- "Pronto México se liberará!", anima Evo Morales a los revolucionarios del país
- El presidente boliviano dice que con unidad es posible sacudirse la hegemonía de Washington
- Expresa su deseo que en Cancún se decida que la región necesita una OEA sin Estados Unidos
- Evo comprobó que también en México lo acompañan grandes concentraciones
- Con contacto fugaz, el presidente de Bolivia correspondió las invitaciones a la tierra de Juárez
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"El pueblo, más importante que las oligarquías"
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El mandatario boliviano observa el libro Las princesas, edición de La Jornada que recopila algunas de las mejores portadas de este diario en los pasados 25 añosFoto María Meléndrez Parada
Roberto González Amador
Periódico La JornadaLunes 22 de febrero de 2010, p. 5
Evo Morales hace la cuenta mentalmente: "Hemos ganado seis elecciones en cinco años. Estamos igual que el Barcelona, que en un año ganó seis campeonatos" de futbol, suelta con una sonrisa.
El presidente de Bolivia insiste en que un líder poco puede hacer si no cuenta con respaldo social. Respaldo social es lo que, afirma, sí ha habido en su país, donde los cambios emprendidos desde que asumió un primer mandato, en enero de 2006, entre ellos la nacionalización de los hidrocarburos, "son irreversibles".
El proceso de cambios ocurridos en Bolivia en los últimos años muestra a otros países de la región que es posible diseñar políticas propias, dice el presidente Morales en una entrevista con La Jornada, realizada anoche, minutos antes de viajar de la ciudad de México a Cancún para participar en la cumbre de países de América Latina y el Caribe.
Antiguo dirigente sindical, fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), aficionado al futbol y ejecutante de música, Evo Morales, de 50 años de edad, ganó la presidencia de Bolivia en las elecciones generales de diciembre de 2005, con 54 por ciento de los votos. A finales del año pasado se religió con 64 por ciento de los sufragios. En estos años dispuso la nacionalización de los hidrocarburos –el país cuenta con una gran reserva de gas– y asumió el control del litio, mineral empleado en la elaboración de baterías, considerado una de las fuentes de energía del futuro.
En 2007, una nueva Constitución creó en Bolivia un Estado plurinacional que dota de igualdad de derechos a todos los pueblos originarios. Su gabinete, de 20 ministros, está integrado a partes iguales por hombres y mujeres.
En enero pasado, cuando Morales tomó posesión para un segundo periodo de cuatro años como presidente, el escritor Eduardo Galeano consideraba que la importancia del proceso de cambios que ocurre en Bolivia es importante para ese país y el mundo, "porque demuestra que el miedo no es invencible ni el racismo una fatalidad".
Evo Morales, en la entrevista con este diario, asegura que en su país han ocurrido cambios profundos que han convertido a los bolivianos –un país de mayoría indígena, de los más pobres de la región, pero que hace un año logró erradicar el analfabetismo– en actores centrales de la transformación.
–¿Qué significa hoy para América Latina lo que está ocurriendo en Bolivia?
–La estabilidad macroeconómica y la profundización y consolidación de la democracia son un ejemplo para que otros países de Latinoamérica puedan gestar sus propias políticas económicas sin el Fondo Monetario Internacional y sin Estados Unidos. Es el resultado concreto de los cuatro años de gobierno en Bolivia. Pero para eso son tan importantes las fuerzas sociales de cada país; solos, por más que seamos inteligentes, por más que trabajemos 20 o las 24 horas que tiene el día, es imposible.
–¿Cuál es el cambio más importante?
–Cambiar el modelo neoliberal, cambiar ese Estado colonial. En lo económico lo más importante es la recuperación o la nacionalización de los hidrocarburos. En lo social, una revolución social, con bonos y rentas y con créditos para dar oportunidad a la gente que se proyecte. Y en lo político, es una batalla permanente. Estamos igual que el Barcelona, que en un año ganó seis campeonatos y nosotros ganamos en cinco años seis elecciones, la última con más de 60 por ciento. Es un récord en los 184 años de vida republicana de Bolivia.
