¿Se quedó corto el BRIC?
Alfredo Jalife-Rahme
Foto Park Eok-seon, experto en identificación de moneda extranjera, revisa billetes de 100 dólares en su oficina de Seúl, Corea del Sur, hace un par de semanasFoto Ap
Por la naturaleza de las cosas, como hubieran expresado lo clásicos griegos, los multimedia del G-7 pretendieron ocultar la primera cumbre de su principal grupo competidor geoeconómico: el BRIC (ver Bajo la Lupa, 17/6/09).
Como excepción sobresaliente, The Financial Times, portavoz del modelo neoliberal global, se atrevió a expresar la existencia del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), aunque en términos muy desfavorables, al sobredimensionar sus diferencias intrínsecas (15/6/09).
The People’s Daily, portavoz oficioso del gobierno chino, diluye notablemente su entusiasmo al pasar, en vísperas de la cumbre del BRIC, del esperado examen del papel del dólar como reserva de divisa hegemónica (16/6/09) a un artículo, dos días más tarde, de Li Hong, quien considera que el BRIC no ha sido todavía plenamente configurado (18/6/09).
A juicio de Li Hong, el BRIC produjo una declaración de bajo perfil, al tranquilizar los intensos latidos cardiacos de las capitales occidentales de los países industrializados, en particular Washington DC.
Pese a manifestar el deseo de un sistema monetario internacional más diversificado, el BRIC evitó cualquier bombardeo explícito al dólar estadunidense, la divisa de reserva dominante en el mundo, y ni siquiera abordó en forma específica o con un proyecto la introducción de la divisa supranacional para saldar el futuro comercio mundial. Ahora resulta que las víctimas deben proteger a su verdugo…
El BRIC entró a su primera cumbre con las mejores expectativas y salió perplejamente enmudecido.
No será tarea sencilla desbancar a la divisa estadunidense de su privilegiado sitial: el dólar constituyó 64 por ciento de las reserves de los bancos centrales del mundo a finales del año pasado, señala Li Hong, quien comenta que pese a todas las críticas al billete verde y a la deuda cada vez más burbujeante de Estados Unidos, aún los bonos denominados en dólares vendidos por los principales mercados emergentes han superado la deuda cotizada en las divisas nacionales del BRIC. De eso justamente versan el desorden y los desequilibrios propiciados por la intrépida codicia de Estados Unidos, que financia así cómodamente sus gastos de guerra.
Luego de criticar la inercia y la indecisión del G-7 para lidiar con la severa recesión económica desencadenada por las fallas de la supervisión de Wall Street por el gobierno de Estados Unidos, Li Hong parece claudicar en resonancia con The Financial Times: sucedió que el BRIC cuatripartita carece de cohesión y de un mandato (¡súper-sic!) unificado para hacer un gran éxito o bien no aspira a demoler toda la casa en su conjunto y prefiere desempeñar evaluaciones duras e incrementales.
A nuestro juicio, el sistema dolarcéntrico se está desplomando más aprisa de lo que el BRIC cree, huérfano de una agenda común visible, que actúa en forma timorata. ¿Tuvo miedo el BRIC a las represalias bélicas de Estados Unidos?
Luego de dar pie a las feroces críticas sobre la emasculación del BRIC por sus adversarios en el seno del G-7, Li Hong rectifica la mira para advertir sobre los riesgos en subestimar al grupo cuatripartita, cuyo despegue y enorme potencial le aseguran ganar mayor influencia en la arena económica, así como obtener mayores derechos proporcionales de votación en el FMI, el Banco Mundial y otras organizaciones internacionales. ¡Puras migajas!
Vienen los consejos de Li Hong al BRIC, que debe coordinarse mejor y tener mejor coreografía (sic) para capturar mayores poderes de toma de decisión del G-7 en todos los temas candentes globales sin excepción.
¿Le hará caso el G-7, ya no se diga Estados Unidos –tan proclive al unilateralismo mesiánico–, algún día al BRIC, fuera de promesas insulsas y sin ejecución real diseñadas para ganar tiempo?
Li Hong sueña con un mundo equilibrado para todos los actores y se deduce de sus asertos que el viejo orden mundial dominado por el G-7 en general, y en particular por la dupla anglosajona del eje Wall Street-La City, no debe transformarse, sino reformarse, donde tendría cabida el BRIC, mucho más cercano a los países en vías de desarrollo, junto al G-7, como buenos hermanitos. Falta que acepte el G-7 las migajas que solicita Li Hong para el BRIC.
Lo mejor de la casi claudicación de Li Hong es su consejo para que el BRIC diversifique sus reservas foráneas de divisas, con el fin de controlar el riesgo de una pulverización catastrófica (¡súper-sic!) del dólar.
