PRI Y PAN ES EL CRIMEN ORGANIZADO: CASO JOSÉ MORALES CERVANTES MEXICO DIRECTO AL MATADERO
Historia de un secuestro, bajo el amparo del gobierno de Durango (PRI)
PATRICIA DÁVILA
28 DE NOVIEMBRE DE 2011
REPORTAJE ESPECIAL
El secuestrador Marco A. de Haro y el Ministerio Público Martín Hernández. Cómplices.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Parece el guión de una película de terror. No lo es. Es la historia de José Morales, quien fue secuestrado, amenazado y chantajeado por funcionarios y exfuncionarios del más alto nivel en el estado de Durango, uno de los cuales ahora forma parte del equipo del aspirante presidencial priista Enrique Peña Nieto. Morales narra a Proceso la pesadilla que vivió pese a saber que aún corre riesgos. “Tengo que denunciarlo”, afirma.
A las seis de la tarde del 1 de junio de 2011 José Morales y su hijo –del mismo nombre– daban un paseo a pie cerca de su casa en la colonia La Herradura, Estado de México, cuando una camioneta doble cabina color gris plata, sin placas, los interceptó. Cuatro hombres armados bajaron de ella. El más alto y fornido preguntó por José Morales. Éste respondió: “Soy yo”. El hombre fornido lo sujetó con un brazo por el cuello, le dijo que era comandante y lo subió a la camioneta.
“Supe que era un secuestro. Mi hijo intentó rescatarme. Lo contuve. Quise evitar mayores males. Circulaban en sentido contrario. Aunque me llevaron con la cabeza gacha, noté que tomamos hacia Querétaro. Iba nervioso. Me quitaron el celular. Les pedí que me permitieran llamar a mi familia y se negaron. De pronto nos desviamos hacia un paraje antes o después de Querétaro, no sé. Me dejaron en una construcción rodeada con barrotes.”
Cuenta la historia don José Morales, quien –por conducto de su sobrino, el abogado Germán Cruz– solicitó una entrevista con Proceso. Lleva en las manos una carpeta de piel color azul marino. Lo acompaña Cruz. En la carpeta está el cúmulo de hojas y fotografías que componen el expediente judicial 69/2010.
Mientras José Morales era trasladado a Querétaro, su hijo daba a su primo Germán los detalles del secuestro. “Por la descripción le dije que era un secuestro, pero me recordó que el plagiario se identificó como comandante. Hablé con un abogado amigo de la familia y empezamos a buscar a mi tío en las procuradurías del Estado de México y del Distrito Federal, en la Cruz Roja y en hospitales. No estaba”.
Hacia las 20:30 el hijo recibió una llamada a su celular: Escuchó la voz de un hombre: “O nos pagas 13 millones de pesos o vas a encontrar a tu papá en pedacitos”. Colgó. A las 23:30, otra llamada: “Junta 13 millones en efectivo. Te indicaremos en dónde será la entrega”.
A las 0:30 horas otra llamada: “Ve a Durango”. “¿A la calle de Durango?”, preguntó José hijo. “No, pendejo. No es una broma. Al estado de Durango. Cuando llegues te hablo para decirte en dónde entregues el dinero”.
Amaneció el 2 junio.
José Morales sigue el relato de su secuestro. Insaciable, una y otra vez bebe el agua del vaso que tiene frente a él, sobre la mesa de la sala de lectura del semanario. Su boca seca le obliga a hacer pausas continuas. Reanuda el relato: “La mañana del jueves 2 un hombre rapado llegó por mí a la construcción. Me ordenó que subiera a la camioneta. Poco después se unieron dos de los hombres que me secuestraron. Tomaron rumbo a Durango”.
Una vez en la capital del estado, para su sorpresa lo llevaron a las oficinas de la Fiscalía General. Ahí permaneció largo rato. Cuando fueron por él, sin explicación alguna lo condujeron nuevamente a la camioneta y en ella lo sacaron de la fiscalía. Durante un tiempo dieron vueltas en las cercanías del penal y finalmente lo llevaron a la cárcel: “Me fotografiaron y tomaron huellas de toda mi mano. Me alegré. Pensé que al menos quedó un registro de dónde estaba”, dice.
Lo llevaron al área de reos de nuevo ingreso. Sus compañeros le prestaron cobijas, le regalaron un jabón y le dijeron que después de las 21:00 horas los dejaban usar el teléfono; le facilitaron una tarjeta.
Mientras tanto, ese mismo 2 de junio su hijo y su sobrino, acompañados por un abogado, iniciaban otro vía crucis: Tomaron el primer vuelo que encontraron a Durango. Llegaron a esa ciudad a las 11:30 de la mañana y se hospedaron en el hotel Milenio. Los plagiaros no hablaban. Los tres salieron a buscarlo a la cárcel municipal, la fiscalía y el penal estatal. No lo encontraron.
Después del mediodía sonó el celular de José hijo. La misma voz quería saber si traía el dinero. José le pidió una prueba de vida de su padre. Fue una osadía: “Nosotros no tenemos que darte nada. ¿Pagas o lo quieres muerto? Te lo voy a decir muy claro. Si pudimos traernos a tu papá, ¡imagínate lo que podemos hacer! El fiscal general Ramiro Ortiz Aguirre está enterado de este asunto”. No lo podían creer.
Recordaron que el pasado 31 de enero Ortiz Aguirre y un agente del Ministerio Público fueron acusados por el señor Polo Valenzuela de proteger a los secuestradores de su hijo Leo, a quienes él logró identificar plenamente. Polo Valenzuela fue asesinado la mañana del 4 de febrero. A casi un año de su homicidio, su caso sigue archivado.
Estupefactos, José, Germán y el abogado que los acompañaba regresaron al hotel. A las 18:30 recibieron otra llamada. José puso el altavoz: “Te esperamos a las nueve de la noche en el bar del hotel Gobernador. Ven solo”, le ordenaron.
No fue solo. A la cita acudieron los tres. En el lugar no sabían a quién dirigirse. De pronto José reconoció a uno de los secuestradores; éste se le acercó. Igual que hizo cuando plagió a su padre, con el brazo le rodeó el cuello y lo llevó a una mesa en la que lo esperaban varios hombres: seis tatuados, uno con cachucha roja y otro de baja estatura. Le reclamaron haber llegado acompañado: “¿Quieres que hable para que lo maten?”, amenazó.
Respondió el hijo: “¡Espera! No tienes por qué ponerte así. Dijiste que eres comandante, ¿por qué pides un rescate? ¿Por qué lo trajiste a Durango?”. El hombre contestó: “Siéntate cabrón, te lo vamos a decir…”.
Los acompañantes del secuestrador se pusieron de pie, los rodearon y los despojaron de celulares, radios y cámaras fotográficas. Portaban armas a la cintura. En el bar del hotel los clientes observaban impactados pero nadie intervino. Ni el personal de seguridad.
El llamado comandante se presentó: “Soy Marco Antonio de Haro Rosales, primo hermano de Hugo Rosales Badillo, exsecretario de gobierno del estado, que tiene el despacho de abogados más poderoso de aquí. Te dije que de esto está enterado el fiscal y también el gobernador. Si no colaboran y nos dan los 13 millones, le damos en la madre a tu papá”.
Germán sigue el relato: “Se puso de pie el chaparrito. De Haro nos dijo que era su colaborador. Él asintió y se identificó: ‘Soy Phillip Brubeck. Mira cabrón, pagas o tu papá se muere. Queremos negociar con ustedes, pero tanto Marco de Haro como yo tenemos la facultad para hacer una llamada y matarlo’”.
“De Haro aclaró: ‘En 2006 tu papá no entregó unos equipos para la fabricación de mezcal y el Consejo Estatal de Mezcaleros –con quien se firmó el contrato– quiere su dinero’. Mi primo le dijo que sí estaban instalados, que todavía en mayo vino mi tío y que un ingeniero de la empresa asesoró a los ejidatarios para que manejaran el equipo. Alfredo Conde y Valente Salas, representantes de las empresas, firmaron de recibido. Intervine: ‘De acuerdo, regresamos los 13 millones y nos entregan el equipo’. Marco Antonio respondió: ‘No, cabrón, esos equipos se quedan como pago de daños y perjuicios’. Lo interrumpí: ‘¿Ves? Reconoces que sí existe el equipo’.”
Brubeck se dirigió a mi primo: “Eres un chamaco pendejo. Para nosotros no existe el equipo. Nos vas a pagar a la buena o a la mala”. Todos se pusieron de pie. Los hombres tatuados hicieron amago de sacar las armas. El bajito añadió: “Hijos de la chingada, o pagan o se mueren ustedes también. Rosales Badillo y el fiscal apoyan esta causa”. Se jactó de ser quien proporcionó el domicilio del señor Morales.
Más tarde, al investigar los antecedentes de los plagiarios, se enteraron de que Brubeck es director de Mejora Regulatoria de la Secretaría de Economía del estado y que por su cargo tiene acceso a información confidencial de proveedores y beneficiarios.
Los primos y el abogado se encaminaron al acceso del hotel para retirarse: “Al abrir la puerta de cristal nos alcanzaron. Marco sujetó a mi primo y le dijo: ‘Ven hijo de la chingada’. Brubeck lo increpó: ‘Te voy a dar una muestra de que nosotros sí tenemos poder’. Tomó su celular, marcó un número, puso el altavoz y preguntó: ‘¿Tienen a ese cabrón con ustedes todavía?’. ‘Sí’, le contestaron. ‘Si en tres minutos no te hablo, lo matas’, agregó. Mi primo no pudo más: soltó el llanto”, narra Germán.
José Morales se aprieta las manos y se esfuerza por no llorar mientras sigue atento el relato de su sobrino:
“De Haro le preguntó cuánto dinero traía. Mi primo le dijo que 200 mil pesos. Se los pidió y, benevolente, le concedió un día más para reunir los 13 millones. Además le ordenó pagar los 9 mil pesos que consumieron en el bar. Los hampones nos rodearon. Nos mostraban sus armas. Se acercó el tipo que siempre permaneció callado, el de la gorra roja. Se dirigió a mi primo: ‘Es muy sencillo, si me da el 35% de lo que le exigen los compadres, puedo ayudar a su papá para que no le pase nada’. ‘¡¿Cómo?! No los tengo’, le respondió.”
