ÁLVARO DELGADO : PROCESO: Ruptura ética en el PAN
APRO/
Josefina Vázquez Mota inicia la búsqueda de la Presidencia de la República no sólo con un severo revés en su toma de protesta en el Estadio Azul, un escrutinio que califica de “guerra sucia” y con el Partido Acción Nacional (PAN) inmerso en conflictos internos –nuevos y acumulados– por imposiciones de candidatos, ajustes de cuentas entre facciones y uso de diversas prácticas fraudulentas en los procesos internos.
Al margen del desenlace de las 47 impugnaciones a las elecciones internas recientes, que la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) debe resolver antes del jueves 22, el PAN acumula también un récord: Es el partido que más viola los derechos de sus militantes comparado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Las cifras de los juicios que militantes de los tres partidos han promovido ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), acumulados en el sexenio de Felipe Calderón, son elocuentes: Mientras que los priistas promovieron 700, los del PRD duplicaron la cifra con mil 591, pero los panistas sumaron 40 mil 147. La mayor parte de los juicios de protección de derechos políticos electorales de los militantes, el 62%, fue para defender el derecho de afiliación, 20% por procesos de elección de candidatos, 9% actuación de dirigencias, casi 8% de elección de dirigencias y el resto por otros temas. La mitad de los juicios fue declarada fundada por los magistrados.
“Es espeluznante. ¡Espeluznante!”, exclama, con asombro y preocupación, Juan José Rodríguez Prats al ver la cifra, en cuyos detalles busca una explicación, más allá de la conflictividad interna.
“En primer lugar, somos el partido en el poder; en segundo, hay una cultura legalista en el PAN, y ahora las contiendas son reñidas, porque hay posibilidades de triunfo”, explica el exdiputado, aunque también advierte que, tras la elección que ganó Vázquez Mota, “se están cobrando facturas”.
–¿Cómo se están cobrando?
–Dejó heridos el proceso interno. Había salido tan bien que el 5 de febrero fue inmenso el júbilo, pero después de eso ha habido golpes y es ahí donde debe estar la operación principal de la dirigencia del partido.
A eso atribuye no sólo la manera cómo se otorgaron las candidaturas plurinominales a diputados y senadores del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), sino las irregularidades que se cometieron en las elecciones de senadores y diputados, el domingo 19 de febrero.
“Debemos recuperar ese sentimiento de que somos correligionarios y que el enemigo está afuera. Eso se dice mucho en los discursos, pero tiene que reflejarse. En todos los estados hay ganadores y perdedores. Si vamos a una campaña presidencial tiene que haber ese esfuerzo.”
–¿Borrón y cuenta nueva?
–No, yo diría: Levantar la mira. Tener generosidad y una palabra que, en política, hemos olvidado: bondad.
Impunidad, no: Zermeño
La cifra de más de 40 mil juicios por violación a los derechos de los militantes también sacude a Jorge Zermeño, exembajador de México en España, quien la atribuye a los costos de la democracia que niegan otros partidos. “El PAN es el más democrático, elige a sus dirigentes y candidatos con procesos en los que participan quienes tienen derecho”, se ufana.
Sólo que, en su caso, ocurrió exactamente lo contrario: Precandidato a senador por Coahuila, Zermeño fue víctima de un fraude electoral del grupo que encabeza el senador Guillermo Anaya –compadre de Calderón–, quien logró hacer ganar a su amigo Luis Fernando Salazar, exdelegado en Coahuila de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
–¿Esperaba que hubiera estas prácticas?
–No, por supuesto que yo no esperaba que en esta elección hubiera manipulación de electores, compra de votos y acarreo, entrega de despensas, incluso hasta amenazas a las personas para que, si no votaban por determinado candidato, pudieran dizque perder algún programa de gobierno.
Senador de mayoría en 2000, presidente de la Cámara de Diputados cuando Calderón tomó posesión y exalcalde de Torreón, Zermeño exige la nulidad de la elección.
Pese a los vicios en su elección y de las otras 47 elecciones internas impugnadas, el panista niega que haya una ruptura de carácter ético en el PAN, porque sigue siendo, dice, un partido sólido. “Lo que hay son personas que se han equivocado y que están actuando al margen de la mística, de los valores y de los estatutos del partido. Eso no lo puede permitir el PAN, no puede cerrar los ojos y decir que aquí no pasa nada”.
Panista desde 1968, consejero nacional vitalicio y varias veces miembro del CEN, aclara que la dirigencia nacional debe resolver los conflictos por elecciones viciadas y candidaturas cuestionadas, como la del alcalde Fernando Larrazábal, para fortalecer la candidatura de Vázquez Mota.
