- Rivera Carrera prepara maletas
- En duda, su permanencia como arzobispo primado
- Alentó el peor enfrentamiento Iglesia-Estado en décadas
- Su torpeza lo ha llevado a comprar pleitos innecesarios
Norberto Rivera Carrera ha vuelto, pero ello no significa necesariamente que permanecerá mucho tiempo más al frente de la arquidiócesis primada de México. Especialistas consultados por Desfiladero explicaron que mientras el nuevo nuncio apostólico designado por el Vaticano no venga al país, "la suerte del cardenal seguirá en el aire, porque no se acostumbra que el embajador del Papa llegue a un lugar donde están a punto de producirse cambios de primer orden en la jerarquía". Como se sabe, Rivera Carrera viajó a Italia en secreto durante la noche del domingo antepasado. De inmediato se especuló que había ido a Roma a buscar protección, debido a que el juicio que sigue en su contra un tribunal de Estados Unidos -donde se le acusa de proteger al sacerdote pederasta Nicolás Aguilar Rivera- ha dado un giro muy desfavorable a sus intereses, de acuerdo con Sanjuana Martínez, la reportera que investigó y documentó el caso y acaba de recibir por ello el Premio Nacional de Periodismo 2006.
Cinco días después de la misteriosa partida del prelado, un vocero de su oficina deslizó entre algunos reporteros que, en realidad, el cardenal no estaba "localizable" porque había "roto" con Felipe Calderón, tras las amonestaciones que la Secretaría de Gobernación le dirigiera por el violento lenguaje que usó contra los partidarios de la despenalización del aborto, a los que llamó "asesinos". Desde el Vaticano, Rivera Carrera prosiguió su embestida exhortando a los médicos y enfermeras del Distrito Federal a negarse a practicar abortos, en abierto desacato a la reforma legal recién aprobada. Sin embargo, luego de 10 días de beligerante ausencia, el pasado miércoles regresó a la capital hecho una sedita. Hasta parecía otro: el jueves se reunió en privado con el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y al salir negó que entre ambos hubiese la más pequeña diferencia. Luego formuló aterciopeladas declaraciones a los periodistas para dar por cerrada la polémica sobre el aborto, cuya legalización, afirmó, "no es el fin del mundo". Para los expertos, sin embargo, nada de esto despeja las dudas sobre su futuro profesional. Hoy, a las 5 de la tarde, en la Basílica de Guadalupe, ordenará a 18 nuevos sacerdotes mediante el rito de "imposición de manos". Mañana oficiará, como de costumbre, la misa de las 12 en la Catedral Metropolitana. ¿Y después? Según los entendidos, después de mañana puede pasar cualquier cosa, porque la semana próxima viajará de nuevo al extranjero, en este caso a Brasil, para participar en la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Celam), que el 13 de los corrientes inaugurará el papa Benedicto XVI y durante la cual se tomarán decisiones definitivas para muchas diócesis y arquidiócesis del subcontinente.
De acuerdo con el padre David Gutiérrez, director de la oficina de información de la Celam en el Vaticano, la quinta conferencia de ese organismo, que va a celebrarse en la ciudad brasileña de Aparecida, "tratará, entre otros asuntos, uno que (le) preocupa (a la Iglesia) de manera muy especial: el abandono de fieles del catolicismo", que creció en forma exponencial durante el papado de Juan Pablo II, lapso en que esa religión dejó de ser la más extendida sobre el planeta. A juicio de los estudiosos, la primera causa de este fenómeno radica en la tolerancia que Juan Pablo II tuvo hacia los sacerdotes y obispos acusados de pederastia. "Allí está el ejemplo de Estados Unidos, donde millones de fieles, decepcionados por la indiferencia de la Santa Sede ante los abusos sexuales cometidos por clérigos en contra de niños, migraron a otras denominaciones. Y Karol Wojtyla, por desgracia, reaccionó demasiado tarde, cuando el daño ya estaba hecho." Sólo cuando la justicia estadunidense estaba a punto de arrestarlo como culpable de más de 50 violaciones sexuales de menores de edad, el Vaticano "descontinuó" al cardenal de Boston, Bernard Francis Law, nombrándolo arcipreste de la basílica de Santa Maria Maggiore, en Roma. Y con la misma tardanza actuó para privar de sus atribuciones al padre Marcial Maciel, pese a que desde hacía muchos años había denuncias detalladas de sus crímenes contra el pudor infantil. El desinterés del Vaticano ante las quejas de los feligreses agraviados por los desmanes eróticos de los curas -añadieron los especialistas- propició el auge de las denominaciones protestantes a lo largo del llamado Bible belt (cinturón bíblico) estadunidense, que se extiende por el centro y el sur del país vecino y donde surgió el movimiento religioso de los "cristianos renacidos", cuyos integrantes, según un estudio de la agencia Gallup divulgado a principios de 2001, votaron por George WC Bush en una proporción de 52 contra 48 católicos que se inclinaron por Al Gore.
Dado el carácter ultraconservador de Benedicto XVI, quien representa una línea de continuidad de las políticas de Juan Pablo II, es poco probable que durante la quinta Celam, que durará 11 días, haya cambios espectaculares en este ámbito. No obstante, no puede caber duda de que si Rivera Carrera se viera efectivamente en peligro de ser requerido por el tribunal californiano que lo juzga, el Vaticano entraría en acción. Incluso si ocurriese lo contrario y el cardenal resultara exonerado de los cargos que pesan en su contra, hay otros factores -ponderaron los expertos- que Roma no puede pasar por alto. Con su retórica, puntualizaron, Rivera Carrera protagonizó uno de los peores embates de la Iglesia católica mexicana contra una autoridad civil legalmente constituida, como no se veía en décadas. El arzobispo primado de México, abundaron, ha dado pruebas de una torpeza palmaria que lo ha metido en pleitos que no tenía por qué comprarse, como el de ese domingo en la catedral, cuando tachó de "loca" a una señora que llevaba el moñito de los partidarios de Andrés Manuel López Obrador, sin tomar en cuenta que había muchísimas personas más que portaban el mismo símbolo y se sintieron insultadas y ofendidas. En un balance objetivo, finalizaron, Rivera Carrera ha logrado que amplios sectores de la población estén identificando a la Iglesia con un régimen que no tiene un origen legítimo.