De regreso al hotel notaron que eran vigilados por una persona que conducía un Grand Marquís oscuro, sin placas. Los vigiló toda la semana que permanecieron en Durango. Ya en la habitación, pasadas las 21:00 horas José recibió otra llamada telefónica. Con sorpresa escuchó la voz de su papá. Cuando menos ahora sabía que estaba vivo y bien, aunque preso. Don José les habló de una amenaza de muerte que recibió al entrar al penal. Se preocuparon pues recordaron que dos semanas antes ahí mataron a 20 reos.
Complicidad del juez
El 3 de junio muy temprano fueron a buscar a don José al Cereso de Durango. Recorrieron todos los juzgados. No estaba registrado. Por fin una abogada les comunicó que estaba en el Juzgado Segundo de lo Penal y que estaban por tomarle declaración preparatoria. Encontraron a don José tras la rejilla de prácticas y ahí fue cuando escucharon que lo acusaban de fraude genérico por no instalar las fábricas mezcaleras.
“Pedí el expediente a la secretaria de Acuerdos. De atrás de una puerta que está dentro del juzgado salió un tipo y amonestó a la licenciada por prestarme el expediente. Le dije: ‘¡Oye!, no sé de leyes pero soy el acusado y tengo derecho a leer de qué me acusan’. Después supe que el señor es el agente del Ministerio Público de nombre Martín Hernández, el mismo de la cachucha roja que la tarde anterior acompañó a los secuestradores y le pedía 35% de los 13 millones a mi hijo”, cuenta don José.
Interviene Cruz: “Me acerqué al juez Juan Manuel Lira Gallegos, le comuniqué lo sucedido con esa persona y respondió: ‘¿Qué quiere que haga? Ustedes hagan lo que tengan que hacer’. Nos quedamos pasmados. Perplejos”.
“Su señoría”, dijo Germán, “¿cómo es posible que secuestren a mi familiar, lo traigan sin una orden de aprehensión ni de presentación ni de colaboración con la Procuraduría de Justicia del Estado de México? No existe ni el parte de la Policía Judicial ¿Así lo va a declarar? ¿Sabe lo que está haciendo? Viola los artículos 16 y 19 constitucionales”. El juez no respondió.
Continúa: “‘¡Ah!, por lo que veo es muy claro que todos están confabulados’, le dije al juez. Respondió: ‘No me ofenda’. ‘Están rayando en lo absurdo: MP, jueces, autoridades y exfuncionarios coludidos, ¿dígame mejor de qué se trata y cuánto le dieron’. ‘Prosiga la audiencia y platicamos’, respondió el juez”.
El abogado de la familia Morales analizó el expediente, notó que en el punto V se señala que los equipos no fueron entregados y vio que hay una pericial y una inspección ministerial con fotos y algunas cosas que no son congruentes con la realidad. Además está asentado un avalúo de la maquinaria de 12 millones 735 mil pesos sin IVA, que un perito local realizó sin tener la maquinaria a la vista. Germán solicitó de inmediato una inspección judicial.
El Ministerio Público (MP) se opuso a la inspección, porque dijo que ya había una en el expediente: “Le dije al juez que no podía oponerse, de lo contrario me iría al Distrito Federal a denunciar las irregularidades. Se molestó, pero la otorgó”, recuerda Cruz. Ese mismo día se hizo la inspección: Acudieron al poblado de Pino Suárez, en Durango, el MP, la secretaria de Acuerdos y otros enviados del juzgado, quienes dieron fe de la existencia de la maquinaria instalada.
Al día siguiente, 4 de junio, fueron al municipio de El Mezquital. Pero ahí, a la fábrica llegaron hombres armados, entre ellos Marco Antonio de Haro y el MP. El primero aleccionaba al segundo. Germán Cruz se atrevió a tomar algunas fotos que entregó a Proceso junto con una copia íntegra del expediente jurídico; una lista de las placas de los seis automóviles desde los que los vigilaron, todos registrados a nombre de hermanos de Hugo Rosales, exsecretario de Gobierno –quien ahora forma parte del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto– y un legajo de copias de notas periodísticas que mencionan secuestros operados desde la fiscalía y en contubernio con Rosales.
“El día 5 le pregunté: ‘Su señoría, de cuánto será la fianza para sacar en libertad bajo caución a mi tío; puesto que acreditamos la existencia e instalación de la maquinaria se desvanece el cargo que le imputan en el punto V’. Nos pidió que esperáramos y después de una hora nos llamó para decirnos que la fianza era de 13 millones de pesos, más 60 mil por sanción pecuniaria y 10 mil por multa. ‘¿Es en serio lo que dice?’, le pregunté. No reconsideró. Ésta es la fianza más alta que se ha fijado en el estado”, asegura Cruz.
Al salir del juzgado, De Haro los interceptó una vez más: “Va a pagar o no va a pagar”, le preguntó al hijo de don José.
Ya en la Ciudad de México “tuvimos problemas para obtener una fianza tan alta. Es fácil sacar una industrial para un contrato de licitación o para ejecutar una obra civil, pero no para esta causa. Por fin, la afianzadora Sofimex la expidió, sólo había que esperar la semana que lleva el trámite”.
Amenazas de muerte
Mientras tanto en el penal don José Morales recibió una visita. Al llegar al locutorio vio que lo esperaba De Haro y prefirió regresar a su celda: “Después supe que este señor solicitó que me pasaran a otra área. Me dijeron que contrató a una persona para que me matara. Afortunadamente me dejaron en el mismo lugar. Ya conocía a los presos. Me levantaba a las cinco de la mañana a la fajina: limpiar, barrer… me servía de distracción”, narra, perturbado.
Interviene su sobrino: “Nos preocupó saber que seguían amenazándolo. Por fin llevamos la fianza al juzgado, se la exhibimos al juez y nos dijo que no podía entregarlo porque faltaba un nombre de mi tío. Le dije: ‘Señoría, ¿cómo es posible?, le estoy trayendo una fianza con el nombre exacto de mi tío y además aquí viene su hijo y viene un representante de Sofimex y puede avalar que es la persona’. Pidió que regresáramos a México a cambiar el documento”.
Se alteró: “Le dije: ‘Juez, qué lastimoso y qué doloroso saber que la delincuencia organizada no son los narcos, no es la gente que anda afuera robando, extorsionando; la delincuencia organizada son ustedes. Ustedes se organizan aquí para que estos individuos secuestren y extorsionen, como lo hizo Marco Antonio con mi tío. ¡No es posible que no lo quiera liberar! Vamos a denunciarlo por privación ilegal de la libertad, porque usted sabe que existe jurisprudencia y mientras no varíen los apellidos no hay problema’. En eso entraron De Haro y Brubeck; lo presionaron para que no lo liberara”.
Interviene don José: “No se imaginaron que podíamos obtener la fianza. Supusieron que me iban a tener guardado un mes o mes y medio. Ganando tiempo para que les diera el dinero en efectivo”.
Confirma su sobrino: “Cuando De Haro y Brubeck se dieron cuenta de que llevábamos la fianza nos pidieron que les diéramos el dinero a ellos y que irían a entregarlo a los ejidatarios”.
Abandonaron el juzgado. En la puerta del penal los alcanzó el juez y les dijo que iba a liberar al señor Morales y le fijó audiencias mensuales. Después de media hora salieron del penal con don José, en un coche rentado, y se fueron directamente al aeropuerto. Con militares custodiando la zona, lo consideraron el lugar más seguro para esperar durante seis horas la salida del vuelo al DF.
En la primera audiencia, el pasado 8 de julio, estaban De Haro y Brubeck con 12 hombres armados en el juzgado: “Nos interceptaron y amenazaron a mi primo José: ‘Tú, pinche niño, también te vamos a matar. ¿Piensas que lo tienes todo controlado? Esa pinche fianza que metieron…’
“Esa vez llevamos a Carolina Alonso Padilla, perito del Tribunal Superior de Justicia del DF, especialista en el área. Rindió un peritaje y avalúo de la maquinaria. De Haro le dijo que era una cualquiera, una pinche vieja y que le iba a dar en la madre… La empujó, le alcanzó a pegar. Ella le preguntó al juez que cómo era posible que permitiera que la agredieran. ‘No puedo hacer nada’, respondió.”
Para el 12 de octubre, fecha de otra audiencia, fueron con Sonia Yadira de la Garza, fiscal general de Durango desde el pasado 13 de julio. Fuentes de la Procuraduría General de la República aseguran que Ramiro Ortiz fue destituido por no aprobar el examen de confiabilidad.
“Le narramos todo. Pidió copia del expediente. Notificó al gobernador que no existían elementos para librar una orden de aprehensión, tampoco de colaboración, de detención ni presentación”. También acudieron con el secretario de Gobierno, Héctor Vela, a quien le solicitaron garantías.
–¿Pasó el peligro? ¿Está consciente de los riesgos que corre al denunciar? –pregunta la reportera a don José, quien suelta el llanto contenido durante tres horas de entrevista.
–Tengo 65 años. He vivido. La familia es lo que me preocupa. Sé que habrá reacciones.
Pierde un poco la compostura: “¡Mire, lo que me hicieron no tiene madre! ¡Es inaudito! Mucha gente se calla por miedo. Estas cosas se tienen que decir. Vivo de mi trabajo y no puedo permitir que una bola de mafiosos y rufianes abusen y traten de hacerse ricos con el dinero de los demás. Sé el riesgo que corro pero tengo que denunciarlo. Así me educaron, para bien o para mal.”
El llanto es incontenible. Se disculpa mientras limpia sus lágrimas. Le es imposible hilvanar una frase. Las palabras le salen entrecortadas. “Decidí denunciar porque nos enteramos de un caso similar, el de don Polo…”.
En breve don José se presentará ante el juez Lira Gallegos en Durango para solicitarle que se decrete su libertad por “desvanecimiento de datos”.
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PAN: Pintado de PRI
De ser los más feroces críticos de los tricolores, los albiazules se convirtieron en lo que más odiaban: en priistas. Un documento interno del partido revela que en dos sexenios no pudieron con el enemigo y se unieron a él, provocando su regreso a Los Pinos
POR ARMANDO ESTROP - Lunes 20 de agosto de 2012
Después de 12 años y dos presidentes, los panistas mantuvieron el sistema que los antecedió y provocaron el regreso del PRI a Los Pinos. No tuvieron la capacidad de mutar.
Se convirtieron en la imagen y semejanza de su más acérrimo adversario histórico: el PRI.
En un documento titulado “Propuestas del Consejo Nacional para la Reflexión y la Renovación del Partido”, presentado por la Comisión de Reflexión y Análisis que presidió en un principio el panista regiomontano José Luís Coindreau, el PAN acepta su transformación.
