- Llama el PNUD al gobierno a invertir más en desposeídos y pide superar el asistencialismo
- Tachan de fracasadas las políticas contra la pobreza en México
- El Banco Mundial reconoce que grandes corporaciones influyen en el bajo crecimiento económico
JUAN BALBOA
En un acceso a la estación Zócalo del Metro de la ciudad de México. Imagen de archivo Foto: María Meléndrez Parada
Dos dependencias del gobierno federal, un organismo nacional de prevención de la discriminación, organismos financieros internacionales y representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) coincidieron en afirmar que la falta de políticas públicas a largo plazo, la inexistente coordinación entre las instituciones federales, la falta de recursos e infraestructura y el nulo impulso real al combate a la desigualdad y el respeto a los derechos humanos ha limitado el crecimiento económico México, el cual ha sido insuficiente para disminuir la pobreza extrema, primordialmente en las zonas indígenas. La titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, Cecilia Landerreche Gómez Morín, reconoció ayer, al igual que la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Beatriz Zavala Peniche, que la política social ha sido insuficiente. Patricia Olamendi, ex subsecretaria de Relaciones Exteriores y actual asesora de la presidencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), sostuvo que la desigualdad es el principal problema de México.
Estructuras desiguales
A las voces de preocupación por la falta de resultados de las políticas sociales del gobierno para combatir la pobreza y la desigualdad en México, se sumaron en la presente semana la de Isabel Guerrero, directora para México y Colombia del Banco Mundial (BM), quien destacó que la pobreza rural ha disminuido, pero ha aumentado la urbana. Las estructuras desiguales puntualizó la funcionaria del BM al participar en el Foro Internacional sobre Políticas Públicas para el Desarrollo de México, propiciadas por los grandes grupos corporativos, han producido instituciones débiles y falta de contrapesos. "Por esto, los mayores costos y la falta de infraestructura han limitado el crecimiento económico que ha sido insuficiente para disminuir la pobreza". Ad Melkert, administrador asociado del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), llamó a que el gobierno mexicano busque una mayor inversión social. Urgió a invertir en el acceso de la gente pobre a los recursos sociales. Sugirió que "deben aumentar los ingresos fiscales y establecerse sistemas de salud pública, educación de alta calidad y pensiones universales, para cerrar la brecha de desigualdad en la sociedad", y agregó que es necesario que "a mediano plazo México debe superar el asistencialismo".
Zavala Peniche reconoció los pocos avances en el combate a la desiguladad, principalmente por falta de recursos y de una política social de Estado. La titular de la Sedeso confirmó que las cifras oficiales de pobreza extrema "rebasaron los 18 millones de mexicanos", para quienes se han destinado programas de apoyo directo que se orinaron en gobiernos anteriores y que tendrán continuidad en éste. Prácticamente estamos en el mismo nivel de pobreza de 1994, aseguró al participar en el foro. Precisó que no existe en la Sedeso mucha capacidad financiera para impulsar proyectos productivos, por lo que es fundamental y urgente la cooperación con otras dependencias. Para la dependencia que encabeza, dijo, sólo la coordinación de todos los despachos del sector social Educación, Salud, Economía y Agricultura logrará combatir la pobreza que aún prevalecen en el país, e insistió en que se debe buscar el apoyo integral para las comunidades más rezagadas.
Sin compromisos de largo plazo
La pobreza extrema se localiza en municipios pequeños. Mayoritariamente son mujeres y niños quienes la padecen, según estudios recientes elaborados por el PNUD y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Este tipo de pobreza extrema algunas veces se agudiza en regiones indígenas, principalmente porque no ha existido voluntad para adoptar compromisos de largo plazo, que permitan institucionalizar las políticas públicas. Los estudios del PNUD y la CDI confirman que durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) se integraron seis municipios a la lista de los más pobres del mundo. Once municipios mexicanos en total mantienen un índice de desarrollo humano similar al de pueblos de Burundi, Ruanda o Angola.
Dos dependencias del gobierno federal, un organismo nacional de prevención de la discriminación, organismos financieros internacionales y representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) coincidieron en afirmar que la falta de políticas públicas a largo plazo, la inexistente coordinación entre las instituciones federales, la falta de recursos e infraestructura y el nulo impulso real al combate a la desigualdad y el respeto a los derechos humanos ha limitado el crecimiento económico México, el cual ha sido insuficiente para disminuir la pobreza extrema, primordialmente en las zonas indígenas. La titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, Cecilia Landerreche Gómez Morín, reconoció ayer, al igual que la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Beatriz Zavala Peniche, que la política social ha sido insuficiente. Patricia Olamendi, ex subsecretaria de Relaciones Exteriores y actual asesora de la presidencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), sostuvo que la desigualdad es el principal problema de México.
Estructuras desiguales
A las voces de preocupación por la falta de resultados de las políticas sociales del gobierno para combatir la pobreza y la desigualdad en México, se sumaron en la presente semana la de Isabel Guerrero, directora para México y Colombia del Banco Mundial (BM), quien destacó que la pobreza rural ha disminuido, pero ha aumentado la urbana. Las estructuras desiguales puntualizó la funcionaria del BM al participar en el Foro Internacional sobre Políticas Públicas para el Desarrollo de México, propiciadas por los grandes grupos corporativos, han producido instituciones débiles y falta de contrapesos. "Por esto, los mayores costos y la falta de infraestructura han limitado el crecimiento económico que ha sido insuficiente para disminuir la pobreza". Ad Melkert, administrador asociado del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), llamó a que el gobierno mexicano busque una mayor inversión social. Urgió a invertir en el acceso de la gente pobre a los recursos sociales. Sugirió que "deben aumentar los ingresos fiscales y establecerse sistemas de salud pública, educación de alta calidad y pensiones universales, para cerrar la brecha de desigualdad en la sociedad", y agregó que es necesario que "a mediano plazo México debe superar el asistencialismo".
Zavala Peniche reconoció los pocos avances en el combate a la desiguladad, principalmente por falta de recursos y de una política social de Estado. La titular de la Sedeso confirmó que las cifras oficiales de pobreza extrema "rebasaron los 18 millones de mexicanos", para quienes se han destinado programas de apoyo directo que se orinaron en gobiernos anteriores y que tendrán continuidad en éste. Prácticamente estamos en el mismo nivel de pobreza de 1994, aseguró al participar en el foro. Precisó que no existe en la Sedeso mucha capacidad financiera para impulsar proyectos productivos, por lo que es fundamental y urgente la cooperación con otras dependencias. Para la dependencia que encabeza, dijo, sólo la coordinación de todos los despachos del sector social Educación, Salud, Economía y Agricultura logrará combatir la pobreza que aún prevalecen en el país, e insistió en que se debe buscar el apoyo integral para las comunidades más rezagadas.
Sin compromisos de largo plazo
La pobreza extrema se localiza en municipios pequeños. Mayoritariamente son mujeres y niños quienes la padecen, según estudios recientes elaborados por el PNUD y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Este tipo de pobreza extrema algunas veces se agudiza en regiones indígenas, principalmente porque no ha existido voluntad para adoptar compromisos de largo plazo, que permitan institucionalizar las políticas públicas. Los estudios del PNUD y la CDI confirman que durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) se integraron seis municipios a la lista de los más pobres del mundo. Once municipios mexicanos en total mantienen un índice de desarrollo humano similar al de pueblos de Burundi, Ruanda o Angola.
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