- El escritor y promotor cultural fue despedido con una lluvia de aplausos
- Rindieron emotivo homenaje póstumo al poeta Alejandro Aura en el Teatro de la Ciudad
Breve y emotivo fue el homenaje póstumo que se rindió al poeta Alejandro Aura en el Teatro de la Ciudad, en cuyo escenario se colocó la urna esmeralda con las cenizas del dramaturgo fallecido hace una semana en Madrid. Las interpretaciones de los niños y niñas del Coro del Faro de Oriente, las canciones preferidas de Aura en voz de Fernando del Castillo y la melodías interpretadas por Eugenia León se escucharon entre breves cortes para dejar correr grabaciones con reflexiones y poemas vertidos en voz del promotor cultural. Familiares, amigos y personas cercanas a Alejandro Aura despidieron al fallecido cronista y actor con una lluvia de aplausos que duró varios minutos y con la presencia de María Aura, quien leyó un poema escrito por su padre décadas atrás.
Atrevimiento de un soñador
Las escritoras Margo Glantz y Elena Poniatowska, María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); Elena Cepeda de León titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, además del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, entre otros personajes, fueron quienes acudieron a la ceremonia para despedirse del ex titular del Instituto de Cultura del Distrito Federal. Alejandro Aura, expresó Cepeda, era un soñador con los pies puestos sobre la tierra. “Un poeta y hombre de letras que se atrevió a lo que muy pocos literatos realizan: aceptar un puesto en la administración pública para no quedarse en la sola propuesta y exigencia intelectual”. También “tenía la convicción de lograr desde el gobierno el acceso de la sociedad a los bienes de la cultura, para erradicar la idea de que ésta sólo pertenece a los iniciados y privilegiados del orden social”.
Entre los proyectos emprendidos e impulsados por Aura, la titular de la Cultura del DF, mencionó la fundación de la red de libroclubes, el arranque de la Casa Refugio Citlatépetl, la recuperación del Zócalo para efectuar conciertos gratuitos y las Fábricas de Artes y Oficios, modelos alternativos para ofrecer arte y cultura en las zonas marginadas de la capital.
Valor y dignidad
En su turno, el escritor Eduardo Vázquez Martín leyó un emotivo texto, Brindis por el poeta Alejandro Aura, en el cual se refirió a su cercana amistad con el homenajeado y a los gustos, intereses, vida, obra y trayectoria del definido lector gozoso. “Aura no dejaba de conversar y, menguada su salud por la enfermedad, abrió en el ciberespacio una ventana para contarnos lo que estaba viviendo para compartirnos poemas y experiencias. Fue desde ahí donde se despidió este verano con las palabras justas: valor y dignidad.”
Además, añadió, “en sus últimos poemas, Aura impuso un rigor formal, una conciencia crítica de su escritura, lúdica y contenida a la vez, donde le ofreció al dolor del cáncer clases magistrales de humor y estoicismo”. Solamente una vez, El día que me dijiste y Pena de los amores fueron algunas de las canciones que, junto con el coro infantil del Faro de Oriente, se escucharon para recordar al poeta en el homenaje organizado por el INBA, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Cultura capitalina.
Atrevimiento de un soñador
Las escritoras Margo Glantz y Elena Poniatowska, María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); Elena Cepeda de León titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, además del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, entre otros personajes, fueron quienes acudieron a la ceremonia para despedirse del ex titular del Instituto de Cultura del Distrito Federal. Alejandro Aura, expresó Cepeda, era un soñador con los pies puestos sobre la tierra. “Un poeta y hombre de letras que se atrevió a lo que muy pocos literatos realizan: aceptar un puesto en la administración pública para no quedarse en la sola propuesta y exigencia intelectual”. También “tenía la convicción de lograr desde el gobierno el acceso de la sociedad a los bienes de la cultura, para erradicar la idea de que ésta sólo pertenece a los iniciados y privilegiados del orden social”.
Entre los proyectos emprendidos e impulsados por Aura, la titular de la Cultura del DF, mencionó la fundación de la red de libroclubes, el arranque de la Casa Refugio Citlatépetl, la recuperación del Zócalo para efectuar conciertos gratuitos y las Fábricas de Artes y Oficios, modelos alternativos para ofrecer arte y cultura en las zonas marginadas de la capital.
Valor y dignidad
En su turno, el escritor Eduardo Vázquez Martín leyó un emotivo texto, Brindis por el poeta Alejandro Aura, en el cual se refirió a su cercana amistad con el homenajeado y a los gustos, intereses, vida, obra y trayectoria del definido lector gozoso. “Aura no dejaba de conversar y, menguada su salud por la enfermedad, abrió en el ciberespacio una ventana para contarnos lo que estaba viviendo para compartirnos poemas y experiencias. Fue desde ahí donde se despidió este verano con las palabras justas: valor y dignidad.”
Además, añadió, “en sus últimos poemas, Aura impuso un rigor formal, una conciencia crítica de su escritura, lúdica y contenida a la vez, donde le ofreció al dolor del cáncer clases magistrales de humor y estoicismo”. Solamente una vez, El día que me dijiste y Pena de los amores fueron algunas de las canciones que, junto con el coro infantil del Faro de Oriente, se escucharon para recordar al poeta en el homenaje organizado por el INBA, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Cultura capitalina.
Kikka Roja
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