Analizan 'fin del capitalismo' Prevén Berman y De Ventós desconcierto ideológico Jorge Ricardo reforma.com Ciudad de México (1 noviembre 2008).- Con menos espectacularidad que la caída del Muro de Berlín, el "colapso del capitalismo" ha sumido en el desconcierto al medio intelectual de todo el mundo y sus efectos serán más fuertes, pues pasaron de la ideología a las finanzas, coincidieron el filósofo catalán Xavier Rubert de Ventós y el historiador estadounidense Morris Berman. "El muro de Berlín se cayó, rompió el esquema pero no fastidió a los intelectuales, a la gente no le tocaba el impacto; ahora no es posible saber ni histórica ni ideológicamente dónde estamos", dijo Rubert de Ventós, quien ofreció recientemente conferencias en el Tec de Monterrey Campus Ciudad de México. En opinión del autor de Crítica de la modernidad y Premio Anagrama de Ensayo, el liberalismo se volvió ideología al convertirse en neoliberalismo. Hasta hace 10 años, dijo, aún se hablaba de "los chicos de Chicago", luego ocuparon más puestos de poder, su pragmatismo se impregnó y se convirtió en una ideología. En el 2000 Berman publicó El crepúsculo de la cultura americana, donde advertía que Estados Unidos se encontraba en la antesala del colapso cultural con la economía al centro de la sociedad, que se verificaba en la desigualdad social y económica aceleradas, en el decaimiento de los niveles de alfabetismo, de entendimiento crítico, de conciencia intelectual y en el vacío o congelamiento de los contenidos culturales. "Predije eso y no es una sorpresa para mí", aseguró Berman, "hay un colapso cultural en Estados Unidos. No es posible separar cultura y economía; el caso de los ejecutivos de Enron y sus fraudes no es excepcional, es el resultado de la cultura de ganar en un mercado oportunista". El estadounidense puso dos ejemplos actuales sobre el modelo cultural de su país: en marzo pasado el candidato Republicano John McCain dijo que no sabía cuántas casas eran de su propiedad, además, para la candidata a la vicepresidencia de ese partido, Sarah Palin, hombres y dinosaurios coexistieron. "Ese es el nivel cultural de Estados Unidos, el que han querido imponer, ese es el sueño americano. No es posible que un 40 por ciento de la sociedad diga que va a votar por los republicanos", dijo Berman, quien en 2006 publicó Edad oscura americana. La fase final del imperio, un libro calificado en su país como "antiestadounidense". "La economía se convirtió en el centro de la cultura, ¿pero qué tipo de cultura? ¡es basura!, la conexión entre economía y cultura es la avaricia", sentenció Berman. "Se creyó que el crecimiento económico dependía de variables que no eran necesariamente las que habíamos predicado", sostuvo De Ventós, "ahora vemos que eran aprendices de brujo y que esto no era un desarrollo general, sino que para tener una empresa debías robarle a los accionistas y después a los ciudadanos, ahora la píldora ha reventado". Se había creído que el Estado regulaba la actividad financiera y asumía la actitud socialdemócrata de compensar las desigualdades, añadió De Ventós. "Ahora se ve que no, cuando Estados Unidos anuncia 'si no hay una respuesta de todos los estados, esto no se soluciona', el mensaje es que ellos no pueden; hay necesidad de un nuevo Roosevelt, de un nuevo socialismo en un mundo global; estamos en una época en que han muerto las soluciones ideológicas, intelectuales, teóricas que anticipaban el futuro, se cayeron un buen día en Berlín y no levantan cabeza, menos cuando se hacen capitalistas como China", dijo el catalán. China representa el mismo modelo estadounidense, consideró Morris Berman, quien criticó la solución planteada de inyectar 700 mil millones de dólares para apoyar a los bancos. "Su respuesta hasta ahora ha sido un flujo de efectivo para comprar bancos, pero la predicción para 2009 de los analistas es que otros 100 más van a desaparecer, el problema de fondo son las relaciones entre cultura y política, la economía no está aislada". Gran demiurgo Al filósofo Rubert de Ventós le divierte y le emociona la actual crisis, pues, aseguró, "el neoliberalismo se había convertido en una especie de fetiche, en el gran demiurgo que había absorbido todas las ideologías de derecha y algunas de izquierda". Ahora será necesario formular nuevas teorías, indicó. "El destino nos ha puesto en que lo que predicaba la izquierda, de nacionalizar la banca o de que el Estado interviniera son las grandes soluciones, se creía que teníamos que ser como los estadounidenses si queríamos ser progresistas y ricos como ellos, creíamos en la crítica del burócrata y la poética del empresario y ahora se está viendo que el empresario es como un burócrata pero mucho más gordo", dijo. |
Kikka Roja
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