Envío de ayuda a Haití exhibe el abandono en que se encuentra la Armada mexicana
Jesús Aranda
Periódico La Jornada
Lunes 8 de febrero de 2010, p. 17
El envío de ayuda humanitaria a Haití dejó al descubierto el abandono que sufre la Armada de México, debido a la recurrente falta de recursos económicos para renovar la flota naval, la cual cuenta con 181 embarcaciones que tienen un promedio de 40 años de servicio; de los 113 buques, solamente una quinta parte se encuentra operando, de acuerdo con información oficial.
La Armada destinó cinco buques para transportar víveres, equipo médico y de rescate, agua potable, personal y equipo diverso. Esas embarcaciones representan, en los hechos, 100 por ciento de buques multipropósito, 50 por ciento de transporte y 66 por ciento de anfibios con que cuenta la nación.
La falta de navíos motivó que parte de las embarcaciones tuvieran que salir del puerto de Manzanillo, Colima, lo que prácticamente duplicó los días de travesía hacia Puerto Príncipe, debido a que tuvieron que atravesar el Canal de Panamá.
El primero en zarpar hacia Haití fue el Papaloapan, buque anfibio que fue construido en 1969 en Estados Unidos y adquirido por la Armada de México en 2001.
Le siguió el Huasteco, el cual es uno de los dos barcos multipropósito con que cuenta el país. El otro, el Zapoteco, zarpó a la isla caribeña días después. Ambas embarcaciones están por cumplir 25 años de servicio con bandera mexicana; ello sin contar los años que sirvieron a la marina estadunidense.
También del puerto de Veracruz partió el buque de transporte Tarasco, uno de los dos que tiene el país.
Ante la necesidad de mandar más apoyo humanitario a Haití, la Armada decidió enviar dos barcos que tenían su base en puertos del Pacífico mexicano, el Zapoteco y el buque anfibio Usumacinta.
El primero salió del puerto de Acapulco, y la semana pasada hizo lo propio de Manzanillo el buque anfibio.
El presupuesto, menor al que destinan otras naciones de AL
De acuerdo con la publicación Global Arms Trade, el presupuesto militar en México (que incluye a las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional) es "relativamente menor en el porcentaje del presupuesto anual en relación con otros países de América Latina".
Añaden los autores del artículo, Íñigo Guevara y Mark Bromley, que a pesar del incremento de 20 por ciento a los recursos para las fuerzas armadas en 2009, éstos continúan representando menos de uno por ciento del presupuesto anual del país.
Agrega la publicación, de reciente aparición, que en los años 90 del siglo pasado la Armada renovó su flota de buques de combate, con la adquisición de seis fragatas (dos construidas en 1973 y cuatro en 1973), dos buques anfibios y dos barcos auxiliares de la marina de Estados Unidos con costos menores a su precio real.
En los años 90, abundan los especialistas, la Armada retomó la construcción de patrullas oceánicas con ocho buques tipo Holzinguer y seis tipo Oaxaca.
De una flota naval de 181 embarcaciones, sólo 68 son propiamente para defensa y vigilancia del mar patrimonial: 13 son de guerra (dos destructores, seis fragatas, tres anfibios y dos misileras); 20 patrullas oceánicas y 26 costeras.
Además, 68 patrullas interceptoras, las cuales fueron adquiridas inicialmente en Suiza (40) y el resto son fabricadas por la Armada.
Actualmente se construyen en astilleros de la Secretaría de Marina los buques Independencia y Revolución, los cuales serán insuficientes para sustituir las unidades de mayor antigüedad, las cuales, por su lentitud y gasto de combustible, resultan obsoletas para las tareas y retos que enfrenta actualmente la dependencia, reconocieron fuentes navales consultadas.
La Armada destinó cinco buques para transportar víveres, equipo médico y de rescate, agua potable, personal y equipo diverso. Esas embarcaciones representan, en los hechos, 100 por ciento de buques multipropósito, 50 por ciento de transporte y 66 por ciento de anfibios con que cuenta la nación.
La falta de navíos motivó que parte de las embarcaciones tuvieran que salir del puerto de Manzanillo, Colima, lo que prácticamente duplicó los días de travesía hacia Puerto Príncipe, debido a que tuvieron que atravesar el Canal de Panamá.
El primero en zarpar hacia Haití fue el Papaloapan, buque anfibio que fue construido en 1969 en Estados Unidos y adquirido por la Armada de México en 2001.
Le siguió el Huasteco, el cual es uno de los dos barcos multipropósito con que cuenta el país. El otro, el Zapoteco, zarpó a la isla caribeña días después. Ambas embarcaciones están por cumplir 25 años de servicio con bandera mexicana; ello sin contar los años que sirvieron a la marina estadunidense.
También del puerto de Veracruz partió el buque de transporte Tarasco, uno de los dos que tiene el país.
Ante la necesidad de mandar más apoyo humanitario a Haití, la Armada decidió enviar dos barcos que tenían su base en puertos del Pacífico mexicano, el Zapoteco y el buque anfibio Usumacinta.
El primero salió del puerto de Acapulco, y la semana pasada hizo lo propio de Manzanillo el buque anfibio.
El presupuesto, menor al que destinan otras naciones de AL
De acuerdo con la publicación Global Arms Trade, el presupuesto militar en México (que incluye a las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional) es "relativamente menor en el porcentaje del presupuesto anual en relación con otros países de América Latina".
Añaden los autores del artículo, Íñigo Guevara y Mark Bromley, que a pesar del incremento de 20 por ciento a los recursos para las fuerzas armadas en 2009, éstos continúan representando menos de uno por ciento del presupuesto anual del país.
Agrega la publicación, de reciente aparición, que en los años 90 del siglo pasado la Armada renovó su flota de buques de combate, con la adquisición de seis fragatas (dos construidas en 1973 y cuatro en 1973), dos buques anfibios y dos barcos auxiliares de la marina de Estados Unidos con costos menores a su precio real.
En los años 90, abundan los especialistas, la Armada retomó la construcción de patrullas oceánicas con ocho buques tipo Holzinguer y seis tipo Oaxaca.
De una flota naval de 181 embarcaciones, sólo 68 son propiamente para defensa y vigilancia del mar patrimonial: 13 son de guerra (dos destructores, seis fragatas, tres anfibios y dos misileras); 20 patrullas oceánicas y 26 costeras.
Además, 68 patrullas interceptoras, las cuales fueron adquiridas inicialmente en Suiza (40) y el resto son fabricadas por la Armada.
Actualmente se construyen en astilleros de la Secretaría de Marina los buques Independencia y Revolución, los cuales serán insuficientes para sustituir las unidades de mayor antigüedad, las cuales, por su lentitud y gasto de combustible, resultan obsoletas para las tareas y retos que enfrenta actualmente la dependencia, reconocieron fuentes navales consultadas.
kikka-roja.blogspot.com/
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