- Critica el rector de la UNAM la absurda subordinación a los modelos retro del exterior
- Enfermizo distanciamiento entre el poder y las mayorías: Narro
- Inviable, el paquete económico para 2010, ya que se concreta a tapar hoyo financiero, acusa
- Refrenda la demanda de que se otorguen más recursos a educación, ciencia y tecnología
El rector de la UNAM, José Narro, durante la ceremonia de clausura de la Semana de la Ciencia y la Innovación 2009Foto Roberto García Ortiz
Ángel Bolaños
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, criticó la propuesta presupuestal y fiscal del gobierno federal, ya que se trata de un planteamiento inviable que se concreta a tapar un hoyo financiero, sin perspectiva de mediano y largo plazos, y refrendó su demanda de que se otorguen más recursos públicos a la educación superior, la ciencia y la tecnología.
Dejar de impulsar, de dar presupuesto a estas áreas es, simple y llanamente, hipotecar el futuro del país, resaltó.
Al participar en la clausura de la Semana de la Ciencia y la Innovación 2009, realizada en el Palacio de Minería, advirtió que es indispensable un debate sobre las prioridades nacionales, ya que el modelo seguido no ha resultado pertinente en el terreno económico, pero tampoco en el académico y menos en el social. No crecemos lo que se requiere ni la gente en México vive mejor.
Pide respaldo de toda la sociedad
En el discurso pronunciado en ese acto –organizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, al que asistió el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard–, el rector resaltó la grave miopía política en torno a un modelo desvencijado y contraproducente.
Se refirió también a la absurda subordinación a los modelos retro del exterior y el distanciamiento enfermizo respecto a los problemas y carencias de la mayoría, lo que nos tiene sumidos en un pozo profundo y peligroso.
Preocupa, y mucho, resaltó, el desinterés de numerosos individuos en el conocimiento, y verdaderamente angustia que su producción y transmisión no sean prioridades en México.
Sostuvo que los asuntos del saber y el conocimiento no marchan bien en el país. Dio ejemplos: sólo 27 de cada cien personas en edad de asistir a la universidad lo pueden hacer, y 22 por ciento del total de jóvenes no estudian ni trabajan.
Explicó que México está muy lejos de las coberturas educativas en Estados Unidos, Canadá y España. No obstante, nuestro drama es que estamos por debajo del promedio en Argentina, Uruguay o Chile, pero también de Panamá, Perú o Colombia, añadió.
La inversión en ciencia en México es 20 por ciento menor a la de los países de la OCDE, y en la región nos adelantan por mucho Brasil y otras naciones.
No ha de extrañar, entonces, que de cada cien patentes concedidas el año pasado aquí, 98 correspondan a extranjeros, y sólo dos a connacionales.
En la batalla por lograr un mayor presupuesto para ciencia y educación superior, el rector de la UNAM expuso que espera contar no sólo con el respaldo de la Cámara de Diputados, sino de toda la sociedad mexicana.
Reconoció el apoyo que ya tiene de Marcelo Ebrard, y no perdió la oportunidad de pasar la bandera al director del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Villa, quien antes se había referido a él como amigo de luchas.
Ni la educación ni la ciencia van a quebrar las finanzas públicas, menos si se toma en cuenta que el gasto en esa materia no llega sino apenas a uno por ciento, abundó.
Narro llegó al Palacio de Minería con retraso de unos 15 minutos, por un inconveniente, según explicó, ocasionado por otro personaje de la vida nacional, un secretario de Estado, aclaró, que lo hizo retrasarse, y cuya identidad se reservó.
¿Ese personaje es el secretario de Educación, Alonso Lujambio?, se le preguntó en entrevista. Respondió que no, y rechazó también que se tratara del titular de Hacienda, Agustín Carstens.
Luego se le preguntó sobre el proyecto económico del gobierno federal para 2010, en especial el impuesto de 2 por ciento general al consumo. Contestó que es una propuesta inviable, porque sólo se concreta a tapar un hoyo financiero, cuando lo que se requiere es una perspectiva de mediano y largo plazos.
México requiere garantizar ingreso para tener proyectos de desarrollo importantes; en infraestructura, en empleo, en la salud y, por supuesto, en educación y en ciencia, apuntó.
Sacó a relucir las reflexiones y recomendaciones en materia presupuestal hechas por un grupo de expertos de la UNAM.
