El despertar
Cómo mentir en las encuestas
José Agustín Ortiz Pinchetti
Se aproxima la guerra de encuestas. Las más serias no se publican. Son pagadas a altos precios por gobiernos, mandos políticos y magnates. Las que revelan la verdad son muy valiosas. Como conocimiento es poder, sus propietarios las guardan celosamente y usan para tomar decisiones. Los sondeos electorales que se publicitan a tambor batiente son, por lo general, tendenciosos. Intentan manipular a la opinión pública. Usan ciertas cifras, ajustan los parámetros y manipulan la percepción de los legos sin tener que falsear los datos. Las encuestas, como las estadísticas, son, más que una investigación seria, una obra de arte visual, como decía nuestro inolvidable amigo Josué Sáenz.
Tomemos por ejemplo la última de Televisa, bajo la firma de Mitofsky. Es evidente que en semanas recientes se ha posicionado AMLO. Sus alianzas son un éxito. Sus reuniones atraen multitudes. Las adhesiones de empresarios y de militantes priístas y panistas son contundentes. También los deslices de Peña Nieto. Se ha revelado como personalidad política mediocre, sin programa serio ni habilidad ni conocimientos. El PAN no concluye su debate para definir candidato, quien se posicionará en los próximos días restándole vigor a la candidatura de Peña. Es lógico que Peña baje y sus contrincantes suban. Quizá notaron que en varias semanas no aparecieron encuestas. Ahora aparecen para demostrar que Peña no sufrió daño ni sus adversarios han tenido avance, que su ventaja es abrumadora y que no será rebasado.
Pero un experto puede desenmascarar la fragilidad de la encuesta de Televisa. Eso se hace en una nota muy interesante que recomiendo consultar (cómo mentir con estadísticas, firmada por Ergo, accesible en http://bll51w.blu151.mail.live.com/mail/PrintMessages.aspx?cpids=3dd79f9f-46b2-11el...). En ésta se hace ver que de 100% del universo encuestado 22% no declaró preferencia y 52% rechazó la entrevista. Por tanto, la muestra se reduce, en el mejor de los casos, a un segmento de 26% que representa el voto duro de PRI, PAN y PRD. Entonces, la ventaja del PRI se diluye hasta volverse 22% del electorado, el porcentaje que obtuvo Madrazo en 2006.
La verdad es que una cuota electoral así sería un desastre si tomamos en cuenta el costo para promover a Peña en televisión, radio o periódicos. Además del generoso reparto a los comunicadores que están repercutiendo la encuesta de Televisa como si fuera verdad inobjetable. Es muy probable que PAN y PRD saquen pronto sus encuestas y empiece la guerra de sondeos, lo que hará confuso el panorama. Nadie debe cantar victoria ni desanimarse. La mayoría de la gente parece no saber por quién votará o prefiere no expresarlo, lo que es lógico en esta etapa. El resultado depende de qué tan bien organizados estén los contendientes y qué tan clara y favorable sea la percepción de la población de sus propuestas.
José Agustín Ortiz Pinchetti
Se aproxima la guerra de encuestas. Las más serias no se publican. Son pagadas a altos precios por gobiernos, mandos políticos y magnates. Las que revelan la verdad son muy valiosas. Como conocimiento es poder, sus propietarios las guardan celosamente y usan para tomar decisiones. Los sondeos electorales que se publicitan a tambor batiente son, por lo general, tendenciosos. Intentan manipular a la opinión pública. Usan ciertas cifras, ajustan los parámetros y manipulan la percepción de los legos sin tener que falsear los datos. Las encuestas, como las estadísticas, son, más que una investigación seria, una obra de arte visual, como decía nuestro inolvidable amigo Josué Sáenz.
