Dilemas del PAN
Miguel Ángel Granados Chapa
7 Ago. 09
Ya que no tiene un rival con quien contender, pues sólo él registró su candidatura, mañana César Nava puede convertirse en presidente del Partido Acción Nacional. Pero si no reúne el 66 por ciento de los 370 votos posibles, es decir más de 246, el PAN quedará acéfalo y, lo más importante, el resultado evidenciará la magnitud de una fractura cuyo origen viene de lejos y se ha acusado en los años del presidente Calderón.
Michoacano, nacido el 16 de julio de 1974, José César Nava Vázquez es abogado, salido de la Universidad Panamericana. Desde que fue director jurídico del Comité Nacional panista encabezado por Felipe Calderón, ha estado muy cerca del ahora presidente de la República, quien le dispensa un trato voluble. Lo hizo su secretario particular pero lo apartó del cargo sin causa aparente, después de obligarlo a no aspirar al cargo que podría ganar mañana. En 2007, en efecto, su jefe prefirió que Germán Martínez, y no él, encabezara el PAN, y Nava se atuvo expresamente a esa decisión. Ya fuera de Los Pinos, ganó el 5 de julio una diputación federal, que se le fijó como requisito para ser coordinador de la bancada albiazul en San Lázaro. Hacia allá encaminaba sus pasos cuando, tras el fracaso panista en la jornada de hace un mes, Martínez se vio obligado a renunciar y, ahora sí, el oscilante ánimo presidencial escogió a Nava para sucederlo.
La abierta injerencia presidencial en un partido que se gloriaba de su autonomía (plenamente posible cuando era oposición) hubiera provocado malestar entre varios sectores panistas, entre otros el encabezado por Manuel Espino, quien ni siquiera pudo terminar su mandato como líder nacional porque su corriente quedó en minoría desde la Asamblea Nacional de 2007, que eligió y confirmó al Consejo Nacional que se reúne mañana. Pero al malestar provocado por la intervención presidencial misma se agregó el hecho de que no fuera antecedida por un análisis de la derrota del 5 de julio a fin de evitar que se repita. De modo que surgió un peculiar frente de posibles aspirantes a la presidencia nacional panista, que a la postre decidieron no contender pero sí generar las condiciones para, por un lado, resistir el dedazo presidencial y, por otro, abrir el periodo de reflexión que les parece necesario y, más todavía, impostergable.
Con historias, posiciones y posibilidades diversas, esos propósitos unieron a tres senadores de la República: Ricardo García Cervantes, Santiago Creel y Humberto Aguilar, a dos diputados: Javier Corral de la legislatura que entra en funciones en septiembre, y Gerardo Priego, de la que se va; y al ex líder nacional Manuel Espino. Propusieron una estrategia para ganar una contienda sin participar en ella como candidatos, consistente en anular el voto o votar en contra de Nava, para frustrar lo que juzgan intrusión desde Los Pinos.
Es difícil que esa vía sea recorrida al menos por un tercio de los consejeros, unos 123 (cifra correspondiente al total del consejo, a cuyas sesiones jamás han asistido todos sus integrantes). El consejo se integra por 150 miembros elegidos en asambleas estatales y otro tanto en la nacional, donde se impusieron los partidarios de Calderón contra los de Espino. Se suman a esos números dirigentes del partido, los ex presidentes de la propia organización y algunos consejeros vitalicios. También forman parte de ese órgano Fox y Calderón, en tanto que titulares pasado y actual del Poder Ejecutivo. De ese hecho formal se vale el actual Presidente para negar que haya designado a Nava, pues alega tener, como todo consejero, sólo un voto. Pero el suyo puede formar mayoría, y aun la mayoría calificada que se requiere para elegir presidente, necesaria aunque haya candidato único.