César Nava compró un departamento de 7 millones de pesos para su esposa. Pero el precio real de ese inmueble rondaba los 22 millones de pesos
"El tren del partido está destartalado trae el aceite que ya necesita un cambio total, se anda desbielando, ya no suben las ventanillas, un montón de cosas… pero está caminando”
Cecilia Romero
Secretaria General del PAN
El documento, que se presentó el 11 de agosto en la reunión del Consejo Nacional del partido, señala que uno de sus principales errores al pasar de la oposición al gobierno fue retomar las prácticas priistas.
Opuesto históricamente al tricolor, el PAN siempre denunció los actos de corrupción y las prácticas cupulares del PRI, lo que provocaba, según ellos, ausencia de democracia.
En una serie de listas que fueron presentadas a los consejeros a nombre del Consejo Nacional, la reflexión fue que hasta los comités estatales han adoptado la estructura priista.
“Algunos comités del PAN han caído en malas prácticas del PRI, y esto ha generado desilusión en los ciudadanos y la militancia”, dice el punto número uno de la segunda lámina de la presentación avalada con el logotipo de Acción Nacional.
La mutación de los panistas
Si bien esta mutación ha sido señalada desde afuera del partido, también es una crítica interna -un secreto a voces, por llamarlo de alguna manera- que ahora se hizo de forma tajante y pública en la reunión de los principales representantes del panismo.
Y es que además de puntualizar que las estructuras se han convertido a las prácticas priistas, la evaluación de este informe precisa que después de 12 años de gobernar, los albiazules no pudieron generar gestiones con un sello propio.
“No hemos podido construir un modelo de gobierno con sello panista”, establece el primer punto de la segunda lista de autocríticas.
En el documento se asegura que no solo no tuvieron gobiernos representantivos de los ideales y principios del PAN, sino que tampoco construyeron modelos de operación distintos de los que siempre utilizaron los gobiernos del PRI.
“Al ganar el gobierno no hicimos un manual de procedimientos panista, y asumimos la práctica priista”, dice uno de los incisos.
El PAN siempre ha denunciado que los gobiernos emanados del PRI permiten conductas corruptas e ilegales. Y que nunca se castiga a los responsables.
Y ahora los blanquiazules admiten que su partido tolera exactamente lo mismo.
“Hay comportamientos públicos vergonzosos e ilegales que quedan impunes”, asegura el quinto punto de la lista.
El documento, que también fue enviado a los correos electrónicos de algunos de los consejeros, manifiesta que los procesos internos para la selección de los candidatos que contenderían en 2012 fueron manipulados. Y ésta es una de las prácticas que los panistas consideraban como parte de la naturaleza del PRI.
“Se manipularon procesos internos, y con frecuencia toleramos una democracia simulada”, detalla el documento-reflexión cuya presentación tiene el azul clásico del panismo.
Los autores señalan que se repartieron las candidaturas a los puestos de elección popular como se reparte un tesoro.
“Las designaciones para el proceso electoral del 2012 se entendieron como ‘un reparto de botín’”, condenan.
La compra del voto, el pago a representantes y el acarreo, prácticas que eran clásicas en las campañas priistas, ahora son una constante en el partido albiazul, y sus militantes asumen este hecho como uno de los problemas que deben ser resueltos luego de la debacle electoral.
Llama la atención que en el documento se acotan estas acciones con el verbo “seguimos”, como si fueran parte de una práctica añeja.
“En algunos lugares seguimos pagando a los representantes de casillas, movilización e incluso pagamos el voto”, plantea la reflexión.
Sobre la relación con el narcotráfico, vínculo que desde hace años persigue al PRI, los panistas señalan que en los puestos de elección popular panista, los ha sobrepasado el crimen organizado.
“Ayuntamientos panistas y legisladores panistas cooptados por el crimen organizado”, dice el recuento de daños después de 12 años de gobierno.
Al menos 100 puntos detallan los problemas detectados por la Comisión de Reflexión y Análisis. Y en opinión de quienes elaboraron el documento, son las debilidades que deben ser resueltas.
Como resultado de la reunión en la que se presentó el análisis, se formó la Comisión de Evaluación y Mejora de Acción Nacional, grupo que preside Cecilia Romero.
El objetivo de esta comisión es cambiar los vicios detectados y documentados, principalmente los que el PAN adoptó del PRI. Éste es el primer paso para reconstruir el partido.
Con base en esta premisa, se puede afirmar que también se parecen a los tricolores quienes al perder el poder iniciaron una cruzada para decir que había surgido un nuevo PRI, renovado, que ya no tenía las viejas prácticas. El PRI de Peña Nieto.
¿Dentro de algunos meses también se hablará de que existe un nuevo PAN?
Dedazos de Germán Martínez
“No ha existido una Presidencia del partido en la que haya más coacción del voto que la de Germán Martínez Cázares”, afirma un consejero panista de Guerrero que solicita no revelar su nombre.
Y es que fue en esa gestión cuando el dedazo tomó carácter institucional en el panismo. Y era natural que Germán Martínez tomara ese tipo de decisiones porque su llegada al partido fue una imposición de su jefe Felipe Calderón.
Fue el único que se inscribió para participar en la “elección” del presidente nacional del PAN. Y aunque no había otros candidatos, los consejeros votaron.
La candidatura de Fernando Elizondo a la gubernatura de Nuevo León fue resultado de la misma práctica. Y a pesar de la queja de los militantes, se aplicó en otros procesos.
Sólo se opuso Adalberto Madero, entonces alcalde de Monterrey. Y terminaría en un proceso de expulsión de su partido acusado de cometer actos de corrupción durante su mandato.
Eugenio Govea, aspirante a la candidatura para el gobierno de San Luis Potosí, denunció que el proceso interno para la selección del candidato había sido una imposición. Dijo que le robaron el triunfo, y responsabilizó a Germán Martínez de lo que llamó un “cochinero”.
Por eso prefirió renunciar a la militancia panista.
Y el resultado fue desastroso. El PAN no sólo perdió las gubernaturas de Nuevo León y San Luis Potosí, sino también la mayoría en la Cámara de Diputados y en congresos locales.
Fue tal el golpe, que Germán Martínez tuvo que salir de la dirigencia nacional. Y se refugió en las sombras.
La revista Proceso reveló que la vida del ex dirigente nacional albiazul mejoró notablemente en los últimos 12 años. De no tener casa propia, pasó a ser dueño de una lujosa residencia de 700 metros cuadrados, valuada en más de 16 millones de pesos y ubicada en San Ángel Inn, en el Distrito Federal.
Impunidad de García Luna
Para muchos, es el secretario consentido del presidente Felipe Calderón. Durante los dos sexenios panistas ha estado en el ojo del huracán, pero nada lo sacude. Presuntamente relacionado con el narco y dueño de inmuebles lujosos, a este funcionario nada lo despeina.
En marzo de 2009, Reporte Indigo publicó que García Luna estaba construyendo una lujosa residencia de más de 20 millones de pesos en la Delegación Tlalpan, en el Distrito Federal.
El funcionario respondió que había usado sus ahorros. Pero su sueldo no daba para tanto. El caso jamás fue atraído por la PGR ni hubo pronunciamientos por parte del gobierno.
El periodista Ricardo Ravelo publicó una investigación en la que vinculaba a García Luna con los Beltrán Leyva. Tampoco ocurrió nada.
La lista de irregularidades de este político de la era panista es interminable. Ha sido uno de los más atacados por la oposición en el Congreso de la Unión. Pero es intocable. La impunidad priista que tanto combatieron los panistas es uno de los beneficios que ha recibido el oscuro personaje que llegará a salvo al nuevo sexenio.
César Nava, el agente inmobiliario
Como diputado, destacó por ser de los más faltistas. Presentó pocas iniciativas. Pero eso sí, en el mundo de la farándula se dio rienda suelta al casarse con “Patylú”, una cantante infantil de poco éxito.
Polémico por representar a la nueva ola de políticos jóvenes con los modelos de los políticos de antaño, Nava se hizo famoso por su capacidad para hacer negocios inmobiliarios.
Compró un departamento de 7 millones de pesos para su esposa. Pero el precio real de ese inmueble rondaba los 22 millones de pesos.
A pesar de que se defendió a través del Departamento de Comunicación Social del PAN, porque era el presidente nacional del partido, nunca presentó las pruebas de la supuesta ganga ni las razones por las que recibió el jugoso descuento.
Al intentar desmentir la información dada a conocer en varios medios, entró en una disputa con el periodista Joaquín López-Dóriga, quien por vivir en la zona donde se ubica el departamento que compró Nava, conocía el valor comercial del inmueble.
En la Cámara de Diputados se le bautizó como “Pinocho” porque se descubrió que a pesar de haber firmado un documento para evitar la alianza del PAN con el PRD en el Estado de México, a cambio de que el PRI apoyara el paquete fiscal enviado por el presidente Felipe Calderón en 2009, se inició la negociación de esa coalición en la entidad gobernada por Enrique Peña Nieto.
Aunque en un principio insistió en negar la firma del documento que dio a conocer la priista Beatriz Paredes, se involucró al entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien fungió como testigo del acuerdo signado por Nava y Paredes.
Gómez Mont renunció a su militancia panista.
Finalmente no se concretó la alianza PAN-PRD, pero los tricolores iniciaron una intensa campaña para evidenciar las frecuentes ausencias de César Nava en la Cámara de Diputados, además de su falta de palabra como político. Incluso llevaron una piñata del emblemático Pinocho y la pusieron en la curul del panista, que regularmente estaba vacía.
Síntomas del priismo
Éstos son algunos puntos incluidos en la presentación expuesta ante los consejeros del PAN: Cómo nos transformamos en el PRI.
> En el comportamiento de los panistas no aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder.
> Se perdió la responsabilidad ética ante el juicio ciudadano.
> Algunos comités del PAN han caído en malas prácticas del PRI, y esto ha generado desilusión en los ciudadanos y la militancia.
> Se disfrazan, eluden o minimizan los problemas.
> Se han tolerado los actos de corrupción de militantes y funcionarios panistas.
> Existe manipulación de los procesos internos; se permite la democracia simulada.
> Existen cuotas de poder difíciles de romper.
> Se postula desde el CEN a candidatos, pero sin conexión ni conocimiento de la ciudadanía.
> Continúa la resistencia a la cuota de género. Los espacios que se reservan para mujeres no incluyen a quienes tienen liderazgo ciudadano. Además, se les manda a los distritos perdedores.
> Al ganar el gobierno, no hicimos un “manual de procedimientos panista”, y asumimos la práctica priista.
