Javier González Garza
13 Jun. 09
El caso de la guardería en Sonora es un ejemplo de la corrupción que brota en cualquier ámbito, la transición PRI-PAN no logró eliminarla, tampoco acabó con el influyentismo
La impunidad y la corrupción vinculadas a la tragedia sucedida en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, son un ejemplo que explica en buena medida la protesta social en contra del sistema político de este país.
Las respetables manifestaciones de un número creciente de ciudadanos y ciudadanas en el sentido de anular el voto en la próxima elección representan, sin duda, el hartazgo de una buena parte de la sociedad respecto de la llamada "clase política" y las instituciones nacionales. Todo ciudadano puede decidir acudir a las urnas y ejercer su derecho anulando el voto. Podemos discutir a qué partido o grupo de poder beneficiará esta decisión, pero nadie puede argumentar que no están en su derecho. Entonces, lo que tendríamos que analizar es lo que hay en el fondo de tales decisiones personales. Un sistema político que aborta una transición pacífica a la democracia luego de extraordinarios esfuerzos genera cuando menos frustración. La podredumbre brota casi en cualquier ámbito del gobierno, las llamadas "instituciones de la democracia" están sirviendo a los intereses de unos cuantos poderosos y no al pueblo.
Lo sucedido en Sonora aclara algunas cosas y enturbia muchas otras: se trata de una guardería del Seguro Social subrogada, y en tal esquema se designó a quienes deberían otorgar ese servicio, pagándoles alrededor de 2 mil 500 pesos mensuales por cada infante, los dueños son personas del círculo de poder, familiares e influyentes. Pero no hay certeza de castigo a los responsables. No se han aclarado las componendas sobre la renta que pagaba el gobierno de Sonora por la bodega, ni cómo es que la parte habilitada como guardería no tenía suficientes puertas o ventanas, menos aún salidas de emergencia, lo que provocó que los vecinos tuvieran que derribar los muros para poder rescatar a los infantes. No obstante todo esto y aun cuando apenas inician las averiguaciones, el Seguro Social se apresura a declarar que no hay problema con el esquema de subrogación ni con la guardería ABC que cumplía con todo, y el procurador Eduardo Medina Mora declara que, como no fue intencional, no habrá nadie en la cárcel. La maquinaria del Estado operando a favor de los poderosos en todo su esplendor. Las omisiones criminales y la escandalosa corrupción en casos como éste no son materia de investigación.
Estas asignaciones a veces disfrazadas de licitaciones se dan también en otras esferas como Pemex, CFE y la Lotería Nacional, también al otorgar concesiones de radio, televisión y telefonía, etcétera. Esto, además de ser un saqueo vergonzante, constituye un fraude a la nación en el que prevalecen los intereses económicos de unos cuantos poderosos por encima del interés público.
La alternancia PRI-PAN no logró eliminar la corrupción ni el influyentismo, al contrario, tales vicios se incrementan ante una insolente impunidad en nuestro país. Por si eso fuera poco enfrentamos una crisis económica que golpea sobre todo a los más pobres del país, y, por más que la propaganda repita que "viene de fuera", tiene hondas raíces en el modelo económico impuesto y defendido por los tecnócratas del PRI y el PAN. Este sistema sigue enriqueciendo a unos cuantos mientras la pobreza y el desempleo aumentan y nadie cree ya en las cifras oficiales. Para rematar el desolador escenario, el sistema electoral, herramienta del pueblo para influir en el poder, se deslegitima con fraudes e imposiciones.
Las grandes transformaciones sociales en la historia de la humanidad se han dado en escenarios similares donde un pueblo, al no encontrar un mínimo cauce para satisfacer sus necesidades, ejerce su poder soberano pasando por encima de la clase dirigente y transforma así gobiernos e incluso las formas de organización del Estado.
La sociedad ha desatado transformaciones al organizarse por sí misma en distintas ocasiones en nuestro país, sin partidos y sin el gobierno. Movimientos como el estudiantil en 1968-1971 o el movimiento urbano luego de los sismos de 1985 llaman la atención sobre la capacidad organizativa de nuestra sociedad. Un ejemplo más reciente es la participación de la gente en la reforma petrolera. Se detuvo el intento privatizador, no por el número de diputados en contra de la iniciativa calderonista, sino por la organización social y el convencimiento mayoritario.
El repudio que va implícito con el voto en blanco puede ser entendible, pero luego del 5 de julio, ¿cómo convertirlo en algo que cambie las relaciones de poder en el país?
Algunos hemos propuesto una gran reforma a la manera en que se organiza el Estado para dar participación a la sociedad, por ejemplo, integrando mecanismos de democracia directa a nuestra Constitución. La iniciativa popular, el plebiscito, el referéndum, la consulta popular y, sobre todo, la revocación del mandato deben ser, entre otras, herramientas para que el pueblo tenga oportunidad de frenar los abusos del poder.