Concluye que el BRIC, que ha paliado mejor el tsunami financiero global que el G-7, sin constituir un grupo monolítico, se encuentra preocupado sobre la abultada deuda del gobierno de Estados Unidos y teme que un mal manejo del dólar pueda precipitar al abismo a las economías del mundo, en especial, a los países en vías de desarrollo, que verían el encogimiento del valor de sus reservas acumuladas dolorosamente (sic) bajo la sombra de mayores devaluaciones, lo cual causaría estragos en el mismo Estados Unidos”.
Algo sucedió para que el BRIC se haya quedado corto de las declaraciones formuladas ditirámbicamente por algunos de sus miembros y que pusieron en peligro la cotización de dólar, divisa en la que se encuentra la mayor parte de las reservas del laxo grupo cuatripartita.
Informaciones relativamente confidenciales, cercanas al Ministerio del Exterior de India, filtran que durante la cumbre del BRIC el presidente Dimitri Medvediev encabezó la cruzada de sustitución del dólar que el gobierno chino parece no haber avalado y que dividió a la cúpula del gobierno brasileño, mientras India se mantuvo fuera del debate.
Ya habíamos apuntado que la cúpula del poder ruso había exhibido señales encontradas para la sustitución del dólar, principalmente de parte del geoestratega Evgeny Primakov, y un tanto cuanto del ministro de Finanzas, el neoliberal Alexei Leodinovich Kudrin.
Roberto Mangabeira Unger, anterior catedrático de leyes en Harvard (fue profesor de Obama) y ministro de Asuntos Estratégicos del gobierno brasileño, se había pronunciado a favor de destronar al dólar.
El rotativo brasileño Valor (16/6/09) afirma que el banco central y la Secretaría de Hacienda se habían opuesto a la idea de Mangabeira (adoptada por Lula) y, al contrario, se habían puesto en contacto –como buenos neoliberales– con las autoridades hacendarias de Estados Unidos, para calmar su alarma.
En esta fase pareciera que Brasil no desea ir más lejos del simple intercambio de pagos con las cuatro divisas nacionales del BRIC, sin desprenderse abruptamente de sus reservas en dólares. A decir del mismo Lula, la sustitución del dólar tomaría varios años.
Nadie está exhortando a ser tan irresponsable como el gobierno de Estados Unidos, que provocó el tsunami financiero global. Pero tampoco los moradores del planeta pueden asistir impávidos al suicidio financiero y económico de Estados Unidos, para permanecer en la perplejidad al borde de la catatonia.
La primera cumbre del BRIC se quedó corta al perder la oportunidad dorada de iniciar formalmente las exequias del dólar.
kikka-roja.blogspot.com/
Como excepción sobresaliente, The Financial Times, portavoz del modelo neoliberal global, se atrevió a expresar la existencia del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), aunque en términos muy desfavorables, al sobredimensionar sus diferencias intrínsecas (15/6/09).
The People’s Daily, portavoz oficioso del gobierno chino, diluye notablemente su entusiasmo al pasar, en vísperas de la cumbre del BRIC, del esperado examen del papel del dólar como reserva de divisa hegemónica (16/6/09) a un artículo, dos días más tarde, de Li Hong, quien considera que el BRIC no ha sido todavía plenamente configurado (18/6/09).
A juicio de Li Hong, el BRIC produjo una declaración de bajo perfil, al tranquilizar los intensos latidos cardiacos de las capitales occidentales de los países industrializados, en particular Washington DC.
Pese a manifestar el deseo de un sistema monetario internacional más diversificado, el BRIC evitó cualquier bombardeo explícito al dólar estadunidense, la divisa de reserva dominante en el mundo, y ni siquiera abordó en forma específica o con un proyecto la introducción de la divisa supranacional para saldar el futuro comercio mundial. Ahora resulta que las víctimas deben proteger a su verdugo…
El BRIC entró a su primera cumbre con las mejores expectativas y salió perplejamente enmudecido.
No será tarea sencilla desbancar a la divisa estadunidense de su privilegiado sitial: el dólar constituyó 64 por ciento de las reserves de los bancos centrales del mundo a finales del año pasado, señala Li Hong, quien comenta que pese a todas las críticas al billete verde y a la deuda cada vez más burbujeante de Estados Unidos, aún los bonos denominados en dólares vendidos por los principales mercados emergentes han superado la deuda cotizada en las divisas nacionales del BRIC. De eso justamente versan el desorden y los desequilibrios propiciados por la intrépida codicia de Estados Unidos, que financia así cómodamente sus gastos de guerra.