–¿Un arreglo político es borrón y cuenta nueva?
–No, no, no. El PAN tiene que corregir lo que tenga que corregir, pero esa es una tarea del PAN. El PAN tiene que corregirse donde se hayan dado irregularidades, no tiene que tenerle miedo a la corrección, porque eso va a fortalecer la participación de los miembros activos y adherentes del PAN. Le dará credibilidad a la militancia saber que no puede haber impunidad en quienes actúen indebidamente.
El caso de Chihuahua es ejemplar: En 2009 hubo un fraude, en el que votaron muertos en Batopilas, donde nació Manuel Gómez Morín, y ahora se repitieron, como en Veracruz y Coahuila. “No puedes permitir que si se dan irregularidades graves voltearse para otro lado y decir aquí no pasó nada, y en aras de la unidad olvídense y que las cosas se queden como están”.
Insiste, vehemente: “¡No se les puede echar tierra a estos asuntos, porque el día de mañana se van a agravar! ¡El PAN tiene que sentar un precedente de que estas prácticas no puede permitírsele a nadie, sea quien sea, llámese como se llame!”
–¿Ha platicado con Calderón lo que pasó?
–De esto muy poco y de manera muy rápida, por lo mismo: Él no interviene en esto.
–Anaya, uno de los orquestadores, es compadre de él.
–Por eso, más allá de compadrazgos yo lo conozco desde muy joven, conocí a su padre, con el que tuve el privilegio de compartir mis primeros años en el PAN. A él le preocupa el PAN, me consta el respeto que tiene por el partido.
Los saldos de Calderón
Pero contrario a lo que aduce Zermeño, cuya impugnación ante el TEPJF está latente –como en la mayoría de las impugnaciones–, son numerosos los señalamientos y evidencias del intervencionismo de Calderón en el PAN, incluidas las imposiciones en la presidencia de Germán Martínez y César Nava.
Uno de los argumentos de Martínez para presidir el PAN, en 2007, fue que Manuel Espino, entonces presidente, alentaba los conflictos, porque en los primeros nueve meses de gobierno de Calderón se habían promovido ante el TEPJF un total de 884 juicios, mientras que los perredistas sólo habían presentado 206 y los priistas 96.
“Somos el partido con más conflictos en el Tribunal Electoral. ¡Y esto se tiene que acabar!”, exclamó en el registro de su candidatura única, en la que acusó que el CEN era el que los provocaba. “No podemos aspirar a seguir gobernando el país cuando dejamos de gobernarnos a nosotros mismos”.
Sin embargo, en la gestión de Martínez, que dejó inconclusa ante el fracaso en la elección de 2009 –cuyo periodo completó Nava–, fue cuando se disparó la violación a los derechos de los militantes del PAN: Acumuló más de 10 mil juicios ante el TEPJF en ese periodo.
Y ya con Gustavo Madero, quien asumió la presidencia del PAN en diciembre de 2010, siguió la tendencia a la alza en las violaciones a los derechos de los militantes: Sólo durante su primer año, de enero a diciembre de 2011, los juicios por violación de derechos sumaron 26 mil 375, mientras que el PRI sólo registró 191 y el PRD 120.
Madero, cuya gestión ha sido puesta en entredicho por impulsar candidaturas como la de Larrazabal y por sus nexos con Juan José Rojas Cardona, “El zar de los casinos”, llegó al cargo impulsado por Margarita Zavala, que interviene en el PAN, igual que su marido.
La más reciente influencia en el PAN, en su carácter de “primera dama”, fue para hacer ganar la candidatura al senado a la diputada federal Rosa María de la Garza Ramírez, quien mediante un juicio ya se llama oficialmente Rosi Orozco, quien respaldó la precandidatura de Ernesto Cordero.
La esposa de Alejandro Lucas Orozco, director del Instituto Nacional para los Adultos Mayores –con quien dirige la secta Casa sobre la Roca–, recibió todo el apoyo de Zavala y, a través de llamadas que ella misma hacía y mediante su teléfono BlackBerry, ordenaba no votar por Carlos Flores, quien apoyó a Vázquez Mota.
De hecho, en la sesión del Consejo Nacional, el sábado 25 de febrero, se produjo un desaguisado entre ambos, debido a que él pasó a su lado sin saludarla. La mujer de Calderón montó en cólera y le gritoneó.
“Te respeto como persona, pero no mereces tu investidura”, le devolvió Flores ante decenas de estupefactos consejeros, mientras que Zavala se ofuscó y, según testigos, le gritó que era “poco hombre”.
