Según un estudio, se detectaron anfetaminas, opiáceos, cannabinoides y ácido lisérgico en el ambiente de las ciudades españolas
EFE
El Universal
Barcelona, Esp. Miércoles 13 de mayo de 2009
12:03 El aire de las ciudades españolas de Madrid y Barcelona contiene varias drogas en suspensión y entre ellas destaca la cocaína, según un estudio divulgado hoy. El estudio, elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC) , mide la calidad del aire de dos estaciones convencionales de control y vigilancia de estas ciudades españolas.
Con este trabajo, que se publica mañana en la revista Analytical Chemistes , los investigadores pretenden desarrollar un método analítico específico para detectar drogas en el aire y poder disponer de herramientas que permitan evaluar su consumo de forma rápida. El estudio ha detectado en el aire de estas dos ciudades hasta 17 compuestos pertenecientes a cinco clases de drogas: cocaína, anfetaminas, opiáceos, cannabinoides y ácido lisérgico. Los investigadores puntualizan, sin embargo, que los resultados no son representativos del aire de estas ciudades porque las muestras eran sólo de una zona concreta, ya que únicamente se trataba de poner a punto la metodología. Los resultados concluyen que en todas las muestras se han encontrado niveles detectables de cocaína y de su metabolito, benzoylecgonina, en concentraciones de 29 a 850 picogramos por metro cúbico de aire (un picogramo es la billonésima parte de un gramo) .
En el caso de Barcelona, los niveles de cocaína detectados son similares a los de algunos metales pesados como el cadmio o el bismuto, que son contaminantes habituales de la atmósfera y que están regulados.
Según los autores del trabajo, estos niveles se pueden considerar como altos si se comparan con las pocas zonas de Europa en las que se han hecho estudios similares, como en Roma, en donde se encontraron niveles de cocaína de unos 100 picogramos por metro cúbico. En el caso de la heroína, en el estudio se han detectado niveles detectables en las muestras de Madrid, pero no en Barcelona, de hasta 143 picogramos por metro cúbico de aire. Para los científicos, la explicación de esta diferencia está en que las muestras de Madrid se tomaron cerca de un barrio donde hay un potencial comercio de drogas, y porque cerca hay un edificio en ruinas que se habita de forma esporádica.
Los autores del trabajo aseguran que estos niveles de drogas en suspensión en el aire no implican ningún riego para la población.
kikka-roja.blogspot.com/
Con este trabajo, que se publica mañana en la revista Analytical Chemistes , los investigadores pretenden desarrollar un método analítico específico para detectar drogas en el aire y poder disponer de herramientas que permitan evaluar su consumo de forma rápida. El estudio ha detectado en el aire de estas dos ciudades hasta 17 compuestos pertenecientes a cinco clases de drogas: cocaína, anfetaminas, opiáceos, cannabinoides y ácido lisérgico. Los investigadores puntualizan, sin embargo, que los resultados no son representativos del aire de estas ciudades porque las muestras eran sólo de una zona concreta, ya que únicamente se trataba de poner a punto la metodología. Los resultados concluyen que en todas las muestras se han encontrado niveles detectables de cocaína y de su metabolito, benzoylecgonina, en concentraciones de 29 a 850 picogramos por metro cúbico de aire (un picogramo es la billonésima parte de un gramo) .
En el caso de Barcelona, los niveles de cocaína detectados son similares a los de algunos metales pesados como el cadmio o el bismuto, que son contaminantes habituales de la atmósfera y que están regulados.
Según los autores del trabajo, estos niveles se pueden considerar como altos si se comparan con las pocas zonas de Europa en las que se han hecho estudios similares, como en Roma, en donde se encontraron niveles de cocaína de unos 100 picogramos por metro cúbico. En el caso de la heroína, en el estudio se han detectado niveles detectables en las muestras de Madrid, pero no en Barcelona, de hasta 143 picogramos por metro cúbico de aire. Para los científicos, la explicación de esta diferencia está en que las muestras de Madrid se tomaron cerca de un barrio donde hay un potencial comercio de drogas, y porque cerca hay un edificio en ruinas que se habita de forma esporádica.
Los autores del trabajo aseguran que estos niveles de drogas en suspensión en el aire no implican ningún riego para la población.
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