Se anunció, expuso, que el país tendría un proceso de acciones, medidas y proyectos para impulsar el empleo y reactivar la economía, pero, con todo respeto, no las vemos. ¿Donde están los grandes proyectos de desarrollo del país? ¿Dónde están las grandes propuestas para el futuro de México?
En el acto –que puso fin a cinco días de exposiciones y debates en los que participaron premios Nobel y Príncipe de Asturias, así como investigadores de universidades de varios países– hubo un pronunciamiento unánime contra la intención del Ejecutivo de reducir el presupuesto a las instituciones de educación superior.
En ese contexto, la titular del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, Esther Orozco, rescató la consigna acuñada por el mismo Narro hace un año: Ni un peso atrás.
Villa Rivera, quien antecedió al rector de la UNAM, advirtió que en estos momentos difíciles el desarrollo sustentable del país sólo será posible si se invierte en el desarrollo de recursos humanos, en educación.
Aquella idea de que el desarrollo de los pueblos está basado en la abundancia de sus materias primas dejó de estar vigente. Son aquéllos que han (invertido) y están invirtiendo en la formación de su capital humano y en actividades científicas y tecnológicas los que están logrando un mejor desarrollo, añadió.
A su vez, Marcelo Ebrard infundió optimismo al acto, al asegurar que es posible cambiar el diagnóstico si se toman en cuenta las recomendaciones que hicieron científicos a lo largo de esta semana, las cuales, resaltó, tienen como primer punto la formación de niños y jóvenes, para lo que se requiere de un presupuesto adecuado.
Dejar de impulsar, de dar presupuesto a estas áreas es, simple y llanamente, hipotecar el futuro del país, resaltó.
Al participar en la clausura de la Semana de la Ciencia y la Innovación 2009, realizada en el Palacio de Minería, advirtió que es indispensable un debate sobre las prioridades nacionales, ya que el modelo seguido no ha resultado pertinente en el terreno económico, pero tampoco en el académico y menos en el social. No crecemos lo que se requiere ni la gente en México vive mejor.
Pide respaldo de toda la sociedad
En el discurso pronunciado en ese acto –organizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, al que asistió el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard–, el rector resaltó la grave miopía política en torno a un modelo desvencijado y contraproducente.
Se refirió también a la absurda subordinación a los modelos retro del exterior y el distanciamiento enfermizo respecto a los problemas y carencias de la mayoría, lo que nos tiene sumidos en un pozo profundo y peligroso.
Preocupa, y mucho, resaltó, el desinterés de numerosos individuos en el conocimiento, y verdaderamente angustia que su producción y transmisión no sean prioridades en México.
Sostuvo que los asuntos del saber y el conocimiento no marchan bien en el país. Dio ejemplos: sólo 27 de cada cien personas en edad de asistir a la universidad lo pueden hacer, y 22 por ciento del total de jóvenes no estudian ni trabajan.
Explicó que México está muy lejos de las coberturas educativas en Estados Unidos, Canadá y España. No obstante, nuestro drama es que estamos por debajo del promedio en Argentina, Uruguay o Chile, pero también de Panamá, Perú o Colombia, añadió.
La inversión en ciencia en México es 20 por ciento menor a la de los países de la OCDE, y en la región nos adelantan por mucho Brasil y otras naciones.
No ha de extrañar, entonces, que de cada cien patentes concedidas el año pasado aquí, 98 correspondan a extranjeros, y sólo dos a connacionales.
En la batalla por lograr un mayor presupuesto para ciencia y educación superior, el rector de la UNAM expuso que espera contar no sólo con el respaldo de la Cámara de Diputados, sino de toda la sociedad mexicana.
Reconoció el apoyo que ya tiene de Marcelo Ebrard, y no perdió la oportunidad de pasar la bandera al director del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Villa, quien antes se había referido a él como amigo de luchas.
Ni la educación ni la ciencia van a quebrar las finanzas públicas, menos si se toma en cuenta que el gasto en esa materia no llega sino apenas a uno por ciento, abundó.
Narro llegó al Palacio de Minería con retraso de unos 15 minutos, por un inconveniente, según explicó, ocasionado por otro personaje de la vida nacional, un secretario de Estado, aclaró, que lo hizo retrasarse, y cuya identidad se reservó.