Orozco desplegó una amplia campaña propagandística que incluyó la contratación de numerosos espectaculares, pese a que la convocatoria los prohibía. Flores pretendió impugnar, pero en la casa de campaña de Vázquez Mota lo frenaron.
Así, mientras se resuelven las impugnaciones a los procesos internos como el de Veracruz –cuya Comisión Estatal de Elecciones acreditó hasta 154 irregularidades como “embarazo” de urnas, boletas clonadas, compra de votos, destrucción de actas de cómputo y sustitución de funcionarios de casilla o impedimento para hacer su trabajo–, este domingo 18 se realizarán elecciones en el Distrito Federal.
Patinazos
Vázquez Mota, quien no aceptó la renuncia de Roberto Gil Zuarth como coordinador de su campaña, redujo a “un error de logística” el desdén de los panistas, incluidos agremiados a organizaciones como la expriista Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM) “Jacinto López”, el Consejo Nacional de Sociedades y Unidades de Campesinos y Colonos A. C. (CONSUCC) y de la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimos).
Negó haberse sentido humillada por lo ocurrido: “Me siento fuerte, segura y para mí lo que sigue es seguir adelante. En mi vida he enfrentado muchos retos, muchos desafíos, nada me ha sido sencillo y nunca me ha regalado nada, incluido el 5 de febrero. Fue una campaña de los panistas lo que lo logró. Me siento absolutamente fortalecida y con la plataforma que se requiere para seguir adelante”.
Vázquez Mota evadió dar una posición clara sobre las organizaciones que participaron en su acto de toma de protesta, que llevaron en algunos casos coaccionados a sus agremiados.
–¿Convalida el acarreo?
–No, no puedo convalidarlo, porque fueron organizaciones que me estuvieron acompañando durante mi precampaña. No comparto esa conducta.
El miércoles 14, ante estudiantes del instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Vázquez Mota bromeó al decir que no era perfecta por haber estudiado economía en la Universidad Iberoamericana y fue censurada en Twitter, lo mismo por referirse a la UNAM como un “monstruo”.
Ofuscada, al parecer por iniciativa de su estratega Antonio Solá Reche, la candidata del PAN mandó emitir un comunicado, la noche del jueves, para denunciar “la guerra sucia desatada en las redes sociales, que a base de calumnias y difamaciones pretende minar el aprecio y la aceptación social que ella ha despertado en los últimos tiempos”.
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Josefina Vázquez Mota inicia la búsqueda de la Presidencia de la República no sólo con un severo revés en su toma de protesta en el Estadio Azul, un escrutinio que califica de “guerra sucia” y con el Partido Acción Nacional (PAN) inmerso en conflictos internos –nuevos y acumulados– por imposiciones de candidatos, ajustes de cuentas entre facciones y uso de diversas prácticas fraudulentas en los procesos internos.
Al margen del desenlace de las 47 impugnaciones a las elecciones internas recientes, que la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) debe resolver antes del jueves 22, el PAN acumula también un récord: Es el partido que más viola los derechos de sus militantes comparado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Las cifras de los juicios que militantes de los tres partidos han promovido ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), acumulados en el sexenio de Felipe Calderón, son elocuentes: Mientras que los priistas promovieron 700, los del PRD duplicaron la cifra con mil 591, pero los panistas sumaron 40 mil 147. La mayor parte de los juicios de protección de derechos políticos electorales de los militantes, el 62%, fue para defender el derecho de afiliación, 20% por procesos de elección de candidatos, 9% actuación de dirigencias, casi 8% de elección de dirigencias y el resto por otros temas. La mitad de los juicios fue declarada fundada por los magistrados.
“Es espeluznante. ¡Espeluznante!”, exclama, con asombro y preocupación, Juan José Rodríguez Prats al ver la cifra, en cuyos detalles busca una explicación, más allá de la conflictividad interna.
“En primer lugar, somos el partido en el poder; en segundo, hay una cultura legalista en el PAN, y ahora las contiendas son reñidas, porque hay posibilidades de triunfo”, explica el exdiputado, aunque también advierte que, tras la elección que ganó Vázquez Mota, “se están cobrando facturas”.
–¿Cómo se están cobrando?
–Dejó heridos el proceso interno. Había salido tan bien que el 5 de febrero fue inmenso el júbilo, pero después de eso ha habido golpes y es ahí donde debe estar la operación principal de la dirigencia del partido.
A eso atribuye no sólo la manera cómo se otorgaron las candidaturas plurinominales a diputados y senadores del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), sino las irregularidades que se cometieron en las elecciones de senadores y diputados, el domingo 19 de febrero.