–¿Son cambios arraigados?, ¿existen condiciones para que permanezcan?
–Totalmente, estoy convencido, porque es un proceso de cambio sin retorno, es un camino sin retorno. ¿Por qué? Porque el pueblo siente que ha habido cambios profundos en cuatro años. Algunos datos: en 2005 las reservas internacionales de Bolivia eran mil 700 millones de dólares; ahora son 8 mil 700 millones. Nuestra balanza comercial es positiva, siempre era negativa. Y si sobre eso implementamos nuevas políticas de exportación en productos ecológicos, orgánicos, imagínese el crecimiento económico; si implementamos políticas de instalación de plantas hidroeléctricas y respetando el medio ambiente, Bolivia puede convertirse en el exportador de energía a los países vecinos. Entonces, por estos proyectos realizados y por proyectos a realizarse, es un proceso de cambio irreversible.
–¿Qué cambios han ocurrido en la mentalidad, en la conciencia del pueblo boliviano para que usted diga que este proceso es irreversible?
–El primer tema. Por primera vez hay un grupo de compatriotas que trabajan para el pueblo y no para su familia o su grupo de familias. Segundo. Es la primera vez en Bolivia que su presidente y su equipo dan más importancia a los pueblos que a las oligarquías. Por primera vez el pueblo, después de 184 años (desde la Independencia), siente que su Estado, su presidente, está en casa. Hay un bono para cada niño que va a clases, para cada persona que tiene más de 60 años; una mujer embarazada, de cualquier clase social, recibe un pequeño bono de alimentación, de control médico. ¿Qué familia no tiene una embarazada?, ¿qué familia no tiene un niño en la escuela?, ¿qué familia no tiene un abuelo? El Estado ahora llega a la familia, primera vez, antes no había eso.
–¿Cuáles cree que son los retos en América Latina para los movimientos progresistas?
–¿Los retos? La liberación, de la rebelión a la revolución, consolidar la liberación. Eso es un trabajo conjunto en los países donde hay procesos de liberación, como en Bolivia o Venezuela, que los pueblos acompañen. Y un pueblo donde hay gobiernos con mentalidad pro yanqui, pues sí, los pueblos tienen mucha responsabilidad para poder liberarse. Ésos son los retos que hay que enfrentar. Pero donde trabajamos el gobierno con los movimientos sociales, eso da esperanza a los países vecinos, por lo menos de liberación.
–¿Bolivia podría tener dificultades si dejara de recibir el apoyo del gobierno de Venezuela?
–Siempre dar oportunidad es tan importante. Una vez, cuando ya se ha encaminado, es seguir ese cambio empezado. Yo quiero ser muy sincero. El primer año de nuestro gobierno la presencia de Cuba y de Venezuela es tan importante. Por ejemplo, Misión Milagro (operación gratuita de la vista), hasta ahora tenemos más de 400 mil operados; es fundamental, por ejemplo, las fuerzas binacionales de Bolivia y Venezuela para atender algunas demandas en temas de caminos. Ya consolidado tenemos la obligación de volar con nuestras propias alas.
“Una vez le dije al presidente Fidel Castro, en 99 o 2001. Le dije: Póngase en mi caso, ¿qué hago si Estados Unidos me bloquea?, ¿cómo lo enfrento? Él me dijo unas palabras muy sabias: ‘primero, Bolivia no es isla como Cuba, y en Cuba hemos enfrentado el bloqueo económico. Segundo, Bolivia tiene países solidarios, a Cuba, tiene a (Hugo) Chávez (presidente de Venezuela), a (Luis Inazio) Lula (de Brasil). Tercero, Bolivia tiene recursos naturales, qué le importa el bloqueo’. Eso nos permitió enfrentar sin ningún miedo al Fondo Monetario Internacional o al gobierno de Estados Unidos.”