Se comprende que un Presidente pretenda contar con el apoyo de su partido, especialmente cuando ha perdido fuerza en el Congreso (aunque la causa de tal derrota se ubique en amplia medida en Los Pinos). Pero puede lograrlo y mantenerlo sin recurrir a la imposición del líder nacional, y menos a la designación de un subordinado consuetudinario, relación que anuncia sometimiento mecánico. Por eso la candidatura de Nava actuó como un revulsivo y propició la estrategia anulista, cuya eficacia podrá comprobarse mañana. Cualquiera que sea el desenlace, sin embargo, dejará al Presidente en mala posición. Si se consuma la elección de Nava, los sectores inconformes serán reticentes a militar activamente en un partido cuyo programa o prácticas provocan descontento. Si la elección no fuera posible, eso significará una apabullante desautorización a la conducta presidencial, que dejará a Calderón en situación extremadamente frágil, ubicación causada por su propensión a trabajar sólo con subordinados más que con iguales.
Algunos de los anulistas, como García Cervantes, han mantenido distancia con Calderón desde hace tiempo, justamente por no avenirse a la sujeción. Otros, señaladamente Corral, se han apartado de un Presidente que, como lo vio tempranamente su inspirador Carlos Castillo Peraza, tiende a la desconfianza y a la suspicacia sin fundamento. Corral apoyó a Calderón en su campaña para presidir el partido en 1996 y formó parte de su Comité Ejecutivo. Pero sus discordancias han crecido por el rechazo del diputado chihuahuense al grosero pragmatismo del grupo que gobierna.
Tras las elecciones, el dilema planteado por Calderón mismo: ganar el gobierno sin perder el partido podría concluir en derrotas en ambos frentes.
Cajón de Sastre
En buena hora para la vida pública mexicana, el pleno de la Suprema Corte de Justicia resolvió investigar los hechos presuntamente violatorios de garantías constitucionales en torno a la muerte de 49 niños en la guardería ABC de Hermosillo. Sólo dos ministros -el ex presidente Mariano Azuela y quien lo reemplazó, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia- votaron a favor del proyecto presentado por Sergio Salvador Aguirre Anguiano, reacio a la intervención del máximo tribunal en asuntos de esta naturaleza. Aunque los resultados de anteriores indagaciones y la que está en curso sobre Oaxaca no han satisfecho a los sectores y personas adversamente afectadas, la participación de la Corte, demandada por los damnificados, es una muestra de respeto a las sufrientes madres y padres de familia, que les dará aliento en su búsqueda de justicia.
Michoacano, nacido el 16 de julio de 1974, José César Nava Vázquez es abogado, salido de la Universidad Panamericana. Desde que fue director jurídico del Comité Nacional panista encabezado por Felipe Calderón, ha estado muy cerca del ahora presidente de la República, quien le dispensa un trato voluble. Lo hizo su secretario particular pero lo apartó del cargo sin causa aparente, después de obligarlo a no aspirar al cargo que podría ganar mañana. En 2007, en efecto, su jefe prefirió que Germán Martínez, y no él, encabezara el PAN, y Nava se atuvo expresamente a esa decisión. Ya fuera de Los Pinos, ganó el 5 de julio una diputación federal, que se le fijó como requisito para ser coordinador de la bancada albiazul en San Lázaro. Hacia allá encaminaba sus pasos cuando, tras el fracaso panista en la jornada de hace un mes, Martínez se vio obligado a renunciar y, ahora sí, el oscilante ánimo presidencial escogió a Nava para sucederlo.
La abierta injerencia presidencial en un partido que se gloriaba de su autonomía (plenamente posible cuando era oposición) hubiera provocado malestar entre varios sectores panistas, entre otros el encabezado por Manuel Espino, quien ni siquiera pudo terminar su mandato como líder nacional porque su corriente quedó en minoría desde la Asamblea Nacional de 2007, que eligió y confirmó al Consejo Nacional que se reúne mañana. Pero al malestar provocado por la intervención presidencial misma se agregó el hecho de que no fuera antecedida por un análisis de la derrota del 5 de julio a fin de evitar que se repita. De modo que surgió un peculiar frente de posibles aspirantes a la presidencia nacional panista, que a la postre decidieron no contender pero sí generar las condiciones para, por un lado, resistir el dedazo presidencial y, por otro, abrir el periodo de reflexión que les parece necesario y, más todavía, impostergable.