“Debemos recuperar ese sentimiento de que somos correligionarios y que el enemigo está afuera. Eso se dice mucho en los discursos, pero tiene que reflejarse. En todos los estados hay ganadores y perdedores. Si vamos a una campaña presidencial tiene que haber ese esfuerzo.”
–¿Borrón y cuenta nueva?
–No, yo diría: Levantar la mira. Tener generosidad y una palabra que, en política, hemos olvidado: bondad.
Impunidad, no: Zermeño
La cifra de más de 40 mil juicios por violación a los derechos de los militantes también sacude a Jorge Zermeño, exembajador de México en España, quien la atribuye a los costos de la democracia que niegan otros partidos. “El PAN es el más democrático, elige a sus dirigentes y candidatos con procesos en los que participan quienes tienen derecho”, se ufana.
Sólo que, en su caso, ocurrió exactamente lo contrario: Precandidato a senador por Coahuila, Zermeño fue víctima de un fraude electoral del grupo que encabeza el senador Guillermo Anaya –compadre de Calderón–, quien logró hacer ganar a su amigo Luis Fernando Salazar, exdelegado en Coahuila de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
–¿Esperaba que hubiera estas prácticas?
–No, por supuesto que yo no esperaba que en esta elección hubiera manipulación de electores, compra de votos y acarreo, entrega de despensas, incluso hasta amenazas a las personas para que, si no votaban por determinado candidato, pudieran dizque perder algún programa de gobierno.
Senador de mayoría en 2000, presidente de la Cámara de Diputados cuando Calderón tomó posesión y exalcalde de Torreón, Zermeño exige la nulidad de la elección.
Pese a los vicios en su elección y de las otras 47 elecciones internas impugnadas, el panista niega que haya una ruptura de carácter ético en el PAN, porque sigue siendo, dice, un partido sólido. “Lo que hay son personas que se han equivocado y que están actuando al margen de la mística, de los valores y de los estatutos del partido. Eso no lo puede permitir el PAN, no puede cerrar los ojos y decir que aquí no pasa nada”.
Panista desde 1968, consejero nacional vitalicio y varias veces miembro del CEN, aclara que la dirigencia nacional debe resolver los conflictos por elecciones viciadas y candidaturas cuestionadas, como la del alcalde Fernando Larrazábal, para fortalecer la candidatura de Vázquez Mota.
–¿Un arreglo político es borrón y cuenta nueva?
–No, no, no. El PAN tiene que corregir lo que tenga que corregir, pero esa es una tarea del PAN. El PAN tiene que corregirse donde se hayan dado irregularidades, no tiene que tenerle miedo a la corrección, porque eso va a fortalecer la participación de los miembros activos y adherentes del PAN. Le dará credibilidad a la militancia saber que no puede haber impunidad en quienes actúen indebidamente.
El caso de Chihuahua es ejemplar: En 2009 hubo un fraude, en el que votaron muertos en Batopilas, donde nació Manuel Gómez Morín, y ahora se repitieron, como en Veracruz y Coahuila. “No puedes permitir que si se dan irregularidades graves voltearse para otro lado y decir aquí no pasó nada, y en aras de la unidad olvídense y que las cosas se queden como están”.
Insiste, vehemente: “¡No se les puede echar tierra a estos asuntos, porque el día de mañana se van a agravar! ¡El PAN tiene que sentar un precedente de que estas prácticas no puede permitírsele a nadie, sea quien sea, llámese como se llame!”
–¿Ha platicado con Calderón lo que pasó?
–De esto muy poco y de manera muy rápida, por lo mismo: Él no interviene en esto.
–Anaya, uno de los orquestadores, es compadre de él.
–Por eso, más allá de compadrazgos yo lo conozco desde muy joven, conocí a su padre, con el que tuve el privilegio de compartir mis primeros años en el PAN. A él le preocupa el PAN, me consta el respeto que tiene por el partido.
Los saldos de Calderón
Pero contrario a lo que aduce Zermeño, cuya impugnación ante el TEPJF está latente –como en la mayoría de las impugnaciones–, son numerosos los señalamientos y evidencias del intervencionismo de Calderón en el PAN, incluidas las imposiciones en la presidencia de Germán Martínez y César Nava.
Uno de los argumentos de Martínez para presidir el PAN, en 2007, fue que Manuel Espino, entonces presidente, alentaba los conflictos, porque en los primeros nueve meses de gobierno de Calderón se habían promovido ante el TEPJF un total de 884 juicios, mientras que los perredistas sólo habían presentado 206 y los priistas 96.