En septiembre de 2008, Evo Morales expulsó al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, al que acusó de promover las acciones de la oposición de derecha contra su gobierno. Dos meses después suspendió indefinidamente las operaciones de la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, bajo la acusaciones de realizar acciones de espionaje y de conspirar contra el gobierno constitucional.
El mes pasado, la periodista Stella Calloni, corresponsal de La Jornada en Argentina, publicó Evo en la mira. CIA y DEA en Bolivia, que, entre otros temas, documenta una serie de acciones promovidas por esas agencias para desestabilizar al gobierno boliviano e, incluso, para acabar con la vida de su presidente.
Evo Morales considera la nacionalización de los hidrocarburos uno de los hechos más relevantes de su gobierno. Antes, las empresas trasnacionales apenas pagaban regalías (el equivalente a 18 por ciento del valor de lo extraído) al Estado.
"En los últimos cuatro años de gobiernos neoliberales, de 2002 a 2005, sólo ingresaba el Estado por los hidrocarburos 2 mil millones de dólares. En nuestro gobierno, 8 mil millones de dólares. Por eso decía que en 2005 la inversión pública, 70 por ciento era de cooperación o créditos internacionales, ahora 70 por ciento es de los ingresos del Estado plurinacional", apunta.
Un frente de batalla permanente ha sido la campaña de los medios de comunicación contra él y su gobierno. La prensa boliviana dominante, ligada a los grandes intereses económicos, no duda en llamarlo "macaco" o en acusarlo de narcotraficante. La pro empresarial Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) aseguraba permanentemente que en Bolivia no había libertad de prensa.
Entonces Evo Morales decidió invitar a los dirigentes de la SIP a que lo visitaran en su oficina presidencial. Así lo cuenta el presidente:
“Los miembros de la SIP decían: ‘se viola la libertad de prensa en Bolivia’. Yo pedí que vengan. Yo pedía que prepararan los documentos, porque nos acusaban de todo y de nada. Aceptaron y vinieron. Se sorprendieron, esperaban una charla. Pero convoqué a toda la prensa de Bolivia y del mundo para demostrar la verdad; les mostramos videos, publicaciones.
“Había (en la prensa) expresiones como ‘hay que matar a ese indio’, nos trataban de macacos. Se han sorprendido los miembros de la SIP, derrotados. Reconocieron públicamente que sí hay libertad de prensa, pero no reconocieron que me ofenden permanentemente. Si a un presidente lo ofenden, cómo ofenderán al pueblo. ¿Te imaginas?”
Remata:
"Por eso aprendí en mi vida que a la adversidad hay que enfrentarla con la verdad. Ésa es mi experiencia y enfrenté con la verdad y los derroté."
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- Con contacto fugaz, el presidente de Bolivia correspondió las invitaciones a la tierra de Juárez
- Evo comprobó que también en México lo acompañan grandes concentraciones
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, durante el acto celebrado este domingo en Coyoacán. Lo acompañan la senadora Rosario Ibarra y representantes indígenas mexicanasFoto Jesús Villaseca
Rosa Elvira Vargas
Periódico La JornadaLunes 22 de febrero de 2010, p. 9
Una multitud que se sobrepuso a toda incomodidad y evidente molestia sólo por el interés y la emoción de escuchar –que no ver– al presidente Evo Morales se concentró ayer en el jardín Hidalgo de Coyoacán. El mandatario boliviano pagaba con ese contacto, así fuera fugaz, la deuda que desde su llegada a la presidencia de su país adquirió ante las muchas invitaciones giradas especialmente por el movimiento indígena mexicano para encontrarse aquí.
Sin asomo de afectación o inmodestia, apenas al abrir su mensaje de 32 minutos, se disculpó: "No pude pude venir entonces porque tenía una recargada tarea, trabajo, para defenderme como presidente".