Tomemos por ejemplo la última de Televisa, bajo la firma de Mitofsky. Es evidente que en semanas recientes se ha posicionado AMLO. Sus alianzas son un éxito. Sus reuniones atraen multitudes. Las adhesiones de empresarios y de militantes priístas y panistas son contundentes. También los deslices de Peña Nieto. Se ha revelado como personalidad política mediocre, sin programa serio ni habilidad ni conocimientos. El PAN no concluye su debate para definir candidato, quien se posicionará en los próximos días restándole vigor a la candidatura de Peña. Es lógico que Peña baje y sus contrincantes suban. Quizá notaron que en varias semanas no aparecieron encuestas. Ahora aparecen para demostrar que Peña no sufrió daño ni sus adversarios han tenido avance, que su ventaja es abrumadora y que no será rebasado.
Pero un experto puede desenmascarar la fragilidad de la encuesta de Televisa. Eso se hace en una nota muy interesante que recomiendo consultar (cómo mentir con estadísticas, firmada por Ergo, accesible en http://bll51w.blu151.mail.live.com/mail/PrintMessages.aspx?cpids=3dd79f9f-46b2-11el...). En ésta se hace ver que de 100% del universo encuestado 22% no declaró preferencia y 52% rechazó la entrevista. Por tanto, la muestra se reduce, en el mejor de los casos, a un segmento de 26% que representa el voto duro de PRI, PAN y PRD. Entonces, la ventaja del PRI se diluye hasta volverse 22% del electorado, el porcentaje que obtuvo Madrazo en 2006.
La verdad es que una cuota electoral así sería un desastre si tomamos en cuenta el costo para promover a Peña en televisión, radio o periódicos. Además del generoso reparto a los comunicadores que están repercutiendo la encuesta de Televisa como si fuera verdad inobjetable. Es muy probable que PAN y PRD saquen pronto sus encuestas y empiece la guerra de sondeos, lo que hará confuso el panorama. Nadie debe cantar victoria ni desanimarse. La mayoría de la gente parece no saber por quién votará o prefiere no expresarlo, lo que es lógico en esta etapa. El resultado depende de qué tan bien organizados estén los contendientes y qué tan clara y favorable sea la percepción de la población de sus propuestas.
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- Como mentir con estadísticas
@Omondra OSCAR MONDRAGÓNsáb 14 ene 2012
sdpnoticias.com/columna Como_mentir_con_estadisticas
Este es el título de un libro muy popular, escrito en los 50s, que debería ser texto obligatorio en las escuelas para evitar los engaños de tecnócratas quienes creen que con simples manipulaciones pueden desviar a la opinión pública. Agregando a ello la tendencia de la mayor parte de la gente a dejarse apantallar por la contundencia de unas matemáticas que no comprenden, se tiene la fórmula de la mentira perfecta.
Recientemente se han publicado encuestas, apoyadas en vistosas gráficas, en donde quizá exista alguna intención no muy velada de sembrar una cierta desesperanza al respecto de la elección del 2012. Parece querer presentarse como un asunto cerrado, dada la magnitud de la ventaja de uno de los contrincantes que puede apreciarse en las gráficas. Pero mirando un poco hacia las notas de pie de página vemos que estas gráficas apenas representan una parte de la historia. Por ello es que escribo este post para ver the big picture.
El capítulo 5 del libro Como Mentir con Estadísticas nos enseña como ajustando los parámetros de una gráfica es posible manipular la percepción de quien la mire sin tener que falsear los datos. De igual modo, el seleccionar la data que se muestra en una gráfica que representa proporcionalidad es una forma genial en manipular la percepción del lector. Así, una ventaja mínima por parte de un candidato, puede representarse como una ventaja inalcanzable sin tener que decir mentira alguna, dejando que sea el lector quien se engañe a sí mismo.
Veamos, la gráfica que presenta Mitofsky se ve más o menos así:
El mensaje es claro: All your base are belong to us. Resistance is futile. Es decir, ya ni que hacer, una ventaja así no hay ni como remontarla.
Pero viendo la letra chiquita, dice textualmente: No suma 100% debido a que no incluye al 22% que no declara preferencia.
