Rosario Ibarra
Tempranito en la mañana del domingo salimos rumbo a Zimapán. Dos grupos del comité ¡Eureka! nos habíamos comprometido —como parte que somos del Frente Nacional Contra la Represión (FNCR)— a ir al acto en contra del “basurero tóxico” que una empresa española se ha empeñado en instalar allí, con la anuencia del gobierno... ¡por supuesto! El pueblo indignado por tal pretensión, ni tardo ni perezoso desde el inicio del atropello a su salud y a sus derechos inició su defensa con firmeza, misma que sin condiciones tanto ¡Eureka! como el FNCR apoyamos desde el primer día. La mañana del domingo era muy fría, y abrigos, chamarras y jorongos empalmados no bastaban para evitarlo; sólo después de un sabrosísimo café, cargado y caliente, como salido de los hornos del averno, nos sentimos bien y de prisa enfilamos hacia Pachuca, La bella airosa, como suelen llamarla. Allí encontraríamos al segundo grupo de nuestro incansable comité de familiares de presos y desaparecidos políticos. Un sol radiante nos recibió más tarde a nuestro paso por Actopan y a mediodía, ya en Zimapán, abrigos, chamarras y jorongos se apilaron en los asientos de la camioneta, mientras subíamos por los sinuosos y polvorientos caminos de aquellas montañas, hacia las minas, hacia los “bancos de mármol”, situados en terrenos ejidales de Puerto del Efé (del hñahñu), que han sido el medio de subsistencia de cientos de familias de la zona desde hace muchos años y que ahora se ven amenazados por la toxicidad del ambiente, si se diera el uso que pretenden a la gran extensión de tierra destinada para el malhadado “basurero tóxico”, que empresa española y gobierno federal quisieron disfrazar de “planta recicladora de basura” para engañar al pueblo de Zimapán. Desde aquella altura y cubiertos del polvo blanquecino de los bancos de mármol, contemplamos la planicie en donde quieren lanzar la basura tóxica, y con los bríos que brotan de la indignación ante los atropellos bajamos de prisa para iniciar el acto programado en el centro de la ciudad. En nutrido grupo de compañeros de Zimapán y de los solidarios del FNCR, que arribaron justo a tiempo, iniciamos la marcha hacia el lugar escogido y llegamos al bello jardín, frente a la centenaria iglesia, en donde el arte de Churriguera y el barroco se hablan de tú y se dan la mano. ¡Qué hermoso acto! Cuánta gente, qué brío el de los oradores; cuánta resolución, qué enorme pujanza y, sobre todo, qué clara y brillante solidaridad hacia otras causas nobles como la de ellos. Para los presentes, era aquel acto para todos los que tuvieran reclamos contra el enemigo común, y orgullosos y agradecidos rindieron homenaje de admiración y cariño a sus muertos, a los asesinados por los malos gobiernos y sus corifeos: Armando Zea y su amigo Pablo, Misael Núñez Acosta y cada uno de los que en otros lugares han caído luchando en todos los rincones del país. Muchos pensamos en los compañeros caídos en Madera, Chihuahua. En 1965, en los del 68 y en los del Jueves de Corpus; en muchos otros, como el joven ferrocarrilero Román Guerra Montemayor, asesinado en Monterrey con saña inaudita; en los 500 triquis, nuestros entrañables amigos, en los 600 perredistas que fueron asesinados durante el salinato y, claro, en los que cayeron en San Salvador Atenco y en Oaxaca. Hubo estruendosos gritos para exigir la libertad de desaparecidos y presos políticos. También a coro decían ¡No! a la ley Gestapo ni a la pretendida privatización del petróleo, y aquí agrego: además de los crímenes... ¿qué quieren hacer con nuestro suelo? ¿Qué pretende el mal gobierno al envenenar Zimapán, Guadalcázar, Madera y San Luis Potosí? Y La Parota, ¿qué beneficios aporta a los pobres que por algo se niegan a aceptar su construcción? Y para donde volvamos la vista podemos encontrar la malignidad de un gobierno de intereses mezquinos que sólo busca su enriquecimiento, sin importarle la miseria ni el dolor de todo el pueblo. ¿Qué pretende hacer en Huatulco? ¿Por qué hacer campos de golf y fraccionamientos “exclusivos” en la bellísima Huasteca en Monterrey? ¿Quiénes van a disfrutar de la hermosa vista de sus rocas milenarias? A sus fraccionamientos “exclusivos” sólo los ricos tendrán acceso, y los pobres que solían ir a sentarse bajo el cobijo de aquella belleza quedarán, como siempre, alejados de lo que a todos nos pertenece. Por eso, luchamos juntos, unidos por defender lo nuestro... por eso fuimos a Zimapán. Dirigente del comité ¡Eureka! |
Kikka Roja
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