Pero ayer al menos él sí podía ver, y sorprenderse, con los miles y miles que aceptaron la invitación a esta reunión al aire libre y cargada de simbolismos indígenas, sus hermanos y destinatarios no únicos, pero sí principales de sus palabras. "Pensé que sólo en mi tierra, en Bolivia, me acompañaban grandes concentraciones", decía con arrobo.
La agenda de Morales en el Distrito Federal se cumplió con rigor. Tanto a la comida con intelectuales, políticos y representantes sociales, en Francisco Sosa 440, como a la reunión en el centro de Coyoacán llegó incluso con minutos de anticipación.
Esto sirvió, al menos en el segundo caso, para no desbordar los ya de por sí exaltados ánimos de quienes llegaron desde muy temprano, pasaron por toda suerte de filtros de seguridad y al final quedaron literalmente enjaulados en la plaza coyoacanense.
Eso resultó evidente para todos, en primer lugar para Carmina Cannavino, cantante peruana radicada en México, encargada de abrir el programa cultural antes de la llegada de Morales, la cual se quejó de la disposición del escenario porque impediría, como ocurrió, que la gente viera a Evo.
Y por eso le fue como le fue al delegado anfitrión, Raúl Flores, a quien no dieron tregua durante su discurso de bienvenida. La silbatina no cesó y de burócrata no lo bajaban en los gritos.
En el almuerzo, entre los intelectuales de izquierda, periodistas, funcionarios del gobierno capitalino, legisladores, políticos, defensores de derechos humanos, académicos y representantes del "gobierno legítimo" invitados, sobresalieron dos líderes a quienes su gente acompaña fielmente: Martín Esparza, secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas, y Trinidad del Valle, dirigente del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT).
Cuando aquéllos llegaban a la inmensa construcción de Francisco Sosa, resguardada por el Estado Mayor Presidencial, recibían de un ex trabajador de Luz y Fuerza del Centro un volante de denuncia a la acción gubernamental no sólo de extinguir la paraestatal, sino de rechazar "la generosa propuesta" de los electricistas para regresar a laboral y restablecer el suministro de energía eléctrica tan afectado en los meses recientes. Esta actitud, mencionaba también, "dibuja de cuerpo entero a un gobierno autoritario y dispuesto a todo para exterminar a un sindicato".
A su vez, los compañeros de Trini, aunque no rebasaban la media docena, cuando atisbaron el descenso de Evo de la camioneta que lo trasladó hasta ahí, de inmediato hicieron escuchar su consigna como saludo: "Evo, hermano, Atenco te da la mano", y aquél respondió con un saludo.
La relación entre los atenquenses y el aymara se remonta a principios de esta década, cuando se reunió con Ignacio del Valle en Guadalajara. Ayer, la esposa del dirigente condenado a 112 años de prisión le entregó fotografías de aquel encuentro y un disco con materiales del FPDT y de su lucha.
Sin mayor protocolo, destacaron las expresiones del ex jefe del gobierno capitalino Alejandro Encinas para definir a Morales como uno de los personajes más importantes del mundo contemporáneo y expresarle que los ahí reunidos se distinguen en sus ámbitos por ser "la gente que defiende las mejores causas".
Señaló entonces que el gobierno capitalino impulsa un proyecto alternativo de sociedad y representa con ello la esperanza de un país distinto y mejor para los mexicanos. "Seguiremos abonando en esa lucha para que se traduzca en cambios profundos para Latinoamérica", indicó el líder de la bancada del PRD en San Lázaro. Más tarde, ya en ante la multitud, Evo Morales; su ministra de Justicia, la indígena tarijeña Nilda Copa, autoridades y comitiva, acompañaron a líderes indígenas mexicanos, quienes, procedentes de los cuatro puntos cardinales y esta capital, cumplieron, con copal y ante una ofrenda de pétalos de rosas multicolores y vasijas con semillas, un ritual que concluyó con la entrega del bastón de mando igual al que recibió, y de esto ya hace un siglo, Emiliano Zapata como el último calpuleque (líder del calpulli), así como un sombrero que, dijo el líder nahua, "es identidad del hombre, no sólo lujo de la cabeza".