> Algunos funcionarios panistas hacen negocios desde el gobierno.
> Hay comportamientos públicos vergonzosos e ilegales que quedan impunes.
> El gobierno federal panista tiene un exceso de funcionarios priistas.
> Ayuntamientos y legisladores panistas están cooptados por el crimen organizado.
> En algunos lugares seguimos pagando a los representantes de casillas, movilización, e incluso pagamos el voto.
> El trabajo y la labor del partido no atraen a liderazgos buenos.
> Se manda un mensaje contradictorio al ejecutar programas contra la pobreza manteniendo el despilfarro y lujos de los políticos.
EL PAN SE MIMETIZÓ CON EL PRI
Para la secretaria general de Acción Nacional sí hubo un acercamiento a los métodos tricolores, lo que causó el desencanto de los electores
Por Raúl Tortolero
“El PAN se asimiló mucho al PRI”, reconoce Cecilia Romero, la segunda a bordo en el CEN del PAN y quien además fue recién nombrada coordinadora de la Comisión de Evaluación y Mejora.
Por lo tanto es responsable de analizar todas las causas del naufragio electoral, y en su caso, corregirlas.
“Hubo una mimetización, sobre todo donde fuimos gobierno, del panista, a las formas del ser del PRI”, admite la panista en entrevista exclusiva con Reporte Indigo.
“Sí hubo un acercamiento a estos métodos, por supuesto no siempre democráticos ni transparentes, que entre otras cosas, hicieron que los electores dijeran que todos son iguales”, recalca en su autocrítica, un despliegue de sinceridad nunca antes visto en la cúpula blanquiazul.
Pese a tanta similitud, Romero considera que la peor ofensa que alguien le puede hacer a ella es decirle: “Eres igualito al PRI”.
Y asegura que ella no sería tan extremista de considerar que los panistas se parecen hoy más al PRI que al PAN de sus fundadores, evalúa.
En medio de tan severa visión de su partido, abriga esperanzas: Somos “absolutamente redimibles”, expresa.
Sin embargo llegará pronto el día en que la comisión que encabeza deberá entregar cuentas sobre las razones del fracaso electoral.
“El tren del partido está destartalado trae el aceite que ya necesita un cambio total, se anda desbielando, ya no suben las ventanillas, un montón de cosas… pero está caminando”.
“El gobierno tuvo falta”
–Existe mucha inconformidad en todo el país, de grupos en contra de acciones emprendidas por el “calderonismo”. Por ejemplo, haber impuesto a sus amigos Germán Martínez o a César Nava como dirigentes del PAN –se le cuestiona.
–Lo ha dicho el presidente Calderón, y el presidente Madero. En esta debacle, no se trata de etiquetar culpables. Yo diría, y el presidente lo ha dicho así, el gobierno tuvo falta, tuvo error, tuvo deficiencias en la campaña, sobre todo el no haber transmitido adecuadamente los logros. La campaña también tuvo errores, es probable que el lema no haya sido entendido. Y el partido también tuvo sus errores en la selección de candidatos, que se tornó caótica. Esos tres componentes tuvimos parte de responsabilidad.
Y añade:
–En el país, todos estamos inconformes. Algunos le dan más importancia al tema de la falta del gobierno, o a las omisiones de la campaña, y otros más a los defectos del partido. Tendremos que buscar traducir esa inconformidad en posibilidades de futuro.
Se le cuestiona a Romero Castillo si a raíz de todas las fallas se ha generado un alto índice de deserción en el PAN.
“Creo que en parte esto se vio en la votación. Creo que hay muchas personas que en el pasado votaron por el PAN y que hoy votaron por el PRI, en su mayoría, algunos inclusive por el PRD”, explica.
“Sí tenemos detectados militantes del PAN que se fueron en grupo a apoyar a otros candidatos. Más por intereses personales o de grupo, que por decepción del partido”.
Romero no es de los personajes que creen que los 12 de años de gobierno panista hayan resultado en una transición fracasada. En ese caso mejor “cerraría el changarro”.
Lo ve de otra forma. Como una transición “inacabada”.
Insana distancia
A Cecilia Romero no le gusta la frase acuñada en su momento por el presidente Ernesto Zedillo, respecto a que gobierno y partido deben guardar una sana distancia.
Ella prefiere adoptar un concepto atribuible al PAN: “vinculación democrática”.
Con esto define el acercamiento entre panistas en el gobierno y en el partido, como una compenetración “diferenciada”, entre las funciones de unos y otros.
Esto es a lo que José Luis Luege, más directo en su documento de protesta exhibido ante el CEN el pasado sábado 11, llamó “Sistema-PAN” en el que responsabilizó de errores que llevaron al partido al tercer sitio, por ejemplo en el DF.
En el caso concreto de Isabel Miranda de Wallace, el CEN la designó –reconoce Romero–.
“La decisión que tomamos fue una decisión incorrecta”. Lastimó a muchos panistas y no satisfizo a la ciudadanía, acepta.
Cambios reales hasta 2014
Por otro lado, la otrora comisionada del Instituto Nacional de Migración, advierte que todas las reformas que eventualmente fueron propuestas por la Comisión de Evaluación a su cargo, no podrían afectar en nada los procesos de selección de candidatos para el 2013.
Tampoco podrían entrar en vigor y modificar en nada los esquemas vigentes de operación, ya que la ley electoral determina que todo cambio debe realizarse al menos con 90 días de antelación a un proceso electoral.
Es decir, en las 14 entidades en donde se celebraran comicios el año entrante, las mismas reglas que produjeron los trágicos resultados para el PAN, seguirán tan campantes como antaño.
Esto será así porque desde noviembre de este año inician los procesos en algunos estados, y aún cuando el 15 de octubre el CEN conozca los análisis preliminares a ser votados el 15 de marzo de 2013.
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Editorial
El crimen organizado y sus causas
El ambiente nacional se encuentra estremecido por el combate entre militares y delincuentes que ocurrió antier en la localidad fronteriza de Río Bravo por la posterior agresión –al parecer perpetrada por sicarios del narcotráfico– contra agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en Reynosa, en la que dos efectivos murieron y otros tres fueron lesionados, y por los intensos despliegues de elementos castrenses y de policías en grandes zonas del territorio nacional. Con ese telón de fondo ayer se reunió el Consejo de Seguridad Pública. Allí y en otros ámbitos, las voces del oficialismo, encabezadas por el titular del Poder Ejecutivo, clamaron por unidad, cohesión y hasta por unanimidad para enfrentar a la delincuencia; reiteraron su confianza en la posibilidad de derrotarla, y demandaron –en diversos tonos– que todo el país comparta las premisas desde las cuales la actual administración se ha embarcado en una confrontación cada vez más violenta con los cárteles de la droga.
No hay quien no comparta la necesidad axiomática de perseguir, capturar y presentar ante instancias judiciales a quienes infringen las leyes, especialmente a quienes lo hacen de manera violenta y concertada para consumar negocios prohibidos. La delincuencia organizada causa un grave daño al país, a sus habitantes y a sus instituciones; genera inseguridad y zozobra, y pervierte casi todos los ámbitos de la vida nacional, incluidos, por supuesto, el desempeño económico y el quehacer institucional.
Pero si estos objetivos son incuestionables, los medios empeñados para lograrlos resultan, cuando menos, discutibles: hace ya más de un año que la actual administración se inauguró con espectaculares operativos y desplazamientos de soldados y policías por medio territorio nacional, con el supuesto propósito de restablecer el estado de derecho en las regiones controladas por la criminalidad e instaurar en ellas la seguridad pública y la confianza ciudadana. Sin embargo, a pesar del desbordado optimismo del discurso oficial, la delincuencia organizada, y en particular los cárteles del narcotráfico, no dan señales de debilidad ni de agotamiento; por el contrario, día a día realizan manifestaciones de un poderío creciente que puede palparse, por ejemplo, en la cantidad y calidad de las armas y del equipo bélico que les fueron confiscados a presuntos zetas el martes pasado al norte de Tamaulipas.
En general, la actual estrategia gubernamental contra la delincuencia no es sino una versión, intensificada y llevada hasta límites peligrosos, de la misma política seguida desde hace décadas por el gobierno federal. Cada decomiso, cada captura de un capo de la droga, cada balacera y cada ajuste de cuentas, en vez de prefigurar el desmantelamiento definitivo de las mafias del narcotráfico, el secuestro, el contrabando, la extorsión y el robo de vehículos, anuncian, por lo general, el resurgimiento, con más fuerza, de las organizaciones delictivas.
Pero la autoridad sigue cerrando los ojos a un hecho simple: el alto grado de eficiencia, rentabilidad y letalidad alcanzados por los grupos criminales es más el síntoma que la enfermedad. No habrá corporación policial que baste, ni ejército suficiente para reducir en forma perceptible y significativa los índices delictivos en tanto no se ataquen las causas de fondo de estos fenómenos, empezando por las sociales: la miseria, la desigualdad individual y regional, la falta de educación, los ínfimos niveles de vida de grandes sectores de la población, la insalubridad y la desintegración familiar y comunitaria provocadas por las privatizaciones, las aperturas salvajes de los mercados nacionales y la liquidación de las políticas sociales.
En el ámbito económico pueden mencionarse como factores que propician el desarrollo de la delincuencia: la obscena concentración de la riqueza en unas cuantas manos, el desmantelamiento de la industria nacional, el abandono –criminal, ése también– del campo, el desempleo y la inflación galopantes, a pesar de las cifras maquilladas, así como el empecinado impulso oficial al proceso de integración desigual con Estados Unidos que, entre sus muchos efectos secundarios indeseables, facilita la operación binacional de los grupos criminales.
En la esfera institucional, diversas vertientes de la delincuencia –narcotráfico, contrabando, tráfico de armas, pedofilia, agresiones sexuales, desviación de recursos, evasión impositiva– reciben un impulso formidable de la corrupción que impera en todos los niveles de la administración pública y de la exasperante impunidad de que suelen disfrutar los funcionarios que atropellan a los ciudadanos y que traza un hilo de continuidad cómplice desde Tlatelolco en 1968 hasta Atenco y Oaxaca en 2006 y 2007.
El empeño militar y policial del gobierno contra la delincuencia será verosímil y digno del respaldo generalizado cuando vaya acompañado de acciones orientadas a combatir las causas profundas de la delincuencia; por ahora, sin embargo, suscita más escepticismo que confianza.
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kikka-roja.blogspot.com
EL PAN VENDIÓ LO QUE NO ES SUYO, SAQUEO A MEXICO SÓLO PARA ENTREGAR EL PODER AL PRI QUE NADA MÁS SE DEDICA A MATAR EMPRESARIOS Y CIUDADANOS.
