LIBRO: EL CARTEL NEGRO: ANA LILIA PEREZ: PETROLEOS MEXICANOS

Las investigaciones de Ana Lilia Pérez

Redituable transacción para los grupos criminales, el oro negro.

· EL CÁRTEL NEGRO DE ANA LILIA PÉREZ

Después de Camisas azules, manos negras y su nuevo libro El cártel negro, Ana Lilia Pérez ha escrito, por ahora, todo lo que tenía que hacer público sobre el entramado de corrupción dentro de Petróleos Mexicanos; en su última investigación explica cómo el crimen organizado ha colocado sus negocios en la industria petrolera.

Documentada de principio a fin, la investigación contenida en el libro El cártel negro demuestra la existencia de una mafia operante dentro de la pa- raestatal donde se genera la mayor parte de los recursos económicos formales en México.

-Durante los dos últimos sexenios del gobierno federal -comenta la periodista Ana Lilia Pérez-, el sector energético ha sido un área de su especial interés y ahora, a través del conocimiento del perfil empresarial de diversos funcionarios públicos del ramo y después de varias investigaciones, se ha desentrañado el porqué: en esta área se concentran sus propios negocios y por ello desean la privatización de Petróleos Mexicanos, un tema que ha avanzado mucho en los últimos años y con el que Calderón obtuvo el respaldo necesario [y conveniente] de organismos y compañías internacionales y nacionales de esta industria para llegar a la presidencia de la República en 2006.

Conseguir la información que sustenta este rompecabezas de gravísima corrupción fue muy difícil, pues ni el IFAI pudo impedir que Petróleos Mexicanos, tras un exhaustivo proceso, entregara tachados y rayados los documentos que Ana Lilia Pérez solicitaba, y es que después de haber puesto en jaque a distintos funcionarios de la paraestatal -sobre todo cuando publicó los contratos que el finado Juan Camilo Mouriño poseía con Pemex-, le cerraron, de forma oficial, la posibilidad de obtener datos directos sobre la empresa:

-Éste es un veto desde la dirección de Petróleos Mexicanos: a mí no me conceden entrevista alguna, a pesar de que mis textos nunca han sido desmentidos por ningún funcionario. Yo tenía que seguir mi trabajo y decidí explorar las herramientas de transparencia del IFAI con resultados que -tras una especie de litigio en el que ella argumentó al organismo precisar de esa información para hacerla del conocimiento público, y Pemex declarara (en una lucha jurídica muy dispareja de diez abogados de la paraestatal contra la reportera) que entregarla significaría "poner en riesgo la seguridad nacional"-, después de meses de espera, se privilegió el derecho a la información. Así fue como obtuve por canales oficiales inobjetables gran parte de los datos clave que acreditan, por ejemplo, la incursión de cárteles de la droga en áreas de operación de Petróleos Mexicanos, pues no podía concederme una sola licencia para que desca- lificaran mi trabajo una vez publicado. Aunque gran parte de la información estaba suprimida por tachaduras, haciendo gala de la censura a la que pretendieron someterme, esos pocos pero reveladores informes me permitieron construir las historias relatadas en este libro, mismas que demuestran el grado de corrupción, criminalidad y colusión entre miembros del narcotráfico y altos directivos de Pemex que han hecho caso omiso de lo que ocurre ahí dentro y/o que sí están involucrados en estos actos ilícitos.

-¿En estos documentos encontró algo que no supiera?

-Sí; planteé un esquema de investigación que al final rebasó por mucho mis expectativas. Es lamentable decirlo porque ésta es una gran investigación, pero como ciudadana mexicana me siento muy decepcionada y frustrada ante la manera en que han sido conducidas las empresas públicas del país. Quien lea este libro sentirá molestia e impotencia ante el estadio de criminalidad en el que está sumida la nación, pues tal parece que funcionarios, empresarios y políticos envueltos en disputas por la carrera presidencial no entienden la vulnerabilidad de Pemex al ser saqueada por la ma- fia de forma exponencial y con cínica permisividad de quienes ostentan cargos públicos.

-¿Cómo se entiende el funcionamiento del cártel negro?

-Es preciso comprender la manera en que se fusionan las empresas formales con las empresas del crimen, uniones en las que existe tal nivel de penetración en la vida coti- diana que es imposible distinguir lo legal de lo ilegal, ya que incluso cualquier ciudadano puede ser parte de estas estructuras sin saberlo al ser consumidor, por ejemplo, de hidrocarburos que hoy la mafia coloca en el marco legal.

El cártel negro es una organización genérica conformada por -co- mo Ana Lilia Pérez lo señala en su libro- "un conglomerado de funcionarios, trabajadores, empresarios, contratistas, inspectores, contralores, agentes aduanales, dirigentes y miembros del sindicato petrolero, políticos, ordeñadores [concepto genérico dado a toda persona o grupo -por lo regular adherido a organizaciones criminales- que roba hidrocarburos mediante tomas clandestinas], tapineros [personas especializadas en la manipulación de válvulas (tapping machine) colocadas en los ductos para realizar tomas herméticas sin derrames, explosiones o detecciones; por cada conexión instalada recibe alrededor de 150 mil pesos], huachicoleros [quienes sustraen hidrocarburos en cantidades menores; nivel más bajo de la ordeña], extorsionadores, defraudadores, contrabandistas y lavadores de dinero que, alineados con los traficantes de droga, se consolidan como una organización empresarial paralela a Pemex, al grado de competirle [formalmente] en el mercado nacional e inter- nacional de combustibles".

Según informes de organismos como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, los grupos criminales mexicanos son de los que más han diversificado sus negocios en el orbe; en palabras de Ana Lilia Pérez, "el oro negro debe ser uno de sus más redituables transacciones, pues Pemex es la petrolera número 11 a nivel mundial de acuerdo con las ganancias que genera".

Viridiana Villegas Hernández elfinanciero

Viernes, 13 de enero de 2012

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