Luego de criticar la inercia y la indecisión del G-7 para lidiar con la severa recesión económica desencadenada por las fallas de la supervisión de Wall Street por el gobierno de Estados Unidos, Li Hong parece claudicar en resonancia con The Financial Times: sucedió que el BRIC cuatripartita carece de cohesión y de un mandato (¡súper-sic!) unificado para hacer un gran éxito o bien no aspira a demoler toda la casa en su conjunto y prefiere desempeñar evaluaciones duras e incrementales.
A nuestro juicio, el sistema dolarcéntrico se está desplomando más aprisa de lo que el BRIC cree, huérfano de una agenda común visible, que actúa en forma timorata. ¿Tuvo miedo el BRIC a las represalias bélicas de Estados Unidos?
Luego de dar pie a las feroces críticas sobre la emasculación del BRIC por sus adversarios en el seno del G-7, Li Hong rectifica la mira para advertir sobre los riesgos en subestimar al grupo cuatripartita, cuyo despegue y enorme potencial le aseguran ganar mayor influencia en la arena económica, así como obtener mayores derechos proporcionales de votación en el FMI, el Banco Mundial y otras organizaciones internacionales. ¡Puras migajas!
Vienen los consejos de Li Hong al BRIC, que debe coordinarse mejor y tener mejor coreografía (sic) para capturar mayores poderes de toma de decisión del G-7 en todos los temas candentes globales sin excepción.
¿Le hará caso el G-7, ya no se diga Estados Unidos –tan proclive al unilateralismo mesiánico–, algún día al BRIC, fuera de promesas insulsas y sin ejecución real diseñadas para ganar tiempo?
Li Hong sueña con un mundo equilibrado para todos los actores y se deduce de sus asertos que el viejo orden mundial dominado por el G-7 en general, y en particular por la dupla anglosajona del eje Wall Street-La City, no debe transformarse, sino reformarse, donde tendría cabida el BRIC, mucho más cercano a los países en vías de desarrollo, junto al G-7, como buenos hermanitos. Falta que acepte el G-7 las migajas que solicita Li Hong para el BRIC.
Lo mejor de la casi claudicación de Li Hong es su consejo para que el BRIC diversifique sus reservas foráneas de divisas, con el fin de controlar el riesgo de una pulverización catastrófica (¡súper-sic!) del dólar.
Concluye que el BRIC, que ha paliado mejor el tsunami financiero global que el G-7, sin constituir un grupo monolítico, se encuentra preocupado sobre la abultada deuda del gobierno de Estados Unidos y teme que un mal manejo del dólar pueda precipitar al abismo a las economías del mundo, en especial, a los países en vías de desarrollo, que verían el encogimiento del valor de sus reservas acumuladas dolorosamente (sic) bajo la sombra de mayores devaluaciones, lo cual causaría estragos en el mismo Estados Unidos”.
Algo sucedió para que el BRIC se haya quedado corto de las declaraciones formuladas ditirámbicamente por algunos de sus miembros y que pusieron en peligro la cotización de dólar, divisa en la que se encuentra la mayor parte de las reservas del laxo grupo cuatripartita.
Informaciones relativamente confidenciales, cercanas al Ministerio del Exterior de India, filtran que durante la cumbre del BRIC el presidente Dimitri Medvediev encabezó la cruzada de sustitución del dólar que el gobierno chino parece no haber avalado y que dividió a la cúpula del gobierno brasileño, mientras India se mantuvo fuera del debate.
Ya habíamos apuntado que la cúpula del poder ruso había exhibido señales encontradas para la sustitución del dólar, principalmente de parte del geoestratega Evgeny Primakov, y un tanto cuanto del ministro de Finanzas, el neoliberal Alexei Leodinovich Kudrin.
Roberto Mangabeira Unger, anterior catedrático de leyes en Harvard (fue profesor de Obama) y ministro de Asuntos Estratégicos del gobierno brasileño, se había pronunciado a favor de destronar al dólar.
El rotativo brasileño Valor (16/6/09) afirma que el banco central y la Secretaría de Hacienda se habían opuesto a la idea de Mangabeira (adoptada por Lula) y, al contrario, se habían puesto en contacto –como buenos neoliberales– con las autoridades hacendarias de Estados Unidos, para calmar su alarma.
En esta fase pareciera que Brasil no desea ir más lejos del simple intercambio de pagos con las cuatro divisas nacionales del BRIC, sin desprenderse abruptamente de sus reservas en dólares. A decir del mismo Lula, la sustitución del dólar tomaría varios años.
Nadie está exhortando a ser tan irresponsable como el gobierno de Estados Unidos, que provocó el tsunami financiero global. Pero tampoco los moradores del planeta pueden asistir impávidos al suicidio financiero y económico de Estados Unidos, para permanecer en la perplejidad al borde de la catatonia.
La primera cumbre del BRIC se quedó corta al perder la oportunidad dorada de iniciar formalmente las exequias del dólar.
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