Historia de un secuestro, bajo el amparo del gobierno de Durango (PRI)
PATRICIA DÁVILA
28 DE NOVIEMBRE DE 2011
REPORTAJE ESPECIAL
El secuestrador Marco A. de Haro y el Ministerio Público Martín Hernández. Cómplices.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Parece el guión de una película de terror. No lo es. Es la historia de José Morales, quien fue secuestrado, amenazado y chantajeado por funcionarios y exfuncionarios del más alto nivel en el estado de Durango, uno de los cuales ahora forma parte del equipo del aspirante presidencial priista Enrique Peña Nieto. Morales narra a Proceso la pesadilla que vivió pese a saber que aún corre riesgos. “Tengo que denunciarlo”, afirma.
LOS QUE VOTARON POR PEÑA NIETO NO MERECEN VIVIR EN PAZ , MERECEN EL TORMENTO QUE VAN A PADECER CON ÉSTE ASESINO. |
“Supe que era un secuestro. Mi hijo intentó rescatarme. Lo contuve. Quise evitar mayores males. Circulaban en sentido contrario. Aunque me llevaron con la cabeza gacha, noté que tomamos hacia Querétaro. Iba nervioso. Me quitaron el celular. Les pedí que me permitieran llamar a mi familia y se negaron. De pronto nos desviamos hacia un paraje antes o después de Querétaro, no sé. Me dejaron en una construcción rodeada con barrotes.”
Cuenta la historia don José Morales, quien –por conducto de su sobrino, el abogado Germán Cruz– solicitó una entrevista con Proceso. Lleva en las manos una carpeta de piel color azul marino. Lo acompaña Cruz. En la carpeta está el cúmulo de hojas y fotografías que componen el expediente judicial 69/2010.
Mientras José Morales era trasladado a Querétaro, su hijo daba a su primo Germán los detalles del secuestro. “Por la descripción le dije que era un secuestro, pero me recordó que el plagiario se identificó como comandante. Hablé con un abogado amigo de la familia y empezamos a buscar a mi tío en las procuradurías del Estado de México y del Distrito Federal, en la Cruz Roja y en hospitales. No estaba”.
Hacia las 20:30 el hijo recibió una llamada a su celular: Escuchó la voz de un hombre: “O nos pagas 13 millones de pesos o vas a encontrar a tu papá en pedacitos”. Colgó. A las 23:30, otra llamada: “Junta 13 millones en efectivo. Te indicaremos en dónde será la entrega”.
A las 0:30 horas otra llamada: “Ve a Durango”. “¿A la calle de Durango?”, preguntó José hijo. “No, pendejo. No es una broma. Al estado de Durango. Cuando llegues te hablo para decirte en dónde entregues el dinero”.
Amaneció el 2 junio.
José Morales sigue el relato de su secuestro. Insaciable, una y otra vez bebe el agua del vaso que tiene frente a él, sobre la mesa de la sala de lectura del semanario. Su boca seca le obliga a hacer pausas continuas. Reanuda el relato: “La mañana del jueves 2 un hombre rapado llegó por mí a la construcción. Me ordenó que subiera a la camioneta. Poco después se unieron dos de los hombres que me secuestraron. Tomaron rumbo a Durango”.
Una vez en la capital del estado, para su sorpresa lo llevaron a las oficinas de la Fiscalía General. Ahí permaneció largo rato. Cuando fueron por él, sin explicación alguna lo condujeron nuevamente a la camioneta y en ella lo sacaron de la fiscalía. Durante un tiempo dieron vueltas en las cercanías del penal y finalmente lo llevaron a la cárcel: “Me fotografiaron y tomaron huellas de toda mi mano. Me alegré. Pensé que al menos quedó un registro de dónde estaba”, dice.
Lo llevaron al área de reos de nuevo ingreso. Sus compañeros le prestaron cobijas, le regalaron un jabón y le dijeron que después de las 21:00 horas los dejaban usar el teléfono; le facilitaron una tarjeta.
Mientras tanto, ese mismo 2 de junio su hijo y su sobrino, acompañados por un abogado, iniciaban otro vía crucis: Tomaron el primer vuelo que encontraron a Durango. Llegaron a esa ciudad a las 11:30 de la mañana y se hospedaron en el hotel Milenio. Los plagiaros no hablaban. Los tres salieron a buscarlo a la cárcel municipal, la fiscalía y el penal estatal. No lo encontraron.
Después del mediodía sonó el celular de José hijo. La misma voz quería saber si traía el dinero. José le pidió una prueba de vida de su padre. Fue una osadía: “Nosotros no tenemos que darte nada. ¿Pagas o lo quieres muerto? Te lo voy a decir muy claro. Si pudimos traernos a tu papá, ¡imagínate lo que podemos hacer! El fiscal general Ramiro Ortiz Aguirre está enterado de este asunto”. No lo podían creer.
Recordaron que el pasado 31 de enero Ortiz Aguirre y un agente del Ministerio Público fueron acusados por el señor Polo Valenzuela de proteger a los secuestradores de su hijo Leo, a quienes él logró identificar plenamente. Polo Valenzuela fue asesinado la mañana del 4 de febrero. A casi un año de su homicidio, su caso sigue archivado.
Estupefactos, José, Germán y el abogado que los acompañaba regresaron al hotel. A las 18:30 recibieron otra llamada. José puso el altavoz: “Te esperamos a las nueve de la noche en el bar del hotel Gobernador. Ven solo”, le ordenaron.
No fue solo. A la cita acudieron los tres. En el lugar no sabían a quién dirigirse. De pronto José reconoció a uno de los secuestradores; éste se le acercó. Igual que hizo cuando plagió a su padre, con el brazo le rodeó el cuello y lo llevó a una mesa en la que lo esperaban varios hombres: seis tatuados, uno con cachucha roja y otro de baja estatura. Le reclamaron haber llegado acompañado: “¿Quieres que hable para que lo maten?”, amenazó.
Respondió el hijo: “¡Espera! No tienes por qué ponerte así. Dijiste que eres comandante, ¿por qué pides un rescate? ¿Por qué lo trajiste a Durango?”. El hombre contestó: “Siéntate cabrón, te lo vamos a decir…”.
Los acompañantes del secuestrador se pusieron de pie, los rodearon y los despojaron de celulares, radios y cámaras fotográficas. Portaban armas a la cintura. En el bar del hotel los clientes observaban impactados pero nadie intervino. Ni el personal de seguridad.
El llamado comandante se presentó: “Soy Marco Antonio de Haro Rosales, primo hermano de Hugo Rosales Badillo, exsecretario de gobierno del estado, que tiene el despacho de abogados más poderoso de aquí. Te dije que de esto está enterado el fiscal y también el gobernador. Si no colaboran y nos dan los 13 millones, le damos en la madre a tu papá”.
Germán sigue el relato: “Se puso de pie el chaparrito. De Haro nos dijo que era su colaborador. Él asintió y se identificó: ‘Soy Phillip Brubeck. Mira cabrón, pagas o tu papá se muere. Queremos negociar con ustedes, pero tanto Marco de Haro como yo tenemos la facultad para hacer una llamada y matarlo’”.
“De Haro aclaró: ‘En 2006 tu papá no entregó unos equipos para la fabricación de mezcal y el Consejo Estatal de Mezcaleros –con quien se firmó el contrato– quiere su dinero’. Mi primo le dijo que sí estaban instalados, que todavía en mayo vino mi tío y que un ingeniero de la empresa asesoró a los ejidatarios para que manejaran el equipo. Alfredo Conde y Valente Salas, representantes de las empresas, firmaron de recibido. Intervine: ‘De acuerdo, regresamos los 13 millones y nos entregan el equipo’. Marco Antonio respondió: ‘No, cabrón, esos equipos se quedan como pago de daños y perjuicios’. Lo interrumpí: ‘¿Ves? Reconoces que sí existe el equipo’.”
Brubeck se dirigió a mi primo: “Eres un chamaco pendejo. Para nosotros no existe el equipo. Nos vas a pagar a la buena o a la mala”. Todos se pusieron de pie. Los hombres tatuados hicieron amago de sacar las armas. El bajito añadió: “Hijos de la chingada, o pagan o se mueren ustedes también. Rosales Badillo y el fiscal apoyan esta causa”. Se jactó de ser quien proporcionó el domicilio del señor Morales.
Más tarde, al investigar los antecedentes de los plagiarios, se enteraron de que Brubeck es director de Mejora Regulatoria de la Secretaría de Economía del estado y que por su cargo tiene acceso a información confidencial de proveedores y beneficiarios.
Los primos y el abogado se encaminaron al acceso del hotel para retirarse: “Al abrir la puerta de cristal nos alcanzaron. Marco sujetó a mi primo y le dijo: ‘Ven hijo de la chingada’. Brubeck lo increpó: ‘Te voy a dar una muestra de que nosotros sí tenemos poder’. Tomó su celular, marcó un número, puso el altavoz y preguntó: ‘¿Tienen a ese cabrón con ustedes todavía?’. ‘Sí’, le contestaron. ‘Si en tres minutos no te hablo, lo matas’, agregó. Mi primo no pudo más: soltó el llanto”, narra Germán.
José Morales se aprieta las manos y se esfuerza por no llorar mientras sigue atento el relato de su sobrino:
“De Haro le preguntó cuánto dinero traía. Mi primo le dijo que 200 mil pesos. Se los pidió y, benevolente, le concedió un día más para reunir los 13 millones. Además le ordenó pagar los 9 mil pesos que consumieron en el bar. Los hampones nos rodearon. Nos mostraban sus armas. Se acercó el tipo que siempre permaneció callado, el de la gorra roja. Se dirigió a mi primo: ‘Es muy sencillo, si me da el 35% de lo que le exigen los compadres, puedo ayudar a su papá para que no le pase nada’. ‘¡¿Cómo?! No los tengo’, le respondió.”
De regreso al hotel notaron que eran vigilados por una persona que conducía un Grand Marquís oscuro, sin placas. Los vigiló toda la semana que permanecieron en Durango. Ya en la habitación, pasadas las 21:00 horas José recibió otra llamada telefónica. Con sorpresa escuchó la voz de su papá. Cuando menos ahora sabía que estaba vivo y bien, aunque preso. Don José les habló de una amenaza de muerte que recibió al entrar al penal. Se preocuparon pues recordaron que dos semanas antes ahí mataron a 20 reos.
