicos estadunidenses son capaces de obtener y discernir y divulgar conocimiento (recordemos que The History Channel pertenece al conglomerado televisivo A&E, perteneciente a su vez al emporio estadunidense de los medios masivos de comunicación que controla la familia Hearst, precursora de muchos y no muy plausibles episodios del imperialismo estadunidense), pero esta vez la canción es muy otra y los créditos de la serie hacen tabula rasa del INAH, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta) y el canal de marras.
No menos entusiasta, César Coletti, director de mercadeo de History Channel Latinoamérica, señala: “Estamos sumamente contentos con la concreción de esta alianza, ya que nos permitirá producir contenidos junto a los mejores académicos e investigadores de uno de los institutos más prestigiosos de Latinoamérica y el mundo. History y el INAH tienen muchos objetivos en común y esta alianza reafirma y fortalece aún más el compromiso sobre la difusión y preservación de la cultura e historia mexicana y latinoamericana”. Y esta columna, que es de suyo dialéctica, no se queda atrás en enjundia y avisa que la serie repite los sábados, en el mismo horario: órale, prenda la tele el martes. A las diez de la noche.
kikka-roja.blogspot.com/
El Instituto Nacional de Antropología e Historia ha suscrito un convenio con The History Channel y la productora Endemol (sí, la de los Big Brother, lo que demuestra que con un poquito de imaginación la porquería televisiva se puede trucar en programación adecentada, de calidad) y lanzaron recién el martes 27 una breve serie inicial de cuatro episodios en los que el arqueólogo y aventurero mexicano Danilo Drakic –un apasionado del tema de los mayas, Drakic es egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia– nos lleva a una especie de viaje iniciático por buena parte del territorio que dominó el imperio maya clásico: el viaje se llama así: Exploración maya, y comprenderá la mayor parte del territorio que dominaron los mayas: de la península de Yucatán, la selva de Chiapas y el Petén y las estribaciones montañosas de Guatemala, a la costa de Quintana Roo. Todo ello narrado por un mexicano, no por un extranjero de ésos que de pronto vienen a explicarnos qué y cómo somos, y salpicado además de diversos especialistas regionales, arqueólogos, antropólogos, lingüistas y habitantes de la zona, herederos algunos de ellos de la sangre y la cosmogonía mayas.
Respecto del estreno de Exploración maya, Benito Taibo, Coordinador Nacional de Difusión y Prensa del INAH, ha expresado que “una de las misiones primordiales del Instituto Nacional de Antropología e Historia es la difusión y divulgación de nuestras investigaciones, así como abrir el mayor número de ventanas de oportunidad para acercar al público a la grandeza de nuestra historia y del patrimonio cultural que resguardamos. Esta alianza inédita con History nos permitirá mostrar a nuevas audiencias, de una manera poco convencional, la riqueza de nuestro patrimonio cultural, la relevancia de los descubrimientos que se hacen día a día y refrendar el compromiso inequívoco para resguardar y conservar el legado del pasado, que servirá para que las mujeres y hombres del futuro conserven, por medio de esta herencia ancestral, su identidad y el orgullo por pertenecer a esta gran nación.” Abundó que “el INAH es una institución creada hace setenta años, con tareas orientadas a la investigación, conservación, preservación y difusión del patrimonio cultural de México” y pondera “la importancia de tener hoy la oportunidad de mostrar la variedad, riqueza y relevancia de ese patrimonio, al hacerlo llegar a un mayor número de personas en comparación con los mecanismos tradicionales”.
Una raya en el agua: esta columna ha criticado antes a The History Channel precisamente porque era cosa común que sus producciones carecieran de la presencia de especialistas locales, colando el supuesto de que solamente los científicos estadunidenses son capaces de obtener y discernir y divulgar conocimiento (recordemos que The History Channel pertenece al conglomerado televisivo A&E, perteneciente a su vez al emporio estadunidense de los medios masivos de comunicación que controla la familia Hearst, precursora de muchos y no muy plausibles episodios del imperialismo estadunidense), pero esta vez la canción es muy otra y los créditos de la serie hacen tabula rasa del INAH, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta) y el canal de marras.
No menos entusiasta, César Coletti, director de mercadeo de History Channel Latinoamérica, señala: “Estamos sumamente contentos con la concreción de esta alianza, ya que nos permitirá producir contenidos junto a los mejores académicos e investigadores de uno de los institutos más prestigiosos de Latinoamérica y el mundo. History y el INAH tienen muchos objetivos en común y esta alianza reafirma y fortalece aún más el compromiso sobre la difusión y preservación de la cultura e historia mexicana y latinoamericana”. Y esta columna, que es de suyo dialéctica, no se queda atrás en enjundia y avisa que la serie repite los sábados, en el mismo horario: órale, prenda la tele el martes. A las diez de la noche.