Cinco días después de la misteriosa partida del prelado, un vocero de su oficina deslizó entre algunos reporteros que, en realidad, el cardenal no estaba "localizable" porque había "roto" con Felipe Calderón, tras las amonestaciones que la Secretaría de Gobernación le dirigiera por el violento lenguaje que usó contra los partidarios de la despenalización del aborto, a los que llamó "asesinos". Desde el Vaticano, Rivera Carrera prosiguió su embestida exhortando a los médicos y enfermeras del Distrito Federal a negarse a practicar abortos, en abierto desacato a la reforma legal recién aprobada. Sin embargo, luego de 10 días de beligerante ausencia, el pasado miércoles regresó a la capital hecho una sedita. Hasta parecía otro: el jueves se reunió en privado con el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y al salir negó que entre ambos hubiese la más pequeña diferencia. Luego formuló aterciopeladas declaraciones a los periodistas para dar por cerrada la polémica sobre el aborto, cuya legalización, afirmó, "no es el fin del mundo". Para los expertos, sin embargo, nada de esto despeja las dudas sobre su futuro profesional. Hoy, a las 5 de la tarde, en la Basílica de Guadalupe, ordenará a 18 nuevos sacerdotes mediante el rito de "imposición de manos". Mañana oficiará, como de costumbre, la misa de las 12 en la Catedral Metropolitana. ¿Y después? Según los entendidos, después de mañana puede pasar cualquier cosa, porque la semana próxima viajará de nuevo al extranjero, en este caso a Brasil, para participar en la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Celam), que el 13 de los corrientes inaugurará el papa Benedicto XVI y durante la cual se tomarán decisiones definitivas para muchas diócesis y arquidiócesis del subcontinente.
De acuerdo con el padre David Gutiérrez, director de la oficina de información de la Celam en el Vaticano, la quinta conferencia de ese organismo, que va a celebrarse en la ciudad brasileña de Aparecida, "tratará, entre otros asuntos, uno que (le) preocupa (a la Iglesia) de manera muy especial: el abandono de fieles del catolicismo", que creció en forma exponencial durante el papado de Juan Pablo II, lapso en que esa religión dejó de ser la más extendida sobre el planeta. A juicio de los estudiosos, la primera causa de este fenómeno radica en la tolerancia que Juan Pablo II tuvo hacia los sacerdotes y obispos acusados de pederastia. "Allí está el ejemplo de Estados Unidos, donde millones de fieles, decepcionados por la indiferencia de la Santa Sede ante los abusos sexuales cometidos por clérigos en contra de niños, migraron a otras denominaciones. Y Karol Wojtyla, por desgracia, reaccionó demasiado tarde, cuando el daño ya estaba hecho." Sólo cuando la justicia estadunidense estaba a punto de arrestarlo como culpable de más de 50 violaciones sexuales de menores de edad, el Vaticano "descontinuó" al cardenal de Boston, Bernard Francis Law, nombrándolo arcipreste de la basílica de Santa Maria Maggiore, en Roma. Y con la misma tardanza actuó para privar de sus atribuciones al padre Marcial Maciel, pese a que desde hacía muchos años había denuncias detalladas de sus crímenes contra el pudor infantil. El desinterés del Vaticano ante las quejas de los feligreses agraviados por los desmanes eróticos de los curas -añadieron los especialistas- propició el auge de las denominaciones protestantes a lo largo del llamado Bible belt (cinturón bíblico) estadunidense, que se extiende por el centro y el sur del país vecino y donde surgió el movimiento religioso de los "cristianos renacidos", cuyos integrantes, según un estudio de la agencia Gallup divulgado a principios de 2001, votaron por George WC Bush en una proporción de 52 contra 48 católicos que se inclinaron por Al Gore.
Dado el carácter ultraconservador de Benedicto XVI, quien representa una línea de continuidad de las políticas de Juan Pablo II, es poco probable que durante la quinta Celam, que durará 11 días, haya cambios espectaculares en este ámbito. No obstante, no puede caber duda de que si Rivera Carrera se viera efectivamente en peligro de ser requerido por el tribunal californiano que lo juzga, el Vaticano entraría en acción. Incluso si ocurriese lo contrario y el cardenal resultara exonerado de los cargos que pesan en su contra, hay otros factores -ponderaron los expertos- que Roma no puede pasar por alto. Con su retórica, puntualizaron, Rivera Carrera protagonizó uno de los peores embates de la Iglesia católica mexicana contra una autoridad civil legalmente constituida, como no se veía en décadas. El arzobispo primado de México, abundaron, ha dado pruebas de una torpeza palmaria que lo ha metido en pleitos que no tenía por qué comprarse, como el de ese domingo en la catedral, cuando tachó de "loca" a una señora que llevaba el moñito de los partidarios de Andrés Manuel López Obrador, sin tomar en cuenta que había muchísimas personas más que portaban el mismo símbolo y se sintieron insultadas y ofendidas. En un balance objetivo, finalizaron, Rivera Carrera ha logrado que amplios sectores de la población estén identificando a la Iglesia con un régimen que no tiene un origen legítimo.
Kikka Roja
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