Complicidad del juez
El 3 de junio muy temprano fueron a buscar a don José al Cereso de Durango. Recorrieron todos los juzgados. No estaba registrado. Por fin una abogada les comunicó que estaba en el Juzgado Segundo de lo Penal y que estaban por tomarle declaración preparatoria. Encontraron a don José tras la rejilla de prácticas y ahí fue cuando escucharon que lo acusaban de fraude genérico por no instalar las fábricas mezcaleras.
“Pedí el expediente a la secretaria de Acuerdos. De atrás de una puerta que está dentro del juzgado salió un tipo y amonestó a la licenciada por prestarme el expediente. Le dije: ‘¡Oye!, no sé de leyes pero soy el acusado y tengo derecho a leer de qué me acusan’. Después supe que el señor es el agente del Ministerio Público de nombre Martín Hernández, el mismo de la cachucha roja que la tarde anterior acompañó a los secuestradores y le pedía 35% de los 13 millones a mi hijo”, cuenta don José.
Interviene Cruz: “Me acerqué al juez Juan Manuel Lira Gallegos, le comuniqué lo sucedido con esa persona y respondió: ‘¿Qué quiere que haga? Ustedes hagan lo que tengan que hacer’. Nos quedamos pasmados. Perplejos”.
“Su señoría”, dijo Germán, “¿cómo es posible que secuestren a mi familiar, lo traigan sin una orden de aprehensión ni de presentación ni de colaboración con la Procuraduría de Justicia del Estado de México? No existe ni el parte de la Policía Judicial ¿Así lo va a declarar? ¿Sabe lo que está haciendo? Viola los artículos 16 y 19 constitucionales”. El juez no respondió.
Continúa: “‘¡Ah!, por lo que veo es muy claro que todos están confabulados’, le dije al juez. Respondió: ‘No me ofenda’. ‘Están rayando en lo absurdo: MP, jueces, autoridades y exfuncionarios coludidos, ¿dígame mejor de qué se trata y cuánto le dieron’. ‘Prosiga la audiencia y platicamos’, respondió el juez”.
El abogado de la familia Morales analizó el expediente, notó que en el punto V se señala que los equipos no fueron entregados y vio que hay una pericial y una inspección ministerial con fotos y algunas cosas que no son congruentes con la realidad. Además está asentado un avalúo de la maquinaria de 12 millones 735 mil pesos sin IVA, que un perito local realizó sin tener la maquinaria a la vista. Germán solicitó de inmediato una inspección judicial.
El Ministerio Público (MP) se opuso a la inspección, porque dijo que ya había una en el expediente: “Le dije al juez que no podía oponerse, de lo contrario me iría al Distrito Federal a denunciar las irregularidades. Se molestó, pero la otorgó”, recuerda Cruz. Ese mismo día se hizo la inspección: Acudieron al poblado de Pino Suárez, en Durango, el MP, la secretaria de Acuerdos y otros enviados del juzgado, quienes dieron fe de la existencia de la maquinaria instalada.
Al día siguiente, 4 de junio, fueron al municipio de El Mezquital. Pero ahí, a la fábrica llegaron hombres armados, entre ellos Marco Antonio de Haro y el MP. El primero aleccionaba al segundo. Germán Cruz se atrevió a tomar algunas fotos que entregó a Proceso junto con una copia íntegra del expediente jurídico; una lista de las placas de los seis automóviles desde los que los vigilaron, todos registrados a nombre de hermanos de Hugo Rosales, exsecretario de Gobierno –quien ahora forma parte del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto– y un legajo de copias de notas periodísticas que mencionan secuestros operados desde la fiscalía y en contubernio con Rosales.
“El día 5 le pregunté: ‘Su señoría, de cuánto será la fianza para sacar en libertad bajo caución a mi tío; puesto que acreditamos la existencia e instalación de la maquinaria se desvanece el cargo que le imputan en el punto V’. Nos pidió que esperáramos y después de una hora nos llamó para decirnos que la fianza era de 13 millones de pesos, más 60 mil por sanción pecuniaria y 10 mil por multa. ‘¿Es en serio lo que dice?’, le pregunté. No reconsideró. Ésta es la fianza más alta que se ha fijado en el estado”, asegura Cruz.
Al salir del juzgado, De Haro los interceptó una vez más: “Va a pagar o no va a pagar”, le preguntó al hijo de don José.
Ya en la Ciudad de México “tuvimos problemas para obtener una fianza tan alta. Es fácil sacar una industrial para un contrato de licitación o para ejecutar una obra civil, pero no para esta causa. Por fin, la afianzadora Sofimex la expidió, sólo había que esperar la semana que lleva el trámite”.
Amenazas de muerte
Mientras tanto en el penal don José Morales recibió una visita. Al llegar al locutorio vio que lo esperaba De Haro y prefirió regresar a su celda: “Después supe que este señor solicitó que me pasaran a otra área. Me dijeron que contrató a una persona para que me matara. Afortunadamente me dejaron en el mismo lugar. Ya conocía a los presos. Me levantaba a las cinco de la mañana a la fajina: limpiar, barrer… me servía de distracción”, narra, perturbado.
Interviene su sobrino: “Nos preocupó saber que seguían amenazándolo. Por fin llevamos la fianza al juzgado, se la exhibimos al juez y nos dijo que no podía entregarlo porque faltaba un nombre de mi tío. Le dije: ‘Señoría, ¿cómo es posible?, le estoy trayendo una fianza con el nombre exacto de mi tío y además aquí viene su hijo y viene un representante de Sofimex y puede avalar que es la persona’. Pidió que regresáramos a México a cambiar el documento”.
Se alteró: “Le dije: ‘Juez, qué lastimoso y qué doloroso saber que la delincuencia organizada no son los narcos, no es la gente que anda afuera robando, extorsionando; la delincuencia organizada son ustedes. Ustedes se organizan aquí para que estos individuos secuestren y extorsionen, como lo hizo Marco Antonio con mi tío. ¡No es posible que no lo quiera liberar! Vamos a denunciarlo por privación ilegal de la libertad, porque usted sabe que existe jurisprudencia y mientras no varíen los apellidos no hay problema’. En eso entraron De Haro y Brubeck; lo presionaron para que no lo liberara”.
Interviene don José: “No se imaginaron que podíamos obtener la fianza. Supusieron que me iban a tener guardado un mes o mes y medio. Ganando tiempo para que les diera el dinero en efectivo”.
Confirma su sobrino: “Cuando De Haro y Brubeck se dieron cuenta de que llevábamos la fianza nos pidieron que les diéramos el dinero a ellos y que irían a entregarlo a los ejidatarios”.
Abandonaron el juzgado. En la puerta del penal los alcanzó el juez y les dijo que iba a liberar al señor Morales y le fijó audiencias mensuales. Después de media hora salieron del penal con don José, en un coche rentado, y se fueron directamente al aeropuerto. Con militares custodiando la zona, lo consideraron el lugar más seguro para esperar durante seis horas la salida del vuelo al DF.
En la primera audiencia, el pasado 8 de julio, estaban De Haro y Brubeck con 12 hombres armados en el juzgado: “Nos interceptaron y amenazaron a mi primo José: ‘Tú, pinche niño, también te vamos a matar. ¿Piensas que lo tienes todo controlado? Esa pinche fianza que metieron…’
“Esa vez llevamos a Carolina Alonso Padilla, perito del Tribunal Superior de Justicia del DF, especialista en el área. Rindió un peritaje y avalúo de la maquinaria. De Haro le dijo que era una cualquiera, una pinche vieja y que le iba a dar en la madre… La empujó, le alcanzó a pegar. Ella le preguntó al juez que cómo era posible que permitiera que la agredieran. ‘No puedo hacer nada’, respondió.”
Para el 12 de octubre, fecha de otra audiencia, fueron con Sonia Yadira de la Garza, fiscal general de Durango desde el pasado 13 de julio. Fuentes de la Procuraduría General de la República aseguran que Ramiro Ortiz fue destituido por no aprobar el examen de confiabilidad.
“Le narramos todo. Pidió copia del expediente. Notificó al gobernador que no existían elementos para librar una orden de aprehensión, tampoco de colaboración, de detención ni presentación”. También acudieron con el secretario de Gobierno, Héctor Vela, a quien le solicitaron garantías.
–¿Pasó el peligro? ¿Está consciente de los riesgos que corre al denunciar? –pregunta la reportera a don José, quien suelta el llanto contenido durante tres horas de entrevista.
–Tengo 65 años. He vivido. La familia es lo que me preocupa. Sé que habrá reacciones.
Pierde un poco la compostura: “¡Mire, lo que me hicieron no tiene madre! ¡Es inaudito! Mucha gente se calla por miedo. Estas cosas se tienen que decir. Vivo de mi trabajo y no puedo permitir que una bola de mafiosos y rufianes abusen y traten de hacerse ricos con el dinero de los demás. Sé el riesgo que corro pero tengo que denunciarlo. Así me educaron, para bien o para mal.”
El llanto es incontenible. Se disculpa mientras limpia sus lágrimas. Le es imposible hilvanar una frase. Las palabras le salen entrecortadas. “Decidí denunciar porque nos enteramos de un caso similar, el de don Polo…”.
En breve don José se presentará ante el juez Lira Gallegos en Durango para solicitarle que se decrete su libertad por “desvanecimiento de datos”.
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PAN: Pintado de PRI
De ser los más feroces críticos de los tricolores, los albiazules se convirtieron en lo que más odiaban: en priistas. Un documento interno del partido revela que en dos sexenios no pudieron con el enemigo y se unieron a él, provocando su regreso a Los Pinos
POR ARMANDO ESTROP - Lunes 20 de agosto de 2012
Después de 12 años y dos presidentes, los panistas mantuvieron el sistema que los antecedió y provocaron el regreso del PRI a Los Pinos. No tuvieron la capacidad de mutar.
Se convirtieron en la imagen y semejanza de su más acérrimo adversario histórico: el PRI.
En un documento titulado “Propuestas del Consejo Nacional para la Reflexión y la Renovación del Partido”, presentado por la Comisión de Reflexión y Análisis que presidió en un principio el panista regiomontano José Luís Coindreau, el PAN acepta su transformación.
César Nava compró un departamento de 7 millones de pesos para su esposa. Pero el precio real de ese inmueble rondaba los 22 millones de pesos
"El tren del partido está destartalado trae el aceite que ya necesita un cambio total, se anda desbielando, ya no suben las ventanillas, un montón de cosas… pero está caminando”
Cecilia Romero
Secretaria General del PAN
El documento, que se presentó el 11 de agosto en la reunión del Consejo Nacional del partido, señala que uno de sus principales errores al pasar de la oposición al gobierno fue retomar las prácticas priistas.
