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Petróleo: soberanía y territorio
Fue lamentable la ausencia de la geopolítica y de la seguridad nacional e internacional en la agenda del debate senatorial sobre la reforma energética. Ello por el papel crucial del Senado en política exterior; porque México y Pemex son “asuntos de seguridad nacional” para EU y además porque desde finales de 2007 supimos que se contemplaba usar empresas de seguridad (mercenarios) de esa nación para “proteger” la infraestructura de Pemex-CFE. Después, siguiendo el guión de Washington Calderón anunció el Plan México rebautizado Iniciativa Mérida (IM) en intento vano por desvincularlo del Plan Colombia (PC), plagado de masacres y despojos oligárquico-imperiales.
El PC y la IM fueron pactados en 2000 y 2008. Recuperar la experiencia colombiana es de gran valor: PC e IM fueron concebidos en función de intereses monopólicos y geoestratégicos de EU. Su objetivo es reorganizar la matriz territorial y explotar enormes riquezas naturales estratégicas. Son acciones privatizadoras y diplomilitares para conservar a Latinoamérica como reserva estratégica. Más ahora que escasean recursos vitales y EU importa 60 por ciento del crudo que consume. Como dice Ignacio Ramonet en el prólogo de El terrorismo de Estado en Colombia, Caracas 2007, de Hernando Calvo: el entramado oligárquico-imperial impulsa el desalojo de quienes viven “en territorios inmensamente ricos. Sus tierras pasan a manos de terratenientes, jefes paramilitares y poderosos intereses económicos”. Se trata de tierras, gas y petróleo; minería, forestas, biodiversidad y agua.
Según Carlos Lozano, de la Comisión de Notables para el Proceso de Paz, “el PC fue una decisión del gobierno de EU, elevada a política de Estado mediante la aprobación del Congreso. El texto original… fue en inglés… Para que los congresistas (conocieran) su contenido… tuvo que ser traducido”. En EU la aprobación legislativa la logró Clinton, movilizando a Madeleine Albright, secretaria de Estado, y al general Barry MacCaffrey, zar antidrogas y ex jefe del Comando Sur. Sorprendió la ausencia del gobierno colombiano entre quienes discutieron y defendieron el proyecto ante el subcomité de la Cámara baja del Congreso estadunidense. Con MacCafrey comparecieron: el jefe del Comando Sur, dos ex embajadores de EU en Colombia y Lawrence Mariage, vicepresidente de Occidental Petroleum.
El historial del PC muestra que el combate al narco, crimen o terrorismo sirve para encubrir y justificar la proyección y ocupación militar de EU en Colombia y que la IM hace lo propio acá y en Centroamérica. Su andamiaje, como ilustra Calvo ad nauseam, se concreta en “una guerra privatizada con mercenarios legalizados”. Mariage sintetizó la intención así: “El sector privado tiene enormes intereses estratégicos y vitales en juego en ese país y por eso el paquete de ayuda por mil 574 millones debe ser aprobado cuanto antes…” Solidarios con Mariage: British Petroleum, Caterpillar, Bechtel & Pfizer, US Columbia Business y nueve petroleras de EU, casi todas contratistas de Pemex.
El interés en el petróleo de Colombia, México y Venezuela se percibe claro: Bogotá es el séptimo exportador a EU y el tercero en América Latina después de Venezuela y México. Así lo explicó el almirante James Stavidris, jefe del Comando Sur: “La energía es otro factor involucrado en los vínculos hemisféricos. Tres de las cuatro principales fuentes de energía de EU están en el hemisferio: Canadá, México y Venezuela… y en las próximas dos décadas EU aumentará su consumo de petróleo y gas natural en 31 y 62 por ciento, respectivamente… Debemos asegurar estos recursos energéticos y la infraestructura de apoyo…”
Coda: senadores y diputados de los principales partidos han sido agasajados por la embajada de EU con giras al Comando Norte. Ahí platican sobre estos asuntos con Stavidris o Víctor Renuart Jr., jefe del Comando Norte. Ante esta artillería diplomilitar, ¿por qué no debatir aquí “petróleo, soberanía e integridad territorial”?
El PC y la IM fueron pactados en 2000 y 2008. Recuperar la experiencia colombiana es de gran valor: PC e IM fueron concebidos en función de intereses monopólicos y geoestratégicos de EU. Su objetivo es reorganizar la matriz territorial y explotar enormes riquezas naturales estratégicas. Son acciones privatizadoras y diplomilitares para conservar a Latinoamérica como reserva estratégica. Más ahora que escasean recursos vitales y EU importa 60 por ciento del crudo que consume. Como dice Ignacio Ramonet en el prólogo de El terrorismo de Estado en Colombia, Caracas 2007, de Hernando Calvo: el entramado oligárquico-imperial impulsa el desalojo de quienes viven “en territorios inmensamente ricos. Sus tierras pasan a manos de terratenientes, jefes paramilitares y poderosos intereses económicos”. Se trata de tierras, gas y petróleo; minería, forestas, biodiversidad y agua.
Según Carlos Lozano, de la Comisión de Notables para el Proceso de Paz, “el PC fue una decisión del gobierno de EU, elevada a política de Estado mediante la aprobación del Congreso. El texto original… fue en inglés… Para que los congresistas (conocieran) su contenido… tuvo que ser traducido”. En EU la aprobación legislativa la logró Clinton, movilizando a Madeleine Albright, secretaria de Estado, y al general Barry MacCaffrey, zar antidrogas y ex jefe del Comando Sur. Sorprendió la ausencia del gobierno colombiano entre quienes discutieron y defendieron el proyecto ante el subcomité de la Cámara baja del Congreso estadunidense. Con MacCafrey comparecieron: el jefe del Comando Sur, dos ex embajadores de EU en Colombia y Lawrence Mariage, vicepresidente de Occidental Petroleum.
El historial del PC muestra que el combate al narco, crimen o terrorismo sirve para encubrir y justificar la proyección y ocupación militar de EU en Colombia y que la IM hace lo propio acá y en Centroamérica. Su andamiaje, como ilustra Calvo ad nauseam, se concreta en “una guerra privatizada con mercenarios legalizados”. Mariage sintetizó la intención así: “El sector privado tiene enormes intereses estratégicos y vitales en juego en ese país y por eso el paquete de ayuda por mil 574 millones debe ser aprobado cuanto antes…” Solidarios con Mariage: British Petroleum, Caterpillar, Bechtel & Pfizer, US Columbia Business y nueve petroleras de EU, casi todas contratistas de Pemex.
El interés en el petróleo de Colombia, México y Venezuela se percibe claro: Bogotá es el séptimo exportador a EU y el tercero en América Latina después de Venezuela y México. Así lo explicó el almirante James Stavidris, jefe del Comando Sur: “La energía es otro factor involucrado en los vínculos hemisféricos. Tres de las cuatro principales fuentes de energía de EU están en el hemisferio: Canadá, México y Venezuela… y en las próximas dos décadas EU aumentará su consumo de petróleo y gas natural en 31 y 62 por ciento, respectivamente… Debemos asegurar estos recursos energéticos y la infraestructura de apoyo…”
Coda: senadores y diputados de los principales partidos han sido agasajados por la embajada de EU con giras al Comando Norte. Ahí platican sobre estos asuntos con Stavidris o Víctor Renuart Jr., jefe del Comando Norte. Ante esta artillería diplomilitar, ¿por qué no debatir aquí “petróleo, soberanía e integridad territorial”?
Kikka Roja
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