Sarkozy se va sin Florence; el caso tensa el encuentro
La visita del presidente francés estuvo dominada por el caso de Florence Cassez, ciudadana gala condenada en México a 60 años de cárcel por secuestro
El Universal Martes 10 de marzo de 2009
La visita del presidente francés Nicolas Sarkozy estuvo dominada por el caso de Florence Cassez, ciudadana gala condenada en México a 60 años de prisión por pertenecer a una banda de secuestradores. Florence fue tema en la conferencia que ofreció junto al mandatario mexicano, Felipe Calderón. Florence salió también en el Senado. Y aún cuando el protocolo marcaba otros derroteros, el discurso de Sarkozy insistió una y otra vez en revisar el marco legal para que su conciudadana cumpla su pena en una prisión francesa.
En momentos se llegó a reflejar tensión entre los mandatarios por el tema. El presidente mexicano fue claro en que las víctimas que han “sufrido el verdadero infierno del secuestro” no merecen sufrir además la “terrible injusticia de la impunidad”. Sarkozy dijo que tanto él como Calderón deben mantener “la cabeza fría”. En el Senado, Sarkozy fue incluso más lejos: rechazó ser el “hombre de la impunidad” y defendió su derecho a interceder por la ciudadana francesa. Dijo que pidió a México aplicar el Tratado de Estrasburgo para repatriarla.
El encuentro, sin embargo, tuvo otros momentos memorables, y hechos significativos para ambos países. Por ejemplo: Desde la tribuna del Senado, Sarkozy refrendó su apoyo para que el país tenga más relevancia en organismos internacionales, pero aclaró: “el mundo espera todavía más de México”. Advirtió que ello incluye deberes, como el precio de la sangre de soldados, que deben ser enviados a otros países cuando se necesite para preservar la paz.
Un acuerdo, todavía verbal, de cooperación en la lucha contra el narcotráfico.
El discurso de Sarkozy “de los Cinco Soles” en el Senado, mientras la canciller Patricia Espinosa, la subsecretaria Lourdes Aranda y el embajador Carlos de Icaza enviaban y recibían mensajes por celular.
Cassez pasaría sólo 20 años en cárcel de FranciaDe darse una posible extradición de la francesa, acusada de secuestro en México, su sentencia se ajustaría a las leyes de su país natal
El Universal Ciudad de México Martes 10 de marzo de 2009 00:48 El
Quai d' Orsay, la cancillería francesa, señala que en el caso de los crímenes cometidos en el extranjero, no hay posibilidad de que las autoridades francesas apliquen leyes locales para proteger a un ciudadano francés, sin embargo la transferencia o extradición es un proceso judicial mediante el cual, Francia se aseguraría de que los reclusos cumplen sus sentencias en su país natal. La extradición requiere que tanto el acusado como Francia y el país en cuestión, estén de acuerdo. En el caso de Florence Cassez, ella lo pide, pues el diario francés
Le Monde su condena de 60 años, según las leyes mexicanas,
se reduciría a 20 años, bajo la normatividad de Francia.
El citado Tratado de Estrasburgo fue firmado entre el Consejo de Europa y México el 21 de marzo en 1983, en dicho tratado el condenado pierde toda posibilidad de recurso legal. A principios de marzo, según información que compila el diario del citado Quai d' Orsay los franceses arrestados en el extranjero sumaban mil 958 personas, la mayoría de ellos en la Unión Europea, mil 166; en África unos 376; y en América Latina, 115. Florence Cassez está acusada de secuestro en México con la banda de Los Zodiacos. Recientemente, se le redujo la sentencia de 90 a 60 años. Organizaciones civiles de lucha contra el plagio han pedido a Calderón que no extradite a la francesa.
- Felipe Calderón y Nicolás Sarkozy ponen la decisión en manos de una comisión binacional
- Dejan allanado el camino para que Florence Cassez retorne a Francia
- El mandatario galo promete que su connacional será transferida de una prisión mexicana a otra de su país
- El michoacano dice que el gobierno reconoce acuerdos como el Tratado de Estrasburgo
Claudia Herrera, Georgina Saldierna y Andrea Becerril
Los presidentes de México y Francia dejaron en manos de una comisión binacional la decisión de extraditar a Florence Cassez a su país de origen. Aunque de antemano el mandatario francés, Nicolás Sarkozy, anunció que respaldará a su connacional, quien vía telefónica le expresó su intención de hacer esa solicitud con base en un tratado que no es un invento, remarcó él.
Por la tarde, el padre de la ciudadana francesa, Bernard Cassez, y su abogado, Frank Berton, informaron que Florence ya pidió cumplir en su país la sanción que se le impuso, con lo que renunció al amparo. Lo mejor sería que el presidente Felipe Calderón la indultara, insistió el familiar, quien señaló que si es trasladada a Francia, Sarkozy tiene derecho a otorgar el perdón. No obstante reconoció que la prensa mexicana no es positiva al respecto.