Opuesto históricamente al tricolor, el PAN siempre denunció los actos de corrupción y las prácticas cupulares del PRI, lo que provocaba, según ellos, ausencia de democracia.
En una serie de listas que fueron presentadas a los consejeros a nombre del Consejo Nacional, la reflexión fue que hasta los comités estatales han adoptado la estructura priista.
“Algunos comités del PAN han caído en malas prácticas del PRI, y esto ha generado desilusión en los ciudadanos y la militancia”, dice el punto número uno de la segunda lámina de la presentación avalada con el logotipo de Acción Nacional.
La mutación de los panistas
Si bien esta mutación ha sido señalada desde afuera del partido, también es una crítica interna -un secreto a voces, por llamarlo de alguna manera- que ahora se hizo de forma tajante y pública en la reunión de los principales representantes del panismo.
Y es que además de puntualizar que las estructuras se han convertido a las prácticas priistas, la evaluación de este informe precisa que después de 12 años de gobernar, los albiazules no pudieron generar gestiones con un sello propio.
“No hemos podido construir un modelo de gobierno con sello panista”, establece el primer punto de la segunda lista de autocríticas.
En el documento se asegura que no solo no tuvieron gobiernos representantivos de los ideales y principios del PAN, sino que tampoco construyeron modelos de operación distintos de los que siempre utilizaron los gobiernos del PRI.
“Al ganar el gobierno no hicimos un manual de procedimientos panista, y asumimos la práctica priista”, dice uno de los incisos.
El PAN siempre ha denunciado que los gobiernos emanados del PRI permiten conductas corruptas e ilegales. Y que nunca se castiga a los responsables.
Y ahora los blanquiazules admiten que su partido tolera exactamente lo mismo.
“Hay comportamientos públicos vergonzosos e ilegales que quedan impunes”, asegura el quinto punto de la lista.
El documento, que también fue enviado a los correos electrónicos de algunos de los consejeros, manifiesta que los procesos internos para la selección de los candidatos que contenderían en 2012 fueron manipulados. Y ésta es una de las prácticas que los panistas consideraban como parte de la naturaleza del PRI.
“Se manipularon procesos internos, y con frecuencia toleramos una democracia simulada”, detalla el documento-reflexión cuya presentación tiene el azul clásico del panismo.
Los autores señalan que se repartieron las candidaturas a los puestos de elección popular como se reparte un tesoro.
“Las designaciones para el proceso electoral del 2012 se entendieron como ‘un reparto de botín’”, condenan.
La compra del voto, el pago a representantes y el acarreo, prácticas que eran clásicas en las campañas priistas, ahora son una constante en el partido albiazul, y sus militantes asumen este hecho como uno de los problemas que deben ser resueltos luego de la debacle electoral.
Llama la atención que en el documento se acotan estas acciones con el verbo “seguimos”, como si fueran parte de una práctica añeja.
“En algunos lugares seguimos pagando a los representantes de casillas, movilización e incluso pagamos el voto”, plantea la reflexión.
Sobre la relación con el narcotráfico, vínculo que desde hace años persigue al PRI, los panistas señalan que en los puestos de elección popular panista, los ha sobrepasado el crimen organizado.
“Ayuntamientos panistas y legisladores panistas cooptados por el crimen organizado”, dice el recuento de daños después de 12 años de gobierno.
Al menos 100 puntos detallan los problemas detectados por la Comisión de Reflexión y Análisis. Y en opinión de quienes elaboraron el documento, son las debilidades que deben ser resueltas.
Como resultado de la reunión en la que se presentó el análisis, se formó la Comisión de Evaluación y Mejora de Acción Nacional, grupo que preside Cecilia Romero.
El objetivo de esta comisión es cambiar los vicios detectados y documentados, principalmente los que el PAN adoptó del PRI. Éste es el primer paso para reconstruir el partido.
Con base en esta premisa, se puede afirmar que también se parecen a los tricolores quienes al perder el poder iniciaron una cruzada para decir que había surgido un nuevo PRI, renovado, que ya no tenía las viejas prácticas. El PRI de Peña Nieto.
¿Dentro de algunos meses también se hablará de que existe un nuevo PAN?
Dedazos de Germán Martínez
“No ha existido una Presidencia del partido en la que haya más coacción del voto que la de Germán Martínez Cázares”, afirma un consejero panista de Guerrero que solicita no revelar su nombre.
Y es que fue en esa gestión cuando el dedazo tomó carácter institucional en el panismo. Y era natural que Germán Martínez tomara ese tipo de decisiones porque su llegada al partido fue una imposición de su jefe Felipe Calderón.
Fue el único que se inscribió para participar en la “elección” del presidente nacional del PAN. Y aunque no había otros candidatos, los consejeros votaron.
La candidatura de Fernando Elizondo a la gubernatura de Nuevo León fue resultado de la misma práctica. Y a pesar de la queja de los militantes, se aplicó en otros procesos.
Sólo se opuso Adalberto Madero, entonces alcalde de Monterrey. Y terminaría en un proceso de expulsión de su partido acusado de cometer actos de corrupción durante su mandato.
Eugenio Govea, aspirante a la candidatura para el gobierno de San Luis Potosí, denunció que el proceso interno para la selección del candidato había sido una imposición. Dijo que le robaron el triunfo, y responsabilizó a Germán Martínez de lo que llamó un “cochinero”.
Por eso prefirió renunciar a la militancia panista.
Y el resultado fue desastroso. El PAN no sólo perdió las gubernaturas de Nuevo León y San Luis Potosí, sino también la mayoría en la Cámara de Diputados y en congresos locales.
Fue tal el golpe, que Germán Martínez tuvo que salir de la dirigencia nacional. Y se refugió en las sombras.
La revista Proceso reveló que la vida del ex dirigente nacional albiazul mejoró notablemente en los últimos 12 años. De no tener casa propia, pasó a ser dueño de una lujosa residencia de 700 metros cuadrados, valuada en más de 16 millones de pesos y ubicada en San Ángel Inn, en el Distrito Federal.
Impunidad de García Luna
Para muchos, es el secretario consentido del presidente Felipe Calderón. Durante los dos sexenios panistas ha estado en el ojo del huracán, pero nada lo sacude. Presuntamente relacionado con el narco y dueño de inmuebles lujosos, a este funcionario nada lo despeina.
En marzo de 2009, Reporte Indigo publicó que García Luna estaba construyendo una lujosa residencia de más de 20 millones de pesos en la Delegación Tlalpan, en el Distrito Federal.
El funcionario respondió que había usado sus ahorros. Pero su sueldo no daba para tanto. El caso jamás fue atraído por la PGR ni hubo pronunciamientos por parte del gobierno.
El periodista Ricardo Ravelo publicó una investigación en la que vinculaba a García Luna con los Beltrán Leyva. Tampoco ocurrió nada.
La lista de irregularidades de este político de la era panista es interminable. Ha sido uno de los más atacados por la oposición en el Congreso de la Unión. Pero es intocable. La impunidad priista que tanto combatieron los panistas es uno de los beneficios que ha recibido el oscuro personaje que llegará a salvo al nuevo sexenio.
César Nava, el agente inmobiliario
Como diputado, destacó por ser de los más faltistas. Presentó pocas iniciativas. Pero eso sí, en el mundo de la farándula se dio rienda suelta al casarse con “Patylú”, una cantante infantil de poco éxito.
Polémico por representar a la nueva ola de políticos jóvenes con los modelos de los políticos de antaño, Nava se hizo famoso por su capacidad para hacer negocios inmobiliarios.
Compró un departamento de 7 millones de pesos para su esposa. Pero el precio real de ese inmueble rondaba los 22 millones de pesos.
A pesar de que se defendió a través del Departamento de Comunicación Social del PAN, porque era el presidente nacional del partido, nunca presentó las pruebas de la supuesta ganga ni las razones por las que recibió el jugoso descuento.
Al intentar desmentir la información dada a conocer en varios medios, entró en una disputa con el periodista Joaquín López-Dóriga, quien por vivir en la zona donde se ubica el departamento que compró Nava, conocía el valor comercial del inmueble.
En la Cámara de Diputados se le bautizó como “Pinocho” porque se descubrió que a pesar de haber firmado un documento para evitar la alianza del PAN con el PRD en el Estado de México, a cambio de que el PRI apoyara el paquete fiscal enviado por el presidente Felipe Calderón en 2009, se inició la negociación de esa coalición en la entidad gobernada por Enrique Peña Nieto.
Aunque en un principio insistió en negar la firma del documento que dio a conocer la priista Beatriz Paredes, se involucró al entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien fungió como testigo del acuerdo signado por Nava y Paredes.
Gómez Mont renunció a su militancia panista.
Finalmente no se concretó la alianza PAN-PRD, pero los tricolores iniciaron una intensa campaña para evidenciar las frecuentes ausencias de César Nava en la Cámara de Diputados, además de su falta de palabra como político. Incluso llevaron una piñata del emblemático Pinocho y la pusieron en la curul del panista, que regularmente estaba vacía.
Síntomas del priismo
Éstos son algunos puntos incluidos en la presentación expuesta ante los consejeros del PAN: Cómo nos transformamos en el PRI.
> En el comportamiento de los panistas no aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder.
> Se perdió la responsabilidad ética ante el juicio ciudadano.
> Algunos comités del PAN han caído en malas prácticas del PRI, y esto ha generado desilusión en los ciudadanos y la militancia.
> Se disfrazan, eluden o minimizan los problemas.
> Se han tolerado los actos de corrupción de militantes y funcionarios panistas.
> Existe manipulación de los procesos internos; se permite la democracia simulada.
> Existen cuotas de poder difíciles de romper.
> Se postula desde el CEN a candidatos, pero sin conexión ni conocimiento de la ciudadanía.
> Continúa la resistencia a la cuota de género. Los espacios que se reservan para mujeres no incluyen a quienes tienen liderazgo ciudadano. Además, se les manda a los distritos perdedores.
> Al ganar el gobierno, no hicimos un “manual de procedimientos panista”, y asumimos la práctica priista.
> Algunos funcionarios panistas hacen negocios desde el gobierno.
> Hay comportamientos públicos vergonzosos e ilegales que quedan impunes.
> El gobierno federal panista tiene un exceso de funcionarios priistas.
> Ayuntamientos y legisladores panistas están cooptados por el crimen organizado.
> En algunos lugares seguimos pagando a los representantes de casillas, movilización, e incluso pagamos el voto.