Con historias, posiciones y posibilidades diversas, esos propósitos unieron a tres senadores de la República: Ricardo García Cervantes, Santiago Creel y Humberto Aguilar, a dos diputados: Javier Corral de la legislatura que entra en funciones en septiembre, y Gerardo Priego, de la que se va; y al ex líder nacional Manuel Espino. Propusieron una estrategia para ganar una contienda sin participar en ella como candidatos, consistente en anular el voto o votar en contra de Nava, para frustrar lo que juzgan intrusión desde Los Pinos.
Es difícil que esa vía sea recorrida al menos por un tercio de los consejeros, unos 123 (cifra correspondiente al total del consejo, a cuyas sesiones jamás han asistido todos sus integrantes). El consejo se integra por 150 miembros elegidos en asambleas estatales y otro tanto en la nacional, donde se impusieron los partidarios de Calderón contra los de Espino. Se suman a esos números dirigentes del partido, los ex presidentes de la propia organización y algunos consejeros vitalicios. También forman parte de ese órgano Fox y Calderón, en tanto que titulares pasado y actual del Poder Ejecutivo. De ese hecho formal se vale el actual Presidente para negar que haya designado a Nava, pues alega tener, como todo consejero, sólo un voto. Pero el suyo puede formar mayoría, y aun la mayoría calificada que se requiere para elegir presidente, necesaria aunque haya candidato único.
Se comprende que un Presidente pretenda contar con el apoyo de su partido, especialmente cuando ha perdido fuerza en el Congreso (aunque la causa de tal derrota se ubique en amplia medida en Los Pinos). Pero puede lograrlo y mantenerlo sin recurrir a la imposición del líder nacional, y menos a la designación de un subordinado consuetudinario, relación que anuncia sometimiento mecánico. Por eso la candidatura de Nava actuó como un revulsivo y propició la estrategia anulista, cuya eficacia podrá comprobarse mañana. Cualquiera que sea el desenlace, sin embargo, dejará al Presidente en mala posición. Si se consuma la elección de Nava, los sectores inconformes serán reticentes a militar activamente en un partido cuyo programa o prácticas provocan descontento. Si la elección no fuera posible, eso significará una apabullante desautorización a la conducta presidencial, que dejará a Calderón en situación extremadamente frágil, ubicación causada por su propensión a trabajar sólo con subordinados más que con iguales.
Algunos de los anulistas, como García Cervantes, han mantenido distancia con Calderón desde hace tiempo, justamente por no avenirse a la sujeción. Otros, señaladamente Corral, se han apartado de un Presidente que, como lo vio tempranamente su inspirador Carlos Castillo Peraza, tiende a la desconfianza y a la suspicacia sin fundamento. Corral apoyó a Calderón en su campaña para presidir el partido en 1996 y formó parte de su Comité Ejecutivo. Pero sus discordancias han crecido por el rechazo del diputado chihuahuense al grosero pragmatismo del grupo que gobierna.
Tras las elecciones, el dilema planteado por Calderón mismo: ganar el gobierno sin perder el partido podría concluir en derrotas en ambos frentes.
Cajón de Sastre
En buena hora para la vida pública mexicana, el pleno de la Suprema Corte de Justicia resolvió investigar los hechos presuntamente violatorios de garantías constitucionales en torno a la muerte de 49 niños en la guardería ABC de Hermosillo. Sólo dos ministros -el ex presidente Mariano Azuela y quien lo reemplazó, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia- votaron a favor del proyecto presentado por Sergio Salvador Aguirre Anguiano, reacio a la intervención del máximo tribunal en asuntos de esta naturaleza. Aunque los resultados de anteriores indagaciones y la que está en curso sobre Oaxaca no han satisfecho a los sectores y personas adversamente afectadas, la participación de la Corte, demandada por los damnificados, es una muestra de respeto a las sufrientes madres y padres de familia, que les dará aliento en su búsqueda de justicia.
miguelangel@granadoschapa.com
kikka-roja.blogspot.com/
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