Debemos ser capaces de cambiar radicalmente el sistema político mexicano, pues con el voto en blanco a secas podría perderse el objetivo primordial de tal protesta: transformar este país.
kikka-roja.blogspot.com/
La impunidad y la corrupción vinculadas a la tragedia sucedida en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, son un ejemplo que explica en buena medida la protesta social en contra del sistema político de este país.
Las respetables manifestaciones de un número creciente de ciudadanos y ciudadanas en el sentido de anular el voto en la próxima elección representan, sin duda, el hartazgo de una buena parte de la sociedad respecto de la llamada "clase política" y las instituciones nacionales. Todo ciudadano puede decidir acudir a las urnas y ejercer su derecho anulando el voto. Podemos discutir a qué partido o grupo de poder beneficiará esta decisión, pero nadie puede argumentar que no están en su derecho. Entonces, lo que tendríamos que analizar es lo que hay en el fondo de tales decisiones personales. Un sistema político que aborta una transición pacífica a la democracia luego de extraordinarios esfuerzos genera cuando menos frustración. La podredumbre brota casi en cualquier ámbito del gobierno, las llamadas "instituciones de la democracia" están sirviendo a los intereses de unos cuantos poderosos y no al pueblo.
Lo sucedido en Sonora aclara algunas cosas y enturbia muchas otras: se trata de una guardería del Seguro Social subrogada, y en tal esquema se designó a quienes deberían otorgar ese servicio, pagándoles alrededor de 2 mil 500 pesos mensuales por cada infante, los dueños son personas del círculo de poder, familiares e influyentes. Pero no hay certeza de castigo a los responsables. No se han aclarado las componendas sobre la renta que pagaba el gobierno de Sonora por la bodega, ni cómo es que la parte habilitada como guardería no tenía suficientes puertas o ventanas, menos aún salidas de emergencia, lo que provocó que los vecinos tuvieran que derribar los muros para poder rescatar a los infantes. No obstante todo esto y aun cuando apenas inician las averiguaciones, el Seguro Social se apresura a declarar que no hay problema con el esquema de subrogación ni con la guardería ABC que cumplía con todo, y el procurador Eduardo Medina Mora declara que, como no fue intencional, no habrá nadie en la cárcel. La maquinaria del Estado operando a favor de los poderosos en todo su esplendor. Las omisiones criminales y la escandalosa corrupción en casos como éste no son materia de investigación.
Estas asignaciones a veces disfrazadas de licitaciones se dan también en otras esferas como Pemex, CFE y la Lotería Nacional, también al otorgar concesiones de radio, televisión y telefonía, etcétera. Esto, además de ser un saqueo vergonzante, constituye un fraude a la nación en el que prevalecen los intereses económicos de unos cuantos poderosos por encima del interés público.
La alternancia PRI-PAN no logró eliminar la corrupción ni el influyentismo, al contrario, tales vicios se incrementan ante una insolente impunidad en nuestro país. Por si eso fuera poco enfrentamos una crisis económica que golpea sobre todo a los más pobres del país, y, por más que la propaganda repita que "viene de fuera", tiene hondas raíces en el modelo económico impuesto y defendido por los tecnócratas del PRI y el PAN. Este sistema sigue enriqueciendo a unos cuantos mientras la pobreza y el desempleo aumentan y nadie cree ya en las cifras oficiales. Para rematar el desolador escenario, el sistema electoral, herramienta del pueblo para influir en el poder, se deslegitima con fraudes e imposiciones.
Las grandes transformaciones sociales en la historia de la humanidad se han dado en escenarios similares donde un pueblo, al no encontrar un mínimo cauce para satisfacer sus necesidades, ejerce su poder soberano pasando por encima de la clase dirigente y transforma así gobiernos e incluso las formas de organización del Estado.
La sociedad ha desatado transformaciones al organizarse por sí misma en distintas ocasiones en nuestro país, sin partidos y sin el gobierno. Movimientos como el estudiantil en 1968-1971 o el movimiento urbano luego de los sismos de 1985 llaman la atención sobre la capacidad organizativa de nuestra sociedad. Un ejemplo más reciente es la participación de la gente en la reforma petrolera. Se detuvo el intento privatizador, no por el número de diputados en contra de la iniciativa calderonista, sino por la organización social y el convencimiento mayoritario.
El repudio que va implícito con el voto en blanco puede ser entendible, pero luego del 5 de julio, ¿cómo convertirlo en algo que cambie las relaciones de poder en el país?
Algunos hemos propuesto una gran reforma a la manera en que se organiza el Estado para dar participación a la sociedad, por ejemplo, integrando mecanismos de democracia directa a nuestra Constitución. La iniciativa popular, el plebiscito, el referéndum, la consulta popular y, sobre todo, la revocación del mandato deben ser, entre otras, herramientas para que el pueblo tenga oportunidad de frenar los abusos del poder.
Debemos ser capaces de cambiar radicalmente el sistema político mexicano, pues con el voto en blanco a secas podría perderse el objetivo primordial de tal protesta: transformar este país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentarios. HOLA! deja tu mensaje ...