Vinieron luego las palabras de la dignidad y la denuncia de Rosario Ibarra y del embajador de Bolivia en México, Jorge Mansilla, quien contó la historia de Quintín Quevedo, aquel emisario quien tras mil vicisitudes cumplió el encargo del gobierno de su país –primero en Latinoamérica– de entregar los documentos donde se reconocía a Benito Juárez cuando el oaxaqueño derrotó al imperio de Maximiliano.
Pero entre ellos habló Elisa Segundo Mondragón, india mazahua y traductora, quien iniciaría un diálogo con Evo Morales que éste continuó sin que se hiciera explícito.
"La lucha de él también es nuestra, porque también luchó como nosotros. Él sigue. Es el único hombre reconocible de toda América porque es el único que nos escucha. Nosotros queremos es una vivienda digna, educación, salud, porque somos humanos y merecemos también esos derechos. Derecho a que nos escuchen, a que nos hagan justicia de todo."
Y en ese diálogo mazahua-aymará, él respondió: "Es posible liberar a nuestra Latinoamérica si estamos organizados".
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- El presidente boliviano dice que con unidad es posible sacudirse la hegemonía de Washington
- "¡Pronto México se liberará!", anima Evo Morales a los revolucionarios del país
- Expresa su deseo que en Cancún se decida que la región necesita una OEA sin Estados Unidos
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Durante el mitin del presidente de Bolivia, Evo Morales, ayer en el jardín Hidalgo de CoyoacánFoto Marco Peláez
Enrique Méndez
Periódico La JornadaLunes 22 de febrero de 2010, p. 8
El presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, emitió ayer un mensaje a los movimientos indígenas, sociales, obreros e intelectuales, así como a los revolucionarios del país: "Mucha fuerza. ¡Pronto México se liberará!" En un discurso largamente ovacionado por miles de personas que desbordaron el jardín Hidalgo de Coyoacán, el mandatario sostuvo que es posible liberar a América Latina del control de Estados Unidos si hay unidad y organización:
"Hay que tener paciencia, aguantar a la derecha. Seguramente el sentimiento de los pueblos de Latinoamérica es una liberación. La unidad dentro de los movimienteos sociales y los partidos de izquierda es necesaria para esa liberación. Ésa es la experiencia que puedo aportar", dijo.
Emocionado por el recibimiento que se le prodigó, y que el mandatario definió como "un acto de rencuentro con los movimientos que luchan y sueñan por un mundo de igualdad y dignidad", Evo Morales se refirió a la cumbre de países de América en Cancún, y sostuvo que de ese encuentro México podría pasar a la historia "si se decide que Latinoamérica necesita una nueva OEA, sin Estados Unidos. ¡Qué mejor que en esta tierra de Benito Juárez y de Emiliano Zapata!"
Más tarde, en conferencia de prensa que se prolongó durante una hora, a una pregunta sobre sus relaciones con otros jefes de Estado, aseguró que mantiene un trato de amistad con Calderón. "Pero tampoco me pueden pedir que yo me pelee con ningún presidente", atajó.
También, a otra pregunta Morales Ayma admitió que no ve un cambio inmediato en ese mecanismo internacional, pero "debemos ver hasta dónde podemos avanzar sin el imperio. Mi experiencia es que mejor sin el imperio: sin controles, chantajes, tutela e intentos de golpes de Estado. Al embajador de ese país lo expulsamos. Paz y tranquilidad".
Alertó que Washington ha modificado sus estrategias de intervencionismo en el continente. "La conspiración es de otra forma: dividir a los movimientos sociales, enfrentar a los regímenes, el retorno de las bases militares en Perú, Colombia, Panamá... Pero nosotros no podemos defendernos con guerra, sino con la conciencia de nuestros pueblos."
