Chipiles y pipitza
Cristina Barros y Marco Buenrostro
Entre los nahuas de la región norte del estado de Guerrero hay un importante consumo anual de quelites, insectos y vainas; también de hongos y diversas frutas producto de la recolección o silvestreo. Estos alimentos contribuyen de manera importante a la nutrición de los habitantes de Temalac, Mezquitlán y Tlacozotitlán.
También son un gusto, porque al ser de temporada los esperan durante varios meses; así van al ritmo de la naturaleza. Este conjunto de recursos se suma al maíz, al frijol, a la calabaza y al chile que se siembran en las milpas.
Los conocimientos que están presentes en estas prácticas campesinas datan de cientos de años atrás, sin embargo en las décadas recientes la situación está cambiando. Al campesino se le paga mal por sus productos y tiene que emigrar o dejar de sembrar para obtener el sustento de otra manera, y ahora los productos industrializados llegan a las comunidades más alejadas. Las escuelas mismas suelen fomentar el consumo de estos productos poco nutritivos, que contienen gran cantidad de grasas y azúcares.
Según la investigación cuidadosa y sensible de Lilian González Chávez, de la Universidad Autónoma de Morelos, y de Paul Hersch Martínez, del Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México (Instituto Nacional de Antropología e Historia), esto ha aumentado la desnutrición, la obesidad y la diabetes.
Su trabajo Alimentación y cultura: nahuas de Guerrero publicado entre otras instancias, por la Secretaría de Salud de ese estado, parte del reconocimiento de los valores culturales de las comunidades.
En esta zona, además de las plantas medicinales, se reconocen en su clasificación botánica otros tres tipos de plantas: las que no se comen o xihuitl (jehuites), las que sirven para alimentar a los animales o tzácatl (zacates) y las verduras o hierbas que se comen o quilitl (quelites).
La pipitza o piptzquilitl crece en el tlacolol (lugar de la siembra) en tiempo de lluvias. Ahí crece bonito porque estás limpiando, le estás dando beneficio cuando estás desjehuitando la milpa. Se come cruda con alguna salsa. Así nomás ya hiciste tu salsita y ya lavaste tu pipitza, le vas quitando sus hojitas y ¡órale! Te la vas comiendo.
A las hojitas tiernas de los chipiles se les quita el estribo o tallito, se lavan, se pican y se comen en caldo. También se les echan al frijol llamado mongo o yetliztac.
El primero de julio de las 9 a las 19 horas tendrá lugar el simposio Los quelites: alimentos de excelencia, en el Jardín Botánico de la UNAM, que convoca junto con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.
También son un gusto, porque al ser de temporada los esperan durante varios meses; así van al ritmo de la naturaleza. Este conjunto de recursos se suma al maíz, al frijol, a la calabaza y al chile que se siembran en las milpas.
Los conocimientos que están presentes en estas prácticas campesinas datan de cientos de años atrás, sin embargo en las décadas recientes la situación está cambiando. Al campesino se le paga mal por sus productos y tiene que emigrar o dejar de sembrar para obtener el sustento de otra manera, y ahora los productos industrializados llegan a las comunidades más alejadas. Las escuelas mismas suelen fomentar el consumo de estos productos poco nutritivos, que contienen gran cantidad de grasas y azúcares.
Según la investigación cuidadosa y sensible de Lilian González Chávez, de la Universidad Autónoma de Morelos, y de Paul Hersch Martínez, del Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México (Instituto Nacional de Antropología e Historia), esto ha aumentado la desnutrición, la obesidad y la diabetes.
Su trabajo Alimentación y cultura: nahuas de Guerrero publicado entre otras instancias, por la Secretaría de Salud de ese estado, parte del reconocimiento de los valores culturales de las comunidades.
En esta zona, además de las plantas medicinales, se reconocen en su clasificación botánica otros tres tipos de plantas: las que no se comen o xihuitl (jehuites), las que sirven para alimentar a los animales o tzácatl (zacates) y las verduras o hierbas que se comen o quilitl (quelites).
La pipitza o piptzquilitl crece en el tlacolol (lugar de la siembra) en tiempo de lluvias. Ahí crece bonito porque estás limpiando, le estás dando beneficio cuando estás desjehuitando la milpa. Se come cruda con alguna salsa. Así nomás ya hiciste tu salsita y ya lavaste tu pipitza, le vas quitando sus hojitas y ¡órale! Te la vas comiendo.
A las hojitas tiernas de los chipiles se les quita el estribo o tallito, se lavan, se pican y se comen en caldo. También se les echan al frijol llamado mongo o yetliztac.
El primero de julio de las 9 a las 19 horas tendrá lugar el simposio Los quelites: alimentos de excelencia, en el Jardín Botánico de la UNAM, que convoca junto con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.
marcri44@yahoo.com.mx
kikka-roja.blogspot.com/
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