¿Ese personaje es el secretario de Educación, Alonso Lujambio?, se le preguntó en entrevista. Respondió que no, y rechazó también que se tratara del titular de Hacienda, Agustín Carstens.
Luego se le preguntó sobre el proyecto económico del gobierno federal para 2010, en especial el impuesto de 2 por ciento general al consumo. Contestó que es una propuesta inviable, porque sólo se concreta a tapar un hoyo financiero, cuando lo que se requiere es una perspectiva de mediano y largo plazos.
México requiere garantizar ingreso para tener proyectos de desarrollo importantes; en infraestructura, en empleo, en la salud y, por supuesto, en educación y en ciencia, apuntó.
Sacó a relucir las reflexiones y recomendaciones en materia presupuestal hechas por un grupo de expertos de la UNAM.
Se anunció, expuso, que el país tendría un proceso de acciones, medidas y proyectos para impulsar el empleo y reactivar la economía, pero, con todo respeto, no las vemos. ¿Donde están los grandes proyectos de desarrollo del país? ¿Dónde están las grandes propuestas para el futuro de México?
En el acto –que puso fin a cinco días de exposiciones y debates en los que participaron premios Nobel y Príncipe de Asturias, así como investigadores de universidades de varios países– hubo un pronunciamiento unánime contra la intención del Ejecutivo de reducir el presupuesto a las instituciones de educación superior.
En ese contexto, la titular del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, Esther Orozco, rescató la consigna acuñada por el mismo Narro hace un año: Ni un peso atrás.
Villa Rivera, quien antecedió al rector de la UNAM, advirtió que en estos momentos difíciles el desarrollo sustentable del país sólo será posible si se invierte en el desarrollo de recursos humanos, en educación.
Aquella idea de que el desarrollo de los pueblos está basado en la abundancia de sus materias primas dejó de estar vigente. Son aquéllos que han (invertido) y están invirtiendo en la formación de su capital humano y en actividades científicas y tecnológicas los que están logrando un mejor desarrollo, añadió.
A su vez, Marcelo Ebrard infundió optimismo al acto, al asegurar que es posible cambiar el diagnóstico si se toman en cuenta las recomendaciones que hicieron científicos a lo largo de esta semana, las cuales, resaltó, tienen como primer punto la formación de niños y jóvenes, para lo que se requiere de un presupuesto adecuado.
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Narro: críticas y sensatez
lajornada
En el contexto de la clausura de la Semana de la Ciencia y la Innovación 2009, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, pronunció un discurso enérgico y elocuente en el que criticó la miopía política y el majestuoso dogmatismo en torno a un modelo desvencijado y contraproducente, al tiempo que fustigó el distanciamiento enfermizo (de las autoridades) respecto de los problemas y carencias de la mayoría, el cual, dijo, mantiene al país sumido en la ignorancia de la historia, la cortedad de metas hacia el futuro y la amenaza de la inestabilidad social.
Adicionalmente, el rector de la máxima casa de estudios señaló que es indispensable un debate sobre las prioridades nacionales y las mejores vías y estrategias para atenderlas, enfatizó la pertinencia y la necesidad de dirigir el gasto público a rubros como la educación y el desarrollo científico y tecnológico, para acabar su discurso con que dejar de apoyar, de impulsar, de dar presupuesto en estas áreas es, simple y llanamente, hipotecar el futuro del país.
En el momento presente, cuando prevalece una actitud indolente y sorda por parte de las autoridades ante los reclamos de la ciudadanía, y cuando las medidas con que se pretende hacer frente a las problemáticas económicas y sociales por las que atraviesa el país no hacen sino confirmar una lamentable falta de altura de miras y de proyecto de nación en el grupo gobernante, es de saludar que haya, en el ámbito de la vida pública, funcionarios dispuestos a llamar a las cosas por su nombre, a recuperar la capacidad de indignación y a plantear la necesidad de un viraje en los distintos ámbitos del quehacer gubernamental.
