VICENTE FOX FUE IMPUESTO POR ERNESTO ZEDILLO Y SALINAS DE GORTARI, GASTÓ MILLONES DE PESOS EN PENDEJADA Y MEDIA, COMO LAS FLORES EN LA OFICINA DE MARTA SAHAGUN EN LOS PINOS, SE ROBÓ LAS TIERRAS DE SUS VENCINOS LOS EJIDATARIOS Y LOS METIÓ A LA CARCEL POR PROTESTAR Y DENUNCIARLO, ATROPELLÓ Y DESTROZÓ A GUTIERREZ VIVÓ, VICENTE FOX NO NADA MAS ES INEPTO Y DELINCUENTE TAMBIÉN ES PARANÓICO, LOCO, ASESINO Y VENDEPATRIAS. MANDÓ GOLPEAR VIOLAR Y ASESINAR AL PUEBLO DE ATENCO PORQUE NO PUDO HACER UN AEROPUERTO, AL DE OAXACA PARA PROTEGER A ULISES RUIZ, ENGAÑÓ A SU PRIMER ESPOSA LE QUITÓ A SUS HIJOS Y LA AMENAZÓ. ENTREGÓ EL ORO Y LA PLATA A MINERAS CANADIENCES, ENCICLOMEDIA, BIBLIOTECA VASCONCELOS, LA HUMMER, EL RANCHO FOX, SE ROBA LOS MUEBLES DE LOS PINOS, TRAICIONA A LINO CORRODI, METE A LA CARCEL A LA SUEGRA DE SANTIAGO PANDO, LA INCIATIVA MÉRIDA INTERVENCION DE BUSH EN MEXICO.
PROTEGIÓ A LOS HIJOS RATEROS DE MARTA SAHAGUN, FOX HIZO FRAUDE ELECTORAL EN EL 2006, AMEDRENTÓ A INDIGENAS, PROTEGIÓ Y PACTÓ CON EL NARCOTRAFICO, Y TODAVÍA CREE QUE SIGUE GOBERNANDO, MANDA CENSURAR A TODO AQUEL QUE LE MIENTA LA MADRE.
VICENTE FOX QUEZADA CHINGÓ SU MADRE Y SE MONTÓ EN MARTA SAHAGUN, MAS PRUEBA DE INEPTITUD NO SE PUEDE.
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Réplica / Carta de Vicente Fox a Carlos Fuentes (21-Jul-2009).- Muy estimado Carlos, He leído tu artículo del 20 de julio del 2009, en el periódico Reforma y tengo los siguientes comentarios: Siempre has presumido de honestidad intelectual. Te pido que sustentes con cifras, con información, con datos duros, lo que afirmas como "INEPTITUD Y BRIBONERIA" (sic), en mi administración. Mi solicitud es que digas donde (sic) esta (sic) la "BRIBONERÍA" con hechos, no con información de medios, ni supuestos. Dos comisiones del congreso fracasaron rotundamente tratando de demostrar lo que nunca existió. Se ganaron todos los procesos legales donde hubo acusaciones infundadas a Fox o a su familia. Para que te enteres, yo si (sic) puedo darte datos de fuentes acreditadas que te estoy anexando, en los indicadores duros de desarrollo económico, desarrollo humano, desarrollo social y reducción de pobreza. Datos que comparan muy favorablemente con todo gobierno priista con los cuales trabajaste, a los cuales serviste y veo que sigues halagando. Me veo obligado a hacerlo público porque público es tu artículo. He leído buena parte de tu obra que me parece extraordinaria, por lo mismo me extraña un comentario tuyo tan a la ligera. No comprendo el por qué (sic) hasta ahora haces esas declaraciones.
Atentamente, Vicente Fox Quesada
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Réplica / Responde Carlos Fuentes a Vicente Fox(22-Jul-2009).-
Sr. Don Vicente Fox QuesadaMuy estimado Presidente:Bribón. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como "Haragán, dado a la Briba". Y ésta, "La Briba", es "holgazanería picaresca". "Pícaro y bellaco", añade el Diccionario. Yo uso la palabra "Bribón" sólo en su primera acepción: Haragán. No insulto: Defino.
Ineptitud: El Diccionario de la Real Academia lo define como "Inhabilidad, falta de aptitud o de capacidad". No insulto: Opino.
Perspectiva: El Diccionario requiere "lejanía" para tenerla. No preveo: Constato.
Estadística: "Forma superior de la mentira" (Ambrose Bierce). No ignoro: Sospecho.
AtentamenteCarlos Fuentes----------------------------------------------------------------
Carlos Fuentes / Partidos por tres
Por Carlos Fuentes
(20-Jul-2009).-
Las elecciones del cinco de julio configuran un nuevo espacio político en México. La paradoja es que, siendo el nuevo, es el viejo, y esto por varias razones. Bajo sus distintos títulos (PNR, PRM, PRI) el partido oficial -el Partido de la Revolución Mexicana- gobernó durante siete décadas. Trajo muchos bienes -educación, comunicaciones, reforma agraria, industrialización, política exterior- y también muchos males -cultura autoritaria, ausencia de democracia, corporativismo y, sobre todo, corrupción-.
