2012-02-01 • AL FRENTE
Como todos los mexicanos, esperaba que la persecución de los ex gobernadores de Tamaulipas resultara más emocionante que la persecución de la Femexfut contra los jugadores que aceptan que meten goles con la mano, en vez de señalar a los árbitros que por venir bofeando no alcanzan a ver la jugada. Tristemente, fiel a su costumbre, la PGR salió con que a Chuchita la bolsearon, que la supuesta búsqueda de los ex góbers petochos con trabajos alcanzaba para una averiguación previa para ver si podían ahí medio configurar un michoacanazo balín. Lo bueno que apareció el secretario Poiré —que no Poirot— para alegar, con la ceja levantada en el mejor estilo de La Doña, que el gobierno calderónico de ninguna manera utilizaría el aparato de justicia, digan lo que digan Greg Sánchez en Quintana Roo y Hank Rohn desde su palco VIP en el estadio de los Xolos.
Ahí, pues, no habrá ninguna emoción fuerte, ni operativos. Cavazos, Hernández y Yarrington ya se declararon víctimas triunfantes y lo más seguro es que la señora procuradora se quede con un palmo de narices.
Eso estuvo como el debate entre los precandidatos panistas, que fue más aburrido y sin chiste que las explicaciones del gobierno veracruzano sobre los 25 millones de pesos en efectivo apañados en el aeropuerto de Toluca. Mejor que Duarte diga que se los prestaron unos amigos inversionistas como Raúl Salinas, o que todo es culpa del Gentleman de las Lomas y Platanito, en vez de someter a la opinión a sus laberínticos, intrincados y dudosos argumentos que, a pesar de su verborrea burocrática-financiera, no aclaran por qué alguien iba a mandar ese lanal en unas maletas, ya no digamos sin papeleo ni tarjeta de viajero frecuente, sino desprovisto de guaruras.
Como quiera que sea, no había manera de que los suspirantes blanquiazules pudieran superar la discusión bizantina que se aventaron en MILENIO Televisión con Carlos Puig, Roberto Gil Zuarth (el mánager de doña Chepina, que por cierto usa más gel que Peña Nieto), y Juan Ignacio Zavala (asesor principalísimo de Cordero —sólo espero que no haya sido el que le sugirió lo del Rock Star y lo de entrevistar a Catémoc Blanco—, que llamó a Josefina “toda una Padierna”, lo cual provocó que en Twitter lo llamaran el Noroñas del PAN). O sea, una batalla ruda con intercambio de acusaciones, motes y datos rudos para dilucidar si las encuestas que favorecen o no a sus pupilos son política ficción o cómico-mágicas-musicales, que de ninguna manera hubieran podido superar esos dos papaloys y la lobuki blanquiazules.
Acepto que me quedé dormido, sólo me desperté cuando Cordero le echó la culpa de todo a Vicente Calderón.
www.twitter.com/jairocalixto
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