Por la mañana, el mandatario galo prometió que Cassez será transferida de una prisión mexicana a otra de su país y pidió a los mexicanos confiar en la justicia francesa, como él lo hace en la mexicana. Francia es un estado de derecho donde no se hace cualquier cosa.
La comisión de juristas revisará el Tratado de Estrasburgo, el cual permite que Cassez purgue su pena en Francia, pero va más allá, porque las reservas puestas por Francia le permiten revocar, modificar, reducir o incluso cancelar las sentencias conforme a la justicia francesa, aspectos que el presidente Felipe Calderón reconoció que son los que preocupan más a él y a los familiares de las víctimas.
El caso de la ciudadana francesa, sentenciada a 60 años de cárcel por pertenecer a la banda de secuestradores Los Zodiacos, absorbió la agenda de la primera visita de Estado de Sarkozy a México. Primero habló sobre el tema en la conferencia de prensa que dio en Palacio Nacional, luego lo volvió a tocar en el Senado y más tarde en la reunión que sostuvo con miembros de la comunidad francesa radicada en nuestro país.
Sarkozy sugirió en la conferencia de prensa que, como jefes de Estado, deben mantener la cabeza fría, no caer en las polémicas y en los excesos, aunque reconoció que era un tema de gran sensibilidad en su país y por momentos subió el tono de voz, como cuando respondió a un reportero: Ha dicho usted que el problema era político; me opongo a este análisis.
El presidente francés fue el primero en anunciar la integración de esta comisión binacional que se reunirá a partir de hoy (martes) y en tres semanas deberá encontrar una solución que, según dijo, permita preservar los intereses de la justicia mexicana, de la francesa, de las víctimas y los derechos de cada uno.
Sarkozy comenzó por expresar su solidaridad completa y total con las víctimas de los secuestros, con las que incluso dijo que se iba a reunir más tarde, pero también advirtió que su deber es defender a su conciudadana. Yo me ocupo de la señora Cassez porque es conciudadana mía. He visto a su madre, a su padre y es mi deber hacerlo; no quiero interferir en los asuntos mexicanos, no tengo que aportar ningún juicio sobre la justicia mexicana. Mucha gente lo hace ya y no siempre los mejor informados, expresó.
Explicó que su iniciativa no parte de una presunción de inocencia o culpabilidad de Cassez, sino de su responsabilidad como jefe de Estado francés. Y me imagino que si un mexicano se encontrara en una situación como ésta, el presidente de México, sea cual sea, sentiría la misma responsabilidad, advirtió.
Pero remarcó que Cassez puede solicitar su extradición a Francia, ya que el Tratado de Estrasburgo, suscrito en 1983, prevé esa posibilidad. Sin embargo, dicha norma no significa impunidad para nada, sino la aplicación de un regla internacional que en ningún caso debe interferir en las relaciones entre México y Francia. Expuso además que el presidente Calderón tiene derecho de estudiar las reservas emitidas por los franceses.
En tanto, Calderón agradeció el respeto mostrado por Sarkozy a las decisiones de la justicia mexicana y enfatizó que su gobierno reconoce los compromisos asumidos en los diversos tratados como el de Estrasburgo.
También refrendó su compromiso de combatir la impunidad y expresó su solidaridad con las víctimas de los secuestradores, que vivieron meses de cautiverio, a los menores a los que se les amenazó con amputarles un dedo o una oreja si no se pagaban las condiciones económicas de sus captores y a los cientos de víctimas en México. Como Sarkozy, planteó que éste es un caso más que del ámbito político o incluso diplomático: es un asunto de justicia, de ley, de crimen y castigo.
No soy hombre de impunidades
Pese a que legisladores de todas las fuerzas políticas habían pedido que el presidente francés no aludiera en el Senado al caso de Cassez, y a que en su conferencia de prensa previa dijo que no diría una palabra más sobre el asunto, ante el pleno de esa cámara reivindicó su derecho a defenderla. No soy un hombre de impunidades, para nadie, pero al mismo tiempo tengo una responsabilidad frente a mis conciudadanos, hagan lo que hagan.
Durante su discurso, en una sesión solemne en Xicoténcatl, ironizó: Me dijeron que no tenía que comentar, lo cual me da muchas ganas de comentarlo, y sin aludir a Cassez por su nombre insistió en que tiene la responsabilidad de ocuparse de todos los franceses, sean cuales sean, como lo haría cualquier edil de México con sus representados.
El tono de su voz fue de vehemencia en este tema. Argumentó que el oficio de jefe de Estado sería muy fácil si sólo tuvieran que ocuparse de los ricos, poderosos y honestos que nunca cometieron un delito. Lo difícil, recalcó, es explicar y respetar los derechos de los culpables.
Ante sus connacionales reunidos en el Liceo Franco Mexicano, dijo que es el presidente de los franceses que nunca han cometido errores, pero también el de los que los han cometido. Por esta razón indiqué a las autoridades mexicanas que deseaba la aplicación de la convención de Estrasburgo para la repatriación de nuestra compatriota Florence Cassez.
También informó que solicitó a las autoridades mexicanas el esclarecimiento de los asesinatos de dos ciudadanos de su país en México.
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