Narro atinó a señalar, en unas cuantas líneas, lo que los encargados del manejo político y financiero no han podido o no han querido reconocer durante los meses que ha durado la crisis mundial: la inviabilidad del modelo económico vigente, sus nefastas implicaciones en el terreno social y el lastre que implica para generar los cambios que el país requiere con urgencia para alcanzar un desarrollo efectivo y sostenido. En ese sentido, resulta inevitable contrastar las declaraciones del rector con las realizadas ayer mismo por el titular de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, quien –en la reunión del Grupo de los 20 que se realiza en Pittsburgh– señaló que la recesión actual ya tocó fondo y ya estamos en el rebote. Este desbordado optimismo oficial es improcedente no sólo porque choca con los numerosos pronósticos que señalan que los efectos de la presente recesión se seguirán padeciendo durante buena parte del año entrante, sino también porque soslaya el sentir generalizado de zozobra e incertidumbre entre la gente como consecuencia de la profundización de los efectos de la crisis.
En lo que concierne a la petición de dignificar el presupuesto educativo y científico, cabe señalar, como hizo el propio Narro, que la inversión en esos rubros constituye una medida imprescindible para potenciar el desarrollo en lo económico, reactivar la movilidad social y atenuar las escandalosas desigualdades que afectan al país. Por si fuera poco, la inclusión de este propósito en la agenda de gobierno podría incluso resultar conveniente para la actual administración, pues le ayudaría a obtener el respaldo y el consenso político y social que tanto requiere y que no ha podido ni podrá granjearse con propuestas de corte antipopular, como las contenidas en su actual paquete económico.
En suma, el discurso pronunciado ayer por el rector de la UNAM aporta elementos sensatos y valiosos para enfrentar la presente coyuntura y sería lamentable que las autoridades federales no acusaran recibo de los mismos.
kikka-roja.blogspot.com/
Adicionalmente, el rector de la máxima casa de estudios señaló que es indispensable un debate sobre las prioridades nacionales y las mejores vías y estrategias para atenderlas, enfatizó la pertinencia y la necesidad de dirigir el gasto público a rubros como la educación y el desarrollo científico y tecnológico, para acabar su discurso con que dejar de apoyar, de impulsar, de dar presupuesto en estas áreas es, simple y llanamente, hipotecar el futuro del país.
En el momento presente, cuando prevalece una actitud indolente y sorda por parte de las autoridades ante los reclamos de la ciudadanía, y cuando las medidas con que se pretende hacer frente a las problemáticas económicas y sociales por las que atraviesa el país no hacen sino confirmar una lamentable falta de altura de miras y de proyecto de nación en el grupo gobernante, es de saludar que haya, en el ámbito de la vida pública, funcionarios dispuestos a llamar a las cosas por su nombre, a recuperar la capacidad de indignación y a plantear la necesidad de un viraje en los distintos ámbitos del quehacer gubernamental.
Narro atinó a señalar, en unas cuantas líneas, lo que los encargados del manejo político y financiero no han podido o no han querido reconocer durante los meses que ha durado la crisis mundial: la inviabilidad del modelo económico vigente, sus nefastas implicaciones en el terreno social y el lastre que implica para generar los cambios que el país requiere con urgencia para alcanzar un desarrollo efectivo y sostenido. En ese sentido, resulta inevitable contrastar las declaraciones del rector con las realizadas ayer mismo por el titular de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, quien –en la reunión del Grupo de los 20 que se realiza en Pittsburgh– señaló que la recesión actual ya tocó fondo y ya estamos en el rebote. Este desbordado optimismo oficial es improcedente no sólo porque choca con los numerosos pronósticos que señalan que los efectos de la presente recesión se seguirán padeciendo durante buena parte del año entrante, sino también porque soslaya el sentir generalizado de zozobra e incertidumbre entre la gente como consecuencia de la profundización de los efectos de la crisis.
En lo que concierne a la petición de dignificar el presupuesto educativo y científico, cabe señalar, como hizo el propio Narro, que la inversión en esos rubros constituye una medida imprescindible para potenciar el desarrollo en lo económico, reactivar la movilidad social y atenuar las escandalosas desigualdades que afectan al país. Por si fuera poco, la inclusión de este propósito en la agenda de gobierno podría incluso resultar conveniente para la actual administración, pues le ayudaría a obtener el respaldo y el consenso político y social que tanto requiere y que no ha podido ni podrá granjearse con propuestas de corte antipopular, como las contenidas en su actual paquete económico.
En suma, el discurso pronunciado ayer por el rector de la UNAM aporta elementos sensatos y valiosos para enfrentar la presente coyuntura y sería lamentable que las autoridades federales no acusaran recibo de los mismos.
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