“Somos el partido con más conflictos en el Tribunal Electoral. ¡Y esto se tiene que acabar!”, exclamó en el registro de su candidatura única, en la que acusó que el CEN era el que los provocaba. “No podemos aspirar a seguir gobernando el país cuando dejamos de gobernarnos a nosotros mismos”.
Sin embargo, en la gestión de Martínez, que dejó inconclusa ante el fracaso en la elección de 2009 –cuyo periodo completó Nava–, fue cuando se disparó la violación a los derechos de los militantes del PAN: Acumuló más de 10 mil juicios ante el TEPJF en ese periodo.
Y ya con Gustavo Madero, quien asumió la presidencia del PAN en diciembre de 2010, siguió la tendencia a la alza en las violaciones a los derechos de los militantes: Sólo durante su primer año, de enero a diciembre de 2011, los juicios por violación de derechos sumaron 26 mil 375, mientras que el PRI sólo registró 191 y el PRD 120.
Madero, cuya gestión ha sido puesta en entredicho por impulsar candidaturas como la de Larrazabal y por sus nexos con Juan José Rojas Cardona, “El zar de los casinos”, llegó al cargo impulsado por Margarita Zavala, que interviene en el PAN, igual que su marido.
La más reciente influencia en el PAN, en su carácter de “primera dama”, fue para hacer ganar la candidatura al senado a la diputada federal Rosa María de la Garza Ramírez, quien mediante un juicio ya se llama oficialmente Rosi Orozco, quien respaldó la precandidatura de Ernesto Cordero.
La esposa de Alejandro Lucas Orozco, director del Instituto Nacional para los Adultos Mayores –con quien dirige la secta Casa sobre la Roca–, recibió todo el apoyo de Zavala y, a través de llamadas que ella misma hacía y mediante su teléfono BlackBerry, ordenaba no votar por Carlos Flores, quien apoyó a Vázquez Mota.
De hecho, en la sesión del Consejo Nacional, el sábado 25 de febrero, se produjo un desaguisado entre ambos, debido a que él pasó a su lado sin saludarla. La mujer de Calderón montó en cólera y le gritoneó.
“Te respeto como persona, pero no mereces tu investidura”, le devolvió Flores ante decenas de estupefactos consejeros, mientras que Zavala se ofuscó y, según testigos, le gritó que era “poco hombre”.
Orozco desplegó una amplia campaña propagandística que incluyó la contratación de numerosos espectaculares, pese a que la convocatoria los prohibía. Flores pretendió impugnar, pero en la casa de campaña de Vázquez Mota lo frenaron.
Así, mientras se resuelven las impugnaciones a los procesos internos como el de Veracruz –cuya Comisión Estatal de Elecciones acreditó hasta 154 irregularidades como “embarazo” de urnas, boletas clonadas, compra de votos, destrucción de actas de cómputo y sustitución de funcionarios de casilla o impedimento para hacer su trabajo–, este domingo 18 se realizarán elecciones en el Distrito Federal.
Patinazos
Vázquez Mota, quien no aceptó la renuncia de Roberto Gil Zuarth como coordinador de su campaña, redujo a “un error de logística” el desdén de los panistas, incluidos agremiados a organizaciones como la expriista Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM) “Jacinto López”, el Consejo Nacional de Sociedades y Unidades de Campesinos y Colonos A. C. (CONSUCC) y de la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social (Unimos).
Negó haberse sentido humillada por lo ocurrido: “Me siento fuerte, segura y para mí lo que sigue es seguir adelante. En mi vida he enfrentado muchos retos, muchos desafíos, nada me ha sido sencillo y nunca me ha regalado nada, incluido el 5 de febrero. Fue una campaña de los panistas lo que lo logró. Me siento absolutamente fortalecida y con la plataforma que se requiere para seguir adelante”.
Vázquez Mota evadió dar una posición clara sobre las organizaciones que participaron en su acto de toma de protesta, que llevaron en algunos casos coaccionados a sus agremiados.
–¿Convalida el acarreo?
–No, no puedo convalidarlo, porque fueron organizaciones que me estuvieron acompañando durante mi precampaña. No comparto esa conducta.
El miércoles 14, ante estudiantes del instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Vázquez Mota bromeó al decir que no era perfecta por haber estudiado economía en la Universidad Iberoamericana y fue censurada en Twitter, lo mismo por referirse a la UNAM como un “monstruo”.
Ofuscada, al parecer por iniciativa de su estratega Antonio Solá Reche, la candidata del PAN mandó emitir un comunicado, la noche del jueves, para denunciar “la guerra sucia desatada en las redes sociales, que a base de calumnias y difamaciones pretende minar el aprecio y la aceptación social que ella ha despertado en los últimos tiempos”.
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