"Abierta provocación" desde Honduras
El caso de Honduras, dijo, habla de la "abierta conspiración" del gobierno estadunidense para derrocar al presidente Manuel Zelaya. "Si Washington quería acabar con el golpe de Estado, eso estaba en sus manos. Porque ahí estaba una de sus bases militares. Ésa es una abierta conspiración; una abierta provocación contra los presidentes de los países revolucionarios."
Satisfecho por el avance de gobiernos surgidos de la izquierda y de los movimientos sociales, ironizó: "El eje del mal sigue creciendo. Antes era sólo Cuba, luego Venezuela, Brasil, Bolivia y Honduras".
En su discurso vespertino, planteó que no se puede olvidar al pueblo cubano ni a Fidel Castro. "La lucha no ha sido en vano, y ahí viene otro compañero, Hugo Chávez. Qué bonita es la cooperación entre algunos presidentes de Latinoamérica, pero acuérdense de lo que les digo: el capitalismo no es ninguna solución para la humanidad. Pronto veremos en Latinoamérica al socialismo comunitario, estoy convencido de eso."
Evo Morales se refirió ampliamente a la experiencia de Bolivia y a su esfuerzo por recuperar los bienes nacionales, que le permitió ingresos extraordinarios con los cuales su país dejó de ser "un país indigno y mendigo y hemos empezado a dignificar a todos los bolivianos". Expuso que al inicio de su gobierno persistía la incertidumbre de lograr un superávit no obtenido durante 65 años.
No obstante, dijo, la sola recuperación de los hidrocarburos libró a Bolivia del déficit fiscal. "Pasó el tiempo y en septiembre (de 2006) revisamos nuestra macroeconomía. ¡Había plata! El gobierno no tiene que mandar al gabinete económico a Estados Unidos para hacerse de plata para pagar aguinaldos. Se acabó eso. Sobró plata. El primer año de nuestro gobierno con superávit fiscal", expresó.
Antes, refirió, 70 por ciento de la inversión privada se concretaba con créditos contratados en el exterior o con cooperación internacional, y el otro 30 por ciento con impuestos y regalías de las trasnacionales adueñadas del petróleo. "Pero el año pasado 70 por ciento de la inversión fue con nuestra plata, pero en poco tiempo toda la inversión será con plata boliviana."
"Recargada agenda para defenderme"
Morales Ayma inició su discurso con una disculpa por no haber aceptado antes las invitaciones que el movimiento indígena de México le hizo para visitar el país. "Pero tenía una recargada agenda para defenderme como presidente."
El recibimiento estuvo a cargo del delegado de Coyoacán, Raúl Flores, quien fue abucheado por una multitud descontenta con la desorganización del encuentro. La silbatina duró el tiempo en que el funcionario acabó su discurso. "¡Fuera, fuera!", le gritaron. "¡Que se baje!", le exigieron.
Presidente de los indígenas
La senadora Rosario Ibarra de Piedra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, afirmó en su bienvenida: "Vivimos en una América a la que el poeta (Rubén Darío) llamó la América fragante de Cristóbal Colón. Era bella, hermosa, pero hoy huele a sangre, a crímenes, a corrupción, y sobre todo hay muertos, fraudes y engaños".
Afirmó que así como Espartaco al ser crucificado dijo que volvería y serían millones, "así somos millones los bolivianos, los argentinos, los mexicanos que podemos hacer un solo país del continente... Somos muchos y los poderosos, los usurpadores, son unos cuantos. Así, con el dedo, sin hacerles daño, los podemos hacer a un lado".
La mazahua Elisa Segundo aseguró que la lucha de Morales en Bolivia "es también nuestra lucha, porque él también sufrió como nosotros. Él sí es presidente de los indígenas. Es el único hombre reconocible de América, porque nos escucha. ¡Sigamos adelante con él y venceremos!"
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