Estrictamente personal Raymundo Riva Palacio Pleitos de familia (II) Miércoles, 13 de Mayo de 2009 Pleitos de familia (I): Raymundo Riva Palacio Después de muerto, siguen luchando contra Juan Camilo Mouriño. Germán Martínez, el líder nacional del PAN, no parece haber perdonado jamás cómo el presidente Felipe Calderón lo desplazó para que su lugar como operador político primo fuera Mouriño. El golpe que marcó lo que hasta hoy en día es la guerra contra quienes estaban en torno a él, fue cuando el año pasado le preguntó el Presidente cómo iba la negociación con la maestra Elba Esther Gordillo para las elecciones federales de 2009. Martínez dijo que no había avanzado, esgrimiendo pretextos operativos. Mouriño interrumpió: si el presidente lo autorizaba, él resolvía la negociación con la maestra. Es tuya, respondió Calderón, quien le entregó la responsabilidad de la negociación político-electoral. Las negociaciones iban avanzando cuando en noviembre pasado sucedió el accidente donde perdió la vida el secretario de Gobernación. Descontrolado el grupo que coordinaba en Los Pinos y en el gabinete para construir un proyecto calderonista, Martínez aprovechó el momento. Desde que fue hecho a un lado, el líder del PAN se acercó a la extrema derecha del partido, forjando alianzas tácticas para recuperar el poder que sentían esos grupos que habían perdido cuando Calderón le ganó la candidatura presidencial a Santiago Creel, y no pudieron socavarlo en 2006 para que lo relevara como candidato Alberto Cárdenas. Martínez retomó la negociación con la maestra para dinamitarla. Primero con el entrampamiento de acuerdos, según personas que conocieron las negociaciones, y después con una jugada de múltiple impacto al encabezar la embestida contra Miguel Ángel Jiménez, director de la Lotería Nacional, con la acusación de Megamedia, la empresa que edita el Diario de Yucatán y La I de Campeche, de presunto soborno a cambio de apoyar la candidatura de Mario Ávila al gobierno de Campeche. El golpe era audaz: en Jiménez golpeaban a dos grupos, el de Gordillo, con quien lo asocian, y el de Mouriño, por la estrecha relación política que tenía con él y por el respaldo del secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, quien tomó el lugar de Mouriño con sus deudos políticos. En la suma de los dos, el impacto era más bien para el propio Calderón, expuesto y amenazado por las ambiciones de la extrema derecha panista. Pero además, como intentó Martínez, iba a desmontar a Ávila de la candidatura, quien es el proyecto de la familia Mouriño para Campeche. La historia de este conflicto tiene fecha de nacimiento: 2 de octubre de 2005, el día que Calderón derrotó a Creel en Yucatán por una abrumadora mayoría en la segunda ronda de votación para la candidatura presidencial. Esa victoria fue fundamental para que 7 de cada 10 los panistas en el país prefirieran a Calderón como su candidato. La extrema derecha, agrupada coloquialmente en "El Yunque", denunció que el entonces gobernador, Patricio Patrón Laviada, se había "robado" esa elección. La dinámica de choque no cesaría, con Yucatán como campo de batalla, entonces y ahora. "El Yunque" fue por la venganza de Calderón y en la campaña para sacar candidato al gobierno de Yucatán en diciembre de 2006, enfrentaron a su candidata, Ana Rosa Payán, contra el candidato de Los Pinos, Xavier Abreu. Cuando ganó Abreu denunciaron a Patrón Laviada, y Manuel Espino, en ese entonces líder del PAN, acusó frontalmente a Mouriño de haber intervenido ilegalmente en el proceso. La acusación era grave, pues con la ayuda del Diario de Yucatán, demostró que en días hábiles, en horas de trabajo, Mouriño no estaba en Los Pinos, sino operando la elección de Abreu desde la hacienda-hotel Temozón Sur. Espino amenazó con llevar el caso a la Fiscalía Especial contra Delitos Electorales (Fepade), pero hubo una revolución en el PAN. Si acusaban a Mouriño, estaban acusando a Calderón, por lo que aplacaron a Espino. Payán, popular ex alcaldesa de Mérida, acusó de "fraude" a Patrón Laviada, quien por esa razón se enfrentó también con don Carlos Menéndez, propietario del Diario de Yucatán. En un acto insólito, Payán contendió por la gubernatura bajo la bandera del PRD, el PT y Convergencia. No tenía ninguna posibilidad de ganar, pero sí le alcanzaban esas municiones para dividir lo suficientemente al PAN para evitar que Abreu ganara la elección. Lo logró. La priísta Yvonne Ortega ganó la gubernatura, y rápidamente, Espino responsabilizó a Mouriño de la derrota. Ese grupo no cejó en su embestida contra Mouriño. Fueron ellos, en particular César Nava, entonces secretario particular del Presidente, quien pensó Mouriño hasta su muerte, entregaron los documentos sobre los contratos de su familia en Pemex, que fueron utilizados por Andrés Manuel López Obrador para acusarlo de corrupción. Nava recompuso su relación con Mouriño, y cuando se fue como candidato a diputado, un grupo de alrededor de 60 panistas de extrema derecha se reunió con él para expresar su apoyo y preguntarle cuál era el proyecto. El proyecto, dijo Nava, es Mouriño. Los diputados insultaron a Mouriño, y repudiaron a Nava, quien iba a ser el coordinador de la campaña federal para este año, pero Martínez se vengó y lo relegó. Fue enviado al ostracismo dentro de la cúpula panista. Las fuerzas anticalderonistas en el PAN se han movido rápidamente. Mouriño ya no está, y Nava está anulado. La alianza electoral con la maestra Gordillo, que le habría permitido a Calderón un balance político dentro de su partido frente a los yunquistas, está prácticamente demolida. La embestida contra Jiménez, pega a la maestra, pero apunta hacia Cordero, sobre quien probablemente enfilarán próximamente baterías. Esta es una lucha que no termina el 5 de julio próximo. Se plantea para el 2012, cuando la extrema derecha del PAN pretende enderezar el barco que les torpedearon en octubre de 2005. rrivapalacio@ejecentral.com.mx www.ejecentral.com.mx |
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