> El trabajo y la labor del partido no atraen a liderazgos buenos.
> Se manda un mensaje contradictorio al ejecutar programas contra la pobreza manteniendo el despilfarro y lujos de los políticos.
EL PAN SE MIMETIZÓ CON EL PRI
Para la secretaria general de Acción Nacional sí hubo un acercamiento a los métodos tricolores, lo que causó el desencanto de los electores
Por Raúl Tortolero
“El PAN se asimiló mucho al PRI”, reconoce Cecilia Romero, la segunda a bordo en el CEN del PAN y quien además fue recién nombrada coordinadora de la Comisión de Evaluación y Mejora.
Por lo tanto es responsable de analizar todas las causas del naufragio electoral, y en su caso, corregirlas.
“Hubo una mimetización, sobre todo donde fuimos gobierno, del panista, a las formas del ser del PRI”, admite la panista en entrevista exclusiva con Reporte Indigo.
“Sí hubo un acercamiento a estos métodos, por supuesto no siempre democráticos ni transparentes, que entre otras cosas, hicieron que los electores dijeran que todos son iguales”, recalca en su autocrítica, un despliegue de sinceridad nunca antes visto en la cúpula blanquiazul.
Pese a tanta similitud, Romero considera que la peor ofensa que alguien le puede hacer a ella es decirle: “Eres igualito al PRI”.
Y asegura que ella no sería tan extremista de considerar que los panistas se parecen hoy más al PRI que al PAN de sus fundadores, evalúa.
En medio de tan severa visión de su partido, abriga esperanzas: Somos “absolutamente redimibles”, expresa.
Sin embargo llegará pronto el día en que la comisión que encabeza deberá entregar cuentas sobre las razones del fracaso electoral.
“El tren del partido está destartalado trae el aceite que ya necesita un cambio total, se anda desbielando, ya no suben las ventanillas, un montón de cosas… pero está caminando”.
“El gobierno tuvo falta”
–Existe mucha inconformidad en todo el país, de grupos en contra de acciones emprendidas por el “calderonismo”. Por ejemplo, haber impuesto a sus amigos Germán Martínez o a César Nava como dirigentes del PAN –se le cuestiona.
–Lo ha dicho el presidente Calderón, y el presidente Madero. En esta debacle, no se trata de etiquetar culpables. Yo diría, y el presidente lo ha dicho así, el gobierno tuvo falta, tuvo error, tuvo deficiencias en la campaña, sobre todo el no haber transmitido adecuadamente los logros. La campaña también tuvo errores, es probable que el lema no haya sido entendido. Y el partido también tuvo sus errores en la selección de candidatos, que se tornó caótica. Esos tres componentes tuvimos parte de responsabilidad.
Y añade:
–En el país, todos estamos inconformes. Algunos le dan más importancia al tema de la falta del gobierno, o a las omisiones de la campaña, y otros más a los defectos del partido. Tendremos que buscar traducir esa inconformidad en posibilidades de futuro.
Se le cuestiona a Romero Castillo si a raíz de todas las fallas se ha generado un alto índice de deserción en el PAN.
“Creo que en parte esto se vio en la votación. Creo que hay muchas personas que en el pasado votaron por el PAN y que hoy votaron por el PRI, en su mayoría, algunos inclusive por el PRD”, explica.
“Sí tenemos detectados militantes del PAN que se fueron en grupo a apoyar a otros candidatos. Más por intereses personales o de grupo, que por decepción del partido”.
Romero no es de los personajes que creen que los 12 de años de gobierno panista hayan resultado en una transición fracasada. En ese caso mejor “cerraría el changarro”.
Lo ve de otra forma. Como una transición “inacabada”.
Insana distancia
A Cecilia Romero no le gusta la frase acuñada en su momento por el presidente Ernesto Zedillo, respecto a que gobierno y partido deben guardar una sana distancia.
Ella prefiere adoptar un concepto atribuible al PAN: “vinculación democrática”.
Con esto define el acercamiento entre panistas en el gobierno y en el partido, como una compenetración “diferenciada”, entre las funciones de unos y otros.
Esto es a lo que José Luis Luege, más directo en su documento de protesta exhibido ante el CEN el pasado sábado 11, llamó “Sistema-PAN” en el que responsabilizó de errores que llevaron al partido al tercer sitio, por ejemplo en el DF.
En el caso concreto de Isabel Miranda de Wallace, el CEN la designó –reconoce Romero–.
“La decisión que tomamos fue una decisión incorrecta”. Lastimó a muchos panistas y no satisfizo a la ciudadanía, acepta.
Cambios reales hasta 2014
Por otro lado, la otrora comisionada del Instituto Nacional de Migración, advierte que todas las reformas que eventualmente fueron propuestas por la Comisión de Evaluación a su cargo, no podrían afectar en nada los procesos de selección de candidatos para el 2013.
Tampoco podrían entrar en vigor y modificar en nada los esquemas vigentes de operación, ya que la ley electoral determina que todo cambio debe realizarse al menos con 90 días de antelación a un proceso electoral.
Es decir, en las 14 entidades en donde se celebraran comicios el año entrante, las mismas reglas que produjeron los trágicos resultados para el PAN, seguirán tan campantes como antaño.
Esto será así porque desde noviembre de este año inician los procesos en algunos estados, y aún cuando el 15 de octubre el CEN conozca los análisis preliminares a ser votados el 15 de marzo de 2013.
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Editorial
El crimen organizado y sus causas
El ambiente nacional se encuentra estremecido por el combate entre militares y delincuentes que ocurrió antier en la localidad fronteriza de Río Bravo por la posterior agresión –al parecer perpetrada por sicarios del narcotráfico– contra agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en Reynosa, en la que dos efectivos murieron y otros tres fueron lesionados, y por los intensos despliegues de elementos castrenses y de policías en grandes zonas del territorio nacional. Con ese telón de fondo ayer se reunió el Consejo de Seguridad Pública. Allí y en otros ámbitos, las voces del oficialismo, encabezadas por el titular del Poder Ejecutivo, clamaron por unidad, cohesión y hasta por unanimidad para enfrentar a la delincuencia; reiteraron su confianza en la posibilidad de derrotarla, y demandaron –en diversos tonos– que todo el país comparta las premisas desde las cuales la actual administración se ha embarcado en una confrontación cada vez más violenta con los cárteles de la droga.
No hay quien no comparta la necesidad axiomática de perseguir, capturar y presentar ante instancias judiciales a quienes infringen las leyes, especialmente a quienes lo hacen de manera violenta y concertada para consumar negocios prohibidos. La delincuencia organizada causa un grave daño al país, a sus habitantes y a sus instituciones; genera inseguridad y zozobra, y pervierte casi todos los ámbitos de la vida nacional, incluidos, por supuesto, el desempeño económico y el quehacer institucional.
Pero si estos objetivos son incuestionables, los medios empeñados para lograrlos resultan, cuando menos, discutibles: hace ya más de un año que la actual administración se inauguró con espectaculares operativos y desplazamientos de soldados y policías por medio territorio nacional, con el supuesto propósito de restablecer el estado de derecho en las regiones controladas por la criminalidad e instaurar en ellas la seguridad pública y la confianza ciudadana. Sin embargo, a pesar del desbordado optimismo del discurso oficial, la delincuencia organizada, y en particular los cárteles del narcotráfico, no dan señales de debilidad ni de agotamiento; por el contrario, día a día realizan manifestaciones de un poderío creciente que puede palparse, por ejemplo, en la cantidad y calidad de las armas y del equipo bélico que les fueron confiscados a presuntos zetas el martes pasado al norte de Tamaulipas.
En general, la actual estrategia gubernamental contra la delincuencia no es sino una versión, intensificada y llevada hasta límites peligrosos, de la misma política seguida desde hace décadas por el gobierno federal. Cada decomiso, cada captura de un capo de la droga, cada balacera y cada ajuste de cuentas, en vez de prefigurar el desmantelamiento definitivo de las mafias del narcotráfico, el secuestro, el contrabando, la extorsión y el robo de vehículos, anuncian, por lo general, el resurgimiento, con más fuerza, de las organizaciones delictivas.
Pero la autoridad sigue cerrando los ojos a un hecho simple: el alto grado de eficiencia, rentabilidad y letalidad alcanzados por los grupos criminales es más el síntoma que la enfermedad. No habrá corporación policial que baste, ni ejército suficiente para reducir en forma perceptible y significativa los índices delictivos en tanto no se ataquen las causas de fondo de estos fenómenos, empezando por las sociales: la miseria, la desigualdad individual y regional, la falta de educación, los ínfimos niveles de vida de grandes sectores de la población, la insalubridad y la desintegración familiar y comunitaria provocadas por las privatizaciones, las aperturas salvajes de los mercados nacionales y la liquidación de las políticas sociales.
En el ámbito económico pueden mencionarse como factores que propician el desarrollo de la delincuencia: la obscena concentración de la riqueza en unas cuantas manos, el desmantelamiento de la industria nacional, el abandono –criminal, ése también– del campo, el desempleo y la inflación galopantes, a pesar de las cifras maquilladas, así como el empecinado impulso oficial al proceso de integración desigual con Estados Unidos que, entre sus muchos efectos secundarios indeseables, facilita la operación binacional de los grupos criminales.
En la esfera institucional, diversas vertientes de la delincuencia –narcotráfico, contrabando, tráfico de armas, pedofilia, agresiones sexuales, desviación de recursos, evasión impositiva– reciben un impulso formidable de la corrupción que impera en todos los niveles de la administración pública y de la exasperante impunidad de que suelen disfrutar los funcionarios que atropellan a los ciudadanos y que traza un hilo de continuidad cómplice desde Tlatelolco en 1968 hasta Atenco y Oaxaca en 2006 y 2007.
El empeño militar y policial del gobierno contra la delincuencia será verosímil y digno del respaldo generalizado cuando vaya acompañado de acciones orientadas a combatir las causas profundas de la delincuencia; por ahora, sin embargo, suscita más escepticismo que confianza.
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SOBRE LOS EMPRESARIOS DE APELLIDO MORALES, TE PEDIRIA INVESTIGARAS MAS MEJOR, YO TENGO LA DESGRACIA DE CONOCERLOS Y SON UNOS RUFIANES Y TRAMPOSOS, A MI NO ME PAGARON TRABAJOS TERMINADOS Y NO SON PARA NADA DE FIAR Y POCO CONFIABLES, SON UNOS TRANZAS, NO LOS VENDAN COMO BLANCAS PALOMAS
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