Que ésta -la corrupción- no era monopolio del PRI lo demostró la oposición, de derecha y de izquierda, apenas accedió al poder. Los casos son notorios, la lección contundente: la corrupción es el vicio mejor repartido en México. No paso por alto los beneficios que la democracia (incipiente) le trajo al país. Sí me parece que la democracia también acabó con la sistemática fe en que el PRI era sinónimo de corrupción.
El triunfo del PRI el cinco de julio merece, por todo lo anterior, ser analizado con cierto grado de desconfianza. Porque, ¿cuál PRI ganó la elección? ¿El PRI socialdemócrata, el PRI corporativista, el PRI reaccionario, el PRI personalista, el PRI...? La enumeración podría seguir. A base de ser, según la frase británica, "all things for all men", el PRI carece, al cabo, de una fisonomía clara. ¿Ha sido esta la clave de su largo y anciano poder? ¿Puede semejante careta persistir en un país, al menos, tripartidista?
Porque hay un PRI modernizante abierto a las corrientes social-demócratas que hoy caracterizan a los partidos español (Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero), al chileno (Ricardo Lagos, Michelle Bachelet) y aun a los rivales brasileños (Fernando Henrique Cardoso, Lula da Silva). Pero también hay el PRI corporativista, empeñado en mantener monopolios y privilegios sectoriales, públicos. Así como un PRI empresarial paralelo, aferrado, a su vez, a prácticas ajenas a la diversificación y la competencia. Y hay, en fin, un PRI que quiere el poder por el poder, la continuidad de privilegios y el culto de las apariencias: El PRI como anuncio publicitario. Que hay más PRIS que éstos, lo demuestran las diversas cabezas del Congreso y los gobiernos estatales. ¿Hidra o dragón, paloma o águila? El PRI -mitología, zoología y aviario- está de vuelta.
Hay quienes consideran que Ernesto Zedillo fue un Maquiavelo pérfido al darle el paso al primer gobierno del PAN. A la luz del poder, el partido de la derecha pasó de la beatitud de la oposición a la responsabilidad de la gobernanza. Confirmó con Fox que la ineptitud y la bribonería no eran de la propiedad exclusiva del PRI. Y con Calderón, que la restauración de la moral oficial no siempre coincide con la restauración de la eficiencia oficial. Quizás, con un gabinete mediocre, el presidente puede verse (y hasta sentirse) más fuerte. La fórmula no es válida. Dos de los más fuertes jefes de estado, Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán, se rodearon de colaboradores de gran capacidad y personalidad. Cárdenas hizo la transformación revolucionaria mientras su Secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, mantenía la racionalidad financiera. Miguel Alemán contó con gabinetes que incluían a Jaime Torres Bodet y Manuel Tello, Ramón Beteta, Antonio Ruiz Galindo y Alfonso Caso. Y -acaso- el mejor gabinete de los tiempos modernos fue el de un hombre muy discreto, Manuel Ávila Camacho, quien aparte de una debilidad fraternal, contó con Miguel Alemán, Ezequiel Padilla, Javier Rojo Gómez, Francisco Xavier Gaxiola, Marte R. Gómez, Francisco Castillo Nájera, Francisco L. Urquizo, Jaime Torres Bodet y no sigo...
Compárense estos equipos con el actual. Más bien dicho: No hay comparación. ¿Se sentirá obligado, a la luz de los hechos, Calderón a renovar y reforzar su gabinete? Beatriz Paredes -el mejor PRI- se niega a un co-gobierno. Pero hay muchos mexicanos -políticos, profesionistas, académicos- que podrían conformar un mejor gabinete y una presidencia más moderada y más modulada.
El hecho es que Felipe Calderón, a los tres años de asumir la presidencia, no tiene más remedio -como Ernesto Zedillo en la fase final de su mandato- que abrirse a formas de compartir el poder con la oposición. No hay en ello menoscabo alguno: El poder se ejerce a partir de una realidad cambiante.
¿Podrá la izquierda entender el cambio? El mero 12.5% del voto el cinco de julio confirma el grave descenso de sus fortalezas. Dividida, pulverizada, presa de bizantinas discusiones internas, la izquierda mexicana confirma su anacronismo, sobre todo a la luz de la experiencia social-demócrata que arriba he mencionado. Algunas figuras -Marcelo Ebrard, Amalia García, el propio Jesús Ortega- parecen entender esto. Pero aún a ellos les falta hacer una proposición propia, realista: La elección del 2006 quedó atrás, Calderón va de salida y la izquierda no puede ser la eterna Verónica de nuestro Valle de Lágrimas político. Pero pensar en una próxima renovación de la izquierda es ilusorio: La fragmentación es grande, la unidad minúscula, la anacronía evidente. Y sin embargo, el país requiere, ante el cuadro descrito, una izquierda responsable, moderna, propositiva y no sólo rabiosa, demagógica o desmayada.
Digo "moderna" y pienso en la formación partidista de un centro-izquierda social-demócrata y de un centro-derecha demócrata-cristiano. Ésta es la regla lógica y sería el partidismo para el siglo XXI. Deja que los extremos se manifiesten en los extremos pero que las posiciones centrales las ocupe la seriedad política, sujeta a la ley y a la alternancia.
Las elecciones del cinco de julio demuestran lo lejos que México se encuentra todavía de esta regla de convivencia. El tripartidismo es confuso y estéril.
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