¡Ajá! Veamos ahora la gráfica agregando este dato:
Al introducir a este cuarto actor, aquel que aun está indeciso, vemos que la "incalcanzable" ventaja que se quiere representar en la primera gráfica quizá no es tal. Basta encimar la barra morada sobre la azul o la amarilla para imaginarse una carrera muy cerrada.
Pero vayamos más allá. Al final del documento de Mitofsky hay una cifra que resulte quizá la más reveladora de todas: 51.7% de los entrevistados rechazan la entrevista, son los "No sabe/No contestó".
Las razones pueden ser múltiples: "No sé, no me esté molestando, tengo trabajo"; "No está mi mamá"; "Mejor no contesto, no vayan a ser los Zetas". Es decir, en este universo de rechazo a la entrevista hay votantes, gente real que por alguna razón u otra no contesta la encuesta.
Asumimos pues que el 48.3% que conforman el universo de los que responden son, por un lado los que claramente apoyan a un partido, su voto duro, quienes tienen más incentivos para responder; y por el otro, algunos, quizá pocos, ciudadanos aleatorios que cuando llegaron los encuestadores no tenían nada mejor que hacer y viven en zonas donde el miedo no cabalga prepotente.
Así que, veamos la gráfica completa, the big picture:
Oh-oh. Parece ser que visto así, el uso propagandístico de esta gráfica es inútil. No dice en verdad mucho al respecto de por donde irá la elección, sobre todo si llegado ese día la participación ciudadana es amplia y vigorosa.
Dado el lamentable estado en el que se encuentra el país, con índices de percepción de corrupción gubernamental aun peores de los que hubo cuando la sociedad se volcó a "sacar al PRI de los Pinos", pero con el enorme agravamiento de la violencia que vivimos hoy en día más un estancamiento en todos los rubros que importan al ciudadano -desde crecimiento económico hasta calidad de salud y educación- podríamos especular que quizá en 2012 la participación ciudadana también superará el 60%. Digamos que "sacar al PAN de los Pinos" podría ser un aglomerador del voto en 2012. Esto llevaría a las urnas a muchas de las personas que no quisieron contestar la encuesta.
Para finalizar, hagamos ahora un ejercicio contrapropagandístico, sumemos las columnas negra y morada y pongámosle la etiqueta "Decidirán en los próximos meses":
Aquí la ventaja del PRI se ve totalmente insignificante. No está por demás recordar que justamente por estas fechas hace 12 años, la última vez que el PRI tuvo un candidato con posibilidades de llegar a los Pinos, sus perspectivas se veían aun mejores de las que hoy tratan de mostrar a favor de Peña Nieto.
Así que, en conclusión, nadie debe cantar victoria y nadie debe desanimarse, la moneda está en en el aire y las declaraciones de arrogante humildad mirreyanas no tienen lugar como tampoco lo tiene el tirarse al suelo y pensar que todo está perdido para algún candidato.
Nadie sabe quien será presidente en 2012, la mayor parte de la gente parece no saber por quien votará o prefiere no expresarlo ante otros. El resultado dependerá de la capacidad de cada candidato para ganarse la preferencia de los electores, más que de las maquinarias de los partidos. Tal vez no sea coincidencia que los porcentajes que vemos en estas últimas dos gráficas se asemejan a los porcentajes del voto duro de cada partido.
Por ahora va quedando claro que quien busca mentir con estas verdades, truqueando, si no los datos si la forma de presentarlos, es quien quizá tiene más miedo de salir perdedor. ¿Sabrá algo que los demás no sabemos?
Recordemos que en 2006 Madrazo obtuvo el 22% de los votos, que son quizá el piso mínimo que puede tener un candidato del PRI. Pareciera pues que hasta ahora los únicos realmente convencidos de votar por Peña son exactamente los mismos.
Para el gigantesco gasto en imagen y promoción que hasta ahora ha tenido Enrique Peña, ocupando las pantallas de televisión con mayor frecuencia que los galanes de telenovela, quizá la encuesta de Mitofsky, vista en la totalidad de sus resultados, debería ser algo preocupante para su partido.
.. . . kikka-roja.blogspot.com/
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